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La prueba más grande por kaoryciel147

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Notas del fanfic:

Hola, como había prometido subo un nuevo fanfic del fandome KnB. Este fanfic nació de una linda escena que presencie en una marcha del orgullo. No les contaré en que consitió sino hasta más adelante. Pero me hizo pensar en lo grande que puede ser el amor. Así que trata sobre ello además porque quería hacer un fanfic con un toque realista. Midotaka

Notas del capitulo:

Hola en este primer capitulo es un gran día apra escorpio y cancer! Un día común dentro de sus aventuras de escuela ya en su tercer año, muchas preguntas e inquietudes para ambos! Un consejo del emperador para Midorima. 

Primera prueba: ¿Cómo decirte que me gustas?

Era sin duda un día especial. O quizás era solo su percepción. Por alguna razón, Takao Kazunari sentía que el día de hoy no podría estar más iluminado. Y era extraño porque recién estaban a inicios de primavera. Y nada tenía que ver con Oh asa dijera que hoy la compatibilidad entre cáncer y escorpio fuera suprema. Sino que ello quería decir que podría torturar a su compañero de equipo de una manera bastante divertida y algo vengativa. Aún recuerda cómo es que lucharon tanto para encontrar el objeto de la suerte cuando Oh asa prácticamente les había dicho que su compatibilidad ese día era ínfima. Incluso secuestraron a Kuroko para solucionarlo. Aunque ganaron el partido del día, de igual manera no se salvaron de terminar enlodados… ