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Garras y Plumas por Morrighu

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Era una noche sin luna, la oscuridad envolvía la tierra con un manto negro y amenazante como la solitaria figura que encaramada en la rama de un gran árbol, acechaba el camino. Tumbado sobre el estomago con las piernas colgando y los brazos cruzados bajo la barbilla miraba hacia las sombras en una actitud de desidia y abandono aunque todos sus sentidos estaban alerta, era como una pantera negra al acecho, un ligero olor llego hasta el, curvo los labios en una torcida sonrisa sarcástica, y calculó que se encontraban aún algo lejos… como a una media hora.

No tardaría mucho tiempo, mataría al guerrero y llevaría a su acompañante a Sharran “El Rojo” como le habían ordenado, era un Angel, seguramente lucharía con honor… el era un asesino y nunca solía pelear limpiamente, eso a la larga llevaba mucho tiempo y más esfuerzo, él siempre quería terminar cuanto antes, de una manera fría, rápida y eficaz, no le importaba matar, no tenía ningún sentimiento hacia lo que hacía, realmente ya no sentía nada, solo el dolor físico de los castigos de su amo en las ocasiones en las que rebelaba . 

Su mano toco el collar negro que llevaba en el cuello, debajo de el había una marca rojiza oscura en todo su contorno, se incorporo un poco y miro hacia el camino, aun no se les veía pero podía escuchar el sonido de los cascos de un caballo, como un felino se mantuvo inmóvil con todos sus músculos en tensión esperando a su presa hasta que pudo ver al caballo en el camino. Sus ojos de gato veían en la oscuridad y la distancia perfectamente, era un gran caballo de guerra de color castaño y montado en él, el guerrero. 

Era muy alto y fuerte de largos cabellos plateados y porte marcial, una gran espada colgaba en su flanco derecho, Se mantenía alerta, pero por su postura le intuía arrogante y confiado en sus habilidades…. Perfecto… un héroe, arrogante, fuerte, confiado y zurdo… Estaba muy cerca y ya tenía su cuerpo preparado para saltarle encima cuando el caballo se paró. El Angel con agilidad se bajo de su montura y se paro delante con la mano en el puño de su espada.

- Se que estás ahí, he podido sentir tu presencia.-Tenia los ojos clavados en el árbol donde se encontraba.- Baja, no te resultare fácil de matar.

Un gruñido de fastidio y rabia resonó entre las ramas y con un ágil salto mortal cayo en mitad del camino con las piernas ligeramente abiertas, enfrentando al angel, este abrió mucho los ojos por la sorpresa cuando le vio.

- ¡Eres un niño!.- exclamo con sorpresa.- Pensé que ese bastardo de Sharran enviaría a su mejor asesinp, ¿tan poco me valora?.

- No te fíes de las apariencias, soy el Neko… soy tu asesino.

El Angel le miro incrédulo, ese muchachito esbelto de belleza salvaje, y mirada dorada, no podía ser el tristemente conocido asesino de Sharran., saco su espada y le señalo con ella, parecía desarmado pero no podía fiarse, decían que Neko era un demonio muy astuto, con grandes poderes y en su lista de sus victimas había grandes guerreros de todas las especies, aunque le costaba creer que ese adolescente de cara de niño pudiera ser el mismo de los rumores, Neko continuaba inmóvil en la misma postura mirándolo fijamente, no sacó ningún arma, no parecía llevar ninguna.

- Y bien, como me vas a matar jovencito, ¿vas a utilizar esa preciosa mirada dorada tuya?- el Yasha le miro con una furia que desapareció en un instante, lentamente levanto su brazo izquierdo en lateral , entrecerró los ojos y giró lentamente la muñeca, el Vampiro observo como la palma de su mano izquierda se abría y de la herida salía un sable brillante como la luna, un reguero de de su propia sangre recorría el filo, el muchacho con un gesto delicado se ladeo , levantando el sable por encima de la cabeza apuntando con su punta al guerrero, una media sonrisa parecía invitarlo, el Angel movió la cabeza con tristeza.- Venga pequeño, realmente no quiero matarte.

- Ese será tu error.

El Demonio atacó con una rapidez sobrenatural, para cuando el Angel se recupero de la sorpresa ya había parado muchos golpes, y comenzó a atacar, era más alto y más fuerte, pero el chico era muy rápido, parecía esquivar todos los golpes y era más fuerte de lo que su delgado cuerpo mostraba, en un momento se escucho un grito infantil el demonio pareció dudar lo que aprovecho el Angel para lanzar un golpe brutal…pero lo paró, se cruzaron los aceros y las caras casi se juntaron por encima mostrando la tensión a que estaban sometidos, en un segundo el joven soltó la mano derecha manteniendo la embestida con la izquierda y la poso suavemente en el pecho de su rival con una sonrisa. Comprendió demasiado tarde su error, el sable que salio de su mano le atravesó de parte a parte saliendo por su espalda.

