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Correspondencia (Maze Runner - Minewt) por Kuromitsu

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! He vuelto con una nueva historia, esta vez ambientada con los sucesos y personajes de Maze Runner.


Espero les guste.

Ya está, se había ido para siempre. Alby no iba a regresar.

Pasó las manos por su cabello, ensartó las uñas en su piel a propósito con el mero objetivo de sentir el dolor físico atravesar sus terminaciones nerviosas. Despertar, sí, necesitaba despertar de ese infierno en el cual se había visto envuelto momentos atrás.

No sabía qué hora era siquiera, estaba oscuro y las antorchas del exterior apenas lograban iluminar el interior de la choza. Pero no quería luz. La claridad llegaría con el correr de las horas, con el comienzo de un nuevo día; dejarían al descubierto todos los destrozos que esos malditos laceradores habían hecho en el Claro y con ello, inevitablemente, la herida de su pecho ardería aún más.

—Alby se fue, Alby se fue —murmuró haciendo rechinar los dientes a consecuencia de la incredulidad y de la rabia— No volverá. Alby está…

“Muerto” pensó, pero sus labios no le obedecieron en lo absoluto. Tampoco iba a forzar a su cuerpo a hacer cosas que no quería, o en este caso, a decir cosas que no quería. Sin embargo, era la única forma que veía posible para poder convencerse de que sí, lo había vivido, lo habían vivido todos también.

Alby siendo agarrado por los laceradores y desapareciendo a través de la abertura del refugio. Sus palabras dirigidas especialmente a Thomas, que los sacara a todos de ahí… ¿Por qué siquiera se las había dicho a Thomas y no a él? Probablemente sentía que no era un buen líder, y viendo objetivamente el momento que estaba pasando, era así. Thomas estaba fuera ayudando, mientras que él estaba escondido en una de las pocas chozas que habían resistido el ataque.

Shuck.

Se había marchado de las tareas de limpieza del Claro, excusándose pobremente. “Necesito estar a solas unos momentos” había logrado decir, con la boca seca y el ceño fruncido, a lo cual el resto respetó su solicitud sin chistar.

Tal vez se habían dado cuenta de lo mucho que quería a Alby. Tal vez sabían de esa vez, semanas atrás, donde se habían internado en el bosque…

—Alby, ¡Alby!

El rubio siguió al líder del Claro apenas, con la cojera ralentizando notablemente su paso. Lo veía adentrarse más y más en el bosque, como si éste no tuviese final, como si estuvieran andando en meros círculos. Entonces Alby se detuvo de forma abrupta, casi logrando que Newt chocara contra él.

—No entiendo para qué me traes acá, ¿acaso los corredores vieron algo en el Laberinto? —espetó, intentando recuperar el aliento— De ser así, bloody hell, podríamos haberlo hablado “un poco” más cerca de los demás, ¿no crees?

Sonrió para demostrar que su enojo no era sincero, pero sus ojos no reflejaron lo mismo. La verdad, estaba preocupado por ese súbito cambio de comportamiento de la persona que se suponía, era el líder. Dobló su cuerpo y apoyó sus manos en sus muslos debido al cansancio, respirando hondamente en un intento de ofuscar el dolor de su pierna coja.

Estúpida pierna.

—Newt.

Levantó apenas la vista y necesariamente tuvo que retroceder unos pasos. Alby se había acercado a su rostro demasiado, tanto que por tan solo un instante percibió su aroma mezclado con sudor, remeciendo de pies a cabeza su percepción.

¿Qué shuck se suponía que estaba haciendo? Con su aliento tan… cerca, tan palpable. Volvió a agachar la cabeza para así recuperar un poco el control de sus sentidos.

Alby no tenía idea de lo increíblemente tenso que le ponía ese tipo de cosas. Con cualquier otro no importaría en lo más mínimo, pero siendo él era caso aparte.

Porque le agradaba.

—Por qué hiciste eso… —susurró, sonriendo inmediatamente después, con su mirada nerviosa vagando hacia todos lados. Sonreír era lo único que podía hacer para tapar ese incómodo momento— Existe algo llamado espacio perso…

—Newt, mírame —le interrumpió.

