Los años ochenta fueron de expansión y crecimiento para todo el mundo, pues la caída del muro de Berlín conmocionó a toda Europa así como a cada rincón del mundo y la globalización comenzaba a hacerse presente, ya que en todos los televisores europeos había un novedoso canal llamado MTV, donde los jóvenes podían ver los videos de sus artistas favoritos. Hacía apenas dos años que Afrodita había llegado a la ciudad de Atenas con el objetivo de estudiar filosofía antigua; con tan solo dieciocho años dejó Suecia, su tierra natal, para sumergirse en el mundo de grandes filósofos griegos gracias al plan de becas Erasmus. Afrodita era estudioso y gustaba mucho de la asignatura, por lo cual no era difícil para él obtener buenas calificaciones, además, podía decirse que lo tenía todo: inteligencia, juventud, educación, buen gusto y, por supuesto, un hermoso rostro y cuerpo. No era sorpresa que tanto las chicas como los chicos se voltearan a verle cuando caminaba por la ciudad, aunque no era solamente su belleza lo que llamaba la atención sino su peculiar look. El nórdico era fanático de las tan aclamadas bandas de "glam metal", también conocidas como "hairbands" que comenzaban a hacerse cada vez más populares en esos tiempos, tanto en Estados Unidos, cuna del género, como en el mundo. Pantalones justos con estampados de animal print, camisetas de Poison o Motley Crue con las mangas recortadas, todo eso acompañado de su alborotado cabello celeste al cual le echaba litros de laca para lograr que tuviera el característico volumen de los rockeros de la época y por supuesto, algo de maquillaje para lograr una imagen más andrógina e impactante.
Para vivir un poco más holgado Afrodita, quien en la universidad era más conocido por su primer nombre, Jonas, decidió trabajar en una florería de unos inmigrantes italianos, donde el joven mostró cualidades para la venta y el cuidado de las plantas. Fue allí donde conoció a quien pronto se volvería su amigo inseparable, Angelo, sobrino del dueño de la tienda; a pesar de que Angelo, quien era apodado Deathmask, vaya a saber uno por qué, era un muchacho algo rudo, Afrodita congenió con él inmediatamente pues ambos amaban el glam metal. Ambos compartían muchas charlas en las cuales Afrodita le contó cómo era su vida en Suecia, lo difícil que le había resultado coordinar sus estudios con el trabajo, y Angelo compartió con el sueco la historia de cómo su familia había llegado a Grecia y abrieron su pequeño negocio. Empero, el peli celeste guardaba un gran secreto que ni su entrañable amigo italiano conocía; el motivo por el cual Afrodita trabajaba doble turno muchas veces y se privaba de ir de parranda como Deathmask lo hacía cada fin de semana, era porque ahorraba dinero para comprarse un amplificador y un micrófono profesional. La realidad es que estudiaba filosofía porque le agradaba más que la abogacía o medicina, no porque fuera su vocación de alma; lo que al joven sueco en verdad le gustaba era cantar. Una vez que reunió el dinero suficiente compró los insumos necesarios y practicaba en cada rato libre que tenía, a veces recibiendo quejas de los vecinos, pero con el tiempo Afrodita fue mejorando hasta lograr interpretar las canciones de sus grupos favoritos; descubrió que tenía un talento nato para el canto.
Su secreto estuvo un buen tiempo resguardado, sin siquiera levantar sospechas en su amigo italiano ni en ninguno de sus compañeros de la universidad; sin embargo no era el único que resguardaba un sueño alocado. La realidad era que Deathmask tocaba muy bien la batería y hacía ya un año y medio había formado una banda con un par de amigos de la secundaria llamados Saga y Kanon, quienes eran gemelos. Saga tocaba el bajo, además de estudiar ciencias económicas y Kanon era un virtuoso guitarrista cuyos solos hacían sospechar que tenía diez dedos en cada mano, por lo cual simplemente se había dedicado a estudiar música profesionalmente; al tiempo se sumó Milo, amigo de este último y también guitarrista. Todos los viernes al culminar con sus obligaciones, como el trabajo o los estudios, los cuatro jóvenes se reunían para interpretar sus canciones favoritas de Kiss, Whitesnake y Europe, entre otros. Luego de varios intentos fallidos finalmente lograron pulir su sonido y la banda comenzaba a tomar forma; empero una cosa solamente faltaba y era un vocalista. Milo lo hacía al principio y a nadie parecía desagradarle, pero la realidad era que su timbre de voz no era lo suficientemente agudo y para alcanzar tonos altos debía hacer falsetes, terminando con su garganta bastante adolorida y varios días disfónico. Además el peli azul insistía en que se le hacía difícil coordinar las notas en la guitarra y cantar sin desafinar. Con el tiempo el grupo pasó de hacer covers de sus bandas preferidas a comenzar a componer temas propios, los cuales eran de ritmos pegadizos y muy originales en comparación con lo que otras bandas locales ofrecían, pero claro estaba, necesitaban un cantante y de todos los que habían probado, ninguno satisfizo las exigencias de los músicos.
