Kim Mingyu era ese tipo de persona que cuando se aburre intenta encontrar diversión de cualquier modo. Para ese día había optado por jugar con la coleta de la chica de delante, usando su lápiz y echándose malamente hacia a delante, pues sus largos brazos ayudaban a que su acción se llevara a cabo. La muchacha intentaba echarse hacia delante y alejarse de su travieso compañero, el cual le parecía bastante atractivo.
—Profesora —la voz de MingHao se escuchó alto y claro.
—¿Que sucede? —la mujer se giró a verlo, dejando de escribir en el pizarrón.
—Mingyu está molestando a su compañera —ante las palabras del chino, Jessica miró donde se encontraba el otro y efectivamente se notaba que, ante la incomodidad, la niña se había hecho hacia delante.
—Kim Mingyu, salga de la clase y permanezca de pie durante lo que resta de hora —sentenció.
—Pero…—iba a objetar pero calló.
—Ya me escuchó —la mirada que le dirigió era fiera y Mingyu sabia que no tenia las de ganar si se atrevía a discutir con ella. Eso no quitaba lo molesto que estaba por tener que quedarse de pie durante más de veinte minutos.
Con largas zancadas fue hasta la puerta, salio y azotó la pieza de madera con fuerza.
- - -
En otro lado de la preparatoria se hallaba JiHoon, un extraño muchacho de cabellos tintados de rosa y carácter explosivo. Su profesora de Literatura le había “pedido” amablemente que fuera a entregarle unos libros a la profesora de matemáticas, cosa a la que no se negó por dos razones, la primera es que Taeyeon se gastaba un humor de perros ese día, y la segunda es que ¿a qué estudiante no le gusta perder clases? Por esto mismo se encontraba rumbo a la sala de profesores en busca de la otra fémina.
—Disculpe, ¿saben donde se encuentra la profesora Jessica? –uno de los profesores le comentó que se hallaba dando clases en el salón A de los de primero, así que, tomando nuevamente los libros en brazos, se dirigió al primer piso, donde los menores se encontraban. Al estar bajando las escaleras escuchó un fuerte golpe que retumbó en las viejas paredes.
- - -
Mingyu estaba recargado sobre la pared. Bufando cada dos minutos. Unos paso se escucharon al principio del corredor y pudo ver una persona doblar la esquina hacia él. Ahora lo veía mas claro. Un niño de cabellos rosados y un uniforme una talla mas grande se acercaba cargado de libros. El crío no había reparado en su presencia, se la pasaba mirando hacia arriba, donde se hallan los carteles de cada clase.
—1º A —farfulló.
—¡Ey!, niño, pareces perdido —JiHoon descendió la mirada de aquel pequeño panel rectangular y miró al elemento que lo llamó “niño”. Era alto. Fue lo que se pasó por la mente de JiHoon; endemoniadamente alto.
—No estoy perdido —reclamó acercándose a la puerta. Mingyu vio claramente que se disponía a tocar, pero por afán de molestar se interpuso delante del chico. JiHoon frunció el ceño.
—¿Para que quieres entrar? —cuestionó con media sonrisa socarrona.
—No es asunto tuyo —respondió tajante.
—Mira que tiene genio el enano
—¿Que? —frunció el ceño. JiHoon se estaba cansando de las tonterías de ese mocoso.
—Enano, ya sabes, es que eres microscópico —puso entre los dedos un espacio pequeño por el cual miró antes de carcajearse.
—Muérete —JiHoon le asestó con fuerza una patada en la espinilla lo que hizo que Mingyu se retorciera del dolor, apartándose de la puerta, cosa que aprovechó el otro para tocar.
Jessica no tardó mucho en abrir y contempló al menor quien aun sostenía los libros.
—Son de parte de Taeyeon —elevó el material que fue recibido por la mujer.
—Oh, gracias —un gemido se oyó y fue ahí donde Jessica se dio cuenta que su alumno permanecía en el suelo, con cara de dolor, mientras se sujetaba la pierna.
—Puedo explicarlo —JiHoon comenzó a ruborizarse por la vergüenza.
—No pasa nada, ese niño es verdaderamente exasperarte —sonrió de forma perversa—, Kim, no te estas muriendo, déjate de tonterías —la reprimenda paró la cantinela.
—Yo me retiro —anunció el pelirosa, esperando salir cuanto antes de esa situación.
—Claro —asintió Jessica—, muchas gracias por los libros —JiHoon realizó una ligera reverencia y se fue sobre sus pasos sin siquiera mirar a su víctima que ahora pasaba a manos de una Jessica curiosa por el golpe hacia su alumno.
- - -
Tres días después de que el mocoso demoníaco, como decidió llamarlo, le soltara tremenda patada aun se podía ver el moratón que le había dejado y parecía que duraría un par de días más. Él intentó buscar al chiquillo, pero no lo encontró, así que desistió. Mingyu bajó tela de su pierna izquierdaponiéndose en pie, ahora iría a la azotea junto a WonWoo pues este quería que conociera a sus amigos y que dejara de estar solo con él.
Subió todo el tramado de escaleras que le tocaba por ser aun de primero y de vez en cuando paraba a tomar aire. Cuando terminó en la ultima planta, abrió por fin la pesada puerta de metal y vio a lo que WonWoo se refería con “respirar la naturaleza”, los del club de jardinería habían dejado numerosas macetas con plantas haciendo un bordeado a la amplia terraza de diversas flores coloridas. Contempló todo hasta que unas risas le llamaron la atención. A un lado había una especie de toldo, que protegía del sol a los que ahí se sentaban a descansar. Con paso firme se acercó allí.
—Mingyu —la cara de su sonriente amigo fue lo primero en ver.
—Hola —chocó los cinco con WonWoo e hizo una reverencia a los demás presentes.
—Chicos, este es Mingyu, mi amigo de la infancia
—Encantado —dijeron algunos, otros simplemente sonrieron o saludaron con una suave inclinación.
—Te los presentaré rápidamente —ofreció—, el de cabellos largos es JeongHan, a su lado, el caballeroso Joshua, le sigue JunHui, que por cierto es chino y SoonYoungel de cabellos rubios
—Encantado —repitió intentando quedarse con las caras.
—Aun falta gente y creo que hoy tenían cosas que hacer, así que solo estaremos nosotros seis —informó JeongHan.
—Una cosa —habló SoonYoung—, eres bastante alto, ¿cuánto mides?
—1,85 más o menos —rascó su nuca.
—A JiHoon le caerá mal —murmuró JunHui antes de llevarse la cañita a los labios y sorber su jugo.
—Seguramente —comenzaron a reír.
Mingyu tomó asiento al lado de WonWoo y no pudo evitar preguntar quién era ese tal JiHoon, a lo que le respondió que era otro de sus amigos, que estaba en su clase y ademas que tenía un pequeño “problema” con la altura.