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Mal estudiante por natsunoai

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Notas del fanfic:

Hola! Les traigo este fic, que sería un one-shot bello y hermoso pero que se alargó como a 10mil palabras, así que yo creo que se dividirá en tres partes.

Lo tenía escrito como hace cuatro meses pero no sabía si publicarlo, el tema es como tan cliché pero tan dkjnsk que no me aguanté.

Notas del capitulo:

Como Chanyeol es profe de historia (ya, historia era mi mejor asignatura y es la que más entiendo, ojalá me hubiese entrado álbegra en la cabeza porque la encuentro mucho más para fanfics¿? pero a la vida) habrán a veces referencias de eso. Ojalá les guste D:

I


—...Ahora supongo que todos acordamos que vivir en democracia es bueno, es justo, pero la gente después de la crisis del 29 no estaría de acuerdo con nosotros. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, las democracias liberales no consiguieron controlar la cola de problemas de dinero y de sociedad que había dejado este proceso, ni menos la crisis, porque el liberalismo plantea... —Esperó que alguien levantara la mano para contestar, pero todos los estudiantes parecían estar dormidos en sus asientos, así que continuó: —Plantea que el mercado se regula solo, y el Estado no debe intervenir en la economía. Entonces, la gente dejó de estar tan contenta porque el gobierno que habían escogido democráticamente no hacía nada por ellos y empezaron a sumarse a movimientos de izquierda que se veían más prometedores. ¿Alguna pregunta hasta ahora?

 

 

—No es por molestar, Señor Park, pero no entendí nada. —Baekhyun, el alumno más arrogante y presumido de la clase levantó la mano sólo para fastidiar, Chanyeol estaba seguro de eso y también de que lo odiaba y lo había escogido para hincharle las pelotas en cada jodida lección de historia. Quería hacerlo quedar como un estúpido en frente de toda la clase, como él "mandaba" a todo el grupo con ese cuento de chico popular todos le harían caso y comenzarían a molestarlo y hacerle la vida imposible también. Como si ser profesor de secundaria no bastara para ser miserable.

 

—¿Qué parte no entendiste exactamente, Byun? —Le respondió tratando de ocultar su frustración y ganas de mandar toda la puta clase al carajo. Qué le importaba a él que un chiquillo que no vería historia nunca más en su vida no entendiera de la consolidación de los totalitarismos, qué.

 

—Bueno, pues, todo. No entiendo su forma de explicar, va muy rápido. —El chico al hablar miraba hacia él y hacia la clase, como buscando aprobación y los demás no dudaron en decir "sí" o "tiene razón" por lo bajo como ovejas. Claro, lo que le faltaba: tener que pasar todas las diapositivas otra vez, pero ése día no se sentía con ganas de tolerarlo. La noche anterior tuvo que quedarse corrigiendo exámenes hasta casi las dos de la mañana y despertar igual a las seis en punto, traía las ojeras más marcadas que nunca, pero trataba de disimular su desgano, después de todo sus alumnos no tenían la culpa; sin embargo ése chico siempre buscaba el modo de fastidiarlo.

 

—Entonces para la próxima presta más atención y guarda tu móvil. —Volvió a mirar a la pizarra y antes de cambiar una diapositiva le aconsejó: —Y comienza a tomar apuntes también, todo esto entrará en el examen de la unidad. Eso va para todos.

 

Alcanzó a distinguir al muchacho poniendo los ojos en blanco y sacando de mala gana un cuaderno, pero sabía que de todos modos no anotaría ni una sola palabra y continuaría mensajeándose en el celular quizás con quién, tal vez con algún amigo, su novia, el drogadicto que le vendía marihuana, no tenía idea. No debía indagar tanto en la vida de los alumnos, menos en la de ése tipo de alumnos.

 

Mejor así, podía continuar hablando tranquilo de la izquierda comunista con el par de estudiantes que sabía por lo menos escuchaban y la clase pasó rápido. Justo antes de que sonara el timbre entregó los exámenes de la semana pasada desde la mejor nota hasta la peor, como siempre, y el último fue nada más que Byun Baekhyun, rompiendo su récord personal de sacar tres notas insuficientes en la asignatura, reprobando el semestre si no se salvaba de milagro obteniendo un cien en las dos últimas calificaciones que quedaban antes de las pruebas semestrales.

