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Para Amar por midori123mii

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Notas del fanfic:

¡Hola! Este es mi primer fanfic. Ojalá les guste ^^

Por cierto, aquí la historia se desarrolla en Chile, con personajes chilenos (fiel a mi país xd) Así que será mejor que se busquen un diccionario con modismos chilenos o algo así, por que tiene muchos. Lo que significa también que los personajes hablan muy cochino a veces xD Les dejo esa advertencia <3

Notas del capitulo:

¡Chan chan! Como que le puse mucho webeo al capítulo pero qué más da xD Por algo hice personajes tan weones njrekgh4

Pd: Por si no lo han notado, los títulos de los capítulos son totalmente random xD

¡Disfruten! <3

Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de la boca. Esa, su boca, es mi cita favorita. - Julio Cortázar


- Aquí están, toma - dijo alcanzándome unos pantalones
- Gracias - dije tomándolos - Espera, estos son míos ¿por qué los tienes?
- Los olvidaste cuando te quedaste a dormir hace como 2 semanas - me dijo con un tono irónico
- ¡Cierto! Siempre se me olvidaba venir a buscarlos
- ¡Qué sorpresa! ¿Por qué no aprovechas para llevarte todas tus cosas? Mi pieza está llena.
- No, que paja - me di vuelta para ir a su habitación
- ¡flojo de mierda!
- ¡Gracias! - cerré la puerta ruidosamente y empecé a desabrocharme los pantalones
- ¡Pipe! – me saludó una amiga en la salida del colegio
- ¡Cami! – la saludé feliz, me acerqué y le di un beso en la mejilla, sucesivamente saludó al Juan
- ¿Qué haces aquí? ¿te andas pelando? – le pregunté en broma
- ¡No! – negó rotunda mientras se reía – los vine a ver no más
- ¡Qué tierna es esta niña, se sacrifica bajo el frío para vernos! – dije dramáticamente- con una mano en el corazón
- ¡Qué tonto eres! – siguió riendo - ¡Mira! Él es Rodrigo, mi nuevo BFF
- A mí no me engañas, te estás pelando con él
- ¡Ya para! Él es Felipe – se dirigió al Rodrigo
- Hola - me dijo con una gran sonrisa
Su sonrisa era tan amplia y natural que parecía emerger inconscientemente, venía acompañada de risitas coronadas por unos hoyuelos. Simplemente expresaba tanto que sentía como si cada gesto y palabra suya fueran la absoluta verdad, un sinceramiento con su alma y con la de los demás. Eso pensé casi todos los días después de haberlo conocido.
- ¡Hola! – le respondí risueño – éste es mi pololo – abracé a Juan –se llama Juancho
- No le hagas caso, es retrasado mental – dijo rechazando mi abrazo
- Tomaré en cuenta tu consejo – respondió Rodrigo
- Ayer no decías lo mismo – seguí bromeándole al Juan
- Ya cállate – me golpeó
- ¡Ah! ¡¿Por qué tan fuerte?! – me quejé sobándome la cabeza
- Por weón – sentenció Juan
- ¡Esto parece pelea de casados! – dijo la Cami sin poder parar de reír
- ¡Sí, claro! – respondió sarcástico
- Pero en serio ¿hace cuánto que son amigos ustedes dos?
- Hace… – empecé a hacer cuentas con los dedos - ¡Hace 5 años!
- ¡Caleta! – exclamó Rodrigo algo sorprendido
- Sí, desde que llegué el primer día de clases – agregué contento
- ¡Qué lindos! ¿Y hace cuánto que son pareja? – preguntó Cami
- ¡Ya paren de lesear! – exclamó Juan haciendo que todos nos riamos, la Cami se fijó especialmente en mi sonrisa y la del Rodrigo, a la gente siempre le ha llamado la atención que soy muy alegre y siempre sonrío, después me di cuenta de que el Rodrigo también es así.
- ¡Ustedes son tan tiernos! Los dos son muy felices y pequeñitos - dijo señalándonos
- ¡Cállate! No soy pequeñito - protesté, a lo que el Rodrigo comenzó a reír
- ¿Y quién es más alto? - preguntó
- A ver, pónganse espalda contra espalda - dijo la Cami agarrándonos del brazo para ponernos en posición - ¡Oh! El Rodrigo te gana como por medio centímetro - dijo riéndose
- Puta la wea - me quejé pateando el suelo
- ¡Pequeñito! - exclamo el Rodrigo rodeando mis hombros con su brazo mientras yo hacía cara de puchero - ¡Oh, se amurró! ¡Qué tierno! - me apretó una mejilla con cariño.