Fue así que, por pura casualidad, Deathmask encontraría a la futura voz de su grupo; era un día muy ajetreado en la florería dado que los tíos del italiano los habían dejado a cargo únicamente a Deathmask y a Afrodita de la tienda. El primero se encargaba de tomar los pedidos y cobrarle a los clientes, mientras que el sueco era quien preparaba los ramos para ser entregados a sus compradores. Habían estado sumamente atareados y el de cabellos azules rogaba un momento de descanso, el cual llegó un par de horas antes de cerrar; el italiano se desplomó en un asiento y resopló con fuerza para cerrar sus ojos con el afán de dormir una breve siesta. Olvidó por completo que Afrodita se hallaba en el depósito armando unas guirnaldas que quería dejar listas, pues debían entregarse al día siguiente; Deathmask empezaba a caer en un ligero sueño cuando una poderosa voz lo despertó. Ya en estado de vigilia, el joven movió su cabeza hacia la zona de donde el sonido provenía, creyendo que se trataba de la radio; se levantó del asiento para dirigirse al depósito y pedirle a su compañero que bajara la música, pero cuanto más se acercaba se daba cuenta de que no era solo la radio lo que sonaba, sino que alguien cantaba sobre la canción.
Don'need nothing but a good time. How can I resist? Ain't looking for nothing but a good time, and it don't get better than this...
Conocía la canción, pues era una de sus favoritas y el estribillo se lo sabía de memoria; se quedó boquiabierto en el umbral de la puerta al ver quien estaba cantando: no era otro que Afrodita. Sigilosamente se acercó al sueco, observando el entusiasmo con el cual el peli celeste entonaba y cómo se desenvolvía; se paró a su lado y lo llamo por su primer nombre, sorprendiéndolo y haciendo que diera un respingo.
- ¡¡Deathmask!! ¡¡Maldición!! ¡¿Quieres provocarme un infarto?!
- ¿Tú cantas?- interrogó el peli azul, provocándole un fuerte sonrojo al sueco.
- Bu... bueno, eso intento... en realidad aprendí solo.
- ¡¿Intentar?! ¡¡Lo haces muy bien, incluso diría que eres genial!
- ¡¿De veras lo crees?!- preguntó con un brillo en sus ojos.
- Claro que sí. Escucha, con unos amigos formamos una banda hace un tiempo y no tenemos cantante, ¿te gustaría intentarlo?
- ¡¡¡SÍ!!! Quiero decir, ¡me gustaría!- respondió con entusiasmo.
- Bien, entonces mañana, luego del trabajo irás conmigo a la sala de ensayo y te haremos la prueba.- dijo Deathmask.
- ¡¡Genial!- respondió el peli celeste con emoción; no era una certeza absoluta quedar en la banda de Deathmask, pero la sola idea de intentar cantar con músicos le llenaba de ilusión.
Esa noche el italiano se reunió junto a Saga para tomar unas cervezas y le dijo que había encontrado al cantante perfecto para el grupo; le comentó que lo había escuchado y que el chico era muy bueno, que realmente valía la pena darle la oportunidad de probarlo en la banda pues tenía muy buena voz. El griego estaba escéptico al respecto, pues no sabría si el cantante sería el apropiado para la banda hasta que lo escuchara con sus propios oídos; de todas maneras aceptó que el joven fuera con Deathmask al ensayo al día siguiente. Si había soportado varios jóvenes que desafinaban terriblemente, podía darle chance al misterioso intérprete de probarse, pues seguramente no podría ser peor que los que ya se habían probado antes.