 

El chico se pasó una mano para acomodar su cabello castaño mientras contemplaba su brillante insuficiente marcado con rojo junto a un "¡esfuérzate más!" escrito por el profesor. Y, mientras todos guardaban los libros en sus mochilas para irse a casa, él se hizo el tonto esperando que la sala quedara vacía para poder hablar a solas con el maestro, que a su vez también apagaba el proyector de la clase y ordenaba sus cosas.

 

—Profesor, de verdad no entendí una parte de la clase y me preguntaba si usted...

 

—La lección acabó, Byun, para la próxima pregunta tus dudas de la clase en la clase.

 

—Eso hice, pero usted sólo dijo que prestara más atención y, bueno, eso no aclara mucho las cosas que digamos.

 

Chanyeol se tomó un largo respiro poniendo los ojos en blanco mientras le daba la espalda devolviendo los textos a su lugar. Ése niño quería arruinarlo, estaba seguro, porque seguía jodiéndolo incluso cuando su horario de trabajo había terminado. No entendía por qué la había tomado tan duro con él, por lo general solía caerle bien a sus estudiantes por ser un profesor joven aún y daba la impresión de no estar tan distante de ellos, aunque era exigente y todo ese cuento, pero nunca como para ser aborrecido por todos. Además, Byun Baekhyun tenía fama entre sus colegas por participar de la clase, tener una personalidad que resaltaba entre sus compañeros y calificaciones promedio, en resumen, un líder natural; y el maestro nunca había oído a otro quejarse de que era una molestia, todo lo contrario.

 

—Bien, ¿necesitas que te explique todo otra vez? —el chico asintió— Bueno, entonces tienes que quedarte al reforzamiento el miércoles después de clase. —Sabía que con esa respuesta lo espantaría, a nadie le agradaba quedarse dos horas escuchando su parloteo histórico cuando podrían estar durmiendo, jugando, conversando o metidos en internet, Chanyeol no tenía idea de qué hacían los chicos para entretenerse estos días, pero de seguro no les parecía gracioso pasar tiempo extra en la escuela.

 

—Perfecto. Lo veo entonces el miércoles a las...

 

—Cuatro cuarenta y cinco. En punto. Los atrasados se quedan tiempo extra. —El profesor sonreía triunfante para sus adentros sintiéndose liberado de ese mocoso al mismo tiempo que tomaba su bolso y caminaba fuera de la sala. —Nos vemos, Byun.

 

—Nos vemos, señor Park. —Pero Baekhyun tenía un plan.

 

 

 

II

 

 

 

Chanyeol se sentó en la silla del escritorio en medio del salón de historia listo para revisar exámenes con el marcador rojo, era su rutina habitual todos los miércoles por la tarde, ya que sabía que nadie se quedaba al reforzamiento de su asignatura, no era obligación y al parecer a los estudiantes les parecía demasiado aburrido e innecesario venir. Bien por ellos, decía el profesor, más tiempo para planificar y revisar pruebas tranquilo para él, y le pagaban también por dale clases especiales a la nada, era perfecto.

 

Nadie había asistido a su taller subenotas desde el principio del semestre, cuando el director Kim pasó anunciado por todos los salones que se ofrecería crédito extra al que se quedara fiel a los reforzamientos, sin faltar a ninguno, pero éso a Chanyeol le duró nada. Las primeras veces vinieron un par de chicas de último grado y otros tres de segundo, pero su presencia se fue esfumando de a poco.

 

Todo normal hasta que la puerta de la sala se abrió y entró quien menos quería ver: Baekhyun. Se maldijo por haberle dado la idea el lunes con ganas de golpearse la cabeza contra el escritorio de madera y matarse, pero se contuvo. Lo más probable era que fuera sólo esa vez y luego se marchara para molestar a otro desafortunado profesor.

 

—Cuatro con cuarenta y cinco, puntual. —Señaló mientras cerraba la puerta. Mierda, incluso traía su mochila y un cuaderno en la mano, esto iba en serio.

 

—Sí, qué bien. —El maestro fingió alegría. —Toma asiento en cualquier parte y empecemos.