- ¡Pipe, están dando Sherlock Holmes! - oí al Juan desde el living
- ¡Oh, buena! - corrí inmediatemente hacia allá - Qué buena película, weón ¡Downey culiao rico!
- Me pregunto cuándo pararás de calentarte con Robert Downey - dijo mirando la tele
- Nunca, never in this life - el Juan empezó a reírse y se volteó a mirarme
- ¡Weón, ponte tus pantalones! ¡Para algo te los di, weón! - me gritó con una gran cara de sorpresa
- ¡No le pongai' color! Espera a que termine la parte buena - respondí sin quitar mis ojos de la pantalla
- ¡NO! ¡Anda a la pieza! - me tomó los hombros y comenzó a dirigirme a la habitación
- ¿te da vergüencha? - le dije burlándome
Él sin responderme me soltó y me pateó en el trasero, empujándome hacia el interior de la pieza, y rápidamente cerró la puerta detrás de mí.
- ¿Pero pa' qué tan pesado? - seguí bromeando, ponía voces graciosas con cada cosa que decía.
- ¡Ponte los putos pantalones! - gritó desde afuera
- ¡Sí, mi general! - Me puse los pantalones y salí con pose triunfal - ¡Listo!
El Juan se quedó mirándome frente a la puerta sin expresión alguna, con los brazos cruzados simplemente estaba quieto sin apartar sus ojos duros y persistentes. De repente me sentí ridículo y limpié sutilmente la sonrisa de mi rostro.
- Hoy andas más imbécil que de costumbre - dijo finalmente, ablandó su rostro y agregó - ¿quedaste preocupado?
- ¿Por qué? - dije extrañado
- Porque cuando nos lo encontramos dijo que esperaba a una amiga
- No... - de nuevo siento que se me quema la cara, bajé la mirada porque empezaba a sentir mucha vergüenza, me veía rebajado patéticamente al piso, dependiendo totalmente de alguien que ni siquiera se encuentra presente, ni ahora ni nunca - ...ya no me preocupan esas cosas, solo me sorprendí por habérmelo encontrado... además me vio todo salpicado por el barro... - ¡¡Aaah!! De solo pensar que me vio así me da mucha vergüenza, hace que me duela el estómago.
- Pero ¿estás bien? - Su faceta cambió a una de pura preocupación mientras se inclinaba para mirar mejor mi rostro, yo correspondí y elevé sutilmente la mirada. Recuerdo que antes solía pensar que la sonrisa del Rodrigo era totalmente pura, cuando lo miraba me sentía tranquilo, pero ahora solo me perturba, me hace sentir mareado y al mismo tiempo un poco de decepción, me alegra sentir esta desencantada decepción, me di cuenta de que aquella sonrisa es netamente una máquina, y finalmente pude apreciar la mirada de la verdad, cuando el Juan pone su cara de preocupado me hace sentir culpable porque puedo ver que está deseando sacrificar algo para ayudarme, me conmueve y me entristece, él conduele y yo lamento, pero siento una agradable nostalgia cada vez que me mira así. La pureza. Y no puedo dejar de pensar en aquella frase de Victor Hugo "La melancolía es la felicidad de estar triste" Creo que eso es lo que sentimos cuando intercambiamos estas miradas, melancolía, y lo hermoso de esto es que la compartimos.
- Supongo que sí - me enderecé un poco más para poder mirarlo bien
- ¿Por qué supones?
- Me duele la guata - dije temblando un poco, a lo que me abracé a mí mismo. Me pregunto cuál será la razón por la que me siento así, desde que pasó aquello... ya no entiendo nada. De hecho él parece entenderme más que yo.
- ¿Quieres tomarte algo? Un remedio o cualquier cosa... - me preguntó acercándose con su ademán aflijido.
- No, ya se me va a pasar
- ¿Seguro? - solo asentí sin decir nada - ¿en serio? - asentí otra vez - Ya... - suspiró abrazándome, él es muy alto, cuando me abraza es muy extraño, quedo como encerrado. Lancé un gran suspiro en su pecho, recuperando la respiración. Estuve sin hacer nada unos segundos hasta que lo rodeé también con mis brazos y nos seguimos abrazando.

Notas finales:

Me gustan los apapachos <3


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