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Intemperie por Vientoyhielo

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Hajime Isayama. La imagen usada es un fanart hecho por Lenaレナ

 

Advertencia: Este twoshot contendrá relaciones homosexuales y temática sexual. Cabe destacar que no está del todo ambientado en el manga en vista que es un año más en el futuro, sin embargo habrá mención de ciertas situaciones del manga actual. Por lo tanto contiene un poco de spoiler.

 

Dedicado: A Bella Yaoista ;u; mereces esto, amiga. Desde hace un tiempo quería regalarte algo xD quisiera hacer más aún, pero me esforcé uvu Creo que a este fic le he puesto más empeño que cualquier otro xD espero te guste :)

 

Beta: Ame8910 asfks gracias ;u;

Capítulo uno: Tempestad

El sol se abría paso entre las verdosas montañas visibles del Distrito Trost, iluminando el pasto, el terreno empedrado y macizo, y la enorme cadena de soldados que se encontraban en espera del sonido de las campanas; mayor anuncio de que las puertas que separaban el terreno humano del de los titanes se abrirían dejando salir a los valientes que buscaban la libertad en el profundo panorama.

A la cabeza de ésta cadena de soldados se hallaba Hanji, perfectamente instruida por los altos mandos y con las estrategias que había organizado en conjunto con Erwin Smith. El rubio a pesar de su condición siempre está al pendiente de lo que sucede con la Legión de Reconocimiento, quedando así como uno de los principales consejeros que Hanji estaba dispuesta a escuchar. Por supuesto, no es que Hanji no pudiese lograrlo sin ayuda, esa castaña era muy inteligente y una excelente estratega, el ex-comandante Erwin Smith no se había equivocado en lo más mínimo al haberla escogido como su sucesora en tan importante tarea y profesión.

Todos y cada uno de los soldados esperaban; con la respiración tranquila pero tensa y con un constante golpeteo en el pecho representado por el corazón, a que la puerta se abriera por completo y que ya hubiese el cese del ruido de las campanas. Hecho esto recibirían el mandato de su líder para entrar a las peligrosas y hostiles tierras que aguardaban por ellos.

Unos cuantos minutos más y la pesada puerta ya estaba en su punto más alto. La ahora comandante Hanji expresó la orden.

— ¡Atención! — Llamó la castaña a la tropa — Las puertas están totalmente abiertas. Desde ahora inicia la próxima expedición. — Dijo en voz de mando — ¡Andando!

La mujer de cabellos caoba alzó las riendas del animal que montaba, disparando el sonido del relinchar de su caballo y el estrepitoso ruido de los cascos aporreándose contra la tierra. Esto junto con la orden de la comandante, hicieron que los otros también alzaran las riendas de sus respectivos caballos y que avanzaran en fila tras ella.

Todos cabalgaban ahora rumbo a las peligrosas afueras de la muralla María. Con rostro cauteloso en su mayoría, otros se notaban impávidos pero no por eso eran soldados imprudentes. El objetivo era claro: luchar hasta donde puedan por el bien de la humanidad, abrir el horizonte para ganar más territorio humano, ir al sótano de los Jaeger en busca de las mejores pistas sobre cómo es que podrían derrotar a los titanes y ser liberados, dejando en cuenta que se presume que ése es el contenido que está encerrado en el mencionado sótano.

El camino era largo y tormentoso, pero no por eso Levi se haría hacia atrás. Nunca lo había hecho y jamás lo haría. No importaba las circunstancias ni la situación en la que esté, no iba a dejar de luchar por sus objetivos.

Seguir adelante en la lucha —que a simple vista parecía imposible— contra los titanes, era una promesa que se hizo a sí mismo después de que Erwin le diera una percepción distinta del mundo en el que a todos les había tocado vivir. Ése mismo día, donde pudo ver en carne propia las atrocidades de esas bestias que acorralan y aterrorizan a la humanidad. El mismo día en el que perdió a sus compañeros y fieles amigos Farlan e Isabel.

Por supuesto, el ojiplata sabía muy bien que así como él no se intimidaría por la situación y seguiría con su lucha, su subordinado Eren compartía una manera de pensar similar. Eren no era el joven más brillante o el mejor estratega, difícilmente podría idear un excelente plan dado a su imprudencia y por lo impulsivo que suele ser en situaciones difíciles. Tanto odio y desesperación por acabar con aquellos que dañan a la humanidad lo hacen arriesgarse más de lo debido e incluso de una manera estúpida. No obstante, ese muchacho no se le podía quitar la etiqueta de valiente, además de la increíble determinación que tiene por quitarle las cadenas a la humanidad para disfrutar de un mundo al que han sido privados durante décadas.