 

Ni se molestó en encender el proyector, sólo se quedó apoyado en su escritorio dispuesto a responder sus dudas o hacer la clase de forma oral. Extrañamente, el estudiante sí tomaba notas y sacó su móvil sólo una vez para ver la hora y luego lo guardó en su mochila, además hacía preguntas con sentido. Chanyeol estaba un tanto espantado, algo traía entre manos para fastidiarlo aún más. Lo dejó respondiendo unas preguntas de su texto mientras él trataba de volver a la rutina de revisar pruebas, pero no podía evitar mirar de reojo lo que el alumno hacía, y, efectivamente estaba respondiendo esa mierda que de sólo verla daban ganas de salir corriendo: eran cerca de diez preguntas donde había que inferir y "demostrar" que entendía bien los conocimientos, en otras palabras, respuestas de media plana mínimo cada una, al mismo tiempo que subrayaba y hacía notas en el libro. Qué.

 

—Profesor, creo que terminé. Pero tengo una pregunta, ¿puede venir? —Chanyeol se puso de pie, imaginándose que todo era una trampa y que sólo quería alterarle los nervios como lo hacía siempre, pero empezó a hablar de forma coherente y a preguntar más cosas que ni siquiera estaban en el libro. Se sentó junto a él en el banco de al lado para marcar ciertas zonas del mapa de Europa del texto y se quedó ahí explicándole más profundamente mientras el chico tomaba apuntes.

 

La hora del reforzamiento estaba a punto de terminar cuando Baekhyun cerró su cuaderno y su profesor estaba levantándose pero lo detuvo con otra pregunta:

 

—Señor Park, ¿no hay ninguna forma en que pueda subir la nota del último examen? —Chanyeol negó con la cabeza: así que por eso venía, quería que le arreglara las calificaciones, pero no. Él no era ese tipo de profesor. —¿No? ¿ni siquiera si... Me esfuerzo mucho? 

 

El estudiante puso una mano sobre su rodilla y comenzó a subir y bajar a medida que hablaba, sin dejar de mirarlo a los ojos en ningún instante. El profesor se quedó helado, qué mierda tenía en la mente ese niño atrevido y desvergonzado, ¿quería que fuera a la cárcel o algo así? Tal vez planeaba arruinarlo de esa forma, ¿qué acaso tanto lo odiaba? y volvió a sus sentidos justo a tiempo para apartar la mano con delicadeza, como si nada hubiese ocurrido y se puso de pie con rumbo a su escritorio.

 

—No. Ni siquiera si te esfuerzas mucho, mejor pon más atención y arreglas tus notas con los últimos dos exámenes. Ahora vete a casa, la clase terminó. 

 

—Pero ¿por qué? no se ponga nervioso, sólo estaba haciendo una pregunta. —El muchacho se acercó y se sentó descaradamente en la silla de su escritorio mientras Chanyeol lo miraba molesto y, antes de que pudiera alejarse de él, volvió a pasar la mano por donde mismo, deteniéndose en su entrepierna. Pero esta vez, el profesor lo apartó brusco de un tirón y Baekhyun se enderezó como si nada, tomando sus cosas y caminando hasta la puerta. —Me esforzaré más entonces.

 

—Byun... —El más alto no entendía nada, pero parecía que el chico no quería dejarlo hablar, interrumpiendo.

 

—Ya sé, profesor: la clase acabó. Ya me voy, ¡nos vemos el otro miércoles en la tarde!  —Anunció desde la puerta, para después susurrar sonriendo: —Lindos pantalones, por cierto.

 

Chanyeol sabía que quería mortificarlo, quería mandarlo al infierno, no, no podría hacer eso porque ese niño ya era el mismo demonio. Dios, además tuvo el descaro de advertirle que vendría otra vez la próxima semana siendo que perfectamente recordaba que tenía clase con su curso mañana por la mañana, ¿cómo lo miraría al entrar al salón? 

 

Lo iba a meter en un lío, estaba seguro. 

 

Lo peor era que ahora sus pantalones le estaban apretando y mierda, mierda una y mil veces porque no, no iba a tocarse pensando en ése niño. Byun Baekhyun debía tener catorce o quince años con suerte, y él pasaba los veinticinco por unos meses y era su profesor. Estaba mal, era inmoral, sucio e incorrecto por donde se mirara.

