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Leather Jacket ChanBaek/Baekyeol IOneShotI por Amybyunyeol

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Notas del fanfic:

Todos los relatos de este fic/oneshot son pura ficción que salieron de mi cerebro para mi propio entretenimiento, y de quién deseé leerlo. No pretendo ofender a nadie, ni mucho menos he recibido dinero o remuneración por ello, simplemente me gusta fantasear con mis bias.

 

Este fic/oneshot es mio, salió de mi cabeza y fue escrito con mucho esfuerzo y amor.

 

No autorizo a nadie que publique ninguno de mis trabajos en otras páginas. Son mi trabajo y pido amablemente que se respeten mis deseos. Gracias.

Notas del capitulo:

Esto nació hace meses, y mi mente decidió cooperar para lograr finalizarla hace un mes y más. Con el apoyo de mi adorada beta y sus feels, logro terminar mis 233542 fics y oneshots en proceso.

No sé por qué mi necesidad de un Chanyeol malote me lleva a los insidiosos caminos de los oneshots.

Todas debemos alabar el pelo rosa/lila de Baekhyun.

 

¡Disfruten! 

Se sentó lentamente al borde de la cama, la caja entre sus pies yacía entre abierta y el olor añejo que desprendía llevó a Baekhyun a un estado de nostalgia pura.


Con delicadeza retiró la tapa, habían cartas, fotografías ajadas y cosas pequeñas que recolectó con el tiempo, debajo de todas ellas había una prenda: una chaqueta de cuero negra. La tomó por el cuello y la levantó dejando que todas las cosas se esparcieran por el suelo;  detectó el olor a colonia barata, cerveza, cigarrillos de Marlboro y la esencia de esa persona cuando la acercó a su rostro.

Y cerró los ojos pensando en Park Chanyeol.

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Chanyeol era un músico del bajo mundo, lo conocí en las calles de Seúl a medianoche del dos mil diez. Era jodidamente apuesto, alto, atlético, de mal carácter, todo lo que un padre promedio no desea para su hijo. Pero yo no tenía padres. No estaban muertos, yo estaba muerto para ellos. Ser gay no era fácil en esa época, el prejuicio era insoportable y la homofobia era un resfriado que todos padecían.

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-Busco al arrendador – le preguntó a una anciana que, con desagrado, ignoró su presencia.

Baekhyun resopló y mordió su lengua para  no gritar. No era el mejor día, y la verdad era que nada parecía mejorar, su precaria situación lo tenía al borde del colapso, sus lágrimas de frustración no hacían nada más que enfadarlo más y más. Y, para rematar, la anciana se fue sin decirle nada.

Lo único salvable de ese fatídico día fue el joven del supermercado que le dio una dirección de pisos económicos, por no decir ratoneras de cinco dólares al mes.  

-Disculpa – habló a la persona que salía del complejo de edificios.

El hombre llevaba una chaqueta de cuero negra y unos pantalones a juego. Su altura obligaba a Baekhyun a elevar su mirada dándole una expresión vulnerable.

-Necesito hablar con el dueño – pidió sonando más desesperado que antes.

Tragó saliva al ver al otro tipo alborotar su pelo negro, y pudo notar el color verde en sus orbes perfectos. Baekhyun detuvo su habla y observó la mata de cabello azabache caer por la frente del más alto, su labios pequeños se contraían para luego fruncir el ceño.

-Jihoo no está. Solo viene por la renta una vez al mes ¿Le debes dinero? – enarcó una ceja analizando sus ropas y la mochila que colgaba del hombro derecho de Baekhyun.

-Yo quiero un cuarto – dijo apretando la correa con su mano derecha.

Parecía que sus palabras causaban gracia al otro sujeto, porque le sonrió de costado y meneó la cabeza sin creer que ese niño deseaba una habitación.  

-Es medianoche, tiemblas de frío – dijo con incredulidad – luces como alguien fácil de violar en un barrio lleno de delincuentes. Mejor regresa a tu casa y discúlpate con tus padres, sobre lo que sea que haya iniciado la riña que seguramente tuvieron.

El tipo dicho eso pasó de largo chocando su hombro con el cuerpo estático de Baekhyun.

El rubio soltó el aire que contuvo y pestañeó sintiendo la adrenalina disiparse por su sistema. Agarró las pocas fuerzas de voluntad en su sistema y siguió al más alto. Razón para ello no existía. Pero era la única calle por la cual transitaban unos cuantos autos y era la única salida segura de ese barrio.