- Si… ese ha sido tu error.

La espada volvió a desaparecer y el Angel cayó, el asesino se acerco a rematarle cuando una flecha le atravesó el hombro, se dio la vuelta y se encontró a un niño algo mas joven que el muy parecido al guerrero pero de cabello castaño que le miraba con unos grandes ojos negros anegados en lágrimas , volvió a dispararle una flecha que el asesino esquivo, de un gran salto se coloco frente al niño y le partió el arco con un golpe de su sable, este salió corriendo hacia su padre y se abrazo a el llorando. El asesino arranco la flecha de su hombro con una mueca y se acerco a ellos lentamente parándose a unos dos metros de ellos.

- Déjale ir.- susurró el Angel agonizante.

- Debo llevarle conmigo.

- No.- grito y volvió a toser. sangre- El nunca podrá ser como tu…

El asesino miró al niño abrazado a su padre una imagen se superpuso ”la muerte de su propio padre entre sus brazos cuando era muy niño mientras escuchaba la risa burlona del demonio”, sacudió la cabeza, volvió a mirar al niño y clavo los ojos en el Angel moribundo, nunca miraba a los ojos de sus victimas pero esta vez… en ellos había una suplica desesperada. La espada desapareció en el interior de la mano. 

- Por favor….- suplico. El brillo de sus ojos desapareció mientras el niño sacudía a su padre llamándole a gritos.

El asesino se acerco al niño, le agarro del cuello y le golpeo contra en suelo, este le miraba con una mezcla de miedo y odio en sus limpios ojos negros.

- Sube a ese caballo, y que ese odio que leo en tus ojos te mantenga vivo hasta el momento volvamos a encontrarnos.- con un movimiento rápido le arrojo junto al caballo.- Vete, o cambiaré de idea.- El niño monto y clavo sus ojos llenos de odio en él.

- Te mataré, juro que algun dia te matare..- Grito y espoleando el caballo huyo rápidamente, el asesino sonrió.

- Si…, eso te mantendrá vivo y te hará fuerte.- e volvió hacia el angel muerto y saco la espada de su mano


El Castillo del Espejo Oscuro era un lugar maldito, rodeado de una barrera de energía mágica que impedía su localización y entrada, morada de Sharran “El Rojo” y su “Cofradía de Asesinos” donde la muerte y la violencia parecían la única opción de vida. Los asesinos de Sharran eran de todas las especies, tenían poderes especiales, seleccionados y raptados de pequeños eran sometidos a un mortal entrenamiento con torturas y drogas capaces de destruir su espíritu y moldear su cuerpo convirtiéndoles en eficaces maquinas de matar sometidos, totalmente al control y los deseos del Demonio Rojo, donde solo los mas fuertes sobrevivían.


Neko entro en el gran salón de audiencias, todas las miradas se posaron en el, miradas de rencor, envidia y miedo, en el había alrededor de cuarenta seres, algunos con un aspecto aterrador, otros de turbadora belleza pero todos ellos asesinos sin voluntad, esclavos en cuerpo y mente del gran Demonio. Este se encontraba de pie observando con cara aburrida unos papeles que su lugarteniente Urko le tendía. Urko era un sapo-demonio, verde, gordo y repugnante, pero a pesar de su apariencia física era muy poderoso, y controlaba el uso de miles de venenos aterradores. Sharran se dio la vuelta y observo como se acercaba el joven de andar felino, Era alto, con apariencia elfica: delicado, de largos cabellos rojos que le caían por la espalda, rasgos finos y bellos, pero sus ojos eran azules fríos y crueles. Neko se paro a cinco metros y tiró a sus pies un bulto redondo envuelto en una tela ensangrentada; con los ojos desafiantes clavados en el, Neko espero. Sharran ni siquiera lanzo un vistazo al bulto, paso elegantemente por su lado y se acerco unos pasos.

- Bien, mi gatito ha vuelto, deliciosamente rebelde como siempre.- Sonrió dulcemente, pero sus ojos mostraban maldad.- ¿Dónde esta mi nuevo cachorro?.

- Escapo.

- ¿Escapo? – El Demonio cubrió la distancia que les separaba en un instante, y se paró delante de el con los ojos llenos de furia.- Nadie escapa de ti.

