(Counterpartshipping, Yuya x Yuto)
-¡No!- dijo Yuya cogiéndose la cabeza con las manos y llevándola atrás. Había perdido contra Yuto. Se sentía algo avergonzado, ahora tendría que cumplir su parte de la apuesta. Una petición cualquiera de él y sin rechistar.-¡No es justo! ¡Me robaste mis cartas péndulo!
-Solo usé la estrategia correcta-dijo Yuto sonriente. Se había preparado bien desde el momento en el que Yuya lo había retado, no se perdería una oportunidad como esta.
-¡Pero!... ¡Pero!..-trató de contradecir Yuya pero al final lo termino aceptando y suspiro mientras hacía un adorable puchero.- Bien, ¿qué debo hacer?
Yuto sonrió, era el momento. Sabía exactamente qué hacer.
-Durante cinco minutos no puedes hacer ningún movimiento propio. Harás lo que yo diga-dijo Yuto con un tono suave, tranquilo y nada autoritario.
-¿Te parece bien si pongo el temporizador de mi despertador? Solo... Para asegurarme de que no te pases...-dijo el chico de cabellos de tomate (XD) mientras desviaba un poco la mirada algo sonrojado. Yuto suspiró de manara extraña, por la nariz. De cierta manera sentía como si el otro no confiara en él. Pero solo recogió su deck y lo organizó para poder guardarlo mientras soltaba:
-De acuerdo...-Yuya también empezó a recoger sus cartas y las guardo junto con su disco de duelo en un cajón. Yuto por su parte solo lo puso a su lado. El de cabellos coloridos agarró el despertador y empezó a configurarlo ante la mirada gris de su amigo. Cuando llegó al punto indicado se detuvo nervioso y quedándose allí le temblaron levemente los brazos.-¿Está todo bien Yuya?
-¡Si! Solo que...-¿Qué iba a responder? No tenía razones para ponerse nervioso... ¿verdad?
-Si quieres podemos hacer otra cosa...-sugirió Yuto, no quería asustar a su amigo, claro que quería hacer lo que había planeado, pero Yuya era más importante que cualquier plan que él pudiera hacer jamás.
-No, no, no, yo perdí, tengo que cumplir mi penitencia.-y ese era Yuya Sakaki, una persona muy noble y que a pesar de sus miedos termina por enfrentarse a las cosas.
-Bien... Entonces comencemos-dijo Yuto algo serio pero sin pizca alguna de intimidación.
-B-Bien-Y con esas palabras Yuya puso el temporizador a correr a un lado suyo. Se quedaron mirando mutuamente unos segundos apenas.
-Para comenzar, no puedes hablar-dijo con un tono firme pero suave. Se estaba esforzando por no mostrar un carácter autoritario que diera algo de miedo. Al parecer le estaba saliendo bien. Yuya asintió, no tenía miedo, confiaba en su mejor amigo. Aunque esta petición era extraña. -cierra tus ojos.
Yuya los abrió un poco más pero hizo caso. Lo siguiente que pasó, fue algo que nunca en la vida creyó que pasaría.
Yuto le levantó de la barbilla el rostro y acaricio con suavidad la suave mejilla de su compañero. Se sentía muy bien poder tocar con tanta delicadeza aquel rostro de la persona que amaba. Se acercó con tranquilidad oyendo poco a poco los tic tacs del temporizador. El tiempo se agotaba. Tenía que actuar ahora. Su frente se posicionó en la ajena causando un cierto escalofrío en el otro. Este estaba sonrojado hasta las orejas, sentía la cercanía del otro, sabía que estaba allí y no pudo evitar sentirse avergonzado. Más Yuto no lo notó. Quiso mejor sólo disfrutar el momento y acariciar con la mano contraria el cabello del chico de cabellos bicolores vivos.
Se estaba conteniendo mucho en hacer su siguiente acción, pues sabía que si lo hacía, él otro dejaría de hablarle y se alejaría. Lo sabía, sabía que esos sentimientos no serían correspondidos. Él amaba a otro, a Shingo. No había duda de ello. Casi siempre estaban juntos, tenían algún plan para salir o algo, incluso fue difícil que él mismo y Yuya pudieran quedarse en casa solos para pasar el rato ya que Shingo simplemente quería colarse, y Yuya casi lo deja de no ser por qué el de los ojos grises dijo que el plan en si era jugar juegos de cartas uno a uno. Esto por alguna razón lo alejó, quien sabía por qué razón.
