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El Justiciero. por LeonSmith

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Notas del fanfic:

Hola que tal, soy León Smith. Me recordarán por mis fics “10 años de soledad” y “El Héroe” (nah, no me recuerdan). Esta vez he venido con un nuevo fic, que se enfoca en los demonios personales de Matt Murdock (Daredevil), quien lucha por evitar sus propios deseos latentes. Mortificado por su educación religiosa y sus prejuicios, será presa fácil de las circunstancias. Ojalá y les guste.

Además, este fanfic es parte de la serie “El equipo rojo”, junto con el fic “El Héroe” (centrado en Spiderman), y próximamente una tercer historia sobre Deadpool. 

Notas del capitulo:

Primer capítulo, y primera vez que no escribo algo romántico. Espero que sea una historia fuerte, nada melosa. Sin embargo, habrá bastante sexo, lo prometo.

Nos leemos abajo.

 

[Nota: La historia está basada (60%) en la serie de Netflix, el otro 40% es en parte cómics, en parte inventos míos (no OC).

 

También el fic de Deadpool :

El Mercenario. 

Es media noche, la mierda se esparce por todo Hell’s Kitchen. Aún con Fisk en la cárcel, las calles son todo menos seguras. Todo sería un caos de no ser por un justiciero nocturno, un vigilante solitario que se encarga de tirar la basura de su amado barrio.

 — Dime lo que quiero saber – amenazaba el Diablo a un criminal común, aunque la información que tenía no lo era.

 — ¡Vete a la mierda! – escupió al rostro de su captor.

 — Escúchame bien, dime lo que quiero saber o . . . – ató su manrikigusari al cuello del tipo.

 — No te atreverías – sonrió ladino.

 — ¡Pruébame! – apretó el agarre, dejándolo sin aire un par de segundos.

 — ¡Está bien! – recobró el aliento, Matt sonrió triunfante – La carga . . . la carga llegará al puerto 85.

Murdock noqueó a su informante y lo arrojó a un bote de basura (se los dije, sacaría la basura del barrio), la policía se haría cargo de él. Se dirigió a los puertos de carga, poco antes se había enterado de la presencia de la Mano en la ciudad. Ya había tenido un “encuentro” con uno de sus ninjas, no le gustó para nada la experiencia.

Al llegar al puerto, se escabulló entre los contenedores y pudo observar a varias personas vestidas con túnicas color negro, parecidas a la vestimenta del ninja que lo dejó moribundo, sin embargo, parecían ser de menor jerarquía. “No será gran problema, ahora vengo protegido”, su nuevo traje contenía una pequeña cantidad de adamantio, suficiente para soportar tiros a quemarropa, seguro que lo protegería de las cuchillas.

Comenzó a atacar a los criminales, sus técnicas habían mejorado mucho desde su encuentro con Fisk, no deseaba ser presa fácil de sus enemigos. Cuando noqueó al último, se dirigía hacia uno de los contenedores para saber de qué se trataba la visita de la Mano. Pero, sus sentidos de radar le advirtieron de una flecha que se dirigía directamente a su cuello. Dio un salto a la izquierda para esquivarla, al estar seguro, notó la presencia de . . . ¿un vengador?

 — ¡¿Ojo de Halcón?! – gritó al aire, obteniendo una satírica risa como respuesta - ¡¿Qué demonios te pasa?!

 — ¡Cieguito! Sigues tan patéticamente inválido. – el arquero dio un salto desde otro contenedor y, quedó a escasos metros del justiciero – Sabes, soy Ojo de Halcón Oscuro, no me confundas, amigo.

 — ¿Bullseye? – frunció el ceño, esa molesta voz era inolvidable.

 — Ya te lo dije, ahora tengo otro nombre. Y nuevos juguetes . . . – preparó su arco y atacó a su enemigo. Daredevil pudo esquivar los ataques, se acercó a su rival y lo golpeó en el estómago.