Levi durante sus años de experiencia en la legión había visto como los subordinados que pasaban por sus manos, al igual que otros camaradas, en la primera expedición se acobardaban. No es algo reprochable tampoco, dado al sitio y las circunstancias a la que deben enfrentarse en cada excursión. Sin embargo Eren en su primera expedición no había mostrado miedo, sino muchísima osadía, se había centrado en su objetivo de una manera impresionante, por lo menos al principio había mostrado firmeza. Pese a los resultados de aquél nefasto día para su escuadrón, el chico no parecía querer rendirse ante la cruda derrota. Su mirada decidida había resaltado en el rostro moreno del chico titán aquél día, y por lo buen observador que es Levi, lo había notado a la perfección. De nuevo ese muchacho había llamado su atención y era interesante a los ojos del níveo hombre de cabellos negros.

Para estos momentos, justo ahora ya era un poco más de un año desde que al ojiplata le encomendaron la tarea de tener a Eren bajo su cuidado y, sobretodo, vigilarlo.

En todo ése año pasaron muchísimas cosas que habían hecho a Eren crecer y madurar un poco, había mejorado en muchos aspectos. No podía decir que su imprudencia había desaparecido del todo, pero aunque sea no era el mismo muchacho descuidado que había visto en la celda subterránea y oscura aquél día.

Definitivamente, este Eren era un muchacho distinto.

Posteriormente, a un amplio recorrido en las tierras deshabitadas, la formación de la tropa fue formándose en la maniobra que Erwin había diseñado ya unos años atrás, separándose equitativamente para una mejor comunicación entre camaradas.

Levi alzó la vista al horizonte sintiendo la fuerte brisa remover sus cabellos al chocar con su rostro pálido como la porcelana, el cual también alzaba su capa color verde con las típicas alas de la libertad. Después de unos segundos, deslizó sus ojos grises como el hierro al adolescente que estaba lateral a él y un poco hacia atrás, Eren llevaba aquella mirada tan característica de él.

Determinación. Osadía.

Rápidamente, desde las murallas, ya todos los soldados se perdían de vista difuminándose en el paisaje verdoso y mostrando el sol al alba.

.

Eren bebió un poco de agua al tomar asiento en uno de los troncos viejos que se hallaban en la zona donde decidieron descansar. Ya habían recorrido una enorme parte del camino. Soldados caídos: muy pocos. No habían tenido muchas pérdidas, ya que el número de titanes que habían encontrado en el recorrido fue mínimo. El castaño se sentía bastante motivado a pesar de todo, con cada excursión parecían acercarse poco a poco a su objetivo.

— Ten.

Alzó su vista verdosa encontrándose con los ojos plata de su superior. Su vista gélida lo miraba al parecer esperando una respuesta, sin embargo Eren aún se encontraba inmerso —casi sin notarlo— en los ojos grises del mayor.

— No tengo toda la maldita tarde. Toma tu ración. — El pelinegro apretó un poco el entrecejo irritado, pensando qué tan idiota debe ser su subordinado para no comprender algo tan sencillo.

Eren despegó al fin su mirada esmeralda de los ojos de Levi y notó que el capitán le estaba entregando la ración de comida que le dan a los soldados en el pequeño descanso que estaban tomando a eso de las 3 de la tarde, posteriormente de hallar una zona segura por supuesto.

— Lo lamento, Señor. — Susurró un poco avergonzado por su tonta actitud llena de distracción.

Sin seguir vacilando tomó el alimento agradeciéndole el gesto al capitán.

En ese momento que cogió el almuerzo, su mano rozó la pálida mano de Levi, cosa que hizo estremecer ligeramente a Eren. El castaño se golpeó mentalmente por su repentina reacción, un tanto sorprendido.

¿Qué rayos le sucede?, ¿A qué venía esa reacción?; Eren admiraba mucho al capitán, quizás no como antes siendo algo similar a un "fan", pero aún lo hacía de manera moderada sin dejar de ser significativa. Pero... ¿por eso iba a reaccionar así ante un roce de manos? Mucho sol quizás, el cansancio y desgaste de estar durante horas cabalgando.