- Yo no soy el dueño del edificio – miró sobre su hombro a Baekhyun con sus ojos verde oscuro lo hacían lucir más amenazante brillando sobre la noche.

-Solo busco una salida segura – elevó la voz carraspeando al principio y susurrando al final.

-Seguirme no es seguro.

-No te estoy siguiendo, imbécil – masculló entre dientes.

El sujeto parecía haberle oído porque se dio media vuelta para mirarle de pies a cabeza. 

-¿Quieres pelea maldito enano? – gruño enfadado y Baekhyun retrocedió un paso abriendo los ojos y elevando las manos en señal de paz.

-Solo quiero un lugar donde pasar la noche.

-Busca un motel.  

-Yo… no tengo dinero – miró al piso  y sus tenis blancos cubiertos de barro seco lo distraían de la situación tan inusitada.

Si llevaba algo de valor encima, ese tipo sería el último en enterarse.

-¿Entonces cómo planeas pagar la renta? ¿Vendiendo tu culo? – rio bajito y Baekhyun enrojeció desviando la mirada a la esquina de la calle.

-Buenas noches – dijo antes de seguir su trayecto.

Tenía alhajas de sus padres ocultas en su bolsillo y unos cuantos billetes, eso le serviría para el primer mes, tiempo suficiente para buscar un trabajo e iniciar su nueva vida. Una mentalidad bastante positiva mientras caminaba por las calles oscuras y muertas de Seúl, con alguien insinuándole vender su culo.

-Tus piernas soy muy cortas – comenzó a caminar a su lado sin esfuerzo en seguirle el paso; Baekhyun se apresuró –. Mi banda toca hoy y creo que el dueño de ese sótano tiene unos cuartos.

Baekhyun se detuvo y lo miró a los ojos con los labios entreabiertos, sus ojos ámbar brillaban febriles y el más alto notaba ese destello parpadeante en esos posos dorados tan dulces y segadores.

La inocencia en los ojos del más bajo, parecía perturbar al más alto.

-Te lo presentaré si cuidas nuestros instrumentos esta noche, seguro que es más barato que la pocilga de Jihoon.

-¿No crees que podría robarte? – preguntó sintiéndose como un estúpido a la posibilidad de que el otro se lo pensara mejor y se fuera.

-Las personas que le roban a Park Chanyeol acaban mal – se acercó a su cuerpo delgado, la proximidad era tanta que provocó retortijones en Baekhyun – muy mal, enano.  

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El lugar parecía un sótano andrajoso repleto de gente vestida con cuero, piercings, tatuajes, faldas cortas y ropas ajustadas. El maquillaje oscuro en los ojos de todos llamaba la atención de Baekhyun, siempre quiso ponérselo, tenía curiosidad y un temor entremezclado de que supieran que era gay. Si Chanyeol se enteraba seguramente lo echaría a patadas o algo peor.

-Todos usan maquillaje – musitó cuando entraron a unos pequeños baños que servían de vestidores.

-Sí, ¿algún problema con eso?

-No.

Baekhyun casi sentía el peligro de estar cerca de Chanyeol. Su altura le intimidaba, el negro de su ropa, la mandíbula se le contraía cuando Baekhyun le miraba.

-Mierda Jongin, dame esa botella – entraron dos tipos casi rompiendo la puerta y forcejeando.

El que gritó era de su altura y un poco más delgado, llevaba el pelo rizado y los brazos descubiertos, a su lado otro hombre más corpulento y alto sostenía una botella plateada, sus ojos cafés inyectados de sangre parecían alertas a todo.

-¿Quién es ese? – el de pelo rizado le apuntó con la botella plateada que le arrebató al otro en ese instante.

-Cierto – susurró Chanyeol – dinos tu nombre.

-Yo… - boqueó en medio de esos tres.

-¿No sabes su nombre? – replicó – ¿Qué tal si es uno de esos hijos de puta que nos ha estado robando? – se acercó tambaleante y el alcohol de su aliento se hacía sentir –. Te cortaré los dedos si te veo tocar mi guitarra. 

Chanyeol empujó al castaño rodando los ojos.

-Preséntate o dejaré que Jongin te haga lo que quiera.

-Soy Byun Baekhyun – Jongin achicó los ojos y bufó retrocediendo.

-Bien. Byun te presento a Jongdae y Jongin. Oigan, Baekhyun será el que cuide de nuestras cosas esta noche.

-Primero muerto – escupió Jongin antes de salir del vestidor.