 

Tomó sus cosas y cerró con llave su salón para ir directo a la sala de profesores y largarse por fin de la maldita escuela, pero vio algo que le hizo tener la misma sensación de vértigo que experimentaba al mirar desde un precipicio, como si su estómago fuera perforado por dentro. Ése jodido niño estaba hablando con Junmyeon, el director, y lloraba ¡lloraba!, podía imaginarlo inventando historias de cómo el profesor de historia lo había obligado a tocarlo y quizás qué mierda y sentía que su corazón iba a salirse.

 

Decidió esperar dentro del salón de maestros fingiendo que anotaba cosas en libros de clase hasta que distinguió a Junmyeon acercarse, pero venía acompañado del chiquillo que aún sollozaba, limpiándose las lágrimas con la manga de su uniforme escolar mientras él lo reconfortaba. Lo sentó en un sofá de la esquina y le dio una mirada feroz al profesor antes de pasar a hacerle un té al alumno y entregarle un pañuelo. Cuando el director estuvo fuera de vista, Baekhyun dejó de lloriquear como si nada y le dio una sonrisa traviesa a Chanyeol.

 

Hijo de puta.

 

El maestro puso los libros en su lugar y se acercó rápido a hablar con el director.

 

—Junmyeon, escucha, yo no hice-

 

—Shh, Señor Kim para usted, Señor Park. Y deme un segundo, hablaré con usted de inmediato así que espéreme en la recepción. —El director estaba más serio que nunca, y Chanyeol tragó lento, asintiendo y saliendo de la habitación.

 

Los minutos se le hacían eternos, más aún si la secretaria todavía seguía en el colegio y no paraba de hablarle de cosas sonsas que le importaban un carajo. Hasta que por fin el motivo del fin de su existencia abandonó la escuela sin siquiera mirarlo, y Junmyeon no demoró nada en llamarlo hasta su oficina.

 

—Señor Kim, —se aclaró la garganta. —¿Qué le dijo exactamente Byun Baekhyun? —El director lo miró un tanto extrañado, y no tardó en reírse divertido. Chanyeol sintió que por fin podía respirar.

 

—No me digas Señor cuando estamos a solas, Chanyeol, éso es sólo para guardar las apariencias en frente de los alumnos, sino creerán que aquí no existe jerarquía y comenzarán a ponerse confianzudos. —El profesor de historia asintió, asomando de a poco una sonrisa de alivio. —No me dijo nada, no seas metiche, sólo quiere mejorar en las notas y esas tonterías. Ahora, ¿de qué querías hablarme?

 

El más alto se quedó en blanco. 

 

—Ehm, yo, lo que pasa es que... 

 

—¿Es por lo de la cafetera? —Chanyeol no tenía ni idea de qué le estaba hablando, pero asintió sintiendo la salvación divina. —Ah, no te preocupes, sé que no fuiste tú.

 

Acabaron desviando el tema de la cafetera misteriosa a otras cosas, riendo y haciendo chistes malos porque le seguía resultando incómodo hablar con él, ya que era casi quince años mayor y estaban en una sintonía totalmente diferente, además, era su jefe y Chanyeol era relativamente nuevo en la escuela;  hasta que por fin se despidieron en el estacionamiento para ir a casa. Se había salvado, pero sabía que ése niño lo haría sufrir tarde o temprano, y esta vez lo quiso provocar. Tenía ganas de romperle el cráneo contra la pared cuando lo viera, pero luego trataba de tranquilizarse diciéndose que sólo era un chiquillo estúpido que quería molestar.

 

 

 

III




No supo si Baekhyun lo estaba evitando o se estaba guardando para el miércoles por la tarde porque coincidentemente no asistió ni a la clase del jueves ni tampoco a la del lunes de la semana siguiente, pero estaba presente el resto del día. Volvió a ver su rostro de niño mimado y amado por todo el cuerpo estudiantil puntual otra vez un cuatro para las cinco en el salón de historia, y Chanyeol trató de poner su mejor cara al preguntarle de qué mierda quería fingir que tenía dudas para después hostigarlo, pero nunca se esperó tanta osadía y atrevimiento de su parte:



—Profesor, ¿por qué no continuamos lo que dejamos a medias la semana pasada? —Esta vez pasó directo a sentarse sobre su escritorio, quitando algunos archivadores y libros de encima para acomodarse bien con los ojos atentos de Chanyeol siguiéndolo, que estaba sentado a centímetros de él en su silla, pero se puso de pie tan rápido como pudo; aún así el estudiante alcanzó a sujetarlo por la muñeca atrayéndolo hacia sí y poniendo sus piernas alrededor de sus caderas como pudo para no dejarlo escapar. —No mienta, sé que le gustó y que después tuvo que, hmn, ya sabe. Pero puedo hacer mucho más que eso con las manos.


