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Un ángel desconocido por mitsukilalis

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Notas del fanfic:

hola!!! sigo viva!!! :D

hace siglos que no publico algo y primero que nada me gustaria ofrecerles una disculpa a todos los que seguian mi otro fic (el cual continuare, pero no por ahora) asi que ahora mismo les presento un nuevo proyecto, el cual me ha costado trabajo terminar (porque ya esta acabdo, pero lo subire por partes n_n) espero me apoyen con este nuevo escrito, sin mas me despido, nos leemos luego ^-^/

Notas del capitulo:

Y aqui comienza esta historia, la cual me gustaria compartir con todos ustedes... no se en que pensaba mientras escribia todo esto pero bueno, he aqui el resultado final de todos esos pensamientos juntos... 

Que disfruten de su lectura n_n

 

Parte 1


Dicen que las cosas pasan por alguna razón, sin embargo no logro encontrar explicación alguna para todo lo que he vivido, mi vida completa podría ser catalogada como una pesadilla, ¿acaso existe alguien con peor vida que la mía? Yo lo dudo mucho; ya no me quedan ganas para vivir, ya nada tiene sentido para mí, me siento como un recipiente vacío, como alguien que ha muerto en vida.


- ¡levántate mocosa!- grito, como todos los días, quien me tiene bajo su cuidado, desde que puedo recordar aquel hombre dice ser mi tutor legal, nunca me ha dicho si tenemos algún parentesco por lo que siempre he dudado de su palabra, si tengo padres no lo sé y ya no me interesa, hace mucho que perdí las ganas de vivir o de buscar algo a lo cual aferrarme a esta vida, sinceramente no sé porque continuo aquí, soportando todo.


- dije que te levantes – me tomo con brusquedad del cabello y me jalo hasta tirarme al suelo, olvide que me había llamado hace un momento por estar pensando.


- estúpida mocosa- dijo entre dientes, podía sentir el veneno en sus palabras, antes de salir de la habitación paso a patearme, yo no me queje del golpe y es que ya me había acostumbrado, además no quería que me viera vulnerable y me siguiera golpeando.


Este es mi estilo de vida, vivir bajo en techo de un hombre del cual no sé nada, trabajar todo el día en el llamado “bajo mundo”, en muchas cosas y muchos sentidos, ser golpeada sin motivo y solo para el disfrute personal; no hay libertad ni dignidad en este lugar, uno donde las personas no tienen piedad y nunca perdonan ni el más mínimo error, vivo en un mundo podrido donde el débil muere y el fuerte… siempre está arriba, donde el pobre no tiene voz y rico lo decide todo, incluso donde caminar…


  Tantos años viviendo aquí, no recuerdo cuando fue la última vez que reí o tan siquiera haber sonreído, nunca tuve algo parecido a un amigo, eso al menos desde mi punto de vista, no he sentido lo que es el cariño verdadero… en pocas palabras, mi vida es una porquería.


-¡baja de una vez estúpida!- nuevamente un grito me hizo volver a la realidad, ya me había terminado de cambar, dentro de todo esto al menos tenia ropa algo decente y no como todos por estos lugares, aunque estas prendas solo significaban algo para mi… hoy tendría que hacer “eso”, debería de estar ya acostumbrada pero simplemente no puedo, y es entonces que pienso nuevamente… que vida tan asquerosa llevo.


- ya estoy aquí, ¿A dónde tengo que ir?- mi voz no emitía sentimiento alguno, eso hace mucho que murió en mí, sé que ya no puedo sentir nada de eso, ya no tengo emociones dentro mío.


- te tardaste mocosa, toma – me lanzo una mochila, estaba algo pesada- debes llevar eso al director de la escuela 33, y no te tardes estúpida – no revise el contenido, seguramente eran drogas o alguna otra cosa ilegal, me coloque la mochila y me fui sin decir palabra alguna, aun si dijera algo seria ignorada, aunque antes de salir sentí algunas miradas en mi espala, igual no voltee.


