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Las sorpresas de la vida por Danny Fhenton

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Notas del fanfic:

Bueno... no se si esto tendra muchos capitulos... pero creo que vale la pena aclarar algunas cosas:

1- Es un omegaverse pero no es AU, osea el fanfic sigue la linea del anime/manga.

2-Es mi primer omegaverse, asi que si algun/a me quiere hacer alguna correccion bienvenida sea mientras sea con respeto.

3- Death Note no me pertenece. Si asi fuera L estaria vivo, Light no hubiera vuelto a ser Kira y Misa hubiese terminado sentenciada a muerte por irritante... pero bueno, la vida.

Notas del capitulo:

Capitulo editado, favor de leerlo otra vez las que ya lo habian leido

Ok... se que deberia continuar mi fic inconcluso de Cars pero... bueno, aun no tipee el capitulo de ese fanfic... Y este fanfic se me ocurrio cuando sali de rendir un parcial el viernes y lo escribi mientras me cagaba de frio por haberme olvidado mi campera en el salon. 

Pero ya no las/os aburro con mis tonteras y las invito a leer este capitulo que tiene lemmon, con Light de uke porque asi lo quise yo y que espero me halla salido bien... 

Bueno, a leer

  

 La vida muchas veces te da sorpresas, sorpresas, a veces demasiado crueles. Piénsenlo, no todos los dias te das cuenta que estas enamorado del detective que te acusa a ti de ser un asesino que esta más loco que... Bueno, no tiene con que o quien compararlo.

Y eso no es lo peor, oh por supuesto que no. 

A esa descabellada situación, súmale el echo de ser un omega que no puede comprar supresores por estar encadenado a un alfa y que tu celo esta a punto de llegar con todo y estrellitas de colores.

Si, esa era la realidad de Light en ese momento. Y si, si Ryuzaki no moría a manos de Kira, el mismo Light lo mataría -valga la redundancia- por que no podía tenerlo ahí, entre medio de un grupo de alfas, cuando su celo estaba a punto de comenzar.

Porque Light estaba seguro que el muy bastardo lo sabia, que sabía que el era un omega aunque hizo lo imposible por ocultarlo en los diferentes archivos. Para casi todos, el era un beta.

Por que ser un genio y ser un omega, no eran precisamente dos factores que pudiesen funcionar juntos. No al menos en esa realidad tan partidaria de los alfas, donde los omegas, aunque respetados por su cualidad de seres humanos, eran excluidos por su biología.

Pero eso no es lo importante, lo importante es el calor que Light comenzó a sentir en ese momento. Y dolía, por Dios que dolía.

- Ryuzaki- su tono de voz sonó lastimero, como si estuviese agonizando- Ryuzaki.

-¿Qué sucede Light?

L ni siquiera lo miró, estaba demasiado concentrado en lo que había en las pantallas de la computadora. Y las hormonas de Light se comenzaban a revolucionar y en su mente solo se cruzaba la imagen del detective.

El castaño comenzó a sentir como su entrada se humedecía y como la ropa comenzaba a molestarle porque la piel se le había puesto sensible. Su mente comenzaba a apagarse, su biología tomando el control de sus acciones.

 Se levantó sin mirar a  nadie, temblando como si tuviera frío y gimiendo al sentir como la cadena le rozaba la muñeca.

- ¿Light?- la voz de Matsuda sonó asustada, al ser un alfa podía sentir el olor del adolescente que estaba comenzando con su celo. Y no era que el olor a vainilla y canela no le llamara la atención, pero sintió el aura de Ryuzaki echándolos a todos de ahí.

- Tienen el día libre, así que pueden retirarse y tu- el de cabellos negros miró al de cabellos castaños que ya casi no podía mantenerse en pie pero que igual lo miro- le pediré a Watari unos supresores, lo mejor será sacarte de aquí.

Se levantó y lo tomó de la mano, Light gimió bajo ante el contacto y se sonrojo al sentir la mirada de su padre. Agradecía que el hombre no fuese a hacer un juicio acerca de esto, aunque le diese vergüenza que esto le ocurriera en pleno día de trabajo y que él lo estuviese viendo.

Ryuzaki se lo llevo al cuarto que compartían, tenía pensado atarlo y retirarse. No creía que Light quisiese que el se quedara en el mismo espacio físico en un momento así.

Entraron en la habitación y L metió a Light adentro, el olor era aún más fuerte y ya comenzaba a hacérsele más difícil ignorarle. Se acercó a la cama, tiro en ella a Light y lo ató a uno de los barrotes con la cadena.

Estaba decidido a irse, ya había dado los primeros pasos hacia la puerta de la habitación, cuando escuchó a Light gemir llamándolo.

- Ryuzaki, por favor no te vallas.

Ok, el orgullo de Yagami estaba por los suelos y talvés se reprendería por eso luego. De todos modos no era su culpa, era la culpa de su jodida biología y su jodido afán por ocultarla. Era el segundo celo al que le daba libertad de transcurrir, joder. Y demonios que quería que L se la metiera hasta romperlo.

- No creó que sea lo correcto, Light.

- Por favor, te necesito.

No, ya no sabía lo que decía. Era obvio que no.

Y Ryuzaki no cedía.