- Siempre hay una primera vez- El golpe fue brutal le hizo retroceder y le rompió el labio por que empezó a salir abundante sangre, Neko se tambaleo pero recupero la postura y le miro desafiante.

- Tráelo.- el demonio hizo ademán de darse la vuelta. 

- No.

- ¿No? ¿Me estas desafiando muchacho?.- Neko mantuvo la mirada sobre el demonio y apretó los puños esperando el castigo. 


Sharran levanto un poco la mano y el collar empezó a brilla, Neko se llevo las manos al cuello al sentir la falta de aire cuando el dolor comenzó por todo su cuerpo, este le hizo desplomarse en el suelo, allí empezó a agitarse violentamente, las oleadas de fuego que le recorrían por dentro estaban colapsando sus músculos estallando en su cerebro en una vorágine de sufrimiento letal, el Demonio apretó su puño y varios cortes aparecieron en su cuerpo por los cuales la sangre escapaba brillante y libre. 

Un joven de cabellos rubios y mirada dura dio un paso adelante con valentía.

- Mi señor… le matareis…- Sharran levanto la cabeza y miro al joven furioso, este bajó los ojos y volvió a su posición, con un gesto rápido de la mano pareció soltar al demonio que se quedo inmóvil, semi-inconsciente, sangrando por cientos de cortes, le observo por unos instantes, la rabia hacia brillar los pozos negros que eran sus ojos.

- Arrojar este despojo a una celda… luego pensare que hacer con el.- paso majestuosamente por su lado y salio del salón seguido por varios sirvientes.


Urko se acerco al chico incosciente y le arreo una brutal patada en el estomago que hizo que este se sacudiera un poco.

- Esta vez ha faltado poco…. Maldito bastardo….algún día se te acabará la suerte.- se volvió a un grupo de tres demonios.- Ya habéis oído al Alto Señor llevaros a esta escoria a un celda.


Sharran de pie junto a la ventana, desnudo, observaba la luna, se sentía realmente furioso, no lograba entender como el muchacho escapaba a su control, tenia que haberlo matado hace mucho tiempo, sabia que los constantes desafíos minaban su poder en la cofradía y algunos consideraban que era su único punto débil, pero había algo en el… algo que le hacía diferente… le gustaba perderse en esos ojos, parecían hechos de llamas de fuego…se volvió y miro hacia su gran lecho, allí se encontraba un muchacho desnudo tumbado de espalda, dormido, con el cuerpo relajado, y el pelo revuelto, se acerco y sus ojos recorrieron el cuerpo desnudo, en el había marcas de arañazos y golpes, le había elegido por su parecido con él…, aunque sus ojos eran muy bellos, de un color castaño claro grandes y dulces, no podían compararse a las llamas de furia y desafío, era un pobre sustituto de lo que realmente deseaba.

Una bata larga de terciopelo verde oscuro voló a sus manos, se la puso y salio lentamente de la habitación, atravesó todo el castillo deslizándose rápidamente hasta llegar a las mazmorras, entrando en la celda donde se encontraba el prisionero. Tirado en el suelo hecho un ovillo se encontraba Neko, ni siquiera se movió ni abrió los ojos. El Demonio se acerco a el y se puso de cuclillas a su lado, con violencia le coguió de los cabellos semi levantando su cuerpo y torciendo la cabeza hacia atrás, dejando su cuello expuesto, el demonio levanto la garra derecha preparándose para desgarrarle el cuello, Neko abrió los ojos, pero no había desafío en ellos solo tristeza y cansancio.

- ¿Por qué?.- Pregunto Sharran, el chico sonrió tristemente.

- Es libre.- dijo en un susurro.

Sharran asintió, lentamente comprendiendo, su garra se relajo, y la bajo hasta sus labios, delicadamente siguió el contorno de estos con una leve caricia, parándose unos segundos en el golpe que inflamado y lleno de sangre seca comenzaba a volverse de un tono azul, sonrió con maldad y acerco sus labios a la oreja del chico con un ligero roce.

- Cosa que tu nuca serás….- Se incorporo rápidamente y soltó una cruel carcajada .- Te voy a hacer un regalo, la vida del crío es tuya …ya lo sabes… ninguna buena acción queda sin recompensa… te arrepentirás de esto. En cuanto a ti…, no te mataré, la muerte sería tu liberación y tu me perteneces seras mi mascota en cuerpo y alma…para siempre.- le lanzo una mirada llena de maldad y lujuria.- Tengo otro trabajito para ti, preséntate en mi alcoba al ocaso.


Salio dejando al Yasha en la oscuridad de la celda, este lentamente volvió a hacerse un ovillo y se quedo inmóvil……..


 

 

 

 

 

 


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