 — ¿Qué demonios haces aquí? – alzó al villano con las manos.

 — Eso mismo me gustaría saber, chicos – de pronto, un tipo con cabeza de calabaza flotó hacia ellos en un deslizador.

 — ¡Se adelantó Halloween! – Bullseye comenzó a reír, mientras  Murdock trataba de comprender la situación.

 — Ja . . . ja . . .ja. Muy gracioso, ahora dime, ¿qué haces aquí? – Jack O’Lantern se acercó con una granada en su mano.

 — Verás . . . – aprovechando la confusión, dio una fuerte patada a la entrepierna de su captor. Se disponía a huir pero, Jack O’Lantern lo atacó con la granada química.

 — Muy bien, amigo. No hagamos esto más difícil, dime qué haces aquí, y después te mato – sonrió el villano del planeador, Bullseye se retorcía en el suelo por efecto de los químicos.

 — Yo también he estado tentado a hacerlo – interrumpió el pelirrojo – Pero no creo que pueda dejarte hacerlo.

 — Un héroe, nunca te había visto, rojito. Pronto llegará tú turno para divertirnos – el villano le dio la espalda, grave error. Matt desplegó su manriki directo a la cabeza llameante del villano, quien calló de manera estrepitosa.

 — Saben, de verdad no estoy de humor para un par de payasos psicópatas como ustedes. Así que terminemos con esto. – atacó a Jack O’ Lantern con un combo de artes marciales, el villano contraatacó con una descarga eléctrica y un gas tóxico. Matt quedó en el cuelo, listo para ser asesinado por el cabeza de calabaza. Sin embargo, Bullseye disparó una flecha al deslizador de su enemigo, haciendo que éste explotara cerca de su dueño. Daredevil pudo recobrar el conocimiento, Jack atacó al traicionero tirador con una bomba ácida que laceró su pierna izquierda. El héroe robó una de las granadas del villano y la activo cerca de él, provocando que perdiera el conocimiento. Se disponía a terminar su trabajo pero, cuatro ninjas aparecieron de la nada y transportaron al tipo de la calabaza, usando magia ancestral.

 — Ahora ya sabes quien trabaja para la Mano – su antiguo rival comenzó a levantarse, Matt trató de ayudarlo pero, éste lo atacó con una cuchilla que traía en su bolsillo.

 — Nunca cambias, ¿verdad? – se sacó la cuchilla de su brazo.

 — Ya me conoces. – En ese momento cayó una escalera desde un helicóptero negro. Con sus sentidos aumentados, pudo escuchar las órdenes que le daban al piloto.

 — ¡Llévalo con los demás!

 — Sí, señor Osborn.

«Así que Osborn, algo malo está pasando aquí. Primero me entero del misterioso embarque [en ese momento volteó a ver hacia donde se encontraba el contenedor, había desaparecido en el transcurso de la pelea), el cual ya no está . . . Y creí que Kingpin era la peor mierda de Nueva York.»

Al día siguiente (martes), el castaño se despertó sólo en su departamento, se dio una rápida ducha, se vistió para el trabajo y salió sin mucho afán.

Al llegar al edificio de oficinas dónde se encontraba su firma, logró escuchar los inconfundibles tacones de su empleada y amiga.

 — Buenos días, Matt – besó la mejilla de su jefe.

 — Karen, llegas temprano – entraron al edificio y subieron hasta su oficina. La rubia abrió la puerta y se encontró con un rostro familiar.

 — ¿Foggy? – se sorprendieron - ¿A qué hora llegaste?

 — Hace un par de horas, no podía dormir – Matt notó que mentía.

 — Karen, ¿podrías traerme los papeles del caso Frost?, y un café, por favor – el pelirrojo quería hablar a solas con su amigo y socio.

 — Claro – salió de la habitación y se dirigió a realizar el encargo, su jefe cerró la puerta.

 — Muy bien, Foggy. ¿Qué está pasando?