Era cerca de medio día cuando llegue a la escuela, tuve que ir a pie pues no tenía dinero, no me sentía del todo cansada había caminado más en otras ocasiones, aunque mis fuerzas flaqueaban ya que tenía mucha hambre hace días que no pruebo bocado, el estúpido de mi tutor no me ha dado nada en casi una semana, no sé cómo puedo aguantar tanto sin comer, supongo que será la costumbre, pero bueno al menos he podido tomar algo de agua, sino seguro que ya no estaría aquí.


El ambiente escolar siempre me agobia, no es la primera vez que vengo a este sitio pero siempre es lo mismo, se veían alumnos andando por todos lados, unos cuantos voltearon a mirarme pero no le preste importancia, mientras me iba acercando a la oficina el número de alumnos se reducía, una vez llegue al edificio le dije a la secretaria que venía a ver al director, una mujer de unos 40 años me miro extrañada, tal vez era nueva.


-disculpa jovencita, ¿tienes una cita?, porque tú no eres de aquí, ¿o me equivoco? – me hablo amablemente, odio tratar con gente nueva.


- solo dígale que el señor Dush me mando – dije sin cambiar mi semblante serio, a mí me importaba poco ser amable con los demás


- ya veo, entonces espera un momento – dicho eso me señalo una serie de sillas cerca de su escritorio, con fastidio me fui a sentar ahí, no tenía fuerzas para reclamar algo y al menos así descansaría un rato.


   Los minutos seguían su curso, había pasado ya cerca de una hora y el maldito director no haca de presencia, mi paciencia estaba casi al límite


-ya puedes pasar jovencita – la señora me sonreía, yo bufe molesta por todo el tiempo que estuve ahí sentada y con pesados pasos entre en el despacho.


El sitio se veía normal, escritorio, sillas, un librero con varios libros, una vitrina con bastantes trofeos y dos archiveros algo grandes; detrás del escritorio se encontraba un señor leyendo una hojas, posiblemente algunos documentos importantes que se yo, avance hasta quedar en frente de él y deje caer la mochila enfrente suyo.


-aquí tiene, se lo manda Dush – mi voz no expresaba emoción alguna, el director volteo a verme con el ceño fruncido


- tan amable como siempre Kris – dijo él con fastidio, comenzó a mirarme de arriba abajo.


- si no le importa deme el dinero para que todo esto acabe - me  cruce de brazos en un vano intento de protegerme, la mirada que me dirigía no me gustaba para nada.


- ¿Por qué mejor no te quedas y así tendrás más dinero?- sonrió de manera lasciva, eso me causo náuseas y me enojo todavía más de lo que estaba, le iba responder un montón de palabrotas pero justo en ese momento sonó la puerta.


- disculpe director, Evelyn está aquí- la mujer mayor que me había encontrado afuera entro con el ceño fruncido, tal vez escucho lo último que había dicho el repugnante hombre frente a mí.


- hazla pasar – no presto más atención a la mujer y justo cuando esta salió tomo la mochila y vacío el contenido en el cajón central de su escritorio, cuando termino me lanzo la mochila con fuerza.


- toma chiquilla, será para la próxima nuestra diversión- no dije nada, no me inmute ni nada parecido, sabía que “esa diversión” pasaría tarde o temprano aunque yo no lo quiera, y prefería mil veces que fuera más tarde que temprano, de verdad que asco de vida llevo, antes de que pudiera decir algo nuevamente sonó la puerta.


-buenas tardes director – escuche detrás mío una voz que me pareció preciosa, gire para encontrarme con una chica posiblemente de mi edad o tal vez más pequeña, por alguna razón sentí un ligero calor en mi mejillas y como los latidos de mi corazón comenzaban a acelerarse.


- buenas tarde Evelyn, toma asiento- la chica paso a mi lado sonriéndome, en ese momento me sentí nerviosa y me tense un poco, no sé qué me estaba pasando, al menos mi rostro seguía con una mueca de indiferencia aunque la seguía sintiendo caliente.