-Jongin ama esta licorera – Jongdae tomó sus manos y le dio la dichosa botella –. Cuídasela.

-Te dejaré a cargo del lugar, nadie puede entrar, solo nosotros. Jongdae ¿ya están instalados los instrumentos? 

-Desde hace una hora. Jongin quiere presentarse para poder beber en paz, y yo también.

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El lugar no era el más limpio ni el más seguro, pero Baekhyun no buscaba lujos, ni tenía una lista de las cosas que debía tener su nuevo hogar.

Luego de la presentación Baekhyun se acercó y ayudó a bajar los instrumentos del escenario recibiendo silbidos, y palabras obscenas sobre su culo, entre otros.  

Sus ojos luchaban por no cerrarse y vigiló los instrumentos pegado a su mochila y atento. Cerca las tres de la mañana todos parecían irse y Chanyeol se acercó pasándole una cerveza como pago.

-Hablé con el dueño, tiene un cuarto justo arriba del escenario.
Baekhyun no definiría eso como un escenario.

-Quiero hablar con él.

- Le dije que aceptabas, sal por esa puerta y sube las escaleras la tercera puerta de la izquierda. Toma las llaves – Baekhyun se levantó cansado y sin pensárselo las guardo con precaución –. Mañana seguramente te cobrará la renta.

Asintió acomodando su mochila y se fue a la puerta gris que Chanyeol le había señalado.

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Era un lugar horrible, no solo por el olor sino por los vecinos, todos eran ruidosos y las ratas no eran las únicas mascotas admitidas. Igual me parecía perfecto, al menos tenía un colchón y una cama al lado de una ventana. La renta era tan barata, incluso para un desempleado.

Busqué un trabajo en un supermercado y conseguí acostumbrarme a la estruendosa música en los fines de semana. Después de tres semanas volví a ver a la banda de Chanyeol desde mi ventana metiendo sus instrumentos. Ah, lo bueno es que podía entrar a ese sótano las veces que quisiera, al arrendador no le importaba con tal de pagarle cada mes.

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Baekhyun bajó al sótano para saludar y agradecer a Chanyeol por su ayuda, ya que la última vez no dijo nada y solo se fue arrastrando los pies.  

-Miren – Jongdae agarraba el micrófono sonriente – el chico sigue vivo. 

-Oh, el malagradecido que solo toma las llaves y desaparece – gritó Chanyeol sentado en la batería, sus dedos jugaban con las baquetas y Jongin sentado a su lado mirándole desconfiado.

-Estaba cansado – replicó y Jongdae silbo haciéndose la burla.

-Nosotros también. Jongin apostó que no durarías ni un mes. Dinos princesa ¿por qué seguir aquí?

-Es mi único lugar ahora.

-¿Por qué? – preguntó Jongin bebiendo de su licorera con desesperación.

-Es personal – intentó ser amable con los tres hombres, los cuales le seguían mirando, esperando una respuesta.  

-Chanyeol te consiguió un lugar donde dormir, nos debes contar tu historia o yo llamaré a KangDo para que te eche a la calle –
Jongdae agitó su micrófono exigiéndole saber su historia.
Baekhyun frunció las cejas por las amenazas.

Miró a Chanyeol quien parecía indiferente al asunto.

-Mi padre me exigió abandonar mi casa.

-Oh, el niño es rebelde, ¿qué hiciste?

-No soy un niño, tengo veintiuno. No hice nada.

-Si no nos dices –Jongin también decidió aportar a las exigencias – te tacharé de mentiroso.

-Soy gay – dijo de una manera seca y directa –. Alguien les dijo sobre mi sexualidad a mis padres y al día siguiente ya estaba deambulando por las calles.

Jongin abrió sus ojos y bebió hasta llevar el cuello hacia atrás. Jongdae enarcó una ceja asintiendo y Chanyeol devolvió su atención a las baquetas.

-Bueno. Puedes irte Baekhyun.

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En el supermercado unos niños hicieron caer la pila de enlatados y Baekhyun acabo apiñándolos por tercera vez esa semana.

-¿Dónde están los condones?

-Pasillo cuatro – respondió de espaldas al cliente.  

Arrugó la frente reconociendo la voz y vio a Chanyeol a su lado, su chaqueta de cuero lucia mejor bajo las luces blancas del súper y sus ojos verdes lucían cansados, con su cabello negro rozando sus pestañas.

-Tocaron bien anoche, agradezco cada función privada desde mi habitación.

-Tocaremos mañana en otro lugar diferente. Jongin casi pierde su licorera anoche, y casi sube a buscarte para que se la cuides.