Tragándose su sonrisa falsa, obedeció.

Sus ojos dictaron el mudo mandato de verlo a la misma altura, por lo que Newt se paró con la espalda recta debido a la tensión, haciendo obvia la pequeña diferencia de alturas. Ahora en vez de ser él la persona que miraba desde abajo, era Alby. La única muestra de dominación que había tenido en su presencia.

La única forma de autoridad que habría podido emplear contra él. Porque la verdad le gustaba estar bajo su jurisdicción, ser su brazo derecho nada más.

Se sentía protegido. Y la protección era un tipo de cariño, ¿no?

¿No?

—Mira, te traje aquí porque… —le vio dudar— Yo…

Su voz se apagó, pero luego de unos segundos de incómodo silencio Alby volvió a tomar la palabra con renovadas fuerzas.

—Al carajo los nervios —desvió la mirada tan solo unos segundos antes de volver a mirarle, intensamente, con su tez morena brillando por efecto del sol— Newt, creo que me gustas.

 

Sí, lo recordaba tan nítidamente que hacía el dolor incluso más insoportable de lo que ya era. Sus ojos, sus condenados ojos se veían finalmente trasparentes: le dejaron ver el rincón de su alma. Sus miedos, sus nervios; absolutamente todo había salido en ese momento.

Alzó su mano y tocó sus labios tímidamente con la punta de sus dedos.

—No bromees, Shank —respondió, con el corazón latiendo fuertemente.

—¿Crees que te habría traído acá de ser una estúpida broma? —sus ojos siguieron mirándole directamente, sin hacer ademán de ocultar su verdadero yo.

Newt pudo ver su alma. Y su alma no podía mentir.

Dejó que se acercara más. Apretó sus dedos debido al nerviosismo, no se atrevió a devolverle de nuevo la mirada y mantuvo la cabeza gacha.

Su voz. Que dijera su nombre una vez más para convencerse de que no era una broma…

—Newt…

Leyéndole el pensamiento hizo exactamente lo que el rubio quería, pronunciando su nombre con su grave voz. Tan solo ese pequeño estímulo logró finalmente destrabar los labios de Newt.

—Si es verdad lo que dices —habló rápidamente, intentando mantenerse estoico con poco éxito, con los nervios invadiéndole, con el cuerpo tembloroso, la percepción volviéndose lentamente borrosa, sintiéndose desfallecer, con apenas un respiro para poder responder lo que realmente quería desde el principio— Tú también me…

No alcanzó a terminar su frase cuando sintió su barbilla ser levantada por la corpulenta mano de Alby, y a continuación sintió el contacto inesperado de los labios de Alby en los suyos propios.

Apenas un ligero toque, con una suavidad impropia de él. Newt ni siquiera alcanzó a reaccionar ni a cerrar sus ojos cuando Alby terminó el contacto entre los dos, alejándose unos centímetros de su rostro.

Y Newt le vio sonreír.

Quiso gritar pero su garganta se lo impidió. ¡¿Cómo había sido tan estúpido?!

Luego de ese beso no supo qué hacer, y debido a la ansiedad del momento hizo lo contrario a lo que realmente deseaba ardientemente hacer. Huyó. Huyó cuando lo único que quería en el mundo era devolverle ese beso con toda la intensidad posible, hundirse en su pecho, llorar debido a las vueltas de la vida.

Pero incluso ahora no podía llorar. No le salían las lágrimas, no había forma de liberar todo el dolor que cargaba consigo.

Sentado en el piso de la choza, estiró su pierna que le hacía renguear. Probablemente tendría esa marca de por vida pero no le importaba en lo más mínimo, ya que incluso eso le unía indeleblemente a Alby. Sonrió torcidamente.

—¿Newt?

La voz de Minho quebró de inmediato su sonrisa, pero aparte de eso no hizo gesto alguno que indicara que le había escuchado. Que lo dejaran solo por al menos unos minutos…

No necesitaba la presencia de Minho por sobre todas las otras personas. Es que no se atrevía a echarlo. Tampoco se atrevía a mirarle directamente, ni tampoco tenía la valentía suficiente como para conversar con él.

—Estar lejos de donde te necesitan no hará que vuelva.

