Hace mucho tiempo… un tiempo donde nadie se imaginaria, en un mundo alterno al nuestro quizá, o en nuestras propias tierras hubo un tiempo lleno de guerras donde distintos seres luchaban entre sí solo para que su raza pudiera dominar toda la tierra.
Esta historia comienza 100 años antes de que nacieran nuestros protagonistas, el mundo se llevaba en paz, ninguno veía diferencias en otros, nadie deseaba más que los demás, el respeto era importante para convivir… todos se ayudaban mutuamente. Pero un espíritu llamado codicia, el cual estaba encerrado en lo más profundo de la tierra junto a sus otros compañeros, escapo y convenció al alma del próximo emperador de la raza lobo “son los más fuertes, pero no veo su poder” decía codicia “¿es justo que les quiten los colmillos a seres como ustedes?... ¿no deberían dominar ustedes este mundo?” el joven lobo convencido de las palabras de aquel espectro, así vendió su alma a codicia la cual le prometió llevar su futuro al camino correcto.
El joven lobo transmitió aquellas palabras a toda su raza, pero este fue ignorado y ante su persistencia su padre lo desheredo del trono. La raza monje, la cual era conformada por humanos, escuchó las palabras que eran transmitidas por el lobo, pero al igual que su manada lo ignoraron. El lobo enojado al no ser tomadas en serio sus palabras, se alejo de todos, nadie supo nada de él, hasta que una noche un niño de la raza felina apareció muerto. Inmediatamente todas las razas se juntaron para hablar del tema, la mayoría culpaba a la raza de los lobos por lo cometido.
-nosotros no hemos hecho nada- se quejaba el anciano lobo
-Ustedes ya planeaban desde un principio dominar a todas las razas… CULPABLES- menciono el felino enojado. Todos empezaron a gritarle al líder lobo, algunos pedían la extinción de toda su especie, así serían perdonadas sus almas del odio y de la supuesta traición.
Una mujer, en esos tiempos líder de la raza monje, digna en belleza y pureza, se paro para hablar tratando de calmar a todos “¿Qué pruebas tienen como para culparlo?” aun así sus palabras fueron ignoradas, el anciano lobo fue asesinado con el acuerdo de que su raza seria eximida. Pero los demás lobos estaban tristes por la perdida, el lobo perturbado por codicia volvió pronunciando las mismas palabras de antes, esta vez los demás lo escucharon y lo apoyaron. La guerra comenzó, los lobos se fueron hacia las colinas donde en la nieve se podían confundir, también cuentan que sus ojos tomaron aquel color blanco, con las pupilas aun negras por el frio o porque su alma fue devorada por el odio.
La raza felina al notar que no era apoyada se fue a vivir cerca del territorio humano, para así mantenerse de los restos que ocupaban. La raza monje declaró a todos como enemigos y se quedaron viviendo en donde ya estaban, rodeados de bosques. Al principio buscaron la paz, pero muchos de sus habitantes murieron por las guerras y no les quedo más que unirse a esa lucha, pero hubo un monje, que dando su vida creo un portal y traslado a su familia alejándola de la guerra. La raza águila se fue a los cerros donde podían mirar mejor a los demás, estos eran la más floja de las razas y solo se fueron de la ciudad para escapar de la guerra, pero por un poco de dinero ayudaban en lo que fuera. Y por último, la raza duende se fue a vivir debajo de la tierra, por temor a la muerte.
Los monjes en si dominaban la magia para purificar o curar, como no sirven mucho en combate se crearon las armas, olvidando su pasado…