Un pequeño niño vagaba por el puerto, hace poco se había bajado del barco, sus manos temblaban de emoción mientras tomaba firme su mochila. El sol se estaba ocultando pero no tenía miedo ya que su aventura estaba recién empezando.
Atento a lo que discutían unos marinos no se percato que venía caminando un hombre alto, el cual termino tirándolo al suelo.
-Ittai...- se quejo mientras se sobaba la frente con una mano y con la otra la espalda.
-Lo sien...- El hombre frente a él se detuvo abruptamente mientras miraba impresionado al chico.
-¿Señor está bien?- Pregunto bajito. El hombre no le respondió, simplemente lo tomo del mentón mientras comenzaba a inspeccionar su cara.
-Increíble eres idéntico a alguien que conozco... Pero no puede ser, él nunca me dijo que tuvo un hijo... ¿Niño cómo te llamas?-
-Gon Freecss- Respondió con un cierto orgullo –Usted conoce a mi padre...- Sus ojos brillaban llenos de esperanza.
El hombre frente a él se sintió algo perturbado por lo expresivo del chico, cuando de repente una brisa fuerte soplo revolviendo los cabellos de ambos, una fragancia dulce lleno los sentidos de todos los que estaban cerca.
-UN DESACOPLADO!- un hombre grito fuerte, mientras empujaba sin tapujos a otro tipo. Que respondió empujándolo de vuelta.
Pronto se armo un gran alboroto mientras los marinos buscaban el dueño de ese olor. El pequeño niño no entendía porque tanto alboroto, mientras que el hombre frente a él no le quitaba la mirada de encima.
-AH!- el moreno chillo asustado cuando siento que lo cubrían con una pesada capa. Trato de luchar contra su captor pero era imposible, agarro fuerte su mochila esperando tener alguna oportunidad de escapar en el futuro.
Con una fuerte patada abrió la puerta de su habitación mientras aun cargaba al niño, sin ningún cuidado lo tiro contra la cama. El niño lucho contra la manta, tratando de escapar de su prisión, cuando al fin pudo asomar su cabeza para ver donde estaba sintió la miraba penetrante del hombre y como este se subía encima.
Tenía una mirada de ingenua curiosidad, ¿acaso no tenía miedo? ¿Acaso no sabía lo peligroso que era todo esto?. Una vez más tomo el mentón del niño y desvió su cara para tener un mejor acceso a su cuello. Inhalo profundamente dejando que esa dulce fragancia inundara sus sentidos, no había duda el niño bajo él era un omega.
Se quito de encima mientras pasaba su mano por la cara para recuperar la compostura, ahora todo tenía más sentido, era obvio que Ging trataría de ocultar la existencia de su hijo. Una tras otra las preguntas llenaban su mente, pero la más importante era como fue posible que llegara hasta el puerto sin que nadie se diera cuenta... La respuesta llego rápido... Supresores, suspiro pesadamente.
-niño responde, ¿hace cuanto llegaste al puerto?-
-No soy un niño! Ya tengo 10 años- Le saco la lengua infantilmente –Mito-san dijo que no debía hablar con extraños- inflo sus mejillas mientras miraba hacia otra dirección.
El hombre sintió como aparecía una venita en su frente, como se atrevía un omega a desobedecer a un alpha, frunció el ceño... Realmente, un omega no puede hacer eso, está en sus instintos obedecer y complacer a los alphas, que clase de educación había tenido este niño, era claro que el no conocía su posición en la sociedad. Suspiro una vez más.
-¿Dijiste Mito-san? No era ella la prima de Ging?- Los ojos del pequeño se iluminaron, mientras el adulto desviaba la cabeza abrumado – No hagas eso... Mi nombre es Kite, se podría decir que soy un viejo amigo de tu padre...- Sentía que acababa de escavar su propia tumba.
-También conoces a Mito-san! Kite-san por favor por favor! podría ayudarme a encontrar a mi padre?- Pregunto emocionado.
-No! Ahora responde mi pregunta- dijo de forma cortante.
El más pequeño hizo un puchero adorable mientras sus ojos se volvían acuosos. El adulto miro al techo exasperado.
-De acuerdo lo pensare, pero primero debes responder algunas preguntas- dejo de forma un poco más amable. La respuesta del menos fue inmediata.
-Acabo de llegar al puerto!-
Alzo una ceja, extraño –Y dime, hace cuanto abandonaste tu casa?-
-2 días! Tuve un poco de problemas para tomar un barco que me trajera hasta aquí- respondió mientras sacaba la lengua y se sobaba la cabeza.
La misma ceja de alzo aun más –y que has comido durante estos 2 días?-
-Uhm- El moreno se acomodo mejor en la cama mientras vaciaba su mochila, unas pequeñas botellas de vidrio fueros las primeras en caer, junto con unas manzanas y algo de ropa. –Mito-san siempre me daba de estas- tomo una de las botellas que tenían un liquido lechoso en su interior – Pero como no se cuanto durara mi viajo las estoy racionando, además junte estas manzanas antes de salir-
El peli blanco tomo una de las botellas, supresores – Ella te dijo como se llamaban estas botellas?-
-Mmmm... No, desde que tengo memoria las tomo, ella dijo que era mejor que la leche ya que tenían algo que me hacía más fuerte- respondió convencido.
Eso explicaba en gran parte el comportamiento atípico del niño, él pobre no tenía idea que es un omega. Pero generaba un problema aun mayor, por lo general los omegas comienzan a tomar supresores a los 12, estos sirven para ocultar su olor cuando comienzan su cambio, eso es para evitar que otros se vuelvan locos con su cambio hormonal y evitar el acoso excesivo. Este chico lleva toda su vida tomando supresores, fue por eso que aunque aún es demasiado joven su olor es intenso, sus hormonas están tratando de recuperar el control que se les negó durante 10 años. Si hubiera sido otro... Mejor ni pensar en eso.
-Bébela- le devolvió la botella, mientras el niño lo miraba interrogante –Mañana te comprare mas- El niño no lo volvió a cuestionar, bebió gustoso hasta la última gota. –Niño, hoy te quedaras aquí, mañana veremos lo que haremos-
-Gon... Me llamo Gon- Hizo un mohín, mientras se acomodaba mejor en la cama –Kite-san me ayudaras a encontrar a Ging?-
-Shhh... – Se acerco al niño mientras lo arropaba mejor. Malditos instintos alphas –Mañana hablaremos de esto, ahora duerme... Gon- vio como poco a poco el niño se dormía, no lo culpaba era demasiado joven aun.
Continuará...