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Lux et Tenebrae por Gaeyang

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Notas del fanfic:

Lo vuelvo a subir, aunque no lo he acabado y no he avanzado tanto como yo quería. Lo subo otra vez porque me gusta mucho este fic y me da pena que por ser tan vaga la gente no lo pueda leer.

Actualizare poco a poco, no se cuando realmente. 

Notas del capitulo:

Espero que os guste tanto como la última vez que lo publiqué :)

Unos veinte años atrás nacían dos niños gemelos. Todos estaban de acuerdo en que ambos eran preciosos, compartían los mismos ojos grises y el mismo pelo rubio, pero había algo diferente en ellos.

 

A medida que crecían se iban diferenciando mas. Uno bondadoso, siempre sonriendo con esa sonrisa que hacia que sus ojos parecieran medias lunas. El otro, con su rostro impasible y su mirada fría. Pasaron los años y una pequeño niño nació en el Palacio. Ambos pequeños se enamoraron de ese bebé, fue hasta tal punto que por conseguir su atención uno de los gemelos estiró de él hasta que cayó de la cuna. En ese momento decidieron que era mejor mantenerlo al margen de la vida en el invernadero. El niño bondadoso cuyo corazón no podía guardar rencor, perdonó a su hermano por haberlo separado de su primer amor.

 

Pasaban los años y los niños crecían. Se hicieron jóvenes altos, rubios y apuestos. Todo el mundo se les quedaba mirando.

El niño frío aparentaba bondad para ser aceptado en esa sociedad de ángeles blancos. Un día, mientras volvía del instituto un hombre se le apareció, sus enormes alas negras ondeando al viento y una sonrisa macabra en su cara, sonrisa que este le devolvió. Desde ese momento todas las tardes se encontraba con aquel ángel que le contaba historias sobre su abuelo y la vida de los ángeles oscuros.

 

Su hermano había cambiado, o eso pensaba él. Cuando le había preguntado qué hacia por las tardes cuando desaparecía, este le había contestado que ir a la biblioteca a estudiar los libros humanos, y él, le creía. A pesar de la preocupación por su hermano tenia otras cosas en las que pensar, como en aquel niño castaño de mirada grisacea al que debía proteger. La hermosa señora Xi le habia pedido que cuidara de su nieto hasta que estuviera listo para hacer su elección y así lo hizo. Todas las mañanas lo seguía a clase y todas las tardes lo devolvía a casa sano y salvo. A veces se quedaba durante la noche viéndolo dormir. “Precioso” pensaba.

 

No paso mucho mas tiempo hasta que llegó el día de su decimoctavo cumpleaños. Vistieron a ambos de color blanco, con su medallón con el emblema familiar en oro, y los llevaron hasta el palacio de conversión. Ambos siguieron el ritual. Sangre de ángel blanco en el cáliz plata con zafiros y de ángel negro en el cáliz oro con rubíes. Uno con agua de lluvia y otro con agua subterránea. Los dos miraron esos calices que se alzaban en el altar de mármol.

 

El niño bondadoso se acercó, cogió ambos cálices y dijo las palabras en latín que había memorizado varios años atrás. Cuando hubo acabado bebió del cáliz plateado que sostenía en su mano derecha. Espesas alas blancas le surgieron de la espalda, sus ojos se convirtieron en un dorado cálido y embriagante.

 

El niño frío se acercó, cogió ambos cálices, dijo las palabras en latín y cuando se dispuso a beber del cáliz que tenia a su derecha vertió el contenido al suelo y bebió del cáliz a su izquierda. Espesas alas negras surgieron de su espalda mientras este reía ante las miradas de asombro de su familia. Sus ojos ahora de un negro doloroso acompasaban la maldad de su risa. Alzó el vuelo y se perdió en la oscura noche.

 

El ahora ángel blanco se encerró en si mismo. Cada día seguía su rutina de vigilar a ese pequeño niño. Lo llevaba a clase, lo devolvía a casa y volvía a palacio. Guardó su sonrisa para pocos momentos y su mirada se fue apagando poco a poco, hasta que se encontró con esa mirada gris en sus brazos y el sonido de una moto de fondo.  

Notas finales:

Nos vemos :* 


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