Tratando dejar el asunto atrás, empezó a comer su ración de alimento notando que Levi apoyaba su espalda en un árbol, también comenzando a comer. Unos cuantos segundos después se halló a sí mismo estudiando las facciones y movimientos del mayor mientras comía. Éste parecía no notarlo, pues su vista fría estaba dirigida al camino que debían seguir a la vez que recuperaba fuerzas como los otros soldados.

Porcelana.

Eren comparó a Levi con la porcelana al ver el notorio contraste del color de su piel con el negro de sus cabellos.

Después de algunos segundos Eren desvió la mirada cuando Levi ladeó el rostro a su dirección. Temiendo por haber sido descubierto, Eren se removió un poco.

— ¿No quiere sentarse? — Preguntó procurando no pensar en lo anterior.

— Hay mucho moho en ese tronco, me es mejor quedarme de pie. — Le respondió Levi. Se notaba el disgusto en su voz, ya que para él era algo muy desagradable.

— Podría sentarse en mi lugar. Aquí no está cubierto de moho.

— ¿Qué piensas que soy? ¿Una anciana o algo así?

— ¿Eh? Yo... no dije eso. — Contestó algo abrumado pensando en la probabilidad de haber hecho enojar a su superior.

El ojiverde se rascó un poco la nuca desviando la mirada y se levantó.

— Ya había terminado — Añadió Eren comiéndose las últimas migajas — Así que de todos modos el asiento quedaría libre.

El castaño se levantó del tronco bajo la atenta mirada del capitán Levi. Eren quiso hacerse el distraído, que no notaba la vigilancia de su superior, quien parecía estudiar cada uno de sus movimientos. El moreno terminó caminando a su caballo hasta que sintió que la fría mirada se despegaba al fin de su cuerpo, ya sentía un poco de más calma.

Sus dedos se pasearon por el pelaje de su caballo, sintiendo la suavidad de ésta. La mano del de piel tostada iba por todo el lomo del animal y luego terminó tocándole el hocico con afecto. Le agradaba Loyal, era un caballo fuerte y lo había acompañado en varias excursiones antes. Su fiel corcel tenía un nombre muy adecuado, y al tenerlo consigo tanto tiempo lo hizo encariñarse al animal.

Luego de unos minutos acariciando el pelaje del caballo, sin darse cuenta había llegado a su mente la imagen de los fríos ojos del capitán, que a pesar de ser tan gélidos y expresar dureza, de cierta forma le inspiraba serenidad.

Eren dejó salir un suspiro, no es bueno distraerse así en plena expedición, y mucho menos pensando en eso.

— Ven, Loyal. Debes tener sed. — Le habló al caballo y tomando las riendas caminó un poco hacia el bosque, del cual a simple vista se notaba tener un riachuelo.

Serían unos cuantos metros. Nada grave.

Como si su mente quisiera burlarse de él, volvió a pensar en lo mismo. Ojos fríos y filosos como espadas.

No era la primera ocasión en la que pensara en ello. Algunos apodan los ojos como "Las puertas del alma", dicen que cuando miras los ojos de alguien puedes entrar a su mundo, indagar en sus sentimientos cuando los ves con mucha atención, y quizás podrías entenderte mejor con esa persona.

Patrañas.

De vez en cuando deseaba que fuese cierto en su totalidad, más de una ocasión ha querido leer el rostro de su superior para cerciorarse de que obtiene su aprobación al terminar algo que le haya encargado. Pero ese hombre era tan inexpresivo que difícilmente podría leerlo con sólo mirarle a la cara.

Eren se preguntaba... ¿El capitán Levi siempre fue así?, ¿Desde siempre tenía ese rostro inexpresivo y mirada gélida?, ¿Podría tener expresiones distintas a esas, que todos ya habían visto?

— Separarte del pelotón en medio de una excursión es una decisión estúpida, irresponsable e irracional.

El ojiverde se sobresaltó un poco al oír la voz grave y helada de su superior, al ladear el rostro lo vio cruzado de brazos, reprochándolo con la mirada.

— No es muy lejos... sólo quería que Loyal bebiera agua.

— El bosque es denso y fácilmente te puedes extraviar, aunque sea una distancia corta, podríamos partir y dejarte aquí por error, mocoso inepto. Causarías un gran problema sólo porque quieres que un caballo de alto rendimiento beba agua. Estos caballos están muy bien entrenados y pueden soportar arduas horas sin beber ni una sola gota de agua. Lo sabes muy bien, ¿o no? — Terminó la frase con un tono fuerte, mostrándole firmeza en su reprimenda.

Eren notó que era cierto y no había excusa para lo que acababa de hacer. Se descuidó por pensar en tonterías.

— Lo siento, Capitán - Dijo después de un suspiro.

Levi lo miró por unos segundos aún sin abandonar su semblante lleno de seriedad y frialdad, a Eren le incomodó un poco incluso porque tenía cierto aura intimidante, parecía molestarle algo más, algo que no podía describir o identificar aún.

Decidió preguntar.

— ¿Sucedió algo, Capitán?

— Yo soy quién debería hacer esa pregunta. ¿Tengo algo en la cara o es que te molesto? — Exigió saber Levi.

— ¿Disculpe? — Eren se sintió confundido por la actitud del mayor y la pregunta que le había hecho.

— ¿Por qué me miras tanto?

— ¿Mirarlo? ¿D-de qué está...? — Farfulló.

— No creas que soy estúpido. — Le interrumpió el de rostro porcelana — Ni siquiera te veías concentrado en comer rápido sabiendo que tenemos el tiempo reducido. Esto es una expedición, no un día de campo.

El castaño no sabía qué responder. ¿Lo descubrió? Bueno, por supuesto que lo hizo, pero Eren creyó haberse asegurado de que no lo descubriría. Además ¿Cómo iba a explicarle su actitud? ¡Ni él mismo comprendía el porqué!

Eren aún tratando de pensar en una razón lógica vio como el soldado más fuerte se acercaba a su cuerpo. No se alejó, se quedó quieto oyendo los suaves pasos del pequeño soldado junto con el ruido de sus pulcras botas al dar contra el suelo. Levi al estar frente a Eren, levantó un poco el rostro para mirarlo directo a los ojos.

Una mirada fría y tan inexpresiva como siempre.

— Responde. — La seca voz del capitán resonó en voz de mando. Era una orden — ¿Es algo en mí que te disgusta o molesta? — Le preguntó sin rodeos — ¿O más bien... es algo que te agrada?

Eren lo miró sorprendido. Sintió que la pregunta ahora era más difícil de contestar. Tragó grueso, el rostro de Levi estaba cerca, muy cerca, quizá de hecho era la primera vez que lo tenía así de cerca —sin contar la vez del juicio—. Era una distancia para ver perfectamente cada facción y contorno de su níveo rostro.

Sin embargo, no había tiempo para fijarse en eso y quedársele viendo sin más, necesitaba articular algo antes de que el Capitán Levi se enojara aún más por sus tonterías. Pero ni siquiera sabía si lo último era en serio o si fue sarcástico. Igual que siempre no había forma de leer el rostro del ojiplata.

Al ver que Levi se alejaba un poco sin despegar la mirada se sintió nervioso, pensaba que al no haberle respondido a su capitán lo había molestado más y ahora sería castigado.

— Olvídalo. Se hace tarde, bastardo con suerte. — Se dio vuelta — Andando. No nos hagas perder más el tiempo — Dijo mirándolo de reojo antes de volver a ladear el rostro al frente y caminar.

— ¡Sí, Señor! — Golpeó su pecho en el típico saludo militar y luego tomó las riendas de su caballo para caminar tras Levi y, finalmente, volver a la formación.

.

El retorno al recorrido estuvo libre de complicaciones, lo cual no era muy usual, sin embargo en más de una expedición han tenido esa suerte de solamente encontrarse con dos o tres titanes y acabar con ellos sin mayores daños en los soldados de la legión. Quizás eran afortunados hoy y sería una exitosa expedición.

O por lo menos era lo que pensaban...

A medida que iban avanzando —hora tras hora— la brisa se estaba tornando aún más fría pese a la época del año en la que se encontraban, al punto que al chocar con la piel se sintiera un poco cortante.

Numerosos soldados se acomodaban el uniforme a causa de eso. Más de uno notó repentinamente como el cielo iba nublándose poco a poco.

Para Levi había algo allí que no iba bien. No era algo que él pudiese explicar en palabras, solamente podía decir que era un mal presentimiento, una corazonada que le advertía de algo, una cosa que posiblemente dejaron pasar desapercibido.

El hecho que todo estuviese tan tranquilo desde hace rato no era algo que podría celebrar como lo hacían muchos otros soldados que estaban cerca compartiendo el mismo flanco. De hecho, le enojaba que estuviesen aplaudiendo y gritando por emoción cuando aún estaban en un territorio peligroso. Emocionarse y bajar la guardia es arriesgado.

De cierta forma logró recordar exactamente cómo fue ese día en el que Farlan e Isabel murieron, todo iba muy bien hasta que empezó la fuerte lluvia.

De un momento a otro unas frías y pequeñas gotas empezaron a caer una tras otra, quien no pudiese ver el cielo lo describiría como una llovizna pero simplemente las nubes grises delataban que era todo una tempestad lo que se aproximaba de manera silenciosa.

Pese a esta situación siguieron avanzando un poco más, viendo como convertían los pocos minutos cada vez acercarse a la hora.

Hubo un momento en el que la formación entró a un denso bosque, si desviaban el camino estarían perdiendo más del valioso tiempo, esa era la razón por la que Hanji decidió entrar. Sin embargo la lluvia no cesaba, más bien se notaba más fuerte y constante que antes.

— Maldita sea. — Soltó el capitán para cuando entraron más al bosque.

— ¿Capitán? — Eren escuchó a Levi a pesar de que había sido un susurro lo que salió de los labios pertenecientes al contrario. Miró atento a su superior en espera que dijera algo, se notaba que Levi tenía algo en mente.

— No sé en qué estará pensando esa maldita cuatro ojos. Deberíamos regresar ya antes de que llueva más fuerte.

Era muy bien sabido que la formación y estrategia diseñada por Erwin era efectiva cuando de ahorrar bajas en los soldados se trataba, pero también se sabía que como toda fortaleza esto tenía su propio talón de Aquiles.

Los factores limitantes de la visión.

La lluvia era uno de los peores enemigos de la mencionada formación, ya que el viento dispersaba las bengalas y la neblina formada por las gotas distorsionaba la vista, cosa que conllevaba a una falta de comunicación entre toda la cadena de soldados.

Ese simple y pequeño eslabón podría dificultar la misión, o peor, hacerla letal.

— Comandante, la lluvia parece que viene aún peor. — Comentó un soldado que acababa de revisar el panorama con un telescopio.

— Regresemos.

— ¿De verdad, Comandante Hanji?

— Nuestro trabajo como la Legión de Reconocimiento es investigar más de aquellas tierras que no son tocadas por el hombre, nos debemos enfrentar a toda clase de problema. Sin embargo no nos podemos arriesgar a perder más soldados, ya pudimos avanzar lo suficiente, es mejor volver. — Explicó Hanji — Después de todo, hemos avanzado mucho ya. Y tal parece que no hay tantos titanes en esta zona. — Añadió después antes de sacar su pistola de bengala.

Hanji alzó el brazo y de un solo disparo indicó el cambio de dirección para una retirada.

Un poco más adentro del denso bosque estaba Levi junto con su pelotón más reciente. Aún se preguntaba hasta cuándo iban a estar avanzando, de por sí, es difícil seguir la formación en un bosque y que ahora se le agregara una fuerte tormenta en medio lo hacía peor aún.

— ¡Señor! — Exclamó un soldado desde el lado izquierdo, era el más asomado entre la maraña de ramas de tantos árboles en la densa flora del lugar — ¡Veo el humo de retirada!

— Bien. — Fue la corta respuesta del pelinegro — Dispara entonces para que los otros también la vean. — Agregó antes de dirigir la vista al cielo y por fin ver entre las hojas el colorido humo que salía de la bengala. Así que ya era hora. Por fin dejarían ese terrible lugar que sólo le daba muy mala espina.

Levi al desviar la mirada para llevarla hacia al frente y cambiar el rumbo de dirección le indicó a los otros que también lo siguieran.

El joven muchacho que le anunció a su superior sobre la señal de la comandante se encontraba justo ahora buscando cumplir con la orden de Levi. Sí, buscaba, puesto a que se estaba demorando mucho y una de sus compañeras hasta de hecho se enojó.

— ¡Vamos, Troy! ¿Qué esperas? — Fue una exclamación y un murmullo a la vez, ya que en realidad no quería hacer enojar a su líder.

— No encuentro la bengala correcta.