Lo acercó lo más que podía para robarle un beso que él no quiso corresponder al mismo tiempo que lo manoseaba en la entrepierna buscando el cierre de sus pantalones. El profesor no paraba de maldecir por dentro pensando en darle un golpe directo en la mandíbula, pero eso sería aún más problemático y se apartó bruscamente, limpiándose la boca y arreglando su ropa.


—¡Estás enfermo? ¿qué es lo que quieres, que me despidan, que te arregle las notas en los exámenes?


—No se ponga tan agresivo, Señor Park, ¿o debería decirle Chanyeol? nos queda mucho tiempo aún. —Hablaba relajado y con una sonrisa perversa impregnada a medida que se bajaba del escritorio y caminaba hacia él. —No quiero que lo despidan, me encanta tener un profesor de historia tan caliente. —Lo arrinconó contra un estante con libros y quería volver a tocarlo, pero Chanyeol fue más rápido y sostuvo sus manos.


—¿Entonces esto es por tus calificaciones?


—No, no soy estúpido. Después todos se darán cuenta de que me sube el puntaje y no quiero que nadie se entere de lo nuestro.


—¿Lo nuestro? ¡De verdad estás enfermo! Me largo. —Chanyeol se disponía a salir sin ninguna de sus cosas, no importaba, quería alejarse de ese chico asquerosamente extraño. Sin embargo, ya lo tenía atrapado, y habló justo cuando estaba abriendo la puerta con un tono lastimero.


—Si se va ahora, iré con el director. —Lloraba como si estuviese protagonizando la escena más triste en la historia del cine entero, era increíble, maldito, maldito hijo de puta. —Y le diré que usted... ¡Que usted me obligó a tocarlo!


—Nunca te he obligado a nada y no te he hecho nada, fuiste tú quien-


—¡Usted me obligó! —Ahora gritaba mientras lloraba, era patéticamente desequilibrado. El profesor se vio forzado a retroceder y cerrar la puerta, pidiéndole que se calmara y que no hablara tan fuerte porque cualquiera podía escuchar. Paró de llorar casi tan rápido como comenzó. Estaba demente. —Y yo, que soy sólo un niño que quería subir sus notas, el director ya lo sabe, usted mismo lo vio ayer. Y usted, un profesor nuevo que me encierra en su salón de historia, solos, ¿a quién cree le van a creer?


—¿Entonces qué mierda quieres de mí? ¿mortificarme? ¿volverme loco?


—Cierre la puerta, con llave. 


Chanyeol sabía que no debía hacer eso, estaba estrictamente prohibido encerrarse en cualquier salón por prevención de alguna catástrofe o algo así, y más aún si era con un estudiante, solos, dentro. Si un conserje lo descubría al pasar revisando las salas por el pasillo estaba de seguro en problemas de todas formas.


—No se puede, y sabes que no se puede. Me van a despedir si se enteran, ¿entiendes?


—Es que quiero que lo hagamos, —Baekhyun volvió a subirse a la mesa del profesor —en este escritorio. Imagínese quitándome el uniforme lento mientras me toca y yo lo beso gimiendo su nombre con ganas, hasta que toda la ropa caiga al piso, y yo lo dejo que me lo haga fuerte y que se venga adentro. Sólo imagínese y querrá cerrar con llave, porque piense, si alguien entra de improviso y lo ve corriéndose dentro de un alumno desprotegido que llora por ayuda ahí sí estará en problemas, ¿no cree?


