Ya había amanecido cuando el bullicio en el instituto no dejaba más que quejidos de los que querían seguir con su cómodo sueño un sábado libre, bueno prácticamente sólo uno: Junmyeon.
Resopló agotado, eran las 9:00 a.m. y el sol se colaba desvergonzadamente por las persianas mal cerradas de su habitación.
Se sentó en la cama con la lengua seca y los ojos aún cerrados. El día de ayer, parecía que apenas había dormido quince minutos. Se la había pasado hasta la madrugada conversando por teléfono con su novio, KyungSoo, precisamente porque al nombrado, se le había metido en la cabeza irse de vacaciones juntos a la cabaña en la playa de los abuelos de Junmyeon, y como ya quedaban un par de días para poder salir, se le ocurrió planearlo todo esa misma noche.
Aunque no era en absoluto una mala idea, el sabía cómo eran sus abuelos de anticuados, (además de las horribles fotografías que guardaban) sólo de saber que era homosexual y que más de llevar a su novio de alojado, les regalaría un infarto seguro. Pero su novio tenía respuesta para todo:
ㅡPresentame como tu mejor amigo o algo, Junmyeon. ¡Vamos! Por favor amor, sería tan lindo. ¿Hazlo como regalo de aniversario? Porfavorporfavorporfavor.ㅡ
Y así de llevaron toda la noche. Kyungsoo estaba loco si pensaba que Junmyeon iba a dejar que le apretaran los cachetes frente a él, pero el menor sólo le contrarrestaba diciendo todo lo que podrían hacer y que además hacer "cositas" en la playa sería estupendo. Junmyeon maldecia en su mente mientas se sonrojaba y cambiaba de tema, hasta que claro, a las 5:00 a.m cuando ya no daba más la razón, ni el cerebro, accedió.
Bueno, hubiera accedido hasta tarea de álgebra extra, con tal de dormir un poco.
Se desperezó y se levantó dormitando de mala gana, refunfuñando y quejándose, tanto que parecía un anciano. Todo aquello que después de una relajante ducha, desapareció, más o menos.
Unos jeans negros ajustados, manga larga verde, y sus zapatillas deportivas, acompañaban a Junmyeon por el pasillo hacía la cafetería donde desayunaba cada mañana con el muchacho bajito y de ojos grandes, el mismo que cuando lo vio, saltó del asiento.
ㅡ¡Hasta que llegas!ㅡ Kyungsoo sonrió y le sacó la lengua al chico que hace once meses le había pedido noviazgo en un restaurante Italiano.
Un abrazo y un casto beso antes del desayuno; después de todo, en un Instituto de hombres, las cosas así no eran tan extrañas.
ㅡHola, Kyung. . .ㅡ Junmyeon sonrió, olvidándose de todo cansancio que le agobiaba.
Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, en donde daba la luz. Kyungsoo fue a pedir un par de desayunos, mientras Junmyeon distraído observaba, mesas más allá, el bullicio que algunos alumnos hacían.
ㅡ¡EL BESO, EL BESO!ㅡ Gritaban desorbitados y salvajes, de seguro, ocasionado por los infantiles juegos y apuestas que hacían siempre. Bueno, sus amigos hacían de todo un juego, en especial Chanyeol.
Tal vez por eso no se juntaba ya demasiado con ellos.
No, él mismo sabía que los juegos, no eran la razón, es más a él le parecían graciosos, a veces.
ㅡTu café se enfría.ㅡ Kyungsoo le sacó de sus lagunas. Ní siquiera había notado su regreso.
ㅡOh, gracias.ㅡ Sonrió.
ㅡ¿Qué tanto miras, eh?ㅡ Kyungsoo miró en dirección a la que su novio anteriormente observaba con tanta atención.
ㅡNada, tranquilo. Sólo quería ver a que se debía tal bullicio.ㅡ
ㅡOh, por supuesto. Debe de ser por los chicos nuevos.ㅡ
Junmyeon frunció el ceño algo confundido. ㅡ¿A mitad del año? Que raro. ¿Llegaron hoy?ㅡ Kyungsoo negó suavemente, mientras bebía su té.
ㅡHace tres días, uno está en mi salón.ㅡ
ㅡOh.ㅡ Junmyeon miraba con curiosidad.
ㅡDeberías de conocerlos.ㅡ
ㅡTal vez luego vaya con Chanyeol.ㅡ
ㅡOh.ㅡ Kyungsoo hizo una mueca. ㅡOí que está con Jongin, otra vez.ㅡ
ㅡBien.ㅡ Junmyeon le restó importancia a los celos de su novio, simplemente alzó los hombros y bostezo.
ㅡPerdona por no dejarte dormir ayer.ㅡ Kyungsoo tomó su mano, apenado.
ㅡEs lo menos, no dormiria por ti.ㅡ
Kyungsoo se sonrojo sonriendo, era fácil hacer al menor feliz, aún así Junmyeon se empeñaba en ello.
ㅡEres lo mejor.ㅡ El bajito susurró antes de besar la sonrisa de Junmyeon con dulzura, y éste correspondió sin importar quién mirara.
Luego pudieron seguir disfrutando su desayuno, en silencio.
ㅡBueno, debo irme ya ¿Nos vemos más tarde?