— No seas idiota. ¡Apresúrate! Es peligroso. — Volvió a reprochar la chica. Se sentía tensa por algo que no podría describir en palabras.

Era increíble que ese muchacho haya sido asignado al pelotón de Levi, pues era alguien distraído. Pero pese a esto un buen soldado. Sin embargo, ¿cuántos buenos soldados no han caído al vérselas con un titán?

— Ya está. — Sonrió victorioso el joven.

Después de esa escena todo pasó muy rápido, demasiado repentino y casi de una forma irreal. Sólo fueron unos pocos segundos nada más, ¿cómo había sido suficiente tiempo para cambiar toda la situación, que hasta el momento no había ido nada mal? Lo que ocurrió fue lo siguiente:

Al levantar la mano y apuntar con la pistola de bengala al cielo grisáceo con el rabillo del ojo el muchacho notó algo, un inusual movimiento.

Un parpadeo.

Y sin siquiera poder jalar del gatillo fue aplastado por una gigantesca mano. El humo de color se esparció por todo el lugar de manera desordenada, cegando a los presentes.

Lo peor del caso era que no se trataba del único titán cercano.

— ¡Suban! — Ordenó Levi activando su sistema de maniobras tridimensional.

Sólo al elevar el cuerpo de su caballo tomó sus espadas colocándose en una rama alta, buscando con la mirada a sus otros integrantes. No los veía aún y tampoco lograba ver al titán que acababa de aplastar a su subordinado.

— ¡Capitán! — Ese grito desesperado vino de Troy quién probablemente estaba siendo dirigido a las fauces del titán.

Sólo con su sentido del oído logró descubrir la ubicación del titán. De un movimiento rápido acabó con él, pero también le bastó para notar lo tarde que era, su subordinado ya había sido tragado.

La fuerte lluvia dispersó los colores de la bengala mostrándole el destructivo panorama. Ellos no habían sido los únicos que fueron atacados por los titanes.

Habían demasiados, aquellos seres gigantescos se la habían arreglado para esconderse entre la maleza y las frondosas ramas de los árboles. Los cadáveres eran muchos también, podría decir fácilmente que eran unos dos o tres escuadrones, y entre ellos habían dos recientes del suyo; Troy y Benjamin, de su propio escuadrón.

De un salto volvió a clavar el gancho de su sistema de maniobras en otro árbol, y al oír el estruendoso sonido de la transformación de Eren extrañamente sintió menos peso en los hombros. No obstante, continuó con lo que debía.

Se lanzó contra varios titanes, cortando nucas una tras otra, pero parecía que los bastardos no dejaban de llegar.

El pelinegro logró ubicar a su escuadrón regados entre las ramas de los árboles, Eren en su forma de titán peleaba contra varios, brindándole protección a su pelotón mientras que ellos debían lidiar con otros cercanos. Levi cambió su dirección para acercarse a ellos, debía hacer algo para tomar un poco de control aunque sea.

Tuvo que cortar muchas nucas para llegar al sitio que estaba a varios metros de su ubicación anterior.

— Trina, pide ayuda. Yo me encargo.

— Pero capit...

— ¡Hazlo. No pierdas tiempo! ¡Te voy a despejar la zona para que logres alcanzar! — Tuvo que gritarlo por lo lejos que estaba ahora.

Vio a la chica bajar con rapidez. Levi sabía lo arriesgado que era su mandato, pues las bengalas estaban en los morrales con caballos. Todos habían huido a causa del miedo pero, había logrado ver que una mochila cayó de estos ante los fuertes movimientos del animal, y allí estaba, tirado a las raíces de un árbol que por suerte aún se sostenía después de tantos golpes de los gigantes.

Y así como lo había prometido despejó el lugar. Dándole el tiempo necesario a la muchacha de tomar la mochila y regresar rápidamente a una de las ramas más altas, buscando la mejor posición para disparar.

Esa porción del bosque se llenó de gruñidos de los titanes, gritos por algunos soldados cayendo ante ellos y también jadeos de cansancio.

No había cese de la lluvia, pero aun con eso el frío que anteriormente hacía, se extinguió por completo, dejando sólo un calor insoportable. Parecía quemarse la piel con todo el abrasador vapor que salía de los titanes que acababan de ser aniquilados y sumando también la gran actividad en sus cuerpos.

— ¡Es nuestra última bengala, señor! — Anunció la soldado con notorio nerviosismo. Todo se estaba escapando de las manos.