-Creí que no confiaba en mí.

-Ahora lo hace – alzó una de las latas de fruta enlatada.

-¿Por mi trágica historia familiar?

-No sé si lo notaste, pero Jongin es chino – sus dedos jugaban con la lata leyendo despreocupado su contenido –. Él sabe muy bien lo que es huir y que te echen a la calle.

-Oh, perdón. No lo noté.

-Eso no importa – volvió a poner la lata en su lugar, y buscó los ojos ámbar de Baekhyun – nos gustaría que ayudaras con los instrumentos y luego llevarlos a la camioneta de Jongdae, no prometo mucha paga, pero te ayudaría a conseguir un mejor cuarto.

-Ustedes se toman muchas confianzas con un extraño – murmuró desviando la mirada a los estantes.

-No lo creo. Sabemos dónde vives, dónde trabajas, en qué habitación duermes.

Baekhyun abrió sus ojos de par en par sintiendo el pecho de Chanyeol chocar contra su hombro, su aliento raspaba su cuello, como si deseara besarlo en un punto entre el hombro y su oreja.

-¿Qué dices?

-Esta fue tu idea o… - Chanyeol retrocedió riendo entre dientes.

-Fue idea de Jongin. Por mi te pueden follar y así consigues dinero extra.

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-Bien ahora tenemos mascota – murmuro Jongdae compartiendo miradas divertidas con Chanyeol.

Jongin le repetía a Baekhyun cómo cuidar de su bebé uno –su licorera– y su bebé numero dos –su guitarra–. Jongin tenía el pelo como lo debió tener esa mañana al despertar, sus manos se movían nerviosas  con cualquier cosa sostenida entre ellas, exceptuando a sus bebés, obviamente.

Verlos sobre el escenario engañaba a Baekhyun. Todos ellos mostraban una pasión desenfrenada en cada presentación, muchas veces Chanyeol se había quitado su chaqueta sobre el escenario encendiendo los gritos de sus fans, Jongin relamía esos labios carnosos que poseía con sus manos apretando su guitarra, mirando al público, y Jongdae con sus notas altas.

Todos parecían amar la música, eso no era del todo cierto.

Chanyeol se amaba más a sí mismo. Jongin amaba el licor. Jongdae amaba la atención.

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-Culo lindo.  

Baekhyun volvió a fruncir los labios por sexta vez. Ningún lugar donde se presentaban contaba con una cortina, y Baekhyun era expuesto al mar de miradas cada que subía.

Chanyeol le observaba desde la pequeña barra. Su risa llamó la atención de Jongdae, el cual también puso sus ojos sobre el cuerpo de Baekhyun.

-Deberías follártelo de una vez. No nos pagan lo suficiente como para darle más dinero – Chanyeol negó con la cabeza.

-Me divierte verlo así – mantuvo su sonrisa al ver al rubio guardar los instrumentos –. No creo que pueda follar con alguien como él.

-¿En serio? – Jongdae enarcó una ceja, bebiendo un poco asintió–. Entonces despídelo. 

-Eso haré.

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Baekhyun y Chanyeol vivían con unas cuadras de diferencia. Al bajar de la camioneta de Jongdae, Baekhyun se despidió de Jongin, con quien ya se llevaba mejor e incluso Jongin le enseñó algunas palabras y frases en su idioma natal.

Agitó su mano despidiéndose. Eran casi la cuatro de la mañana, Baekhyun se estiró de brazos y también se despidió de Chanyeol.

-Byun, espera. Ven aquí.

El rubio detuvo su andar y se acercó despacio.

-Esta es la última vez que hacemos esto. Hablé con los chicos y ya no podemos pagarte por esto que haces. Gracias por todo – le
sonrió con un gesto amable.

-Pero… ¿por qué? Chanyeol no te vayas.   La entrada del piso de Chanyeol estaba cerca y Baekhyun siguió caminando detrás del más alto, esta vez sí estaba siguiéndolo.

-Baekhyun regresa a tu casa.

-Necesito saber por qué. Se supone que somos amigos.

-¿Qué? Baekhyun no me hagas reír, si crees que te consideramos parte de la banda solo porque haces el trabajo que nos da paja hacer, te equivocas.

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Yo sabía que no era parte de su grupo, pero parte de mi quería serlo y la otra parte sentía que ya lo era. Seguí a Chanyeol sin importarme nada, pisé sus talones exigiéndole una razón lógica. Chanyeol gruñía cada vez que tocaba su espalda para que me diera atención, escuché sus llaves y la puerta siendo abierta.  