- L.

A la mierda todo, eso fue lo que pensó Ryuzaki al escuchar gemir de esa manera a Light. Se acerco al adolescente, que estaba en la cama con los ojos cerrados y gimiendo despacio. Se colocó encima de él y lo beso con una furia desenfrenada que no conocía.

Para L, esta sería la primera vez que dejaba aflorar sus instintos alfas con alguien.

- Desátame, por favor.

Lo hizo, sólo porque notó que Light se estaba lastimando la muñeca al intentar zafarse. Enseguida que se vio liberado, el castaño abrazo a L por la nuca y enredó sus dedos en su cabello negro.

Ryuzaki se separó del beso e hizo que el omega lo soltara para comenzar a sacarle la camisa, Light suspiro al sentirse libre de la camisa. El alfa comenzó a chupar un pezón y acariciar el otro con sus dedos, ganándose una orquesta de gemidos.

- L, por favor te necesitó.

Ryuzaki, decido a torturar un poco a su amante, comenzó a bajar con su boca por el pecho de Light y dejar pequeños besos que no hacían más que gemir al adolescente. Su miembro se endurecía cada vez más al oírlo gemir de esa manera tan obscena.

Cuando llegó al pantalón, pudo sentir como el dulce olor del omega se incrementaba en aquella parte. Gruño por lo bajo, sus propios instintos lo llevaron a arrancarle el pantalón a su amante y comenzar a jugar con su miembro con la boca.

- Ah, Ryuzaki- el castaño ya no pensaba, sólo sentía y en ese instante se sentía desfallecer ante las caricias que le estaban proporcionando a su miembro.

De los gemidos paso a los gritos al sentir un par de dedos jugar con su virgen entrada, no le dolían por la cantidad de líquido que allí había pero si le resultaba algo incómoda la intromisión. Más que nada por que le sabía a poco, él quería más.

- Ryuzaki, por favor te quiero dentro.

Creó que Light no le rogó tanto a nadie en toda su vida y Ryuzaki parecía disfrutarlo. Sus instintos dominantes se excitaban al oír al omega rogar, y su propia mente también.

Tenía a Kira a su merced, todo suyo y podía hacer con él lo que quisiera.

Y lo que más quería en ese momento era poseerlo, marcarlo como su omega y que le perteneciera.

Se sacó la remera y los pantalones, aún conservaba la ropa interior.

- Mmm, Ryuzaki.

Los dedos aún se movían en su entrada, haciéndolo ver estrellas. Y las estrellas se convirtieron en una galaxia al sentir el miembro de L dentro de él penetrándolo con fuerza y rapidez.

- ¡Ryuzaki, más fuerte!

El de ojos negros así lo hizo, dándole un ligero beso al cuello de Light y pasándole la lengua. El de ojos miel supo lo que el otro quería hacer, sabía que no debían pero en ese momento le pareció lo correcto. Y se lo haría saber, aunque tenía que ser en ese preciso...

- ¡Oh, por Dios! ¡Márcame! ¡Soy tuyo!

Gimió al sentir una sensación arrasadora recorrerle toda la columna vertebral. Al parecer el detective había encontrado su próstata, eso había sido fantástico. Y a eso se le sumó sentir que Ryuzaki besaba su cuello y le daba leves mordiscos, lágrimas comenzaban a salir de sus ojos ante tanto placer.

- Espera un momento, Light-kan- lo beso con tranquilidad, dejando de moverse por un momento para luego volver a moverse frenéticamente dentro del otro.

Ryuzaki sabía que Light lo mataría luego por haber caído ante la tentación, él mismo ya quería asesinarse. Pero se estaba sintiendo como lo más correcto que pudo haber echo.

- Por Dios- hizo una pausa, ya casi no podía respirar- córrete dentro, Ryuzaki.

- ¿Estas seguro?- esa petición hizo al detective volver a la tierra, su voz sonaba agitada, aunque no tanto como la de Light.

- Si.

No le faltaba mucho a ninguno de los dos para llegar al orgasmo, así que L tomó el miembro de Light y comenzó a masturbarlo mientras lo penetraba con mucha más rudeza.

- ¡Ryuzaki!

- ¡Light!

Ambos se corrieron al mismo tiempo, Light abrazo con sus piernas a Ryuzaki negándole el derecho a irse por lo cual al pelinegro no le quedó de otra que correrse dentro de el y por lo tanto anudarlo.

En ese momento, Ryuzaki mordió a Light marcándolo como su omega. El castaño se aferró al de cabellos oscuros con fuerza al sentir la mordida.

- ¿Light?

- No digas nada, por favor.

La voz del castaño recuperaba su tono normal, tenía los ojos cerrados y respiraba con algo de brusquedad. Todo su cuerpo estaba perlado en sudor, aunque el del detective estaba igual.

- Es sólo que...- vio como esos ojos miel lo miraban, tenía su atención- puedes quedar embarazado ¿lo sabias, verdad?

- Te dije que no dijeras nada.

Notas finales:

Ok... espero les haya gustado y tambien espero leer sus comentarios respecto a esto, ya estoy escribiendo el segundo capitulo asi que calculo lo subire pronto. 

Sin nada mas que decir, me despido.

Danny.


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