Jadeaba aún cortando la gruesa carne de las nucas de los titanes, sintiendo cada vez más tensión en sus músculos a causa del esfuerzo de mantener la velocidad, aún vigilando con que no siguieran llegando. Pero no paraban. ¿Cómo esto era posible?

¿Cómo es que han matado a tantos y la cantidad sólo parecía duplicarse?

— ¡No tengo gas! — Escuchó a uno de sus subordinados.

Giró el rostro para mirar.

Exacto. El gas era limitado. Y si seguían sólo terminarán metiéndose más en el problema en lugar de resolverlo. Observó bien a su alrededor, sintiendo más presión en sus hombros, debía pensar en algo y rápido o todos iban a morir allí. Dejando en vano la muerte de otros camaradas y subordinados.

En todo ese ajetreo terminaron metiéndose más al bosque sin darse cuenta. Pero también pensó en una posible solución.

Era arriesgado, muy complicado además y se estarían exponiendo a perderse en la infinidad del territorio. Pero les haría guardar fuerzas y al caer la noche podrían intentar regresar. Todo por el precio de adentrarse unos metros más allá donde desde su ubicación se notaban árboles más altos, ni siquiera los de 15 metros alcanzarían.

— ¡Avancen al norte! — Ordenó en seguida.

Con gran velocidad fue hasta Eren que parecía estar llegando a su límite, le faltaba un brazo y gran parte del torso. Ya que estaba un poco más lejos seguramente no escuchó la orden. Al tenerlo en frente habló desde la rama de un árbol.

— ¡Eren, debemos avanzar! ¡Es mejor que salgas! — Le ordenó.

Notó a Eren reaccionar dirigiendo su atención a él. El gigante dio otro puñetazo con el brazo que conservaba al titán que le mordía las costillas, aniquilándolo en el acto y se acercó más a Levi. De repente Eren se vio alterado por algo, Levi creyó incluso que estaba dando indicios de perder el control —cosa que hacía mucho que no sucedía— y observó como lanzó un golpe a su dirección, sin embargo no era para él, lo notó al ladear el rostro y encontrar a un gigante de quince metros tras de sí.

Tuvo que quitarse ya que Eren había caído gracias al cansancio, estaba en su límite después de todo, Levi sabía lo cansado que era para el cuerpo del chico mantenerse en su forma de titán. Al caer derribó el árbol en el que anteriormente estaba.

A la altura por donde observaba ahora notó que Eren yacía tirado en el suelo y el titán que acababa de ser golpeado estaba a punto de morderle la nuca, y Eren parecía no poder levantarse.

Levi sintió la tensión en su cuerpo por aquello que acababa de ver, la preocupación lo recorría ahora.

Sin perder ni un segundo más se desplazó hasta el cuerpo del otro titán y con rapidez lo eliminó.

— ¡Idiota! ¡Estás en tu límite! — Gritó ahora cortando en la nuca de la forma titán de Eren. Debía sacarlo rápido.

Y así hizo. Enfundó su espada derecha y metió la mano en las fisuras de carne hirviente en busca de su joven subordinado, encontrándolo en el acto. Tiró de él con fuerza y con algo de preocupación en cuanto a su estado.

Al verlo se dio cuenta de que seguía semi-consciente. Por suerte.

Debían salir rápido, a estas alturas no le quedaban más que sus espadas ya algo gastadas, las demás de reserva ya las había terminado de quitar el filo a causa de todo el problema anterior.

Levantó a Eren apoyándolo de su hombro y así mismo empezó a avanzar al norte como había ordenado. El ojiplata miró a su alrededor atento, buscando el panorama menos peligroso ya que una de sus manos estaba ocupada como para seguir peleando.

Llegó unos metros más allá siendo tan cauteloso como siempre y para su fortuna la cantidad de titanes iba descendiendo a medida que se acercaba a los enormes arboles. Sin embargo ese pequeño momento de suerte no duró mucho, pues justo antes de llegar al sitio más seguro —la rama más alta— ocurrió lo que estaba previniendo. Tanto su cuerpo como el de Eren empezaron a descender porque su equipo de maniobras se había quedado sin gas.

El estruendoso ruido de sus cuerpos al caer alertó a Trina que se hallaba cerca.

— ¡Capitán!

