Take a sip of my secret potion (I’ll make you fall in love)
· Prelude: New Beginning
Oh Sehun observó su reflejo en el espejo frente a él. Las hebras platinadas de su cabello caían desordenadamente por su frente cubriendo gran parte de sus ojos y el alto puente de su nariz. Las gruesas gafas de montura cuadrada eran las encargadas de esconder el peculiar color de sus ojos violeta brillante.
Soltó un suave suspiró al observar su destartalada apariencia. Era un deber para los seres mágicos esconder su buena apariencia hasta llegar a la edad en la cual podían ya controlar sus poderes mágicos, en el caso de los brujos aquel tiempo eran los dieciséis años. Sehun no cumpliría los mismos hasta la siguiente primavera, el otoño tan solo empezaba lo que quería decir que durante casi ocho meses más debería lucir así frente a los humanos normales.
Su madre había insistido en matricularlo en una preparatoria normal y no en una mágica, según ella era lo mejor para él, debía acostumbrarse a estar rodeado de humanos. De haber ido a una prepa mágica, él no tendría que ocultar sus ojos tras gafas ni usar ropa tres tallas más grandes. Sin embargo, Sehun era un muchacho educado que nunca cuestionaba las decisiones de sus padres. Resignado intentó arreglar su apariencia hasta rendirse soltando un gran suspiro.
Habían dejado a su padre en la capital puesto que la señora Oh deseaba que su hijo cumpliera la mayoría de edad en tranquilidad, mudándose a un pequeño pueblo a casi 8 horas de distancia de la ciudad capital del País de Feu. Su hermano mayor se encontraba estudiando en el país de Glace y tan solo había dicho a su pequeño hermano que no cuestionara a mamá, que tal vez se divertiría mucho más en aquel nuevo lugar.
Hoy empezaría su segundo año de prepa y sino fuera porque se mudaron al lugar donde Kyungsoo lo había hecho años atrás, el rubio estaría entrando ya en pánico. Do Kyungsoo era uno de sus mejores amigos, habían crecido juntos en la capital pero hace dos años los señores Do habían decidido ampliar su empresa inmobiliaria, trasladándose al pequeño pueblo de Fumée.
Su teléfono celular sonó haciéndolo volver a la realidad. Leyó el remitente y soltó un grito ahogado. Sino bajaba en aquel momento Kyungsoo sería capaz de asesinarlo, el mayor odiaba llegar tarde. Corrió fuera del baño, se aseguró que Moon Fire - su libro de hechizos - estuviera guardado en el cajón de su mesita de noche antes de tomar su mochila del suelo y salir a toda prisa de su habitación.
~*~
Kyungsoo era una belleza, - en general, todos los brujos lo eran - el mayor ya no tenía que ocultar su verdadera apariencia, había cumplido los dieciséis en enero de aquel año. Unos ojos azul cielo lo miraron con reproche cuando intentaba entrar sin tropezar al coche. Por aquel entonces Kyungsoo y él eran igual de altos.
Sehun miró al mayor con envidia. Los cabellos negros estaban cuidadosamente estilizados, la piel pálida brillaba con el sol mañanero y los labios en forma de corazón no parecían humanos (aunque no lo eran). Bufó exhausto antes de lanzar su mochila al asiento trasero.
— ¡Estoy listo, Hyung!
—Tienes una apariencia lamentable el día de hoy, Oh Sehun.
El susodicho hizo un puchero. —Ya sabes por qué — se quejó en un lamento.
Kyungsoo rió por lo bajo alargando su mano y despeinando aún más los cabellos rubios del menor.
—Verás que todo irá bien, Sehunnie. —Kyungsoo encendió el motor y se pusieron en marcha. —Estos siete meses pasaran en un abrir y cerrar de ojos.
—Lo mismo dijo, Luhannie Hyung —suspiró Sehun —Pero no estoy tan seguro.
El menor observó al mayor quien sorprendentemente sonreía mirando el camino. —Tengo la extraña corazonada de que este será un muy buen año para los dos.
Sehun desvió la vista hacia la ventana y esbozó una diminuta sonrisa.
