Todo empezó en el cumpleaños numero 3 de los hijos de Hiromasa. A la fiesta asistieron, la familia Madarame, Shinobu, Makio, Karen, Kunimasa, Yonekuni, así como sus otros hermanos, Inukai, Norio ( invitado por Kunimasa) y Shiro, invitado por Ousho, y sus padres, así como los padre y el hermano de Shima, todos parecian pasarla bien. Incluso los padres de ambos que finalmente habia superado la diferencias de especies de sus nietos, los único que no parecian estar felices en este día festivo eran Yonekuni y Ousho, teniendo a Shiro de por medio.
Yonekuni se encontraba haciendo un puchero silencioso (tipico en él) mientras que Ousho no hacia mas que hablar de lo cercanos que son el y Shiro, mientras lo abrazaba o tocaba constantemente.
-Es hora de comer- anuncio Karen-san, quien se había ofrecido a preparar el festín para la celebración, pero en realidad lo había hecho Shinobu.
Todos se dirigieron a la mesa, incluyendo a este inusual trio, la mesa estaba tan llena de gente que cada uno se apresuraba a tomar la silla que le quedaba más cerca, Fujiwara, queriendo evitar los problemas trato de alejarse de ellos, aunque su esfuerzo resultó infructuoso, pues Madarame estaba en frente suyo y Ousho a su lado (no hace falta decir que Madarae hacia su puchero silencioso más grande) del otro lado de Shiro estaba Hiromasa y su esposo, con los pequeños cumpleañeros.
Todos (a excepción del trio) comían alegremente mientras platicaban sobre temas superfluos. De la nada un comentario hizo callar a los demás....
-Aun recuerdo cuando eran niños-dijo la mama de Ousho y Hiromasa, mirandolos a los 3.-Recuerdo como ustedes dos- señalo a sus hijos- Solían pelear constantemente por la atención de Shiro-kun- señalo a Shiro- Quien diría que Shiro-kun era una raza extinta tan importante- sonrio. El presidente devolvió la sonrisa incomodo- Aunque siempre lo sospeche- aseguro, agitando el dedo en el aire- Tenía unos instintos sorprendentes, nada propios de un mono- volteo a ver a su esposo, buscando una afirnación a su comentario, la cual recibio, mientras sus hijos la observaban silenciosamente, igual de incómodos que él delegado. -Para serte honesta hubiera preferido que te quedaras con Shiro, Hiromasa- se quejo la mujer y eso puso aun mas nervioso al pobre chico al percatarse de que el puchero del rubio cada vez era más pronunciado.
-Eramos solo niños, no es para tanto-dijo el lobo, tratando de minimosar la situada
-Tu no lo sabes Shiro-kun- agitaba la mano de un lado al otro- Pero ellos solían pelear todo el tiempo por ti- bebio un sorbo de lo que parecia te de hojas de cereso- En especial Hiromasa- continuo- ¿Verdad Hiromasa?- el susodicho se ruboriso al instante y llevando su mano derecha a su boca con el puño cerrado tosio un par de veces.
-No recuerdo eso- alego
-…ramos demasiado pequeños- dijo Ousho
- ¿En verdad ninguno lo recuerda?- todos negaron con la cabeza
-Pues recuerdo que el que más conflictos hacia por eso era Hiromasa- dijo su madre al señalarlo
-E.... en verdad... -Shiro lo miro de reojo y este le devolvió la mirada.
-Y Ousho siempre gritaba y pataleaba diciendo que tu eras suyo- río
-Aun lo hace- dijo el hermano mayor, entre los dos hermanos se miraron con rencor
- Tu siempre te molestabas con ellos cuando empezaban con sus pleitos y terminabas por irte
-Oh bueno...dijo sujetándose el mentón- Creo que eso si lo recuerdo...
-Al final ambos siempre terminaban perdiéndote y después debían ir a pedirte disculpas
-Hiromasa nunca se disculpaba-comento Shiro a quien ya había dejado de preocuparle las miradas asesinas del rubio- Pero Ousho siempre llegaba llorando hacia mi una o dos horas después,- lo señalo
-Ousho solia asustarce de perderte, incluso ahora lo hace
-¡Mama!- se quejo el susodicho y risas se oyeron por el rededor, aparentemente nadie se percató de la incomodidad y el enogo de Madarame y su primo, esposo de Hiromasa al escuchar los relatos.
Nadie, ha excepción de Hiromasa que pareció notarlo.
Un rato después de la comida mientras todos reian y los niños se divertian, Shiro una vez más se encontraba entre el silencio incomodo, del rubio y el castaño. Cuando Hiromasa apareció detrás de él, lo tomo por la cintura y lo atrajo hacia el, esto sorprendiendo no solo a Shiro, sino que a los otros dos.