*****
Al día siguiente, luego del trabajo, Afrodita acompaño a Deathmask a la sala de ensayos donde el italiano se reunía a practicar con su banda; todos los demás integrantes ya estaban avisados de que el sueco iría a probar suerte y estaban muy ansiosos por conocer al cantante. En la sala ya estaba Milo afinando su guitarra y Deathmask le presentó a Afrodita por su primer nombre, Jonas; el griego de cabello azul se quedó algo impactado con la estética que el muchacho tenía, pues ya parecía una estrella de rock. Al cabo de unos minutos llegó Saga, pues Kanon llegaría tarde porque había olvidado las púas de su guitarra y tuvo que regresar a su casa para buscarlas; Saga no lo esperó y emprendió camino sin él. El gemelo mayor también quedó sorprendido por el aspecto del peli celeste, aunque no por su llamativa ropa sino por su rostro; Afrodita era hermoso, tanto que si lo hubiese visto en un bar lo hubiera confundido con una chica y se hubiese llevado el chasco del siglo cuando, al momento de tener sexo, descubriera que era hombre. Los cuatro jóvenes se pusieron a conversar amenamente para conocerse mejor y la química entre ellos surgió al instante, no solo porque tenían mucho en común desde el punto de vista musical, sino además porque parecían tener siempre un tema de conversación. Al cabo de unos minutos, Kanon entró a la sala, cargando su guitarra y respirando agitadamente dado que, aparentemente, había tenido que correr para llegar a tiempo.
- Disculpen la tardanza...- dijo luego de tomar aire, y por su apuro ni notó la presencia de Afrodita.
- Ya estamos acostumbrados.- dijo Milo, golpeándole el brazo amistosamente.
- Bien, ¿y el cantante?- preguntó ansioso el menor de los gemelos.
- Aquí está, su nombre es Jonas.- dijo Death, haciendo al sueco dar un paso adelante.
- ¿Una chica? Death, es esto una de tus bromas?- dijo Kanon, levantando una ceja.
- ¿¡A quién llamas chica!?- preguntó muy molesto el sueco.
- ¡Vaya, qué sorpresa! La chica es ruda además...- agregó Kanon en tono de burla.
- ¡Deja de decirme chica o...!
- ¿O qué? ¿¡Me pondrás ese lindo maquillaje que llevas!?- desafió el gemelo menor a las risas, mientras que Saga rodaba los ojos con fastidio. A su hermano parecía entretenerle mucho molestar a cada chico que iba a probarse a la banda.
- Tal vez use maquillaje, ¡¡pero puedo partirte esa guitarra en la cabeza de un solo golpe!!
- Ya quisiera ver eso...
- ¡Basta ya! Kanon, compórtate, ¿quieres? Estamos perdiendo el tiempo...- intervino Saga.
- Sí, yo quiero escucharlo cantar, Death dice que es muy bueno.- dijo Milo.
- Bien, muñeca- respondió Kanon, desafiante- veamos de qué estás hecho...- estuvieron unos minutos más preparándose y enchufando las guitarras y el bajo a los amplificadores, Deathmask comenzó a calentar, y finalmente estaban listos.
- ¿Conoces la canción "Kickstart my heart"?- preguntó Saga y el sueco asintió- Bien, comencemos entonces.- agregó y Deathmask golpeó las baquetas tres veces para dar comienzo y la canción comenzó a sonar.
Afrodita se sintió bastante nervioso, no solo por ser la primera vez que cantaba con una banda y se acoplaba a otros músicos, sino porque su pequeña discusión con ese gemelo bromista lo había desconcentrado un poco; la canción comenzaba y él debía ya empezar a cantarla, pero por su estado de distracción se perdió y tuvo que pedirle a los chicos que se detengan, disculpándose. Respiró profundamente y les pidió que comenzaran de nuevo; los músicos así lo hicieron y entonces Afrodita se hizo escuchar; Milo y Saga estaban muy gratamente sorprendidos, pues la voz del peli celeste era muy potente y lograba agudos que ninguno de los demás postulantes habían logrado. Milo miró a Deathmask y le sonrió, dejándole claro que estaba más que conforme con el cantante, Saga se mantenía muy concentrado en tocar pero por la expresión de su rostro podía notarse que disfrutaba de cómo cantaba el sueco; Kanon era quien se mantenía aún serio y sin emitir juicio alguno. Cuando la canción terminó, tanto Saga como Milo le hicieron saber al peli celeste que para ellos estaba más que dentro de la banda y Deathmask se sintió también muy feliz al ver que la música tomaba fuerza y vida con un cantante tan bueno. Empero, Kanon no le facilitaría tanto las cosas a ese chico, por lo cual quiso desafiarlo una vez más.