- Kris nos veremos otro día, salúdame a tu tutor – regrese a la realidad al escuchar la voz del director, el muy hipócrita me sonreía como si fuera una buena persona.


Sin decir nada salí de la oficina, no voltee a ver a la chica, ni a la secretaria, ni a nadie más, solo quería salir de ese lugar rápidamente, al llegar al patio de la escuela comencé a sentirme mareada, me sostuve la cabeza un momento, todo se tornaba borroso y entonces supe que en cualquier momento me desmayaría, mire a todos lados logrando divisar no muy lejos de mí un árbol en el cual podría recargarme, con mucho esfuerzo llegue, me recargue en el tronco y entonces no supe más de mí.


La inconsciencia me iba abandonando, me sentía cómoda donde me encontraba aunque yo recordaba haberme quedado recargada en un árbol y no en algo cómodo y blando, tenía pensado pararme de golpe y alejarme de ahí lo más rápido posible pero algo me decía que no había necesidad de ello, con pereza fui abriendo mis ojos y una vez logre enfocar mi visión lo primero que observe fueron las ramas del árbol en donde estaba, enseguida me di cuenta en donde me encontraba, pero seguía sin saber dónde me encontraba recargada.


-veo que ya despertaste, ¿te encuentras bien? – Esa voz la había escuchado antes, mi corazón comenzó nuevamente a latir con rapidez – no hablas mucho ¿verdad? – solo la miraba desde mi sitio sin decir nada, ella me sonreirá, aquello me hacía sentir extrañamente una calidez en el pecho. Me levante de golpe una vez entendí toda la situación, ella me miraba divertida y yo me mostraba lo más indiferente posible, intente ponerme de pie e irme pero perdí el equilibrio y caí de sentón.


- ¿te encuentras bien? Te vez muy cansada – hablo ella otra vez, la mirada que me dirigía era de preocupación, sin decir nada intente levánteme otra vez


-espera, déjame ayudarte – se acercó a mí y me tomo del brazo, yo me zafe inmediatamente y negué con la cabeza – no sé porque estas tan débil, pero así como te encuentras no creo que puedas sostenerte – me molestaba que me mirara con preocupación pero al mismo tiempo no quería que dejara de hacerlo.


Ella me ofreció su mano, yo me le quede viendo dudando si aceptarla o no, desvié mi vista de su mano a su rostro sintiéndome otra vez extraña al ver sus ojos que reflejaban preocupación, los latidos de mi corazón se aceleraron y sin darme cuenta ya había aceptado su mano.


No estoy con la seguridad de decir el cómo llegue a esta situación, ahora mismo me encontraba en la casa de esa chica Evelyn, por alguna razón me sentía nerviosa pero lo oculte, en estos momentos estaba en su habitación sola pues ella había bajado por algo, mire a mi alrededor con detenimiento sin moverme de mi sitio, a decir verdad la habitación era muy bonita, si yo tuviera una vida normal tal vez mi habitación se parecería a esta…


-espero te sientas cómoda- la voz de aquella chica me saco de mis pensamientos, voltee a verla y traía consigo una bandeja con varios sándwiches y un par de vasos con agua.


-….- asentí con la cabeza sin decir nada,  ella se acercó a mí, dejo las cosas en una mesita que está enfrente mío y me ofreció el vaso con agua, yo tenía la garganta sumamente seca así que me tome el contenido de jalón, al darme cuenta de mi acción me sentí un poco avergonzada pero no lo demostré.


- veo que tenías sed, déjame voy por la jarra, mientras puedes comer – salió de la habitación y yo me quede viendo los sándwiches, se veían tan apetitosos, pero no me decidía a tomar uno, pase saliva mientras los seguía viendo, todavía con duda tome uno y lo observe un momento, ¿estaría bien que me lo comiera? Bueno esa chica dijo que podía y yo ya no aguanto el hambre.


- no están envenenados ¿sabes? – su voz me sobresalto, la mire un segundo, ya venía con la jarra de agua, regrese mi vista a la comida y le di una pequeña mordida al sándwich.


