Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sonrisas por kobatohanatodesu

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yo era realmente feliz, cada día al regresar a casa podía ver su lindo rostro que siempre esperaba por mí. Nunca creí que un día nunca más lo volvería a ver. Se llamaba Makoto era mi mejor amigo en este mundo, era al único que consideraba realmente mi amigo y lo extraño tanto.

Makoto era mi mascota, un lindo Golden retriever de un años de edad, aunque no tenía mucho tiempo conmigo lo llegue a querer demasiado, el saber que me necesitaba me hacía sentir especial, me hacía sentir que mi existencia valía la pena, ya no me sentía tan solo, ya no me sentía tan inútil.  Yo era feliz a su lado y me siento tan culpable porque un descuido mío lo alejo de mí.

El día en que se fue nunca podre olvidarlo, fue tan absurdo que creí que era simplemente un mal sueño, como hubiera querido que fuera así. Ese día salí de casa apresurado porque me quede dormido, se me había hecho tarde para llegar al trabajo.

Makoto recorría la casa junto a mí mientras me preparaba para salir, le serví su desayuno como acostumbraba, lo abrace y bese su frente como todos los días lo hacía para despedirme de él asegurándole que regresaría lo más pronto posible.  Despidiéndome salí corriendo apresurado sin darme cuenta que la puerta del patio no había cerrado bien. Makoto lo aprovecho y comenzó a seguirme yo no me había percatado y seguí corriendo. Cruce la calle y escuche el frenado brusco de un automóvil que me hizo voltear enseguida para ver lo que había ocurrido y observe a Makoto tirado en el pavimento. Me apresure a llegar a donde estaba, mis ojos no paraban de lagrimear, esa imagen nunca se borrara de mi mente, Makoto estaba agonizando en mis brazos hasta que dejo de respirar. Yo no podía parar de llorar, gritaba desesperado su nombre, simplemente no podía creer lo que había ocurrido. La gente comenzó a acercarse a mí tratando de tranquilizarme pero era imposible, era tan doloroso.

Por lo mal que estaba, en el trabajo me dieron un mes de vacaciones, mes y medio había pasado pero yo seguía igual, todo el día estaba recostado en la cama, solo me levantaba para ir al baño y salía de casa para comprar algo de comida aunque no era muy a menudo, no tenia apetito y llegue a perder algunos kilos, simplemente mi existencia ya no tenía sentido, nadie me necesitaba y a quien yo necesitaba ya no estaba. Comencé a notar que poco a poco la esencia de Makoto desaparecía del sillón donde acostumbraba dormir y eventualmente desaparecía de la casa.

Era lunes del medio día mis ojos estaban hinchados porque me había pasado la mayor parte de la noche llorando recordándolo y culpándome de lo que había pasado. De repente fui despertado abruptamente porque alguien golpeaba la puerta de la entrada desesperadamente. Me levante molesto quería que me dejaran solo. Baje las escaleras y me dirigí a la puerta que seguía siendo golpeada, parecía que la arañaban con desesperación

-¿Quién es?- pregunte pero nadie contesto solo los arañazos y golpes aumentaron en mi puerta. No quería abrir

-¿Quién es?- volví a preguntar, esta vez alguien respondido

-¡Haru-chan! ¡Haru-chan! ¡Haru-chan!- gritaba alguien desde afuera

Aun sin saber quien gritaba abrí la puerta y frente a mi había un joven castaño que lloraba, era un desconocido que por su vestimenta parecía un vagabundo. Sin dejarme siquiera reaccionar se abalanzo hacia mí y comenzó a abrazarme con fuerza

-¡Haru-chan! ¡Haru-chan!, ¡por fin te encontré, mi nariz!…¡mi nariz no se que le paso ya no sirve muy bien, apenas y percibe tu aroma! ¡Haru-chan!- mientras gritaba llorando repetía mi nombre. Forceje con él para liberarme pero era demasiado fuerte además tenía un penetrante olor a sudor y demás olores desagrádales  

-puedes soltarme, me lastimas- le dije molesto lo que provoco que me soltara al instante

-lo siento Haru-chan- dijo limpiándose los ojos intentando dejar de llorar pero sus ojos continuaban goteando así como su nariz  

-¿Quién eres?- pregunte alejándome un poco para evitar que me volviera a abrazar y para poder respirar algo de aire limpio

-¡soy yo Makoto!- contesto sonriéndome con efusividad

-¿Quién?- pregunte sorprendido al escuchar su nombre

-¡Makoto!, ¡Haru-chan ya te olvidaste de mi!... ¡Haru-chan!- repentinamente comenzó a llorar nuevamente y a abrazarme sin que pudiera evitarlo

-¡Haru-chan soy yo Makoto, sé que estoy horrible!... ¡Pero es porque he estado buscándote por mucho tiempo!... ¡Perdóname, te seguí a tu trabajo sin tu permiso, no me odies Haru-chan, yo te quiero mucho!- decía desesperado

No entendía lo que pasaba, fue tan abrumador todo lo que había mencionado ¿porque repetía el nombre de mi mejor amigo?, ¿Por qué lo hacía? Eran las preguntas que me surgieron al escucharlo hablar  además quería que lo perdonara por seguirme al trabajo

-yo no sé quién eres...- respondí enseguida empujando su pecho con mis manos

-¡pero soy yo Haru-chan, Makoto!- seguía repitiendo su nombre. Estaba comenzando a irritarme, quería que se callara 

-por favor vete- conteste conteniendo mi ira apartándome de el

-¡pero Haru-chan!- continuaba hablándome con tanta confianza

-lo siento creo que me estas confundiendo con otra persona- sin más me acerque a la puerta para poder cerrarla y terminar con todo esto que había conseguido irritarme.  