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-No Byun. Te despedí. Tu trabajo en el súper te es suficiente, siempre lo dices.

-Dime por qué, el dinero no es excusa Park, a ustedes les pagan bien por cada presentación. No mientas.

-Si das un paso más acabaras mal, Byun. Tú no entiendes cómo soy yo.

-¿Y cómo eres? Dime. Siempre me ignoras, pero todos saben cómo me miras. No soy tan inocente como tú crees.

-Lo eres – dijo frustrado con cada paso que daba Baekhyun –. Eres inocente, y yo ya no quiero tomar tu inocencia – musitó sobre la habitación.

Los ojos ámbar de Baekhyun resaltaban bajo sus hebras rubias, se mordía el labio inferior pensado sus palabras, acercándose lentamente sin notar el palpitar de su corazón, sus mejillas ardían y su garganta se secaba con cada paso.

-¿Eres gay?

-Dios… – rodó los ojos en obviedad y asintió – ¿Ves lo inocente que eres Byun? No sabes ni qué clase de persona soy.

Definir la sexualidad de Chanyeol no era sencillo, pensaba Baekhyun. Lo había visto besarse con varias mujeres después de las presentaciones, nunca lo había visto con hombres, ni siquiera una mirada lasciva hacia alguien de su mismo sexo. Chanyeol sabía encubrir sus emociones y deseos.

Baekhyun lo deseaba, no era un niño inocente como decían que era, era humano, carne débil y necesitada de eso. Deseaba conocer el cuerpo de la persona frente a él. Tampoco era cualquier persona para Baekhyun, Chanyeol le ayudó en muchas cosas pequeñas e importantes.

No sería sorpresa tener un sentimiento por él, no sería inesperado querer estar con él.

-Retrocede Byun…

-Solo una vez – murmuró estirando sus manos para tocarlo –. Solo una, y prometo irme.

-¿Esto es lo que quieres? ¿Así te iras?

Baekhyun lo tocó sin reparos, aceptando.

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Cuando toqué sus brazos rocé el cuero de su chaqueta, era tan ajustada, incluso con una flexión marcaba los surcos de sus músculos.   Nunca en mi vida había tocado a un hombre de esa manera. Mis dedos trazaban sus hombros firmes y bailaban sobre su pecho macizo. Mordí mis labios bajo su ferviente mirada, inocente a lo que iba a suceder en esa habitación.

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Chanyeol se quitó la chaqueta sin prisa, ahogando a Baekhyun en la desesperación, su pecho subía y bajaba al ver la camiseta blanca de Chanyeol y la piel de  sus brazos mostrándose, sus labios se secaron y sin poder decir algo Chanyeol llevó sus manos al cinturón para desabrocharlo con una sonrisa marcando sus pómulos.

-Nunca fui la primera vez de alguien – el cinturón cayó al piso provocando un ruido sordo para Baekhyun. El tiempo se detenía y su existencia se disipaba para renacer de nuevo –. Quiero arrancarte esa ropa – con su mano Chanyeol lo sostuvo de la cintura atrayéndolo a su cuerpo, uniéndolo más aún y así poder sentir su calor corpóreo, el latir de su corazón que, a diferencia del suyo, latía normal, y Baekhyun sentía que el suyo explotaría en cualquier momento –, quiero usar mis dientes para ello Baekhyun.

Sus labios se movieron sin una palabra que saliese para parar aquello que deseaba.

Tragó saliva y dejó que la lengua de Chanyeol violara su boca, su sabor era como ambrosía. Se estremecía cada vez que Chanyeol frotaba su cintura, con más brusquedad tratando de entrar bajo la camiseta y unir la piel.

Deseos carnales se desembocaban a medida que seguían los besos, el aire ya no parecía importante y solo tenían la meta de quitarse esas prendas y tocarse, en especial Chanyeol.

Baekhyun levantó los brazos y expuso su torso desnudo a ese hombre que lo miraba lujurioso, mordiéndose los labios para luego morder los suyos. Rio ligeramente al sentir la punta de la nariz de Chanyeol recorrer su cuello, un recorrido de besos y chupetones quemantes.  

Chanyeol también se quitó la camiseta. Su cuerpo parecía surreal provocando pensamientos y fantasías cumplidas en Baekhyun, esa persona en frente de él sería su primera vez, esa persona tocaría su piel y estaría dentro de él. Pero si los toques seguían siendo tan sublimes como hasta ahora, Baekhyun se entregaría con gusto.

