Se me congelaron las piernas al verte yendo con ese semblante como si nada más que los sonidos que creas te importasen, con aquel rostro de hombre despreocupado por todo pero por dentro totalmente lo contrario, caminas como si nada más hubiese por hacer ¿hacia dónde vas? me es increíble como cada paso que das mi mente lo hace más lento como si estudiara como se forman los pliegues de la tela de tus jeans, hasta me he fijado que tus piernas están un poco más delgadas y sus brazos más trabajados, adivino que estuviste haciendo algo de ejercicio en tu tiempo libre.
Hacia tiempo que no salimos juntos para tomar un café por el exceso de trabajo, pasas más tiempo con otros meditando acordes, melodías, tonos y notas. Pienso que deberías hacer todo eso a mi lado, sabes que juntos somos increíbles... ¿Qué digo? ¡Tú me haces así! Si estoy cerca tuyo las ganas me envuelven con ese aura tan contagiante que fluye a tu alrededor. Dos pasos más y coges aquel instrumento que fue preparado solo para ti, tan perfecto como todo tu ser, a la medida de tus manos y tu hermoso cuerpo de piel pálida a la cual desearía ver sobre mis sábanas cada noche para envolverte en el calor de mi cuerpo.
La correa pasa por tu hombro de forma suave para apoyar todo el peso del instrumento, lo sostienes de manera firme con el brazo, pasando cada uno de tus dedos por las cuerdas mientras tu índice y medio hacen resonarlas probando las afinaciones del mismo, conociendo su anatomía y estructura completa. Los sonidos limpios y delicados comienzan a salir mientras tu sonrisa se hace más notoria por el éxito de tus afinados oídos que aún con mucho ruido captas cada pequeña desafinación y cada mal tiempo que esto acarrea, incluso cada melodía de bajo tono errónea que a la hora de la verdad no son notorias para el público pero para ti son fatales en el camino a tu perfección.
Las horas pasan y las gotitas de sudor comienzan a caer, una, dos, tres canciones más de las dieciséis que iban en la tarde noche, hacía un poco de calor en esa sala provisoria de ensayos y para mí siempre es la misma historia. "Observarte" aunque lleve lentes oscuros mis ojos están fijos en ti, en cada solo del bajo que ejecutas hace que mi piel se erice mientras transmites tus sentimientos en ellos. Quisiera que sea mañana ahora mismo y verte despedir toda la sensualidad que dejas en el escenario, cuando abres tu boca queriendo decir algo y quedas allí por la sed que te atrapa, no puedes beber nada hasta que la canción acabe y depende de la letra para que sonrías o tengas un rostro serio dando a entender cómo estás en ese momento... No me he dado cuenta de la hora estando tan pendiente de ti, que ya debemos regresar a descansar, las horas pasan rápidas pero en cambio a mí se me hacen eternas y al final insuficiente cuando quiero tenerte cerca. Esta parada es una verdadera lástima, me hubiese encantado compartir la habitación contigo en este viaje en que estamos dando lo mejor.
Me pregunto si al menos me miras cuando estoy distraído, siempre te observo en tu mundo que me arde la curiosidad ¿alguna vez te has sentido atraído hacia mí? sé que no soy el ser perfecto y ahora hago cada cosa que no ves con mucha aprobación, cada dibujo extraño lo observas enarcando una ceja y al final dices "está bien" mientras ves a otros y dices que son sencillos pero hermosos, hasta me dieron celos de nuestro vocalista y unos cuantos hombres que trabajan con nosotros hoy día... No lo admito a viva voz pero no niego que soy un hombre que irradia celos.
Son las diez y vamos camino al hotel, vas seguido del otro guitarrista con quien compartes la habitación, riendo sin más me siento curioso de la conversación que llevan, te ves increíble por la altura que tienes, tu cuerpo es delgado y aún noto el sudor que es secado por el viento a cada paso. Cada quién a lo suyo estando metros separados por dos puertas y un pasillo en nuestras habitaciones, solo quedamos los dos en el pasillo, caminando lo poco que quedaba. Antes de eso voltee un poco y te di una última mirada cuestionando lo desordenado de mis pensamientos en toda la tarde y noche hacia ti, te has dado cuenta y estás mirándome, ¿qué debería decir? respiré profundo, algo cansado de pensarte, di un paso hacia ti mientras mi zurda pasaba por tu húmeda nuca, quiero... solo unos centímetros...
—¿Tora?
—Me gustas... Saga.