-¡no!, ¡yo nunca confundiría a Haru-chan con nadie!- grito lo que me asusto un poco. El era bastante alto y corpulento a comparación de mi si quería podía hacerme daño

-adiós- iba a cerrar la puerta pero puso su mano sobre ella para impedírmelo asustándome   

-¡Haru-chan!- grito forcejeando conmigo la puerta evitando que pudiera cerrarla  -¡dijiste que siempre estriamos juntos!- al escuchar eso me hizo recordar a mi mascota, siempre le decía eso antes de partir a mi trabajo “sabes que solo serán unas horas además nunca te dejare, siempre estaremos juntos” esas palabras que al final no se pudieron cumplir hicieron que me dieran ganas de llorar -¿era mentira Haru-chan?- me hizo reaccionar su pregunta por la forma tan triste en que lo hacía, quería cerrar la puerta e irme directo a mi cama a llorar pero  algo me detuvo, eran  esos ojos, sus ojos, los mismo ojos que me hacían sentir amado, no tuve que pensarlo más, enseguida supe que era él, no podía olvidar sus ojos y la forma en que me miraba, siempre me miraba igual, me miraba con amor. No pude aguantarlo más y por impulso lo abrace olvidando completamente su mal olor y dejando el razonamiento a un lado, esa parte que me decía que era imposible que fuera el pero que al final fue callado por las inmensas ganas que tenia de creer que esto era un milagro, un regalo para mi, un regalo que me permitiría seguir viviendo si era verdad.

-¡Makoto... Realmente eres tú!- no pude evitarlo y empecé a  llorar

-si Haru-chan, soy yo- correspondió a mi abrazo y el también comenzó a llorar

-¡te extrañe tanto!- grite aferrándome a él con fuerza, nunca más iba a permitir que se alejara de mí, no quería sentirme solo otra vez. 

-yo también Haru-chan-

Permanecimos por un largo tiempo en esa posición, ningún de los dos quería separarse del otro. Al menos yo no quería hacerlo, sentía que al hacerlo despertaría de este hermoso sueño. Pero al final lo solté y me alegre al saber que no desapareció, no era un sueño.     

Lo invite a pasar, quería saber lo que le había ocurrido, necesitaba saber cómo era posible que estuviera otra vez aquí, aunque realmente no me importaba aun tenia curiosidad, me intrigaba el saber porque ahora era un humano.

Al entrar rápidamente fue a su sillón donde siempre dormía, yo lo seguí y lo encontré recostado, era demasiado grande para caber ahora en ese pequeño sillón y no pude evitar reír por tan bizarra escena –¡Haru-chan, volviste a sonreír!-

-¿eh?...-

-hace mucho que no sonreías, me tenias preocupado- dijo sonriéndome

-¿como... Sabes eso?- pregunte, tenía razón hace mucho tiempo que había perdido las ganas de sonreír 

-después de que te seguí... Bueno... Lo último que recuerdo es que estaba en tu regazo y no dejabas de llorar yo te preguntaba la razón pero no me contestabas seguías llorando….y poco a poco deje de verte, desperté y aparecí en un lugar donde tú no podías verme pero yo si lo hacía, siempre te observaba, te veías muy triste... No quería verte mas así y comencé a rogarle para que me dejara regresar contigo- finalizo tratando de encontrar la forma de caber en ese pequeño sillón

-¿rogarle? ¿A quién le rogaste?- pregunte curiosos desde la entrada de la habitación

-mmm... No lo sé, no podía verlo pero sabía que estaba ahí- dijo sonriendo finalmente hallando la posición adecuada en el sillón   -pero... Mi nariz se descompuso y no podía encontrarte hasta hoy que pude sentir tu esencia nuevamente- se levanto acercándose a mi comenzando a olfatearme incomodándome un poco por su cercanía

-¿Qué haces?- pregunte tratando de lucir calmado   

-hueles muy bien... Olor a Haru-chan jeje- dijo feliz acercándose tanto a mí que sentí como aspiraba el aroma de mi cuello

-deja de hacer eso, me haces cosquillas- lo empuje un poco para que dejara de hacerlo

-lo siento- retrocedió nuevamente hacia el sillón

-¿pero... Por que tú... Estas así?... ¿No se suponía que eras un perro?-

-mmm... Es verdad soy humano- ladeo su cabeza, parecía que hasta ahora se había dado cuenta de la situación -mmmm... Yo tampoco lo sé, creo que era para que pudiéramos hablar... Aunque nunca he necesitado palabras para que me entiendas Haru-chan- seguía sonriendo, tenía una linda sonrisa que me hacía sentir tan feliz. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).