 — No tienes derecho a interrogarme, Murdock – se sentó a leer algunos papeles.

 — Por favor, ¿cuántas veces debo disculparme? – se sentó en su silla.

 — No es necesario, socio. – se burló con ironía.

 — . . . – el castaño cerró el puño con impotencia.

 — ¿Qué pasa, me vas a golpear? Es lo mejor que sabes hacer, eso y mentir.

 — Yo nunca les haría daño, lo sabes – se tranquilizó.

 — ¿A no?, ¿y te parece muy seguro andar golpeando criminales?, ¡criminales que podrían llegar a nosotros por tú culpa! – la puerta se abrió, interrumpiendo la discusión.

 — Perdón, la maquina del café se volvió a descomponer – entró Karen con un par de cafés y un sobre color mate.

 — No te preocupes – respondieron con cara de pocos amigos.

 — ¿Qué les pasa? – preguntó la mujer mientras tomaba asiento en la mesa donde hacían sus investigaciones.

 — No pasa nada – respondió serio, Foggy.

 — ¿Éstos son los papeles que te pedí? – Matt tocó un sobre que se encontraba cerca de mano derecha.

 — Si, y aquí está tu café – se lo entregó en la mano.

 — Gracias.

El equipo quedó en silencio mientras leían cada párrafo del caso que tenían pendiente, entre sorbos de café y miradas nerviosas, pasaron cerca de una hora hasta que el silencio cesó.

 — Al parecer, el señor Frost no definió bien la cantidad de herencia que les corresponde a cada miembro de la familia – Foggy pronunció, después bebió un sorbo de café.

 — Lo que complica las cosas es que, al parecer, algunos de los familiares, pertenecen a la mafia – continuó Matt.

 — Y ahora reclaman todo el dinero – completó Karen.

 — ¿Quién interpuso la demanda? – preguntó Nelson.

 — La hija del difunto, la señorita Whitney Frost. Al parecer, no estaba al tanto de la situación financiera de su padre – respondió la asistente.

 — O eso es lo que quiere que creamos – sospechó Matt. - ¿Cuál fue la causa de muerte?

 — El reporte médico indica que fue un paro cardiaco, su historia clínica cuenta con varios antecedentes de arritmias y cateterismos – Karen explicó con algo de dificultad.

 — Pudieron haber inducido el último – la deducción de Foggy parecía lógica – con todo ese historial médico, nadie sospecharía de un homicidio.

 — En ese caso, ¿quién sería el más beneficiado con la muerte del sujeto? – el castaño se recargó en la mesa.

 — La misma señorita Frost – todos quedaron pensando con suspicacia.

 — Me gustaría hablar personalmente con nuestra cliente – sugirió Matt.

 — Tiene una cita el jueves a las diecisiete horas – Karen leyó su agenda.

 — Perfecto, Matt Murdock le hará uno de sus clásicos interrogatorios – se burló Foggy, mientras el héroe ocultaba su nerviosismo.

Después de un par de horas analizando sus casos, el equipo tomó un pequeño descanso. Karen salió a comprar algo de comida, Matt seguía escribiendo en su computadora, su compañero lo ignoraba mientras se paseaba por toda la oficina.

 — ¿Cuándo se lo dirás? – preguntó el rubio mientras se sentaba de nuevo.

 — No lo sé, no creo que se conveniente – siguió escribiendo.

 — Vamos, ella tiene derecho a saber.

 — Ha pasado por mucho, no quiero que corra peligro – pausó su actividad y dio un fuerte suspiro.

 — Pero ya lo hace, por lo menos déjala elegir – reprochó a su amigo.

 — Lo pensaré.

 — ¿Lo prometes?

 — Lo prometo – respondió sin muchas ganas.

 — Llegó la cena – entro su empleada con varias bolsas de comida.