Por esta vez creería en las palabras de su hermano y Kyungsoo.
~*~
Kyungsoo tuvo que dejar atrás a un asustado Sehun, no compartían ni una sola clase. Además el menor tenía que valerse por sí mismo o eso pensó el pelinegro mientras reía con malicia al verlo desaparecer junto al cúmulo de gente que eran los de segundo año.
Caminó hacia el aula de inicio de los de cuarto año sintiéndose ligeramente culpable al recordar el rostro de desesperación total del menor cuando lo dejó solo. Encogió los hombros y siguió por su camino sin volver la vista atrás. Sehun se las arreglaría de una manera u otra.
Olvidó por completo a Sehun cuando sintió una alta y desgarbada figura acercarse. Kyungsoo apretó los labios con fastidio. Amaba la preparatoria pero solo había un problema que tenía que soportar cada día.
Su problema se acercaba dando saltitos por un pasillo. Era casi hilarante ver a alguien tan grande caminar de aquella manera. El pelinegro reprimió una sonrisa. Park Chanyeol, alto, apuesto y algo cabeza hueca, era el encargado de fastidiar los días de Kyungsoo y terminar su buen humor.
—Yo, Kyungsoo-yah— exclamó felizmente agitando sus brazos obnoxiamente.
Una vena en la frente de Kyungsoo empezó a palpitar peligrosamente “¿Cómo que Kyungsoo-yah?” pensó con exasperación. Decidió hacer lo de siempre y simplemente ignorarlo. Caminó de largo hacia el aula 4A.
—No es genial que estemos en la misma clase, Kyungsoo— balbuceaba el alto mientras el más bajo apretaba con fuerza sus puños suprimiendo las ganas de golpear a cierto gigante.
Kyungsoo tomó asiento en el primer pupitre junto a la ventana. Chanyeol lo hizo detrás de él todavía hablando sobre lo emocionado que estaba en ser compañero de clase del pelinegro.
El más bajó volteó, lanzándole una mirada asesina al alto quien interpreto erróneamente la misma, hablando más animadamente. Kyungsoo le dio la espalda a Chanyeol, hundiendo su cabeza de sus brazos y solando un grito frustrado.
Este era el adiós al buen año que esperaba.
~*~
Sehun estaba próximo a entrar en pánico. Kyungsoo lo había abandonado, no conocía a nadie y al parecer estaba perdido. El rubio vagaba por los pasillos en busca del aula 2B pero al no encontrarla sus manos empezaron a sudar, su respiración se agitó. Tan sólo tenía ganas de volver a casa y desaparecer dentro de su cama. Aquello sin embargo no era posible.
“Oh Sehun, deja las tonterías de lado y busca soluciones” se reprendió a sí mismo. Cuadro los hombros, tomó aire y se decidió. Hallaría la clase aunque fuera lo último que hiciera en esta vida.
Emprendió el camino pero un movimiento en la esquina de sus ojos llamó su atención, después una pieza de música empezó a reproducirse. Curioso, se dirigió hacia allí.
Oh Sehun había leído muchas veces sobre el amor tanto en novelas de humanos como en libros mágicos. Sin embargo, en sus cortos quince años de vida nunca lo había vivido.
El primer amor para el inocente, ingenuo y dulce Oh Sehun de quince años fue a primera vista.
Nunca olvidaría cundo vio a Kim Jongin por primera vez, en aquel momento no conocía su verdadero nombre pero no necesito del mismo para saber que había encontrado a la persona con la que quería pasar el resto de su vida.
El muchacho frente a sus ojos tenía la piel bronceada, cabellos oscuros y labios gruesos. Era apuesto más Sehun no miraba eso. El rubio quedó fascinado al observar la elegancia con la que se movía junto a la música, fluían como uno. El chico tenía los ojos cerrados dejándose llevar por la misma.
El corazón de Sehun se agitó en su pecho comenzando un tipo de latido acelerado que en los próximos meses lo relacionaría con Kim Jongin.
¿Esto era a lo que se referían su hermano y Kyungsoo cuando dijeron que tendría un buen año?