El celular sonó una vez más, era la séptima vez y para este punto ya era molesto ese tono, así que fastidiado sostuvo el celular.
- Es el, cierto? – pregunto, el hombre que estaba a su lado, también fastidiado.
- Sí, -respondió desganado,- tengo que contestar, si no va a empezar con su puteria cuando llegue a casa. – el otro le quito el celular, lo apago y lo dejo caer al suelo ante la vista atenta del otro.
- O mejor lo apagas, para que el imbécil de tu marido deje de estar fastidiando.- le hablo al oído al tiempo en el que le besaba apasionadamente.
- Sí, eso suena mejor. – espeto con descaro, mientras ambos retomaban su labor, luego de que el celular los interrumpiera.
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Mientras, en la otra línea, la otra persona permanecía impaciente y molesta. Al escuchar el tono de apagado, hecho una maldición.
- Y, que te dijo? – pregunto milo, mientras se acercaba al ver de regreso a su amigo.
- Nada. – respondió Aioria, decaído y muy abatido. – es que…-
- No me digas. – interrumpió milo. – apago su celular de nuevo. – Aioria asintió con pesar.
- Vamos Aioria, no puedes seguir así, el imbécil ese no puede hacerte esto cada vez que le da la gana. – Aioria alzo la mirada y miro a su amigo.
- No digas eso milo, tu sabes que el….-
- Es un imbécil. – reafirmo milo en tono molesto. – has trabajado en tu tesis por meses, yo he visto cómo te has partido la madre para que se realizara, para que quede bien hecha y te den tu título de ingeniero, y ahora que tienes que presentarte para defenderlo y necesitas de su presencia y apoyo más que nunca, resulta que, al grandísimo cabrón, no le da la gana de aparecerse luego de tanto esfuerzo.- se sentía indignado por su amigo. Lo apreciaba mucho pues se conocían desde niños.
- No se supone que la persona más importante de tu vida estaría aquí, contigo, dándote aliento y confort. –se cruzó de brazos molesto. -simplemente me parece injusto, muy injusto todo lo que hace contigo.¾
Aioria solo agacho la mirada. Se sentía triste y confundido, no quería admitir que milo tenía razón.
Saga lo sabía, él le había dicho que ese día iba a defender su tesis, su obra terminada y realizada, en la cual él había trabajado por meses deseando consagrarse como ingeniero y lo quería a su lado, lo necesitaba a su lado.
Pero, al parecer a Saga, su marido, se le había olvidado ese gran día y ni siquiera se dignaba a contestar su celular, más aun, lo había apagado, negándole siquiera una explicación.
- Abre los ojos gato, esto está mal! Está muy mal. – dijo milo mientras le daba la espalda e ingresaba al salón de invitados.
Aioria hecho un hondo suspiro, miraba la hora y miraba la puerta de ingreso, esperando encontrarse con la figura del peli azul, ahí presente, en el día más importante de su vida, después de que se casaran.
- Porque, Saga, porque me haces esto. – sollozo, le dolía la ausencia y falta de interés por parte de saga.
- Aioria.- la voz suave de su hermano lo llamo.
- Aioros… - trato de limpiarse torpemente las lágrimas que corrían por sus ojos.
- Ya es hora.- le dijo mientras se acercaba. – te están esperando. – Aioros también se veía abatido, le dolía ver así a su hermano menor.
- Sí. – forzó una media sonrisa. – ya… ya salgo. –
- Bien. – Aioros se dio media vuelta, estaba por alejarse de su hermano, pero se detuvo.
- No lo merece- hablo con ira Aioros apretando los nudillos, volvió su mirada hacia su hermano. – el no merece que tu llores, ni te pongas así. – Se volteó por completo. – él no lo vale, Aioria, así que no permitas que esto te afecte. – Le sostuvo de los hombros.-demuéstrale que puedes hacer esto con o sin él. – hablaba sintiendo un nudo en su garganta. - …Que tú eres capaz. – sin poder decir más, salió de lugar dejando a Aioria descompuesto.
Era tan joven, cuando lo conoció, y a pesar de todo había hecho todo lo posible para estar con él, no solo se había peleado y enfrentado con su hermano por él, sino que también se había apartado de él hasta perder el contacto casi por completo algo que lo ponía triste y lo lastimaba. Ya tampoco pasaba tiempo con sus amigos como antes, si, se alejó de la vida de adolecente que debía vivir. Pero no le importó, solo quería estar con saga en ese entonces y dar todo por él, por eso cuando cumplió la mayoría de edad no dudo en casarse con él, pensando que viviría feliz su lado.
Aunque todos, siempre, desde que se enteraron de su unión, le decían que su peor error fue haberse involucrado con alguien como saga, pero él no los escucho, no, el solo escuchaba a su corazón. Éste le decía que saga era el amor de su vida, que ambos podrían ser felices sin importar la diferencia de edades ni los contratiempos.
Pero ahora pesaba todo, todas las advertencias de los demás, ahora sentía en grande las palabras que le dijo su hermano aquel día…
FLASH BACK
- ¡QUE! – grito furioso Aioros no podía creer lo que su hermano le decía. – como….como que te casaste con saga! – estaba por darle un colapso nervioso. - es una broma, verdad, es una maldita broma. –
- No, no es ninguna broma, cuñadito. – sostuvo a Aioria de la cintura atrayéndolo, para hacer enfadar más a Aioros. - nos casamos hace como tres semanas, y vieras como nos la pasamos en nuestra luna de miel, fue todo un desenfreno. –declaro saga con descaro y cinismo.