Los compañeros cenaron en su querido escritorio, platicaron sobre los casos que habían leído, además de su preocupación por el futuro de Hell’s Kitchen ahora que Fisk se encontraba preso. No estaban seguros sí eso sería suficiente para detenerlo.

Al llegar la noche, acomodaron su pila de papeles de vuelta en sus respectivas carpetas, había sido una jornada bastante tranquila, por no decir aburrida. Foggy tenía una cita con Marci, parecía bastante feliz por la idea, así que fue el primero en retirarse.

Cuando por fin terminaron de limpiar el desorden, Matt y Karen salieron del edificio y caminaron juntos por la acera, ya era costumbre de los dos platicar un poco después del trabajo.

 — Karen, necesito decirte algo – parecía bastante agobiado.

 — Si, ¿pasa algo?

 — Es sobre la actitud de Foggy.

 — Han estado muy raros, él no ha querido decirme lo que pasó – se cruzó de brazos mientras miraba a su jefe.

 — Yo le pedí que no lo hiciera.

 — ¿Me dirás lo que pasa?

 — Supongo que tienes derecho a saber – respondió cabizbajo.

 — Te escucho.

 — Es sobre el enmascarado.

 — ¿Qué hay con él? – se impacientó por los rodeos de su acompañante.

 — Yo . . . – paró su andar, sorprendiendo a la rubia.

 — Puedes confiar en mí – tomó el hombre del castaño.

 — Yo soy el enmascarado – pronunció con decisión. Karen lo observó con sorpresa, tardó un buen rato en articular una respuesta.

 — Pero . . . tú – había algo que no la dejaba creerle.

 — Soy ciego, lo sé.

 — ¿Cómo es que . . .? – casi se desmaya por la noticia.

 — Es una larga historia . . .

Caminaron hacia su bar preferido, sería el lugar perfecto para explicarle todos los pormenores de su secreto. Su accidente en la infancia, su entrenamiento con Stick, sus poderes, y sus motivos.

Varias botellas fueron necesarias para asimilar la noticia, cada explicación que recibía de su jefe y amigo, le parecía más y más difícil de creer. Lo único de lo que estaba segura, era que sus intenciones son buenas, ella había sido testigo de su heroísmo.

 — Sabes, Murdock – parecía estar bastante ebria – lo único que te faltaría para ser el mayor mentiroso de la historia . . . – hizo una pausa para evitar vomitar – sería decirme que en realidad eres gay – se burló a carcajadas, audibles en todo el lugar.

 — ¡No vuelvas a decir eso! – gritó con rabia desbocada, varios de los clientes del bar lo observaron con miradas serias.

 — Relájate, jefe. Sólo bromeo.

 — Pues no vuelvas a hacer esa clase de bromas, ese tipo de gente . . . – cerro con fuerza su puño - ¡me asquea! – golpeó la mesa.

 — A mi no me molestan, de hecho, son tan . . .sexys – contestó con lentitud y sensualidad.

 — ¡Son sólo enfermos! – respondió secante, mientras recordaba su educación religiosa – Esas . . . abominaciones, no merecen ni siquiera vivir. Sí yo fuera así . . . preferiría suicidarme – esto último lo pronunció con bastante pesar.

 — . . . – Karen había cedido ante el cansancio y el alcohol.

“Me suicidaría . . .”

Notas finales:

Ojalá y les haya resultado interesante la historia, si tienen alguna duda de los personajes, no olviden preguntarme en los reviews. A propósito de los reviews, sería de gran ayuda, para mí, que se animaran a escribir alguno, así puedo conocer su opinión, sus quejas o lo que estoy haciendo bien. Les recomiendo que lean mi otro fic “El Héroe”, que se trata de Spiderman, pues en cierto punto ambas historias se cruzarán.

Sin más por el momento, me despido. Yo soy León Smith, les deseo mucho alcohol, casos legales, pocos prejuicios sexuales y, sobre todo, muy buenas lecturas :)  

 

También el fic de Deadpool :

El Mercenario. 


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