Las clases habian pasado lentas, más la hora de retirarse de la escuela había llegado. La chica de cabellos negros corría cargando su mochila y su chaqueta de la escuela, su larga cabellera flotaba al viento como bandera siendo ondeada al son de la libertad, su falda cubría lo necesario siendo sacudida por la velocidad de los pasos que daba y el mismo viento que se hacía presente en situaciones como esa, pero eso no le importaba en absoluto, lo importante era llegar a su hogar, prender el móvil y escuchar el ringtone que indicaba el haber recibido un mensaje, pero no cualquier mensaje, se trata de el mensaje que hace su corazón latir a mil por mil, del que hace que sus mejillas estén a punto de estallar y que dibuja una boba sonrisa en sus labios sabor durazno. El mensaje de su mejor amiga de casi toda la vida.
Se conocían de hace 10 años, crecieron juntas, fueron testigas de los cambios que se hicieron presentes en ellas al pasar el tiempo,
compañeras, amigas, complices, hasta que por razones dolorosas se tuvieron que separar, aunque claro, ese no fue un inconveniente.
Cualquiera diría que son las mejores amigas de este mundo, pues su amistad, a pesar de ser contrarias en casi todos los aspectos, era de admirar. Sin embargo, un día las cosas cambiaron, un día cruzaron los limites permitidos entre unas simple mejores amigas, pasando a otro nivel: Amantes, o como ella decía, "amantes", porque en realidad no había forma de catalogar su relación desde un tiempo para acá. Simplemente se dedicaban a ser ellas mismas, no creían necesario etiquetarse a sí mismas como algo.
Un "buenas tardes" era suficiente para detonar la bomba que tenía en su corazón, no sabía si estaba loca, no sabía si en realidad ella era la única que creía en "eso", en un "nosotras", pero amaba la idea de estar enamorada... si es que a eso se le llama estar enamorada, lo único que sabía era que ese "buenas tardes" que acababa de recibir lo era todo, significaba mucho para ella.
Así iniciaba una conversación más. Se escribían a diario, se divertían, se sinceraban y bromeaban, incluso jugaban al juego que ellas mismas crearon desde aquel día en que sus manos se sujetaron con fuerza y sus corazones aceleraban el ritmo de sus latidos.
Ella soñaba, imaginaba a veces que quizas, solo quizas, ese "juego" no era del todo un juego. A veces imaginaba cómo sería andar de la mano con ella, esa chica alta de ojos color miel. Pensaba en qué se sentiría intercambiar palabras de esas que los enamorados se decían el uno al otro, porque eso hacían, pero la ambigüedad de si esas palabras eran sinceras, era enorme.
Habían cosas que le frenaban a sincerarse con sus sentimientos, a veces se sentía libre, otras se sentía cual pajarito enamorado de su jaula, pero había algo que si sabía, la extrañaba, sea de la forma que sea, existía un vació en ella.
*Quiero ver
tu risa todo el día
escuchar la melodía de tu voz...*
Ninguna de las dos estaba dispuesta a dar el "siguiente paso". De repente una de las dos se frenaba en el mejor momento, haciendo dudar a la otra. La incertidumbre era el pan de cada dia de estas dos, pero eso no les impedía se felices, esbozar esa boba sonrisa típica de los enamorados al leer los mensajes de la otra. Sabían que había algo, más no sabian su autenticidad.
Se valía soñar, ella no puede leer la mente de su mejor amiga, pero si que sabía lo que sucedía en la suya. Cada vez, antes de dormir, recordaba esos "te amo" que se escribían junto a un par de corazones, se quedaba dormída imaginando un "¿Qué pasaría si...?" Soñaba con un "nosotras", pero, ¿Realmente existía un "nosotras"?
La amistad era algo intocable. Eran como dos chicas en una, eran mejores amigas, hermanas, de eso no había duda, eso era sagrado, algo puro, incorruptible, sabían que, pasara lo que pasara, esa amistad seguiría intacta con el pasar del tiempo. Por otra parte, eran amantes inexpertas en el mismisimo amor, apesar de haber estado enamoradas de otras personas anteriormente, como es lo normal entre las adolescentes. Lo que ellas mismas sentían seguía siendo un enigma, mas bien un dogma, algo que no puede comprobarse,
pero se sabe que está ahi, latente, vivo.
Se deseaban, lo sabían. Aquellas caricias no salieron de la nada. En su cabeza no cabía la posibilidad de que su amiga le brindara
caricias vacías, ¿Cómo sería posible que la hiciera sentir tantas cosas si sus caricias eran falsas? Eso era imposible, al menos para ella.
*Quisiera ser el brillo de tus ojos
el peine que desnuda tu esplendor
la esquina que te ve cuando caminas... *
Tantos "quisiera", tantos "me gustaría" escondidos en lo profundo de su corazón, y en las páginas de su libreta, la cual protegía con su vida propia, pues en ella se encuentran los secretos, sus fantasías, sus desesos, sus sueños, todo. Gran ventaja el saber dibujar, de otra forma ¿Cómo podría desahogar lo que siente? No podría decirlo, nunca, a menos que se sintiera correspondida.
Correspondida... el ser correspondida era de sus peores miedos.... ¿Y qué tal si fué la única que se salió del juego y lo llevó a la realidad? ¿Qué tal si fué la única en "caer"? ¿Y si nada de lo que ella creía era cierto? A veces lloraba, le suplicaba abiertamente que no jugara con ella, no todas las noches soñaba con ser feliz al lado de quien ella empezaba a amar, a veces tenía pesadillas, pesadillas aún mas reales que esos sueños lindos y cursis que tenía de vez en cuando.
Intentaba alejarse, abandonar ese juego y ser mas objetiva, concentrarse en su papel de amiga más que en el de cualquier otra cosa que no fuera concreta. Creía haber borrado esos "sentimientos", más no sabía que su corazón está hecho de polvora, y la mas minima chispa la podía hacer estallar por completo. Y un día, volvió a arder.
*La forma de tus labios
y quiero ser tu ultimo dolor
te pido que me cures esta herida
yo se muy bien que no es tu obligación
tan solo si amortiguas mi caída sera mi salvación... *
Entonces, se hicieron una promesa: "Seguir juntas, pasara lo que pasara." Ambas sabían el verdadero significado de eso, era una declaración oculta en promesa, era un "amarnos sin importar nada" Un juramento secreto, para un amor secreto.
Porque a veces las mejores cosas suceden en lo secreto, en la comodidad de una cama, en el silencio de una habitación, en la
privacidad de la bandeja de mensajes de tu móvil, en lo profundo de tu corazón.
*Prometo intentar no hacerte daño
prometo darte todo lo que yo
prometo regalarte sin reparo mi corazón...*
"La mejor declaración de amor es aquella que no se hace."
FIN.