-Ven conmigo un momento- susurro a su oído y el así lo hizo, lo que dejo perplejo al rubio.
Pasaron alrededor de 10 minutos y el aun no regresaba, a diferencia de Ousho que se quejo, pataleo e insulto a su hermano mientras el y su amigo se alejaban, despues de un rato simplemente lo dio por hecho y se fue, Yonekuni se impacientaba pensando que es lo que estaban haciendo y por que del comportamiento sumiso de Fujiwara frente a ese hombre.
El tiempo paso y no volvía, fingiendo dar un paseo o llamar por teléfono se encamino a buscar al lobo, cuando finalmente lo encontró, para su sorpresa el no era el único buscando a alguien, su primo, el esposo de Hiromasa también estaba ahi
Shiro y Hiromasa estaban hablando a lo lejos, en una escalinata, Shiro sentado en la escalera y Hiromasa de pie, mientras que su primo estaba escondido detrás de un árbol.
-¿Qué haces?-pregunto el rubio al otro, el cual se sorprendio al verlo
-... N-nada! Solo pasaba por aquí y los vi hablando... y me preguntaba de que hablan...-su voz comenzó a decaer.
-... Te preocupa lo que dijo su madre ¿verdad?
-... Es solo que...- titubeo- Hablaban como si se conocieran de todo, como si lo supieran todo el uno del otro... pero Hiromasa nunca me contó nada sobre él o esas cosas que dijo su madre. Ademas, me he dado cuenta que estando con él Hiromasa se comporta diferente, tu también lo debes de haber notado- lo miro y el rubio afirmo, con un leve movimiento de cabeza.
Guardaron silencio y ambos se dispusieron a observar lo que ocurría.
Hiromasa caminaba de un lado al otro agitando las manos y sonriendo mientras hablaba y hablaba, Shiro por su parte, sentado en los escalones se veía molesto y se dedicaba a negar con la cabeza, constantemente masajeando su frente en movimientos circulares con ambas manos, por como lo vieran no parecían ponerse de acuerdo en lo que fuera que estuvieran hablando.
De la nada Hiromasa se arrodilla ante el y sujeta su mano derecha, lo mira a los ojos, Shiro se sorprende, el dice algo y después besa su mano, Shiro hace una mueca y vuelve a negar con la cabeza y el médico se sienta a su lado aun sosteniendo su mano.
Desde la posición en la que se encontraban los dos primos observando la escena no podían ver por completo lo que pasaba pero se podía apreciar que Hiromasa acariciaba su cabello y su rostro constantemente y el lobo de vez en cuando alejaba sus manos de él. Yonekuni noto una mezcla de amargura, celos y tristeza destellando en los ojos de su primo, pero no dijo nada, el también sentía lo mismo.
La charla finalizo cuando Shiro se puso de pie y se dispuso a irse pero fue sujeto por Hiromasa, quien tomo su mano y de nuevo lo atrajo hacia él, reteniendolo en un abrazo que el lobo no correspondió, pero tampoco se negó, al final Hiromasa beso su frente,
Le dijo alguna otra cosa, el afirmo y Hiromasa lo tomo de la mano y lo guió hacia su bagoneta, donde abrió la puerta y lo introdujo en los asientos de atrás.
El silencio inundo el lugar por un momento. Momento en el cual nadie reacciono por alrededor de dos minutos, cuando nada paso, se adelantaron, tanto su primo, abrio la puerta de golpe. Dentro de la bagoneta, en el asiento de atrás, Hiromasa y Shiro estaban sentados, muy juntos el uno del otro, Shiro recostandose enteramente en el esposo de Shima, mientras el mencionado lo tenía rodiado por uno de sus brazos, ambos miraban el teléfono de Hiromasa mientras, sonidos de pitidos y una voz proveniente de la pantalla decia "GAME OVER" .
Un minuto de silencio,.. Hasta que Shima habló.
-¿Qué es lo que están haciendo!?- pregunto
Le mostraba fotos de los niños- contestó su marido
-¿ Dentro de la vagoneta?
-...,.
-Es que con el ruido de afuera no podíamos escuchar el videojuego-contesto finalmente el delegado
-¿Porque juegan videojuegos justo ahora?- preguntó Yonekuni
-Bueno...- se rasco el cuello Hiromasa- Es que no había podido pasar de nivel desde hace tiempo, así que necesitaba su ayuda- lo señalo
-Es absurdo- dijo el rubio
-Asi es él- contesto Shiro, mientras alejaba la mano del médico de su cara
- Deberías de estar con tus hijos- replico su esposo
- El tiene razón- afirmó el presidente mientras lo miraba
- Bien... vamos- se guardo el celular en el bolsillo del pantalón- De todos modos ya pase el nivel- dijo, y todos salieron a reincorporarce a la fiesta.
Una vez terminó y cuando todos se despidieron para marcharse, el rubio se acerco a preguntarle.
