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Caerás cueste lo que cueste por ines111

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—No puedes seguir así hijo..


—Tu madre tiene razón Rin, tus calificaciones han bajado de golpe y de una manera muy notable— se removió en el sofá inquieto. Luego, miro a su esposa incitándola a continuar.


—Por eso es que hemos contratado un profesor particular para que te ayude en las materias que lo necesites.— aclaró la mujer pelirroja atenta a las acciones de su hijo.


—¿Cómo? ¿un profesor particular? ¡yo no necesito nada de eso!— protestó enfadado levantándose del sillón en el que estaba sentado.


—Rin hijo tranquilízate, no es nada malo. Tienes diecisiete años y estás en un curso muy importante para tu carrera, las notas cuentan mucho en este momento.— suspiró viendo cómo su hijo se quedaba pensando.


—Tener profesor particular no es nada malo, más bien es una ventaja.


—Tu madre tiene razón hijo, no todo el mundo puede permitirse tener un profesor particualar, piénsalo.


Rin se quedó pensativo, sus padres tenían razón, ¿qué podría ir mal?. Si se aburría del profesor siempre podía despedirlo sin ninguna complicación.


─De acuerdo.


─¿Cómo?


─Ya verás como te ayudará Rin─ sonrió con ternura. Luego, se acercó a su hijo estrechándolo entre sus delicados y delgados brazos.


─¿C-Cuándo viene mi profesor?─ preguntó sintiendo como el aire de los pulmones le faltaba, su madre le estaba abrazando con fuerza.


─¡Perdona cariño!─ soltó a su hijo un poco preocupada. Miró a su marido y vio que este tenía una expresión seria.


─Viene hoy a las seis, ¿cuántas horas crees que necesitas?


─Con una me basta y me sobra.


Él sabía que sus notas habían bajado drásticamente, es suficientemente inteligente para sacar sobresalientes en todas las materias, pero ¿para qué?. Sí, se necesita una buena nota en bachillerato para la carrera y buscar una buena universidad. Pero, ¿si no tienes motivación de que te sirve? Sus padres podrían pagarle una buena carrera, ¿entonces para qué?


─Si necesitas alguna más avísanos a mi o a tu madre, voy a llamar a tu profesor para comunicárselo.


─Vale, ¿puedo irme a mi habitación?


─Adelante


El pelirrojo sonrió y se marchó escaleras arriba. Escuchó la puerta de la habitación de su hijo y se acercó a su marido preocupada.


─¿Crees que Rin se llevará bien con su profesor?


─Es un muchacho agradable, he estado hablando con él. Además, acaba de sacarse la carrera como policía.


─¿Cuántos años tiene?


─Veintidos.


─Es demasiado joven..


─Por eso no te preocupes, está muy capacitado. Además, he pensado que ya que es bastante joven entenderá a Rin y su etapa adolescente, le podrá ayudar mucho.


─Tienes razón cariño.


─Voy a llamarlo.


 


Rin estaba aburrido, ¿cómo sería su profesor particular? ¿sería joven o viejo? ¿alto? ¿delgado? ¿rubio? ¿moreno?


Suspiró resignado estirando sus piernas en la cama y jugueteando con el teclado del móvil. En la comida su padre le había confirmado que vendría sobre las seis de la tarde, aún faltaba una hora.


¿Se llevarían bien o tal vez sería un maldito viejo aburrido? No aguantaba a los profesores de ese tipo, si quieren que sus alumnos les hagan caso simpletemente no hagan las clases tan monótonas.


Estaba sumido en sus pensamientos cuando recibió un mensaje de su mejor amigo.


 Haru:


¡Rin! ¿te apuntas al cine a las seis? Queremos ver una película de miedo, esa que tanto querías ver. ¿Mamá? Sí esa, ¿qué? ¿te vienes?


Suspiró, tenía muchísimas ganar de ver esa película, ¿por qué tenían que ir justamente cuando venía su profesor? Tecleó la respuesta resignado y dejó el móvil sobre la cama. A los dos minutos escuchó el pitido de un nuevo mensaje recibido.


Rin:


No puedo Haru, mi padre ha contratado un profesor particular para ayudarme con las asignaturas que tenga dificultad, ¿no podéis ir a las ocho?


Haru:


¿Un profesor? ¿y eso? Y sí, vamos a las ocho si no puedes antes, al fin y al cabo eras tú el que tenía tantas ganas de ver la película.


