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Flowers of despair por Laia16

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Notas del capitulo:

Holis ^_^

Traigo este fi a "espaldas" de mi beta xD
Eli, gracias por apoyarme siempre y lamento haberte desobedecido...:(

Bueno, como siempre, adoro los fics tristes y tragicos y dramaticos y ...bueno, que me encanta hacer sufrir a mis ukes y semes...

El titulo de este fic significa un corazón triste y sin amor. La flor/planta es bastante fea pero me encanta su significado ^_^

Los personajes NO me pertenecen, son propiedad de Kadokawa y Shungiku Nakamura, yo solo los tomo prestados.

 

Un castaño de solo 22 años de edad se encontraba en estado de shock, en sus brazos descansaba un bebé recién nacido. Durante las dos últimas horas apenas había reaccionado, su piel se sentía fría, sus ojos le escocían pues ni siquiera se atrevía a parpadear. Todo había ocurrido muy rápido, de repente comenzó a sentir unos fuertes dolores en el vientre y momentos después ya lo estaban anestesiando para practicar una cesárea.

- Deseo...morir – susurró Misaki en la soledad de esa habitación.

El pequeño bebé comenzó a llorar reclamando por la atención de su “madre”, aunque esta intentaba ignorar esas lagrimas. No podía repudiar a su hijo pero tampoco podía amarlo, era el fruto...era el fruto de un viejo amor, un amor que ya hacía mucho tiempo se había marchitado. El castaño abrazó con fuerza quizás excesiva a su hijo y se unió a su llanto.

Un doctor entró en la habitación descubriendo al castaño llorando, no era la primera vez que veía una reacción así, muchas madres, sobretodo las jóvenes se sentían inseguras, asustadas, desorientadas e incomprendidas, por lo tanto comprendía como debía sentirse ese chico.

- Es un niño sano – susurró el doctor caminando directo hasta el joven.

- ¡No me importa! ¡No me importa! ¡No quiero saber nada! - chillaba el castaño negando con la cabeza con ese pequeño bulto aún entre sus brazos.

El doctor había entendido en un primer momento la reacción del chico pero la negación de la salud del bebé no la entendía, no podía comprender por qué ese chico rechazaba tajantemente esa pequeña e inocente existencia.

- Procederé a revisar su cicatriz – le informó el profesional de la salud bajando un poco los pantalones del joven dejando ese abultado vientre al descubierto.

La marca de ese parto aún era visible, estaba totalmente enrojecida e hinchada, las suturas se marcaban pero el doctor esperaba en las próximas semanas fuera desapareciendo gradualmente y finalmente la propia piel absorbería esos puntos.

- Todo está correcto...debe descansar, si lo desea puede dejar el bebé con una enfermera – le sugirió con amabilidad y suma tranquilidad el doctor.

El chico obedeció las indicaciones del medico, permitió que una enfermera se llevase a su pequeño hijo. El cansancio hizo mella en ese frágil cuerpo y terminó por rendirse al sueño.

Misaki despertó tres horas después a causa de una intensa pesadilla, apenas la recordaba después de despertar tan abruptamente, inconscientemente se tocó la cicatriz, quizás algún día esa fea marca desaparecería pero lo que nunca podría desaparece era lo que esa cicatriz significaba. Por un breve momento pensó y deseó haber tenido un hijo muerto, hubiera sido menos doloroso, pero en lugar de eso tuvo a un pequeño bastardo que jamás sería reconocido por su padre.

Una joven enfermera tocó la puerta y entró, cargaba en sus brazos el hijo no deseado del castaño.

- Su hijo...creo que necesita su calor – dijo tímidamente la joven muchacha.

- No..no lo quiero – confesó Misaki reacio a sujetar otra vez a un hijo al cual no amaba y jamás podría amar.

- Pero... - insistió la muchacha aunque fue detenida por otra negación del joven.

- ¡He dicho que no quiero coger al niño! ¡Llévatelo!

La enfermera obedeció asustada, retrocedió y abandonó la habitación. El joven se cubrió su pálido rostro con ambas manos apretando con fuerza la piel de su cara con la yema de sus dedos y sus parpados con fuerza, sabía que pronto debería abandonar el hospital y debería hacerlo cargando esa “lacra” consigo. Todo su mundo se había desmoronado, no tenía trabajo, su hermano había decidido tener otro hijo, no tenía dinero ni un lugar al cual cobijarse, pero no estaba dispuesto a volver a ser una carga para nadie, prefería mendigar por la calle con su hijo a pedir dinero prestado de su hermano o su cuñada, quizás en el pasado cuando aún era un niño lo hubiera aceptado pero ahora adulto y debía valerse por si mismo.

Esa mañana uno de sus últimos amigos, Shinosuke Todou lo visitó, era un buen y fiel amigo, el único que lo acompañó durante todo el proceso de su embarazo, el único que no lo juzgó, pero por desgracia Misaki no se había atrevido a contarle toda la verdad a su amigo y compañero de estudios, había un secreto que no se atrevería jamás a confesar.
Todou le llevó unos “mochis” de té matcha, eran dulces por fuera y agridulces por dentro, un raro y curioso antojo de Misaki durante casi todo el embarazo.

- Me han dicho los doctores... que es un niño sano y fuerte – sonrió alegrado por la buena noticia.

- ¡¿Puedes dejar de hablar del niño?! - le gritó el chico de hinchados ojos verdes.

- Lo...siento – se disculpó su amigo comprendiendo como se sentía su compañero.

Misaki se sentía miserable e insignificante, él había tenido que abandonar los estudios por culpa de su embarazo el cual al ser un hombre y además joven era un embarazo de riesgo, Todou le había aconsejado abortar pero Misaki por egoísmo se había negado, no por preocupación o lastima por el bebé, si no por qué no deseaba ni aceptaba someter a su cuerpo a un aborto.

- ¿Deseas que te traiga algún manga en especial? - preguntó el moreno cambiando de tema para no incomodar a su amigo.

- No, lo siento...deseo estar solo... - otra vez el muchacho caía presa de la tristeza y el dolor.

Shinosuke se levantó de la silla donde estaba sentado, pero antes de retirarse quiso darle un buen consejo a su amigo.

- Ahora ya no puedes desecharlo, tuviste la oportunidad...afronta tu realidad.

Después se retiró cerrando delicadamente la puerta de la habitación. El castaño sabía que su amigo tenía razón pero también sabía que Shinosuke jamás podría entenderlo, pues él si había podido concluir sus estudios y pronto se prepararía físicamente para las pruebas y oposiciones policiales. En cambio la vida de Misaki había cambiado en los últimos años.

- Deseo...morir – volvió a repetir como la primera vez que se halló solo en esa habitación.

Se peguntó que le depararía de ahora en adelante su vida, cual sería su porvenir y sobretodo se preguntaba si lograría sobrevivir sin caer completamente loco.

Notas finales:

Esto es todo ^_^
Por cierto, proto actualizare con otro cap de Nuestro Adiós :D

¡Gracias por leer!


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