El maestro comenzaba a sofocarse, como si le faltara el aire repentinamente porque sabía que ese maldito estudiante lo tenía inmovilizado y a su merced. Quería salir corriendo, pedir ayuda, matarse, matarlo a él, pero ninguna de las opciones era factible: nadie le creería, iría a la cárcel o lo despedirían en cualquiera de los casos. Y al mismo tiempo involuntariamente la sangre comenzaba a bombearle entre los pantalones con esa vocecita de mierda que ponía al hablar el desgraciado, rogaba para que no se diera cuenta porque estaría aún más jodido que antes si eso pasaba. Antes de que pudiera decir cualquier cosa, el chico volvió a hablar:


—Pero entiendo que no puede encerrarnos, está bien, sé que no quiere que nos descubran tan pronto. Así que, —Llegó hasta él y puso su mano sobre la suya, que estaba en el pomo de la puerta y la cerró de un tirón. Chanyeol miraba cada movimiento atontado, no sabía qué decir porque su estudiante podía responderle cualquier cosa que lo perjudicaría aún más —vamos a cerrar la puerta y veremos qué podemos hacer. Esperemos que nadie entre sin tocar.


—Baekhyun, esto esta mal. No deberías, no deberíamos... —No tenía idea de cómo se estaba dejando llevar de vuelta hasta su mesa, ¿de verdad era tan débil? Debía hacer algo, pero no podía pensar en nada, estaba histérico por dentro. Incluso lo llamó por su primer nombre y él nunca nombraba así a sus alumnos.


—Relájese, nadie se va a enterar y no le diré a nadie tampoco, será nuestro secreto. Ahora siéntese. —Lo empujó de manera sutil hasta la silla de su escritorio y se metió debajo de la madera, que por suerte era cerrada, así si alguien entraba de improviso podría esconderse sin ser visto.


Chanyeol trató de apartar las manos del estudiante un par de veces cuando comenzó a manosearlo descaradamente pidiéndole que lo disfrutara, cómo se atrevía, "disfrutarlo", claro. Estaba hecho un manojo de nervios y confusión pensando que lo que estaba haciendo era mucho más que indecente, que era un niño, pero mierda, ése niño la chupaba como los dioses y tenía unas ganas tremendas de jadear o gemir pero se mordía los labios porque todo estaba tan mal en ese instante y Baekhyun seguía pasando su lengua de arriba a abajo haciendo ruidos sucios cada vez que podía y-


El móvil del profesor comenzó a vibrar sin aviso sobre el escritorio, haciendo que ambos se alarmaran y el estudiante se detuvo por un segundo. Chanyeol no quería contestar y dejó el aparato sonando y moviéndose por la mesa al ritmo de las vibraciones al mismo tiempo que respiraba pesado.


—¿Qué acaso no va a contestar? Será mejor que lo haga o podrían pensar mal, qué se yo. —Su alumno le preguntaba por debajo, hablando bajito, así que le hizo caso. Era un amigo suyo, y le respondió con que aún estaba en clases trabajando pero el tipo insistía, es decir, Baekhyun vio una oportunidad y la tomó, volviendo a saborear a su profesor sin siquiera esperar que terminara de hablar, sólo para joderlo un poco más.


Chanyeol comenzó a hacer sus respuestas más lentas y torpes, ahogando las ganas de soltar un ruido indecoroso y Baekhyun descaradamente le susurró "concéntrese, Señor Park", hasta que terminó la llamada. Maldito niño hijo de puta.


Sintió que iba a correrse cuando la mano del estudiante empezó a subir y bajar más rápido al ritmo de su boca, y quiso alejarse porque se mortificaría aún más si se iba dentro de la boca de un estudiante, pero él mismo se negó, tomándolo todo dentro, haciendo arcadas y tosiendo después. 


Su profesor se apuró en buscar algo para limpiarlo en el cajón de su escritorio y le tendió un pañuelo, pidiéndole que lo escupiera todo y en parte lo hizo, pero aún así tragó lentamente, como incitándolo y a Chanyeol otra vez le vinieron esas putas ganas de romperle el cráneo o darle un golpe en la nariz porque, mierda, se veía demasiado caliente. 


—Sigamos en su casa la próxima semana, profesor. —Y Chanyeol advirtió que estaba totalmente perdido porque no podría decirle que no. Lo sabía.

 

Notas finales:

¿qué les pareció, les tinca que suba lo que falta? D: 


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