-Déjame ver qué ocultas en esos pantalones – la mano de Chanyeol desabrochó los botones y se agachó para bajarle la prenda.

Baekhyun gimió al sentir las caricias de las manos de Chanyeol en sus talones, esos dedos ásperos recorriendo sus pantorrillas y subiendo hasta sus muslos interiores, finalmente su sexo siendo palpado sobre la fina tela del bóxer. Tenía miedo de bajar la mirada y notar como Chanyeol besaba sus muslos, la mente le daba vueltas, su respiración entrecortada y su cuerpo electrizado. Llevó su cabeza hacia atrás gimiendo abiertamente. Chanyeol se había puesto de pie nuevamente mientras sonreía ladinamente, acercándose a su rostro.

-Siempre imaginé esto – lo abrazó tocando su culo – vamos Baekhyun, muéstrame lo que escondes en esto – su mano se deslizo dentro del bóxer masajeando su trasero.

-Chanyeol – su voz suplicaba y se aferró a los brazos de Chanyeol –. Sé amable – su aliento chocaba contra el hombro de Chanyeol, este se rio y besó fugazmente su frente.

Por un momento Baekhyun sintió un cariño casi infantil por parte de Chanyeol.  

Chanyeol abandonó sus caricias para quitarse su ropa completamente, Baekhyun se dirigió al colchón porque su primera vez no sería contra la pared. Cuando se echó boca abajo cruzó sus piernas y hundió su nariz en las sábanas, se sentía ansioso, nervioso, con miedos y deseos.

-Byun – Baekhyun se apoyó en sus codos dando una imagen muy tentadora de espaldas.

Miró sobre su hombro y vio a Chanyeol, sus ojos crecían al ver la creciente erección de Chanyeol. Su garganta seca y su cuerpo petrificado no reaccionaron hasta que Chanyeol lo jaló de los talones y lo puso de espaldas contra la cama y la mitad de su cuerpo fuera de ella.

Chanyeol jaló del borde del bóxer y Baekhyun elevó las caderas y luego los pies que se posicionaron en los hombros del más alto.

-Eres justo como te imaginaba Byun – dijo Chanyeol abriendo sus piernas.

Baekhyun gimió  encorvándose sobre la cama, la mano de Chanyeol subía y bajaba sobre su erección, haciendo círculos en la punta. Todo parecía tomar color dentro esa habitación oscura y andrajosa. Los dos dedos dolían como el infierno, quemaban y Chanyeol los lubricó con su saliva al notar que Baekhyun no se dilataba.

-En verdad eres virgen – dijo al ver como sus dedos eran absorbidos por el culo de Baekhyun, quien ya llevaba gimiendo un buen rato.

Baekhyun anhelaba los labios de Chanyeol cada vez que los veía, pero lo que vino después hizo que olvidara sus deseos. Lloriqueo cuando sintió la longitud de Chanyeol entrando. El glande en la entrada de su agujero y en cómo Chanyeol gruñía lo excitaban. Sus piernas de abrieron más para el pelinegro, sus labios mojados de saliva brillaban y arqueó la espalda cuando el pene de Chanyeol entró por completo. Se sentía lleno con cada estocada, cada vez que escuchaba la piel de ambos chocar sus uñas se enterraban en las sábanas, apretando los puños y suplicando, cerrando los ojos y dejándose llevar por el éxtasis.

 Chanyeol lo tomó de las caderas con una fuerza descontrolada, se movía más rápido a medida que las paredes internas del más bajo se contraían. Baekhyun vio el rostro de Chanyeol, en cómo fruncía el entrecejo y su expresión debatiéndose entre el placer y el esfuerzo de mantener el mismo ritmo. 

Sus ojos se dilataron al llegar al clímax dando un último suspiro placentero, sintiendo su interior lleno de ese líquido caliente y viscoso. Chanyeol seguía dentro, le seguía tocando cada extensión de piel, miraba su pene dentro de Baekhyun y luego subió su mirada para quedarse a ver los ojos ámbar del más bajo.

Su rostro sudado, las mejillas ardientes y el olor a sexo puro le dieron ensoñación. Se agachó besando el estómago plano de Baekhyun donde ligeras gotas de semen se escurrían.

-Me duele – gimió el más bajo luciendo vulnerable en esa posición: los brazos a sus costados, desnudo y sus ojos entreabiertos.