El golpe lo mareó un poco, no obstante logró tomar compostura, al tratar de levantarse un dolor punzante le invadió la pierna y ahí, en ese momento fue que notó la delgada pero dura rama que atravesaba su pierna derecha. La tensión de nuevo llegó a él cuando no vio a Eren cerca.

.

— ¿Cómo que no están? — Preguntaba la comandante Hanji con un semblante de molestia y preocupación a la vez.

— Lo siento, Comandante pero esta es la lista de los que llegaron al interior de las murallas.

Tomó la lista y leyó rápido. Faltaban muchos, demasiados...

No se debía revisar la cantidad de soldados después de entrar a las murallas. Siempre se hacía el chequeo antes para ver cómo podrían solucionar la falta de algún miembro. Pero en vista de los acontecimientos con el clima no pudieron hacer ninguna parada, además que ya se hacía tarde.

— ¿Por qué faltan tantos? — Dijo viendo las casillas vacías en los nombres donde habría que marcar si estos regresaron. Apretó el entrecejo — ¡¿Por qué nadie me lo notificó?!

— N-nadie lo notó, Comandante Zoe — Se explicó el soldado.

Hanji respiró profundo. ¿Qué sucedió? Iban tan bien...

Se suponía que la misión iba desarrollándose sin muchas bajas, ¿por qué ahora faltaban tantos soldados en llegar? ¿Por qué Levi y su escuadrón tampoco llegaban? Y Eren estaba con ellos, prácticamente dos de sus soldados más valiosos ya no estaban.

— Necesitamos un grupo de rescate. — Dijo finalmente devolviendo la lista.

— No se puede. Aún llueve...

— ¡Es lluvia! ¡¿Vamos a dejarlos ahí por lluvia?!

No eran sólo soldados...

— Creo que usted misma sabe lo problemático que es. — Escuchó ahora a Moblit, tratando que la mujer pensara mejor las cosas — Además, pronto anochecerá.

Tragó grueso. Sin tener un buen campo de visión sólo sería una misión suicida, estúpidamente innecesaria.

Hanji asintió y miró seriamente a los demás.

— Al amanecer iremos a buscarlos.

.

Encontró a Eren, estaba vivo.

No le quedó de otra que atarlo a su espalda para empezar a escalar a un sitio más alto utilizando un par de navajas.

Trina estaba herida gravemente y tanto él como Eren tenían otras heridas más. Tuvo que bajar ya que Eren y Trina —ésta en busca de ayudar a mover el inconsciente cuerpo de Eren, por tal motivo también se había acercado— habían sido atacados por un titán de 10 metros. Logró alejarlos de sus fauces, pero a coste de que Eren perdiera un brazo y una pierna y la otra muchacha la pierna. Para la mala suerte de ésta última, esa extremidad no volvería.

Trina se hallaba en una rama que el de 10 metros no alcanzaría, pero no podría dejarla ahí. Le indicó que mantuviese la calma porque iría por ella.

Al llegar a la zona segura dejó a Eren recostado, evaporando por cada herida, pero un poco más lento de lo normal.

Como había dicho volvió por la chica y la llevó también atada a su espalda. Totalmente exhausto llegó a la zona segura.

Menuda situación, fue lo que llegó a su mente. El cese de la lluvia dejó ver poco a poco cómo el sol iba poniéndose.

Sin provisiones, sin armas y con heridas estarían allí hasta quién sabe cuándo. Sólo les quedaba aferrarse a sus vidas y esperar algo.

Era difícil de entender lo que había sucedido. Vivían en un mundo extraño después de todo.

…Continuará...

 

Notas finales:

Nota: Loyal significa leal

Ok, esta historia la tenía en mente desde hace medio año o.o Sí, no exagero. De hecho, iba a ser un oneshot, pero mi beta me aconsejó dividirla y de hecho es mejor porque aún le falta a esto xD 

Había empezado la historia pero luego paré de escribirla, la hacía a palabrita y palabrita (casi) y luego de dos meses sin tocarla decidí terminar la primera parte :| es gracioso porque la parte de acción la logré hacer oyendo un soundtrack de Amazing Spider-Man 2 xD Es My enemy (paranoia) esa de su pelea contra Electro :'D

Ojalá lo hayan disfrutado. Me esforcé en hacerlo asfls.

Dudas, opiniones y sugerencias estaré más que feliz de leerlas en reviews uwu Quisiera saber qué tal manejé las personalidades.

Besitos y chaito ♥

 


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