Habían pasado dos años desde aquella trágica noche en la que el Shinigami del CCG le arrebato a Ayato a la única persona que le había dado luz a su deprimente vida y, a pesar de todo ese tiempo, el menor aun recordaba claramente el día en el que se separaron.
¡Flashback Time!
La nieve caía sin cesar y el sonido de los helicópteros retumbaba por toda la ciudad de Tokyo. Los soldados entrenados estaban preparados para atacar la cafetería Anteiku y exterminar a cualquier Ghoul que se les cruzase. Sobre un viejo edificio, el albino observaba todo con atención junto a su viejo compañero de trabajo Nishio.
- Kaneki: “Ya es hora de que haga algo útil”
- Nishio: “Eres demasiado egoísta Bakaneki”
El mayor se despidió de él y partió hacia la casa de su novia para cumplir las palabras que le había dicho al hibrido, mientras tanto, Kaneki recogió su máscara dispuesto a ir hacia el campo de batalla, hasta que escucho la voz de alguien gritando su nombre con desesperación. Aquella voz, era la que menos quería escuchar en esos momento, ya que de por si no soportaba el hecho de lastimar a esa persona que tanto amaba y quería proteger.
- Ayato: ¡Kaneki!
- Kaneki: Ayato…
Kaneki se volteo para encarar al peliazul y decirle que volviera al cuartel, pero sus ganas de hacerlo se fueron cuando sintió los cálidos y tembloroso brazos del menor abrazándole con fuerza.
- Kaneki: Ayato…Por favor vuelve a Aogiri…
- Ayato: ¡No! ¡So-Solo volveré si tú vas conmigo bastardo!
- Kaneki: Sabes que no puedo hacerlo…Anteiku es mi hogar, no puedo permitir que les suceda nada…
- Ayato: ¡Entonces déjame ir contigo! ¡No voy a permitir que vayas solo y te maten! ¡Si es así…Yo-Yo…!
El peliazul sollozaba con fuerza, mientras que desesperado se aferraba a su albino. Kaneki por su parte no podía soportar el hecho de ver a su pequeño de esa forma, pero tampoco podía imaginarse que alguno de los investigadores llegara a asesinarlo.
- Kaneki: Ayato…
Kaneki le llamo para que le viera y justo cuando Ayato levanto la vista dispuesto a verlo con su rostro empapado en lágrimas, sintió como el mayor apresaba sus labios en un tierno y cálido beso que parecía robarle el aliento. El peliazul abrió sus ojos como platos y sin más correspondió aquel beso que le dedicaba su amor.
- Ayato: Ka-Kaneki…
- Kaneki: Te amo…Perdóname
Lo próximo en escucharse, fue el ruido de un golpe rápido pero certero en la nuca del menor que provoco que este cayera inconsciente. El medio Ghoul lo sostuvo y abrazándole con fuerza volvió a besarle para después recostarlo en el suelo y sin más ir directo hacia Anteiku donde se encontraría con el peor de los integrantes de la CCG.
Atontado y adolorido, Ayato despertó de su sueño intentando recordar lo que había pasado, no paso mucho hasta que todo lo sucedido había vuelto a su mente y desesperado busco a Kaneki con la mirada. Al no encontrarlo, el menor trato de encontrarlo utilizando su olfato, el cual lo guio hacia una de las calles cercanas a Anteiku, ahí, alcanzo a divisar la peor de las escenas posible, la cual fue tan impactante para el que entro en shock y comenzó a gritar tanto por la ira y el dolor. Durante su inconciencia, estaba a punto de lanzarse contra el Shinigami, pero la mano derecha de Eto, “Tatara” se lo impidió sujetándolo con su Kagune y llevándoselo lejos de ese lugar.
La última imagen que el peliazul podía recordar de su amado hibrido, era la escena de él siendo atravesado por la Quinque del investigador más peligroso de la CCG y también solo podía recordar el momento en el que sintió como su corazón se desmoronaba en mil pedazos.
¡Flash Back End!
Sus ojos ojeroso se habrían con pesadez, mientras que escuchaba el incesante sonido de su maldita alarma, la cual, apago sin nada de delicadeza provocando que esta se rompiera. Molesto y malhumorado, el peliazul se rascaba la cabeza con pereza y bostezaba con fuerza.
- Hinami: Ayato-Kun ¿Puedo pasar?
-Ayato: Adelante…
Desde el día en el que el menor perdió a Kaneki, este se deprimió a tal punto de cambiar completamente su actitud. Ya no era el mismo niño temperamental y orgulloso que solía ser, no, ahora se había vuelto más reservado y callado, rara vez hablaba con alguien y también rara vez alzaba la voz o se enojaba, pero, su actitud no era la única que había cambiado, sino también su apariencia. Ayato había palidecido bastante, su depresión le quito por mucho tiempo las ganas de comer saludablemente y termino adelgazando de sobremanera; sus ojos, que solían ser brillantes y destellaban un hermoso color azul rey, se volvieron opacos y sin brillo, incluso parecía que estaba ciego debido al color que habían adoptado; también, por debajo de ellos se le habían formado unas enormes ojeras violetas. Prácticamente era como un cadáver andante.
- Hinami: ¡Finalmente despiertas, ya es más de medio día!
- Ayato: ¿Y eso que? No escomo si fuera a salir a algún lado Hinami…
- Hinami: Pues te equivocas por Tatara-San me envió a darte esto
La pequeña le entrego un papel el cual tenía las indicaciones de una nueva misión por cumplir. Ayato quien simplemente suspiro fastidiado dijo.
- Ayato: Que envíen a otro para hacerla…
- Hinami: Lo siento pero no, Tatara-San dijo que ya basta de estar rechazando misiones a tu antojo, iras si o si a menos que quieras ser transferido de lugar
- Ayato: ¡Que molesto! Está bien… ¿Qué debo hacer?
Hinami sonrió emocionada, puesto que por fin había logrado que el peliazul aceptara salir de aquel encierro en el que se vivía día y noche.
-Hinami: Se dice que la CCG está entrenando jóvenes con poderes similares a los Ghoul, son así como híbridos artificiales…Tu tarea es infiltrarte en el escuadrón formado por dichos jóvenes y recabar la información necesaria para averiguar más sobre ellos
De una vieja bolsa saco ropa nueva y una identificación e información falsa para el peliazul.
- Ayato: ¿Eh…?
- Hinami: Ya está todo hecho, desde mañana serás miembro del escuadrón a cargo de un investigador llamado “Sasaki Haise”