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Carta de un enamorado más por Aya Chwan

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Notas del fanfic:

TITULO:

Carta de un enamorado más

RESUMEN:

AU. Alguien escribió una carta y el remitente esta en blanco…


¿Quién la escribió? ¿Sobre qué trata? ¿A quién va dirigida?

 

N° DE CAPÍTULOS:

One-Shot~

AUTOR:

Aya~Chwan

NOTAS DEL FANFIC:

.AU

.Todos los personajes pertenecen a Eiichiro Oda. Yo solo los utilizo anónimamente :v

Notas del capitulo:

¡Hola gente guapa! Aquí me tienen con esta pequeña idea, que más que yaoi creo que es Shonnen-ai

En mi one-shot anterior (Sin Retorno. No lo pondré como finalizado pues puede que lo continúe pero no sé hasta cuándo) me dejaron muchos reviews. No me lo esperaba, pero me emocione mucho ¡Mil Gracias! ^^ Si quieren leerlo está en mi cuenta.

Le puse mucho sentimiento (?) así que si gustan, léanlo mientras escuchan “Break in” de Halerstorm, cuya letra no tiene tanto que ver con el texto pero la melodía le va bien.

Disculpen “horrores” y que disfruten QwQ

-¿Puedes no hacer eso? Por favor- la supuesta atmosfera pasional se derrumbó cuan torre de cartas, si, la brisa habían sido aquellas palabras. Tan directas.

-¿A qué te refieres?- sus manos se aferraron con más fervor a aquellas mejías. Estaba tan confundida.

-Eso- tomo las féminas manos entre las suyas y las aparto de su rostro- Tocar mi cara con tus manos-Hubiera querido ver odio, asco, repudio, pero nada. Sus orbes estaban vacíos ¿Cómo podía un mocoso quebrarla? A ella, a las más hermosa y orgullosa de todas las mujeres. Quería odiarlo con el alma, pero él era demasiado puro, volvía a sonreír y no podías evitar amarlo nuevamente.

No era la primera, no era la última…Solo otro ejemplo de cómo su amor era cura y enfermedad para quienes le rodeaban.

 

 

CAPÍTULO ÚNICO: CARTA DE UN ENAMORADO MÁS.

 

 

¿Quién no preferiría ser un simio alzándose que un ángel cayendo?

-Terry Pratchett

 

 

A quien corresponda:

 

El amor duele. No puedes plantártele de frente y creer que saldrás ileso. Solo soy una víctima más, de él y de su amor…

Luffy era de todos y de nadie. Se sacrificaba a si mismo por los demás, tanto que creías que te adoraba. ¡Ah! pero que duro era ver que su corazón tenia demasiado espacio libre ¿Cómo ser capaz de aceptar más amor que simples amistades pero menos que un amante?

Al principio, querías gritar de frustración. Cuando se desea algo con tanto fervor, los besos, sus caricias, su atención. Cuando quieres darlo todo de ti mismo por que la felicidad esta tan cerca que si extiendes los brazos, puedes tocarla con la punta de los dedos…y cuando eso es lo único que puedes hacer, rozar, más nunca poseer.

Llegas a ese punto de quiebre. Ese que dice que es demasiado para ti y te conformas con tener una parte de él. Por quéasí era Luffy, te hería con su amor, porque no te lo daba completo. Porque sin prejuicios, sin mentiras, sin egoísmos, nada le retenía, nada le ataba. A diferencia del resto, la felicidad le pertenecía a él y solo a él.

“-¿Puedes soltar mi mano? Por favor-“ese tonillo cariñoso que nunca cambiaba. Como desquebrajaba hasta al corazón más fuerte. Nadie podía evitar quedar astillado.

“-¿Puedes dejar mi cabello? Por favor-“  parecía sentir la diferencia entre una caricia amiga y una que le imploraba a gritos algo más. Que cruel era al rechazarlo con tanta dulzura y sutileza.

“-También me gustas Shishishishishi Tu y todos mis nakamas siempre tendrán un espacio en mi corazón-“intentar decirlo era aún peor que intentar demostrarlo. Te quedaba aún más claro que no podías significar nada. Que solo eras un nakama más. Que aunque él daría la vida por ti, lo haría por otros tantos a quien él consideraba merecedores de ello.

“-¡No permitiré que le hagas daño!-“ porque siempre daba la cara por ti. Porque era frustrante enamorarse cada vez más y más de la persona que lo único que sabía hacer era rechazarte. Pero peor que eso, te das cuenta que tu amor es tan grande que no te alejaras.

Que serás su amigo por siempre. Que estarás tan disponible para él como él lo está para ti. Que en las peores situaciones, serás un hombro en el cual pueda apoyarse porque te has apoyado ya tanto en él que sientes culpa, culpa que cargue con tus errores y tus ansiedades.

Culpa que conozca lo peor de ti y te siga amando igual. Y ahí, es cuando descubres que no hay nadie tan perfecto para ti. Por qué te acepta. Por qué ha llorado contigo y ha reído. Contigo y con el resto que conoces gracias a él.

