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El amor NO tiene remedio [Corazón de melón] por Blue FireWorks

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Notas del fanfic:

¡Hola! ¡Aquí les traigo la segunda temporada con mucha ilusión! ¡Espero que os guste! 

Notas del capitulo:

¡Hello! Al fin el primer capítulo de la segunda temporada. Como sabréis en esta temporada habrá mucha más tensión aunque también mucho más lemon XD

No os entretengo más así DISFRUTEN DE LA LECTURA ♥

Una jornada ajetreada comenzaba en el instituto Sweet Amoris, habían pasado cerca de dos semanas, en las que tanto Castiel y Nathaniel como Alexy y Kentin continuaban ocultando su relación. Era ya costumbre encontrar a Castiel en la sala de delegados dormido o acompañando al rubio mientras el cumplía sus funciones, ya nadie se extrañaba de ello. Lysandro y Armin seguían quedando para jugar a videojuegos o estudiar, pero no se había vuelto a repetir aquel beso, ni siquiera en la mejilla; habían retornado al principio: como si nada hubiera pasado.

Aquella mañana, Castiel, Nathaniel y Melody estaban en la sala de delegados. El pelirrojo estaba algo molesto al encontrar a la chica allí.

—Castiel, deberías ir al patio, esta es la sala de delegados. No puedes estar molestando—le dijo ella.

—¿Y a mí qué? No estoy molestando.

—Pero...—esta vez Nathaniel intervino.

—Déjalo, es mejor que se este aquí quieto a que este buscando problemas por el instituto.

—Esto... ya, claro. ¿No tenéis nada que decirme?

—¿Nosotros? ¿Qué quieres que te digamos a parte de lo que ya sabes?

—No sé, venga, dejádlo. Tengo que irme a hablar con la directora, nos vemos luego, Nath—dijo antes de salir y cerrar la puerta.

—''Nos vemos luego, Nath''—Castiel la imitó de mala gana—Como la odio...

—¿Estás celoso?—vaciló el rubio.

—Claro que no—respondió.

—Mentiroso—se rió. El pelirrojo se acercó a él.

—No estoy celoso porque sé que tú eres mío y de nadie más.

—No soy un objeto.

—Me da igual, me pertences.

—Cállate, tengo que acabar esto—dijo volviendo al montón de papeles que estaba ordenando.

—¿Y por qué no me callas tú?

—Eso hago.

—No de esa manera...—responde en su oído, posando sus manos sobre las caderas del rubio.

—Castiel, ahora no.

—Déjame, no me has dejado tocarte en estas últimas semanas—le plantó un leve beso en el cuello.

—Ahora no es el lugar ni el momento—advirtió el delegado.

—¿Y qué?

—Pueden vernos y nos meteremos en un lío.

—Ya estoy en un lío con alguien.

—No me refería a eso, idiota. Ve a dar un paseo por el instituto o algo, me estás distrayendo.

—Vale, pero que conste que me voy porque voy a buscar a Lysandro, no porque me lo hayas dicho—respodió acercándose a él nuevamente. Nathaniel le miró y ambos se acercaron hasta llegar a juntar sus labios, en ese preciso instante escucharon un ruido proveniente de la puerta. Se giraron y encontraron a Karla con su móvil en la mano. Había tomado una foto.

Ambos se miraron algo asustados.

—Debes tocar la puerta antes de entrar—le dijo Castiel ya que el delegado estaba prácticamente en shock.

—¡Ja! ¿Y perderme esto? ¡Ya veréis cuando Ámber vea la foto!

—N-no, Karla no le digas nada, por lo que más quieras—le pidió Nathaniel.

—Ni hablar, ahora que tengo pruebas no me voy a callar—ella se giró para irse pero Castiel la agarró del brazo.

—¡Ah! ¿Qué haces? ¡Suéltame!—gritó. La directora entró en el pasillo.

—¿¡Otra vez buscando problemas, señor Castiel!?—exclamó enfadada.

—¡Me haces daño!—mintió la chica. Él la soltó. Karla salió andando hacia el fondo del pasillo.

—Señor Castiel, se quedará usted esta tarde en el instituto castigado. Deberás limpiar el gimnasio, a ver si así sigue teniendo tanta fuerza—le riñó antes de marcharse nuevamente. Castiel se giró y vio la cara de Nathaniel, estaba completamente rojo, pero de rabia.

—Joder, joder, joder—susurraba. Castiel volvió a empujarlo dentro de la sala de delegados y cerró la puerta. Se apoyó en esta para que nadie abriera.

—Mi padre se enterará, seguro que Ámber se lo va a contar—dijo angustiado.

—Escúchame bien: estoy contigo y no te voy a dejar solo, seré tu novio para las buenas, pero también para las malas, ¿de acuerdo?

Nathaniel estaba temblando de los nervios, Castiel se acercó a él y agarrándolo de los hombros le dio un leve beso en los labios, luego lo abrazó con fuerza para tratar de tranquilizarlo.

—Ya te lo dije, no estás solo—musitó sin haberlo soltado aún. El delegado se tranquilizó un poco y se sentó en la mesa frente al montón de papeles, el pelirrojo lo imitó.

—¿Cu-cuánto queda para que empiecen las clases?

—Quince minutos—respondió antes de haber mirado el reloj. La puerta se abrió de golpe.

—¿¡SE PUEDE SABER EN QUÉ ESTABAS PENSANDO!?—gritó una rubia entrando—¡NO ME LO PUEDO CREER! ¡Resulta que ahora los dos sois gays! ¡No entiendo nada!