Al final se decidió por hacerlo. No le importaría nada más. Solo quería sentir esos labios sobre los suyos aunque fuera por una sola vez. Se acercó a ellos, aquellos con los que soñaba constantemente.
Y los beso con los ojos cerrados. No quería ver la expresión de Yuya, sabía que le pediría a gritos silenciosos que se apartara. El de los ojos rojos cumplió su promesa. No se movió en lo absoluto. Pero, si empuñó su mano, se sentía impotente de no poder hacer lo que quería hacer en ese momento. Se mantuvieron allí unos momentos, con unos leves pero dulces movimientos de boca por parte de Yuto.
Pero se separó al ver que se había tardado demasiado. No era su culpa. Los labios de Yuya eran en extremo exquisitos. Lástima que no fuera él el que pudiera probarlos día a día. Miro a al chico desde cerca. Se le notaba algo sonrojado. Pero cuando notó la mano empuñada, un aire de tristeza invadió su ser. Él había querido golpearle. Lo aceptó, ¿tenía acaso otra opción? Se lo merecía. Pero el mismo haría su propio castigo. Alejarse de aquello que más desea, no le importaba, así Yuya estaría tranquilo y feliz con... Shingo... Le dolía de que él sería más feliz con alguien que no fuera sí mismo, pero debía aceptarlo, era la felicidad de Yuya y si él estaba bien él mismo también lo estaría.
Dio un rápido vistazo al temporizador, solo quedaban tres minutos. Tenía que declararse ahora. Yuto se acercó al oído de su amigo y pegó un poco sus cuerpos. A partir de allí, susurró todo lo que diría.
-Tu me gustas Yuya-Fue directo al grano sin tapujos.- y no como amigo, Yuya yo me he enamorado de ti. He tenido un sin número de fantasías contigo a mi lado... Y me encantaría poder volverlas realidad... Te quiero mucho, quizás más de lo que debería, y sé que tú no me correspondes... Se a quién amas, y se nota... No te preocupes, me alejaré de ti para que te sientas mejor, ¿me entiendes?-estaba al borde del llanto pero se resistiría
hasta decir lo que tenía que decir- No quiero ser una molestia en tu vida... Quiero que seas feliz... -su boca tembló, sus lágrimas ya se estaban asomando. Debía de resistir, para hacerlo solo lo abrazo un poco.-A-Aunque no sea conmigo. Fue un gusto haberte conocido... Yuya...-se separó. Y se fue corriendo a la ventana donde la abrió rápidamente y saltó al árbol. Con algo de habilidad se las arregló para llegar al piso. Apenas tocó este salió corriendo hacia una dirección en específico muestras las lágrimas empezaban a salirse de sus ojos.
-.-.-
Y sonó la alarma del temporizador. Este estruendoso sonido hizo que Yuya reaccionara después de dos minutos. Con rapidez se levantó y corrió a la ventana. No lo alcanzó a ver, miró de un lado a otro buscándolo. Se sintió tan triste pero sentía que debía alcanzarlo.
-¡¡Yuto!!-gritó con todas sus fuerzas.-¡¡Yuto!!
Con rápidamente se dirigió a su tubo de bombero y bajo. Corrí hacia la entrada principal y de un movimiento rápido agarró sus llaves y salió de su casa persiguiendo a Yuto. Corrió de un lado a otro buscándolo. Paró en una esquina completamente agotado. Respiraba fuerte y agitadamente.
-¡Y!... ¡Yuto!-pronunció con dificultades. El aire le faltaba y un agudo dolor del abdomen lo estaba atormentando. Como maldecía en esos instantes el haberse quedado en shock, simplemente no había podido creer que sus sentimientos eran correspondidos, pero no reaccionó, se sintió como un completo idiota. Y lo era, había que admitirlo. Había hecho que a la persona que más quería sufriera, y todo por no reaccionar.
Pensó mucho en donde podría estar, quizás con Yuzu. Pero descartó la idea casi inmediatamente después, al de los ojos grises no le gustaba sufrir junto a alguien, le gustaba estar solo, así no haría que nadie se pusiera triste junto con él. A este paso descartó también el hecho que de que se encontrará en casa... Allí estaría con Shun, entonces... ¿Dónde?
Entonces recordó. La primera vez que se encontraron fuera de clase. Yuto estaba llorando y Yuya lo consoló, todos necesitamos un apoyo de vez en cuando. Y a pesar de que el otro negaba e insistía en que se fuera, el de los ojos rojos se mantuvo allí.
Ya sabía exactamente a donde ir.