- Suerte de principiante, veamos cómo lo haces con algo más difícil...- dijo el gemelo menor.
- ¿Qué dices, Kanon?- preguntó Saga algo desconcertado. Para él ese chico había demostrado ser el indicado para la banda.
- Veamos cómo lo haces con "Big guns" de Skid Row- agregó Kanon, mirando a Afrodita con ojos retadores.
- ¿Di...dijiste "Big guns"?- preguntó Deathmask, nervioso, pues sabía que esa canción era muy difícil de interpretar, pues la voz prodigiosa de Sebastian Bach no era algo que cualquier persona pudiera imitar como si nada.
- Sí, Death, eso dije, no finjas sordera.- agregó Kanon; Afrodita no pudo ocultar el miedo en su mirada, pues a pesar de que pudo notar que Milo y Saga, además de Deathmask, no estaban para nada de acuerdo con la decisión repentina del griego, debía cantar esa canción si quería demostrarle a ese soberbio guitarrista que él era digno de estar en su grupo. Así que aceptó y luego de que Deathmask golpeara las baquetas tres veces, la canción comenzó y Afrodita comenzó con su canto.
Una vez que terminaron de tocar la canción, Kanon tuvo que tragarse su orgullo, porque Afrodita interpretó la canción como todo un profesional, a pesar de que sus piernas temblaban ligeramente; Milo no pudo contenerse y soltó una sonora carcajada al ver la cara de incredulidad de Kanon y este le dio un golpe en el brazo por su burla. Afrodita sonrió triunfante y fue felicitado por su amigo Death y por Saga, pues estaban más que impresionados por el talento del sueco. No obstante, a pesar de que todos los músicos daban ya por hecho que el peli celeste sería su vocalista, Kanon seguía con su semblante serio y luego de un incómodo silencio habló, lacónico.
- Gracias. Te llamaremos.
- Genial, esperaré tu llamado, Death te dará mi número, hasta pronto!- respondió Afrodita con una sonrisa traviesa y le guiñó el ojo al gemelo menor, haciéndolo sonrojar y se fue de allí.
- Vaya, Kanon, parece que le has simpatizado.- dijo el de ojos turquesa, golpeando a su amigo con el codo suavemente, y el joven guitarrista solo bufó.
A la noche Afrodita no podía conciliar el sueño, pues la adrenalina de tocar con una banda de verdad aún estaba en su sangre; había sido la mejor experiencia de su vida, pues jamás se había sentido tan libre y feliz. Si antes creía que su vocación era ser músico, ahora estaba convencido de que quería estar en una banda de rock y dedicarse a cantar por siempre; sin embargo había algo más, y era ese gemelo guitarrista; a pesar de su personalidad testaruda y pendenciera, debía admitir que le parecía atractivo, y sexy, MUY sexy. Difícil sería saber si Kanon era homosexual como él, pero eso era sólo cuestión de averiguarlo y, si así fuera, usaría todo su encanto natural para conquistarlo; al recordar la imagen del peli azul con esos ajustados pantalones, tocando su guitarra hábilmente, no pudo evitar sonreír y pensar cómo sería tener sexo con él. Mientras tanto, en un bar del centro de Atenas, Deathmask y el resto de su banda comentaban sobre el nuevo postulante a cantar en su banda.
- Deathmask, debo decir que me has impresionado. Tu amigo tiene una voz privilegiada.- dijo Milo, chocando su botella de cerveza con la del italiano en un brindis de amigos.
- Se los dije, es muy bueno.
- No lo sé, hay algo que no me convence.- dijo Kanon, escéptico.
- Acaso bromeas, Kanon? El chico tiene hasta el aspecto de una estrella de rock!- reprochó Saga.