Demasiado hermoso, demasiado bello y demasiado perfecto. Chanyeol descartó la idea de echarlo de su habitación, compartir la cama con un ser tan lindo como Baekhyun le haría dichoso, aunque sea por una noche. 

-Vamos a dormir.

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Decir que eso solo se dio una vez sería una gran mentira mía. Sucedió tantas veces que tengo marcas en algunas partes de piel; fue como si sus dedos se transformaran en fuego que desearan marcarme con cada roce en mi piel. Un sentimiento sublime nació en mí. El deseo de estar con él me llevó a ser otra persona. Pero yo aún seguía siendo Byun Baekhyun, alguien anónimo y Chanyeol seguía siendo el guitarrista hijo puta que era antes de conocerme.

Todos sabían de Chanyeol y yo, pero nadie sabía que él tenía mi corazón; pedazo a pedazo se lo fui dando, y al final mi pecho quedó vació. Solo sentía mi ser completo estando a su lado. Me pregunto si fue lo mismo para él.

---

Ser reconocido en el bajo mundo era meritorio, nadie te ayudaba, estabas solo, a tu suerte, y que Chanyeol ayudara a ese ‘enano’ era un evento para detenerse y observar.

No era como si todos aceptaran la presencia de Baekhyun en su mundillo, es más, el cantante principal de la banda, Jongdae, le dijo muy groseramente que se fuera, con su sonrisa felina y juguetona y con un ademán en sus manos incitando a Baekhyun para que se largase  por la puerta más pequeña.

-No puedes ignorarme mucho tiempo, nadie puede, por esa razón soy el cantante.

-¿Por tu bocaza?

-En parte, te contaré un secreto de banda. Chanyeol quería ser el cantante principal, no canta mal, pero yo soy un Dios.

La modestia también era nula en esos pozos. Y Jongdae era de los que adoraban jactarse de sus talentos.

-Bien por ti – abrió el maletero sacando los instrumentos.

-Como Chanyeol no puede abrir la boca en el escenario, seguramente te hace chuparle la polla todas las mañanas.

-Y lo hago con gusto.

Desde que se mudó con Chanyeol, su culo no había tenido descanso. Y no era sorpresa que Jongdae lo supiera, incluso lo hacían después de las presentaciones, era como un juego para ambos si estaban de buen humor.

-No te boto porque te odie, te boto porque una vez dentro es difícil encontrar una salida.

-Me siento cómodo – respondió sin entender completamente al cantante.

-Por ahora princesa, por ahora. El día que veas dónde metiste tu lindo culo y a quién decidiste dejar que te lo metiera, bueno, ese día quiero estar presente.

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Pasó sus brazos con rapidez, se paró sobre la cama haciendo poses graciosas para Chanyeol quien se reía. Sus pies a los costados de Chanyeol y con la chaqueta negra puesta, miró sonriente a Chanyeol mientras se sentaba lentamente sobre su entrepierna.

-¿Te gusta? – dijo muy animado mirando sus brazos –. Debería comprarme una igual, es muy cómoda.

-Luces extraño Byun, quítatela – dijo Chanyeol sentándose y tratando de quitarle la prenda con cuidado.

-No – se cruzó de brazos y el más alto frunció los labios.

-Ya no es gracioso, quítatela – gruñó sosteniendo a Baekhyun de la cintura.

El rubio boqueó ante los ojos verdes de Chanyeol y se la quitó con lentitud, exponiendo su piel, entregándose de nuevo al más alto.

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No había una razón en específico del por qué Chanyeol lo recogió. Ese día los ojos ámbar de Baekhyun pedían ayuda, como un niño chiquito la figura de Baekhyun desfilaba por las calles gritando una acogida. Chanyeol no estaba seguro de ser un buen cuidador, o siquiera de ser una buena compañía. Si se arrepentía de haber ayudado a Baekhyun, ya era demasiado tarde, el rubio ahora entró a su vida.

Despertó con el peso de Baekhyun sobre su pecho, notó su cabello dorado mojar su pecho, siseó al contacto con la fresca piel del más bajo.

-Hace un calor de mierda – murmuró Baekhyun anticipando sus quejas.

-La próxima vez avísame – su mano izquierda acariciaba la espalda fría de Baekhyun. Su dedo índice recorría la columna del más bajo logrando que se estremeciera.

-Te quiero mucho – Baekhyun apoyo su quijada sobre el pecho de Chanyeol para verlo a los ojos.

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Sería muy difícil de explicar esas palabras, esa mañana mi mente decidió arruinar todo al decir eso. No debí haberle dejado saber el afecto sincero que le profesaba mi corazón.