ㅡClaro, te llamo luego.ㅡ Kyungsoo tomó su mochila y un par de apuntes que tenía en una libreta amarilla.
ㅡNo sé que horarios tengo de tutor, así que te llamó yo, ¿Vale?ㅡ
Kyungsoo se dispuso a irse, pero Junmyeon estaba distraído, una vez más por las aglomeraciones de el resto.
ㅡ¿Jun, me estás escuchando?ㅡ
Junmyeon levantó la vista para mirar a Kyungsoo.
No tenía ni la menor idea de lo que le decía, pero Junmyeon asintió de todas formas, sabía que el menor odiaba que le ignoraban o que no le prestarán atención.
Pero la atención de Junmyeon estaba centrada en el escándalo que los chicos de la mesa del rincón tenían.
Miró una vez más pero se cruzó con la mirada burlona de Chanyeol. Junmyeon se ahogó con su café, haciendo el tonto, apartando la mirada. El contrario sonrió a la lejanía, satisfecho.
Junmyeon era un chico respetado en el instituto, podríamos decir que era bastante popular y que nadie le molestaba, pero Chanyeol, era distinto, por m.ás que fuese su mejor amigo siempre que estaba con el Kyungsoo le veía de esa manera, porque cualquiera sabía que el bajito odiaba a Chanyeol, que si los ponías juntos en un salón habría caos, y aunque al más alto no le tuviese mala sangre al novio de su mejor amigo, odiaba que le mirarán mal o divulgasen de él, lo que Kyungsoo amaba hacer, y todo era por una razón.
La primera vez que Junmyeon y Chanyeol se vieron fue en el primer día de clases hace ya casi cuatro años, se sentaron uno al lado del otro y desde entonces se habrían vuelto buenos amigos. Hacían todo juntos y prontamente se volvieron inseparables; pero típicamente Junmyeon con el tiempo comenzó a sentir algo más.
Sin embargo lo ocultó, quería mantener la amistad que había entre ellos, así, se quedó callado como un cobarde, amordazando a su corazón, y a sus gritos, que con el paso del tiempo se hicieron desgarradores, desesperados.
Hasta que el pesar dentro de su pecho fue demasiado, y necesitado por probar sabor de sus labios, una noche, en la habitación de Chanyeol, Junmyeon le confesó que lo quería y que lo necesitaba.
Entonces, bastante inocente, creyó que el sentimiento era mutuo.
Esa noche se besaron por primera vez, así como pronto lo harían una y mil cien veces, se desnudaron y dejaron que la oscuridad cubriera el deseo de uno, y los sentimientos del otro, uniéndose por fin, sin que ellos supieran que era la primera vez de ambos.
Desde entonces, todo para ellos era sexo; mentira, para Junmyeon era hacer el amor.
Se había enamorado hasta el fondo de Chanyeol. De su risa, su expresión de niño, de como lo manipulaba y de también como le mentía; porque Junmyeon con el tiempo descubrió que Chanyeol no lo besaba, ni lo acariciaba, ni le quería en verdad, sólo se servía de él y su cuerpo.
Aún así el amor era más fuerte, y siempre se convencía a si mismo que un día él notaría el ardiente corazón que tenía y que sólo latía por él.
O eso se decía.
Hasta que hace dos años, en las entrañas del verano, llegó Kim Jongin, el chico nuevo que no sabía contar y que rápidamente se incorporó a su grupo de dos.
Chanyeol y Jongin congeniaron enseguida y así fácilmente, Junmyeon se convirtió en la quinta pata de gato.
Pronto también se dio cuenta que, su amado y mejor amigo sólo tenía ojos para Jongin, podía notar como lo miraba y que sus mejillas se sonrojaban cada vez que el moreno le hacía un cumplido o hasta incluso cuando se burlaba de sus orejas.
Sin embargo a Junmyeon le agradaba Jongin, era gracioso, guapo, alegre y mejor que Junmyeon (Muchísimo mejor), era todo lo que Chanyeol nunca vio en él.
Con el tiempo, después de tanta espera Chanyeol consiguió conquistar a Jongin y estos se hicieron novios poco después, fue para entonces cuando Junmyeon resentido, dólido y hecho pedazos, se alejó.
Aunque al poco tiempo, y resignado, perdonó a su mejor amigo. Aunque siempre existiría esa grieta en Junmyeon, ambos volvieron a ser unidos pero prometieron no volver a confundir su relación, ambos acordaron que todo quedaría pasado y en secreto.
Y para entonces conoció a Kyungsoo y no cabe decir que se había enamorado al instante de aquel dulce pequeño.
Incluso sabiendo todo lo pasado con Chanyeol, Kyungsoo aceptó el desafío de quererle.
Y despacio, pedacito por pedacito, reconstruyó hasta la última astilla de su roto corazón.
Junmyeon olvido todo mal y vivió nuevos amores; aunque el recuerdo le saludaba de lejos todas las mañanas.
Porque el primer amor, es algo que se ama con locura pero no se olvida ni loco.
ㅡKim Junmyeon, me estás ignorando.ㅡ
Junmyeon asintió avergonzado y despidió a Kyungsoo con un pequeño beso. Suspiro pesado por el lío que el recuerdo le había provocado, cómo siempre. Bebió su café somnoliento mientras dejaba sus párpados descansar un poco a cada sorbo.
ㅡBuenos días, JunJun.