—Ámber, deja de gritar—pidió su hermano.

—¡No quiero dejar de gritar! ¡Me has traicionado! ¡Los rumores eran ciertos! ¡Eres un traidor, Nathaniel!

Él no sabía qué responderle.

—¿Te vas a quedar así sin habla? ¡Respóndeme!

—Relájate—pidió su hermano nuevamente.

—¿¡Por qué os estábais besando!?

Genial, medio instituto estaba ya en el pasillo gracias a Ámber. Todos se habían enterado.

—¿Y a ti qué te importa? Podemos hacer lo que queramos, no tenemos que hacer lo que tú digas—intervino el pelirrojo.

—¡No lo entiendo! ¿Cómo podéis estar juntos? ¡Me dais asco!

—Mejor, a ver si así te alejas y nos dejas en paz.

—¡Esto no se va a quedar así!—gritó, luego se escucharon los pasos de la directora en el pasillo, salió de la sala nuevamente. A la vez de ella salir, entró Alexy.

—Nathaniel.

Él suspiró antes de mirarlo.

—Se escuchó todo... ¿Verdad?

—Sí... yo estaba en el fondo del pasillo pero lo oi. ¿Es verdad que vais en serio?

Mantuvieron el silencio unos segundos antes de responder.

—Sí—contestó el delegado.

—Solo quería decirte que...—Castiel lo miró de forma amenazante—Os apoyaré en todo, chicos. Sé cómo os sentíis y podéis contar conmigo, ¿vale?

—Gracias... pero no creo que eso lo solucione—dijo Nathaniel.

—¿¡Qué fueron esos gritos!?—preguntó la directora.

—Fue Ámber, señora—indicó el chico de cabellos azules.

—¡Hablaré con ella luego!—exclamó—¡Id yendo ya a clase!

Castiel agarró la mano de Nathaniel con fuerza y lo obligó a levantarse. Tiró de él hasta llegar a la clase, una vez allí se sentó junto a él. El profesor aún no había llegado. Las personas que se encontraban en la clase comenzaron a murmurar, el pelirrojo aún no había soltado la mano del delegado.

—Ignóralos—le ordenó. Nathaniel mantenía el silencio. Las clases transcurrieron lentamente, pero de vez en cuando se hacían más amenas, cuando Castiel lo acariciaba sin que nadie se diese cuenta o cuando rozaba sus dedos con los del rubio.

Cuando se acabaron las lecciones, ambos se levantaron y recogieron las cosas.

—¿Tienes que quedarte hoy en el instituto?—el delegado negó con la cabeza.

—Pero mejor vamos a esperar a que Ámber se vaya.

—Entonces espérame en la sala de delegados, tengo que hablar con Lysandro.

Él asintió y se marchó. Castiel se dirigió al final del pasillo donde divisó al chico victoriano. Tosió para que este se percatara de su presencia.

—¿Castiel? No te esperaba, pensaba que ibas a estar comiéndole la boca al delegado.

Él se sonrojó levemente.

—¿Podemos hablar en privado?

Se dirigieron al sótano.

—¿De qué querías hablar?

—Resulta que... estoy saliendo con Nathaniel.

—¿Todo eso iba en serio? ¡Pensaba que era una broma!

—...No, no es broma. Estoy con él—admitió.

—Pues vale. No me importa que salgas con él, siempre y cuando no olvides que tenemos ensayos de la banda.

—Que sí, que me acuerdo.

—Bien, si eso es todo, me voy.

—¿Qué hay entre tú y Armin? Parecéis muy cercanos.

—Me hice amigo de él, eso es todo.

—¿Sólo amigo?

—Lo besé el otro día.

—¿¡QUE LO BESASTE!?

—¡Baja la voz! Sí, lo hice. Además no te quejes, seguro que tú ya lo has hecho con el delegado.

Castiel mantuvo el silencio unos segundos.

—Sí, supongo que no es tan raro.

—¿También te has acostado con él? Te lo decía en broma...—Castiel dirigió su mirada a la puerta—¿Entonces es cierto?

—Sí, ya lo hemos hecho.

—¿Lo violaste?

—No, él se dejó—explicó.

—¿Sabes que has hecho lo que Melody intenta hacer desde hace años?—dijo riendo. Castiel sonrió levemente.

—No digas nada de esto, nadie lo sabe aún.

—Descuida—respondió él antes de salir a la vez que el pelirrojo.

Castiel se dirigió a la sala de delegados y encontró allí a Nathaniel hablando con Melody, se encontraba más rojo que un tomate. Ellos no se dieron cuenta de la presencia del pelirrojo en la puerta.

—Si me hubieras dicho antes que eras gay no me hubiera ilusionado contigo, ¿sabes?—dijo ella algo molesta pero al borde de las lágrimas.

—Melody...

—¡No quiero que me vuelvas a hablar en tu vida!—se giró y vio al pelirrojo en la puerta, salió dándole un empujón a Castiel.

—¿Qué quería esa?

—Me dijo que le gusto.

—Eso no es ninguna novedad.

—¿Lo sabías?

—Todo el instituto lo sabía menos tú—explicó—¿Nos vamos?

—No quiero regresar a casa...

—¿Quién dijo que íbamos a tu casa?

Notas finales:

Pobre Nath... Ya casi todos se han enterado. 

¿Qué pensáis? ¿Será Ámber tan $%$& y se lo contará a su padre? 

¡Lo descubriréis en el próximo capítulo! 

Espero que os haya gustado, y como ya sabéis ¡un review siempre se agradece! ;D

Muchas gracias por leer ♥


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