- Sí, es cierto, con su voz tenemos el éxito asegurado.- dijo Milo.
- Pues a mí no me parece la gran cosa...
- ¡Vamos Kanon! Es el mejor de todos los que hemos probado! Menciona al menos uno que sea mejor que Jonas...- agregó Deathmask.
- Bueno... ¡¿qué me dicen de Aioria, eh?!- respondió Kanon.
- ¡Por todos los dioses, Kanon! ¡Escuchar cantar a Aioria debe ser la peor de las torturas!- exclamó Saga con una mueca de horror.
- ¿Y qué tal el español, Shura? Él era muy bueno...
- Sí, hasta que cantó en inglés con su terrible pronunciación...- agregó Milo.
- Pues... creo que no deberíamos apresurarnos en llamarlo...
- ¡¡Ya basta Kanon! ¡¡Hemos estado probando cantantes de medio pelo desde hace ya seis meses!! ¡¡Jonas es genial y tú lo sabes!! ¡¿Por qué no lo quieres en la banda?!- exclamó Deathmask.
- Porque creo que a la copia barata le gustó el pequeño sueco...- dijo Milo con una sonrisa socarrona.
- ¡¿QUÉ?! ¡¡No inventes, Milo!! ¡¡¡Sólo porque tú seas marica no significa que yo tenga que serlo también!!!- dijo Kanon con las mejillas hechas fuego.
- ¡¡¡SHHHH!!! ¡¡¡Maldito seas, Kanon, ten discreción!!!- dijo Saga.
- Descuida, no te culpo si ese bombón sueco te gusta, dudo que haya hombre que se niegue a tener sexo con él.- agregó Milo.
- ¡¡¡Pues no me gusta Jonas te digo!!!
- No me interesa si les gusta o no, sólo quiero que forme parte de nuestra banda, es lo que buscábamos desde hace mucho...- dijo Deathmask.
- Tienes razón, y si me preguntas a mí, está más que aceptado.- sentenció Milo.
- Pues yo también lo quiero en nuestra banda...- agregó Saga y Kanon solo miraba hacia un costado con expresión de niño caprichoso; fue luego de un corto silencio que el mayor intervino nuevamente- Anda, Kanon, sabes que el muchacho es talentoso...
- Está bien, que sea nuestro cantante entonces.
- ¡¡¡Sí!!!- exclamaron los demás jóvenes con entusiasmo y chocaron sus cervezas.
La noche fue muy divertida para los cuatro muchachos, quienes luego de unas cuantas cervezas ya estaban algo ebrios y volvían a sus casas tambaleándose; Saga fue el único que se quedó en el bar, pues había conocido a una joven llamada Pandora a la cual había estado observando desde la barra toda la noche. Deathmask se fue junto a Milo, quien estaba ya poniéndose pesado dado a su borrachera, para acompañarlo hasta su casa de manera que llegara seguro, mientras que Kanon regresó a su hogar solo. Una vez allí se tumbó en la cama mirando al techo, reflexionando sobre lo que había sucedido ese día; reconocía que el sueco era un excelente cantante pero, por primera vez en su vida, se sentía totalmente confundido por sus sentimientos. Su sexualidad era algo escabroso para el menor de los gemelos griegos, pues a diferencia de su hermano o de Deathmask, que siempre se sintieron atraídos por las mujeres, o de Milo, que reconocía su homosexualidad, él había sido siempre como un péndulo que nunca llegaba a ningún punto. El debate que desde antaño lo sumergió en la inseguridad parecía ahora resolverse tan fácilmente que le aterraba; Afrodita era hermoso, además de sexy y talentoso, y era precisamente eso lo que le incomodaba: pasar tiempo con un muchacho que le generaba miles de sensaciones que no había sentido antes. Milo lo había descubierto, debía admitirlo; por más que solía acostarse con mujeres, pues las ofertas le llovían tanto como a su hermano o quizás más, este joven que ahora apareció en su vida le demostraba que podía sentirse atraído por una persona de su mismo sexo. Lo más duro sería cómo sobrellevar el hecho de tenerlo a su lado cantando con esa voz, esa hermosa voz, cómo evitar sentirse hipnotizado por esos ojos tan claros como el cielo de primavera y cómo dejar de mirar su hermoso rostro.