Aioros lo fulminaba con la mirada. Desde que se enteró de la relación de ambos, se opuso rotundamente, pero mientras más renegaba de la relación entre ambos, su hermano se aferraba más a saga.
- Perdón por no invitarte ni mencionártelo antes. – siguió hablando saga con intenciones de enfurecerlo más. – pero tú sabes…teníamos el temor de que te opusieras, - Aioros estaba por propinarle un fuerte puñete a saga por su actitud descarada.
- ¡Aioria! – lo llamo, mientras lo miraba, este alzo la mirada apenado. – Dime que esto es una broma, - lo parto de saga para sostenerlo de los hombros fuertemente. – por favor, dime que no te casaste con este maldito demente. - Aioria se deshizo del agarre de su hermano mientras respiraba hondo.
- No es ninguna broma, Aioros. - Aioros se veía incrédulo y atónito. – yo me case con saga, porque lo amo, al igual que el a mí. – hablo, sosteniendo a saga de una mano, entrelazando sus manos.
Aioros no podía creer hasta qué extremo podía llegar el capricho de su hermano ni el resentimiento de saga hacia él.
- ¡NO! - aparto a Aioria de saga mientras lo sostenía de los hombros nuevamente. – ¡tú no puedes estar casado con este maldito, es más, tú no puedes amar a este bastardo mentiroso. – Aioros se veía desesperado.
- Entiéndelo él y yo nos amamos y…
- ! No digas estupideces, él no te ama! – Aioros estaba fuera de sí, ya no le importaba ocultar su enfado ni frustración. En esos momentos deseaba que su hermano abriera los ojos. – solo te usa para hacerme daño a mí, entiende, maldita sea!
Saga solo parecía disfrutar de la escena.- vamos Aioros, no creas que todo el mundo gira a tu alrededor. Aioros soltó a su hermano y se acercó a saga peligrosamente.
- No pienses que lo que hubo entre tú y yo fue tan importante. – le sonrió con sorna, Aioros no se contuvo, le propino, no solo un puñete; sino dos, el primero en el rostro y el segundo en el estómago
- ¡SAGA! – grito Aioria al ver al gemelo en el suelo.
Aioros iracundo, alzo a saga, Sosteniéndolo de la camisa. – cállate…-siseo.
- Dime que te duele más, Aioros. – le hablo bajo, cosa que Aioria no escuchara. - que me haya casado con tu hermano o que tú y yo no podamos jugar juntos. – Aioros estaba por golpearlo de nuevo, pero Aioria lo detuvo sosteniéndolo por detrás.
- ¡No lo vas a lastimar más¡– Aioria tenía lágrimas en sus ojos, esa era la peor de las escenas.
- ! SUELTAME AIORIA, VOY A PARTIRLE LA CARA A ESTE DESGRACIADO, Y LUEGO, VOY A ANULAR TU ESTÚPIDO MATRIMONIO! – grito colérico, intentando soltarse del agarre de su hermano.
- ¡No harás nada de eso, yo no te lo permitiré! – le grito sin soltarle, Aioros giro su mirada incrédulo ante las palabras de su hermano.
- Aioria, suéltame. – volvió a decir en tono de amenaza, jamás antes se habían peleado de esa manera, es más, nunca habían ni discutido, solo hasta que saga apareció en sus vidas.
- Te lo ruego hermano. – Suplico Aioria, sin poder siquiera hablar.- no me lo hagas más difícil. – Aioria lloraba en la espalda de su hermano mientras el agarre cesaba para convertirse en un abraso. Aioros se sintió mal, muy dolido por su hermano.
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- Yo solo quiero protegerte…– hablo con pesar, volteando por completo para estar cara a cara.
Aioria, alzo la mirada, encontrándose con los ojos llenos de lágrimas de su hermano mayor.- ya no soy un niño Aioros, así que puedo lidiar con mis propios problemas y también con mis errores. –
- No te das cuenta…. el solo quiere usarte…el no... –
- Lo amo. – interrumpió, deseando que su hermano entendiera el amor que sentía. – y sé que él me ama a mí. – eso era lo que quería creer, por su bien.
Aioros bajo la mirada, el que más sufría con toda esa situación era Aioria, sin duda.
Respiro resignado y frustrado.-solo…solo espero que no te arrepientas. – sin poder hacer más y con el corazón destrozado, salió de la sala. No sin antes matar a saga con la mirada, mientras este le sonreía triunfal y satisfecho, pues había conseguido lo que se propuso desde que lo conoció: destrozarlo y lastimarlo usando a Aioria como medio muy efectivo.
FIN DEL FLASH BACK
- Saga…- negó con la cabeza, no deseaba recortar todo aquello y menos en esos momentos.
Respiro hondo, necesitaba compostura para presentarse y obtener aquello por lo que se había esforzado todos esos meses; su título de profesional, así que se irguió y salió rumbo al salón. Se veía seguro, olvidaría sus problemas por ahora pues necesitaba estar concentrado para defender su tesis y eso haría.
Ya luego se enfrentaría a Saga y la vida miserable que llevaba su lado. – sí, una vida por completo desdichada e infeliz. -
…..Continuara…..