Después de todo, nunca me sorprendió en como acabaron las cosas. 

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Jongin terminó hecho un ovillo en la alfombra, vomitando como si la vida se le fuera en ello. Usó las servilletas que le dieron algunos hombres en el bar de hotel para limpiar sus labios.

-Me envenenaron los muy hijos de puta – abrazó su estómago con la frente sudada.

-Era trago barato Jongin, al ver tu cara pretenciosa seguramente le escupieron a tu copa – por su parte Jongdae manejaba su embriaguez con mayor fuerza, incluso después de ver a Jongin manchar sus zapatos al terminar su oración – ¿Dónde están los tortolitos?

-Ah – arcada – casi lo olvido – otra arcada – Chanyeol pidió un cuarto aparte para jugar.

-Esos dos durarán el mismo tiempo que tu indigesta – dijo al ver a Chanyeol entrando al cuarto y posteriormente patear la pared, mascullando el nombre de Baekhyun – ¿problemas en el paraíso?

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Peleaban tanto como follaban. Por cosas sin sentido sus riñas florecían cada día, pero Chanyeol acababa hiriendo a Baekhyun con cada grito que lanzaba a todo pulmón.

-¿Por qué es tan importante?

-Porque sí y ya.

-¿Más que yo?

-Si tuviera que escoger entre tú y Jongdae lo escogería a él. Tú eres uno de muchos Byun. Poco vales para mí.

Palabras secas atravesaban su pecho, se enterraban y envenenaban su alma. Agonizaba en silencio y se dejaba sanar por la misma boca que lo lastimaba.

Chanyeol dejó la chaqueta y se acercó a su cuerpo, comenzó a besarlo para borrar su memoria y disipar su dolor, pero lo hecho, hecho estaba.

Cada vez se hundía más, y el día donde todo se derrumbaría no era tan lejano, ambos lo sentían, solo un empujón y todo se quebraría.

---

Esa noche Jongin se peleó con algunas personas dentro del bar, y nos echaron a todos por el alboroto que causaron. Chanyeol quería seguir peleando con ellos, pero tuve que detenerlo, Jongin se hallaba muy mal y lo llevamos al hospital, lo internaron y Jongdae se quedó con él.

Chanyeol y yo nos fuimos y volvimos a discutir en la camioneta de Jongdae.

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Al entrar las llaves del auto de Jongdae se estrellaron en algún punto de las paredes.

-No deberías hacer esa cosas – replicó Baekhyun buscando las llaves.

-¿A qué te refieres? – Chanyeol estaba rojo de la ira.

-Me refiero a lo bestia que eres – recogió el llavero y lo lanzó al pecho de Chanyeol.

-¿Bestia? – dijo riendo y mirando las llaves en el piso – ¡Ja! Claro, y tú una princesa. Criada con lo mejor, mala suerte que te gustan los penes, eso arruinó tu vida.

-Eso no tiene nada que ver Chanyeol.

-Tiene mucho que ver – lo agarró por hombros lastimándolo más allá de lo físico –. Tú deberías estar en tu mundo de lujos, con una novia perfecta y no aquí jodiendo mi vida.

-¡Tú también jodes la mía! – se zafó del agarre gritando exasperado.

-¡Entonces vete! Al fin y al cabo quién te va extrañar. Nadie Byun, nadie te va extrañar, nadie te va pedir que te quedes para que te joda más.

-Por su puesto, yo soy reemplazable ¿verdad? Bien.

-Lo eres. Te puedo reemplazar con cualquier hombre o mujer que se me plazca

-Suerte con tu jodida vida – murmuró metiéndose en la habitación que compartían.

-Deja de dar tanto discurso, tomas tus mierdas y desaparece – le dijo contra su espalda y acto seguido Chanyeol se fue del departamento, ¿a dónde? Eso no lo sabe nadie.

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Metí  todo con rabia, enojo, tristeza, dolor y dejé mis sentimientos sobre la mesa.


No me pareció justo.

Yo estaba dejando mi amor en ese lugar, así que yo también decidí llevarme algo. La vi colgada sobre la puerta abierta del armario, la tomé y la oculté entre mis prendas.

Antes de irme de su vida, me robe algo importante, algo que debe extrañar incluso más que a mí. Su chaqueta de cuero negra.

Fin.           

Notas finales:

Gracias por leer, me siento feliz de haber vuelto a AY. Esta pagina me odia :___D ya lo re-edite. 

 

Nos leemos pronto ^-^ adiós~


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