¡Genial! Ahora no eran tan malas las clases, por lo menos podía salir con sus amigos. Sonrió y le llegó otro mensaje de su mejor amigo.


Haru:


He quedado con Makoto, Rei y Nagisa a las ocho en la puerta del cine, ¡te esperamos ahí!


Rin:


¡Genial Haru, ahí estaré!


Dejo el móvil sobre su cama, las clases no podían ser tan malas, ¿verdad?. Cómo su padre le había dicho, eran una ventaja.


El señor Matsuoka abrió la puerta de su casa encontrándose con un muchacho de ojos azules, moreno y alto. Estaba vestido con una camisa vaquera, unos pantalones negros y unas deportivas azules oscuras. Iba informal pero normal, eso le gustaba. La vestimenta decía mucho de una persona, no quería que su hijo tuviera clases con un hombre de traje y corbata.


─¿Yamazaki Sousuke?─ preguntó confirmando que era él. Al ver como el muchacho asintió, estrechó su mano con una sonrisa─. Encantado, soy el señor Matsuoka como usted ya bien sabe.


─Yamazaki Sousuke─ sonrió estrechando la mano del hombre como cortesía.


─Esa muchacha tan joven que ve ahí─ señalo a la cocina, donde estaba una mujer pelirroja lavando los platos.─ Es la señora de la casa.


─Encantado de conoceros a usted y a su familia señor


─Mi hijo está arriba, en su cuarto, se llama Rin. Tiene diecisiete años y como ya le comente, tiene problemas con algunas asignaturas─ suspiró encogiéndose de hombros mirando a los ojos del muchacho─. Espero que puedas ayudarle y se lleven lo mejor posible, es un buen chico.


─Lo haré lo mejor que pueda para que Rin saque la mejor calificación posible.


─Me agrada escuchar eso─ se acercó a la puerta y la cerró. Miró al chico y le hizo una seña de que le siguiera.─ Vamos a su cuarto, así podéis empezar con las clases.


Rin estaba tumbado sobre su cama, su profesor particular ya estaba ahí, había escuchado el timbre de la puerta. ¿Cómo sería? Esperaba que fuera algo enrollado, no podría soportar en su casa también otra clase monótona. Escuchó como tocaban su puerta y, lo más normal que pudo, preguntó:


─¿Sí?


─Rin hijo, soy yo, ¿puedo pasar? Vengo con alguien.


─Pasad.


Se levantó de la cama nervioso. Escuchó el pomo de la puerta girar y vio como dos siluetas entraban a su cuarto. Vale, eso no se lo esperaba.


─Hijo, este es tu profesor particular, Yamazaki Sousuke.


─E-Encantado de conocerte. Me llamo Matsuoka Rin y tengo diecisiete años─ no pudo evitar tartamudear y, joder, para no.


Su profesor era muy joven y estaba bastante bien, ojos azules, moreno y guapo. Llevaba una camisa vaquera totalmente abierta con una camiseta interior blanca de tirantes que se le marcaba bastante. Mierda, su abdomen se marcaba demasiado, joder estaba muy bueno. Estaba comenzando a sentirse excitado con sólo mirarle, ¿por qué su profesor tenía que estar tan bueno? ¡ahora no iba a poder concentrarse en las clases! Se quedó mirándole hasta que escuchó como aquella varonil voz le hablaba.


─Encantado de conocerte Rin. Me llamo Yamazaki Sousuke, tengo veintidos años y de ahora en adelante seré tu profesor particular─ sonrió amable.


Mierda, esa sonrisa era su puta perdición. Ese hombre era perfecto y solo era cinco años mayor que él.


Sousuke se acercó al pelirrojo y extendiendo su mano en señal de cortesía diciéndole:─Espero que podarnos llevarnos bien, Rin.


Rin se mordió el labio inferior, ese hombre era demasiado sexy. Acercó su mano y la estrechó con la del chico:


─Yo espero lo mismo, profesor Yamazaki─ sonrió coqueto mordiéndose discretamente el labio inferior.


Ese hombre tenía que ser para él, costase lo que costase. Con solo tocar su mano había sentido como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, ¿cómo se sentiría ser suyo?

Notas finales:

¡Hola! Les dejo una nueva historia que lleva rondando en mi cabeza bastante tiempo :3

¡Amo esta pareja, están hechos el uno para el otro! *-* 

Sousuke es tan secsii *q* *q*

¡Espero sus reviews para ver si continuo la historia!~


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