“No, Minho, no. Mantén la boca cerrada y vete, por favor”.

 Frunció el ceño sin querer, como siempre lo hacía ante dificultades. Es que Minho… era especial.

Después de ese día en el bosque, pasaron unos días horribles. Recordó la forma en que Alby intentaba de toparse con él lo menos posible, ocupándose más de lo normal en los asuntos del Claro. Nunca le dirigía la palabra más de lo estrictamente necesario y eso, a decir verdad, le estaba quebrando por dentro.          La única persona que efectivamente cuidaba de él sin siquiera saberlo, la única persona que se ponía a su disposición antes de la apertura de la puertas y luego cuando éstas se cerraban en el atardecer volvía a su lado…

Era Minho.

Él le había cuidado cuando más lo había necesitado sin siquiera saber qué le sucedía. Pero incluso sin decirle nada jamás acerca del problema (que lo tenía con pesadillas por las noches), intuía, no… sabía que Minho era el único que se había dado cuenta de su súbito cambio anímico. Los demás estaban demasiado inmersos en sus propios problemas y obligaciones como para notar que estaba frunciendo el ceño más de lo habitual, o que cada vez que divisaba a Alby se ponía horriblemente tenso.

Lo peor vino cuando un par de semanas más tarde, antes de que llegara Thomas al Área, donde Alby por fin le dirigió la palabra llevándolo de nuevo al bosque.

—Lo que te dije hace unos días, yo… estaba confundido.

“Mentira, mentira, mentira”.

Pero era verdad. Recordó el haber esbozado una sonrisa falsa y acordar lo mismo, simplemente porque no quería tener más problemas con Alby. Si mantenía su postura de enamorado no correspondido, probablemente la distancia se hubiese hecho mayor y mayor…

Era divertido que incluso estando encerrados como lo estaban en el Claro, podrían haber pasado perfectamente días o semanas sin verse las caras, si así lo hubiese querido Alby. Y eso era justamente lo que intentó evitar.

Si los días lejos de él habían sido un infierno, los siguientes fueron incluso peor. Sus pesadillas se volvieron terribles, tanto que lograba despertar a los demás a mitad de la noche con su alboroto. Con sus gritos.

Se ruborizó un poco apenas al pensarlo. Qué ridiculez más grande, gritar por algo que ni siquiera era capaz de controlar.

Fue ahí cuando sin decir o consultarle a nadie, Minho reclamó la hamaca contigua a la suya.

—Te despertaré si comienzas a gritar como loco otra vez.

Y lo hizo sagradamente todas las noches, logrando dos efectos completamente opuestos en él. El primero fue que por fortuna sus pesadillas terminaron cerca de una semana después de la súbita mudanza de Minho, dejándolo por fin dormir en paz sin tener que ser despertado.

El segundo efecto, inoportuno y no deseado, había sido…

—Newt, hay mucho trabajo que hacer allá afuera. Levanta ese trasero del suelo y ve a ayudar.

Levantó la cabeza y miró su rostro. A pesar de la dureza de sus palabras, conocía a Minho lo suficiente para ver que era tan solo una forma para sacarlo de su ensimismamiento.

Y como si no hubiese sido poco, tendió su fuerte mano hacia él para que se levantara del suelo, con la misma mirada de falsa molestia por su tardanza.

El segundo efecto había sido que  para el término de las noches con pesadillas, cuando dejó de ver el rostro del asiático cerca del suyo cada vez que le despertaba, había…

—Vamos, Newt —su mirada finalmente se suavizó, mostrando su verdadero yo.

…Había comenzado a sentir su corazón palpitar por él. 

Notas finales:

¿Qué les ha parecido? Espero sus comentarios y/o votos, les estaría muy agradecida. 


Respecto a los dichos como shuck, klunk, bloody hell y otros que probablemente use, decidí ponerlos en su idioma original porque pienso que ayuda a reflejar de mejor manera las personalidades de los personajes originales <3


Klunk happens es una frase homóloga a "shit happens", utilizada para expresar que existen cosas que suceden sin siquiera tener control sobre ello y sin razón aparente.


Nuevamente, espero les haya gustado y les espero en el nuevo capítulo. ¡Nos vemos! <3


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