-¿De que hablaron?
-¿Mm?- se volteo a mirarlo, ya que en ese momento se dirigían camino al auto para marcharse, Shinobu-san les daría un aventon.
-Con el sujeto ese...
-Ah.,. Pues cosas...
-¿Qué cosas?
-Cosas sin importancia...- concluyo- De nuestra infancia
- ¿Y porque no quieres decirme?
- ¿Porque deberia?- Pregunto y se alejo.
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Lo que sucedió en la conversación fue...
Shiro se encontraba hablando con Ousho y Yonekuni, cuando desde la distancia Hiromasa se acercaba lentamente de espaldas a Shiro, desde el ángulo en que venía, el único que se percataba de que se acercaba era Yonekuni, que lo tenia de frente, él lo observaba y Hiromasa hacia lo mismo, en el momento de acercarse tomo a Shiro de la cintura y lo jalo hacía él
-Ven conmigo un momento- le susurro al lobo al oído, mientras veía a el rubio por un lado y sonreía, Yonekuni, no dijo nada y se limitó a observarlo un momento
Tal como pidió Hiromas , Shiro lo siguió. Llegaron a una escalinata, un tanto lejos de la fiesta, donde el ruido era casi imperceptible
-Escucha- dijo Hiromasa, mientras se sujetaba del barandal- Quiero que hagamos algo
-¿Algo?- pregunto el delegado. Se encontraba al final de la escalera, a diferencia de su amigo que estaba en la cima. Shiro cruzaba los brazos, presintiendo las intenciones del otro.
-Si, veras... dijo por un minuto y se detuvo, como si evaluara lo que iba a decir despues- Quiero poner celoso a mi espaso- sonrio- Y quiero que me ayudes
-..... ¿Que?....¿ de que hablas? ¿Como podría ayudarte a hacer eso?
-Es muy simple mi esposo esta celoso de ti- aseguro, agitando la cabeza
-Ah
-Eso es por lo que estuvo diciendo mi madre sobre nosotros en la cena hace un rato
-Vamos, esas son cosas de infancia...
-Pero... -le cubrio la boca con la mano, antes de que pudiera terminar de hablar- No fue el único que se molesto por eso- dio una sonrisa satisfactoria de medio lado- Yonekuni-kun también le molestaron los comentarios de mi madre
-Mm.. mientes...-
-¡No es así!- aseguro
- Tu siempre mientes- se quejo el delegado al momento de sentarce en las escaleras
-No es así- dijo él, mientras bajaba las escaleras y se posicionaba en frente de él
- Esta vez hablo muy enserio, yo lo note-Shiro no le creyó -Así que quiero que fingas que tenemos una relación
-... Espera ¡¿que?!
-Si, sera fácil hacercelos creer, ya que nos conocemos de hace mucho y somos cercanos- Shiro se frotaba la cien repetidamente, un dolor de cabeza estaba empezando a surgir- Tu no tienes que hacer absolutamente nada solo debes.... buscarme o llamarme un par de veces eso es todo
-¡No voy a ayudarte! Siempre tienes malas ideas pero esta es la peor- se quejaba mientras golpeaba sus puños sobre sus piernad- Además ¿que ganaría yo con eso?
-¿No es obvio?- lo miro como si dijera "¿Eres idiota? "- -¿Acaso no te convendría ponerlo algo celoso?
-El no esta celoso te lo dije, solo... no le agradan los hombres en general, y eso te incluye
-Yo se que esta celoso
-Y yo te digo que no lo esta
-Bueno... puedes creer lo que quieras pero, vas a ayudarme,
-Ya te dije que no
-No importa lo que digas- dijo mientras tomaba las manos del delegado centandose a su lado-Ya he tomado la decisión- beso su mano. Ya se habia percatafo de los ojos celosos de su esposo y el rubio asomándose por detras de un arbol que se encontraba a unos metros de distancia- Y vas a hacerlo
-Siempre tan egoísta... dijo Shiro, dándose por vencido sobre el tema
Hiromasa ayudó al delegado a levantarse
-Sólo te diré una cosa, si alguien me pregunta, yo negare todo, o en caso contrario, si se trata de tu esposo...o lo que.sea (aun dudaba si llamarlo esposo o esposa)- Le diré toda la verdad
-Si, si, esta bien- volvió a besar su mano y acto seguido acaricio su mejilla. Shiro lo observo desconfiado
Ahora dejame enseñarte unas fotos de mis niños, tengo muchas en mi telefono- decía mientras abrazaba al ojinegro y lo guiaba a su camioneta
-Entra- dijo al tiempo que abría la puerta trasera del auto
-¿Por que en la bagoneta?- pregunto
-Así es mas cómodo- río Hiromasa y se adentraron, y cerraron la puerta tras de sí
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