- ¿están buenos? – la mire una vez más y asentí ligeramente, no sabía cómo es que estos sándwiches me resultaban tan deliciosos, tal vez era porque no había comido en días, pero no me convencía del todo esa opción.


En silencio, al menos de mi parte, comí unos cuantos sándwiches más, ella se la pasó hablándome de varias cosas y yo solo me limitaba a asentir o negar si me preguntaba algo.


-Kris… - la voltee a ver rápidamente con el ceño fruncido – así te llamo el director ¿te puedo decir así?


- Kristal, no me gusta que me digan Kris – mi voz sonó vacía, tal vez algo brisca, eso sí parecía no contener emoción alguna.


- ¡que felicidad! Al fin me hablaste – una gran sonrisa adorno su rostro, no pude evitar pensar que se veía muy linda de esa manera- por cierto, muy lindo tu nombre.


No estaba segura si ella se había dado cuenta de mi carencia de emoción al pronunciar aquella oración, en ese momento se veía tan feliz, tan contenta… no quería dejar de ver esa sonrisa y por mi mente paso la posibilidad de hacerla sonreír así siempre.


-tal vez no debería preguntar pero… ¿Por qué casi no hablas? – su palabras me hicieron reaccionar, ¿qué rayos estoy pensando?, voltee a verla y me fije que me veía con preocupación o tal vez era angustia, no sabría decirlo con claridad.


- me es innecesario hacerlo – fue lo único que dije, mi voz sonó más dura de lo que quería.


- ya veo, y tu… ¿vas a la escuela? – Dudo en preguntar, se veía insegura, yo solo negué con la cabeza como respuesta - ¿no estudias? – volví a negar, mi vista se fijó en el reloj que se encontraba en el mueble a su espalada, ya eran las 5 PM, era demasiado tarde ya, no tendría una cálida bienvenida hoy.


- ¿debes irte? – mire a la chica, pude notar tristeza reflejada en su mirada, hoy había visto michas emociones y todas en la chica frente a mí, me pregunto si yo podre sentir eso alguna vez mas… ya estoy perdiendo la esperanza en todo, sino es que ya la perdí por completo.


- ya es tarde – por primera vez sentía que debía decir algo más, ella ha sido muy amable - …gracias, nadie había sido tan amable conmigo – ella no decía nada, me comenzaba a sentir incomoda en este silencio.


- lo hice con gusto Kristal – una hermosa sonrisa se asomó en su rostro, una vez más sentí como mis latidos salían disparados a una velocidad anormal.


- debo irme – me levante rápidamente, ella me imito y sin decir alguna palabra me acompaño hasta la puerta de la entrada.


- fue un gusto conocerte Kristal,  no sé si te veré otra vez, pero… eres bienvenida en esta casa – asentí con la cabeza sin saber que decir, podía sentir un extraño calor en mi pecho ante sus palabras – emm… toma, con este número puedes contactare cuando gustes, aunque no sé si tienes celular – el calor que sentía en mi pecho se intensifico, tome el papel que me ofrecía y lo guarde en la bolsa de mi pantalón – por favor cuídate Kristal – un nuevo asentimiento de cabeza y entonces comencé a caminar en dirección contraria a la casa, cuando ya iba algo alejada algo me hizo voltear atrás.


- ¡Kristal! – Grito la chica desde la puerta - ¡de verdad fue un gusto conocerte, espero vuelvas por aquí otro día! – Ella comenzó a agitar su mano en señal de despedida - ¡por cierto, creo que no te dije mi nombre… me llamo Evelyn! – seguía agitando su mano, no tenía intención de responder a su gesto pero sin darme cuenta ya lo estaba haciendo, parecía que mi cuerpo se había movido solo. 

Notas finales:

Y aqui termina esta primera parte, como dije al principio esta historia ya esta acabada pero la ire subiendo por partes, una cada semana empezando desde hoy.

Si les gusto dejen su review y si no... pues igual déjenlo :P

Nos leemos hasta la otra otra semana, saludos ^-^7


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