Por qué tus amigos son sus amigos. Como si el sentimiento de estar desesperadamente enamorados de la misma persona, creara un lazo de unión con personas que pensaste nunca apreciar.

Porque ellos se sienten como tú. Son más que amigos y menos que amantes. Por qué un beso en la mejía no es lo mismo si lo recibes a si lo das. No podías besar a Luffy desprevenido y esperar a que estuviera feliz por ello y el abismo entre sus labios y los tuyos solo se volvía más profundo.

Por qué no podías abrazarlo descaradamente y esperar una reacción asustadiza. No, él era demasiado seguro de sí mismo. Y ahí, el frio de tu cuerpo era aplacado con el calor de una vela.

Por qué podías reír y recriminarle sus tonterías. Podías tratarle como a un niño cuando el único inmaduro eras tú.

Sobre todo, no podías poner tus manos sobre su piel. Como si estuviera marcada para alguien más, como si le fuera fiel a la brisa de primavera que se paseaba por todo su cuerpo a su antojo o las olas del mar, a quienes sin miramientos les permitia bañarle descaradamente cada centímetro de piel.

Lo que ni yo, ni ellos, ni nadie sabía, es que no se trataba de eso, no se trataba de lo que podías o no podías hacer con él. Porque él si le era fiel a algo y su convicción era tan fuerte y arraigada que no permitía el mas mínimo margen de error.

Si, así era, Luffy si amaba a alguien, más que a los demás, más que a cualquiera.

Porque para el pequeño pelinegro no había felicidad más grande que la que sentía cuando aquellas manos pálidas le bendecían el rostro con mimos.

Adoraba sentir las yemas de sus dedos paseándose por todo su cuero cabelludo. Explorando y dejándole un camino de suaves cosquillas. Llenándole de paz el espíritu.

Y no necesitaba obsequios caros o detalles exagerados. Con solo que tomara su mano, con algo tan simple e ínfimo su vida estaba completa. Podría morir con tal de que aquellas manos, tan perfectas, no le soltaran nunca.

Y tampoco necesitaba noches de desenfrenada lujuria. La pasión no está en lo carnal, está en el sentimiento, ese que experimentaba cada noche que sus cuerpos se unían.

Luffy solía ser gentil con él, demasiado. Se tomaba su tiempo, más que suficiente, para besarle despacio y sin prisas. Para redescubrir su cuerpo y llenarlo se arrumacos y ósculos suaves. Para escuchar como aquel corazón parecía querer galopar cuan caballo salvaje y como el suyo parecía querer seguirle.

Y el deseo era grande. Y eso es lo que nadie entendía. Se puede sentir mucho deseo, pero al final terminas vacío. No se puede tener el día sin la noche y no puedes hacer el amor con alguien si no le amas.

El sudor les bañaba y los suaves gemidos, como ronroneos, le ofrecían una tierna serenata a la luna.

El sonido del chapoteo de ambos cuerpos fusionándose era opacado por el de dos corazones en sintonía.

Y el final, cuando los espasmos de placer le atacaban desde la nuca hasta los dedos de los pies, era el adecuado para acercar sus labios que como una mariposa traviesa se posarían en aquella rosa de tono rosáceo viejo que se suponía era la boca de su amante.

Y esa persona, a la que Luffy le había entregado todo lo que al mundo le había negado. Sabía que no debía perderle…

Sabía que le amaba. Sin necesidad de repetírselo a cada momento, aunque lo hiciera, bastaba ver la manera en que tomaba sus manos para besarlas. Cuando discutían, siempre hacia alguna estupidez para regresar la alegría a su rostro.

Aceptaba cada uno de sus defectos, su adicción a la nicotina, sus inseguridades, su asco de nena para con los bichos, su incesante coquetería con las mujeres aunque nunca fueran más allá, sus regaños y quejas, sus celos y rabietas. Y no se diga con sus virtudes, las idolatraba como si fueran la mayor maravilla del mundo.

Por ello se esforzaba al máximo. Por qué Luffy era lo mejor que podía haberle sucedido. Porque cuando cocinaba se entregaba en alma y cuerpo pero cuando era para el pequeño mono, la comida siempre era mejor…Absolutamente todo, era mejor.

Por qué Sanji mataría por él, pero como solía decirle, “prométeme que vivirás siempre por mí” y el rubio sabía, que cuando alcanzara la cúspide, estaría presente para verle donde estaba su lugar, con los grandes que nunca se permitieron no soñar.

 Y a veces hablaban demasiado y a veces no se decían nada. El silencio era descomunalmente acogedor.

Y todas esas noches frente a la chimenea nunca parecían ser lo suficientemente largas.

Y eso, era algo que ni yo, ni nadie aparte de Sanji Kuroashi, va a tener nunca…

 

Con cariño,

Otro corazón  que, cuan copa de cristal estrepitándose contra el suelo, se rompió en cientos de pedazos al enterarse de la verdad.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer c:

Espero verlo pronto x3 si tienen alguna sugerencia no duden en presentarla

Ayaka*.*)/


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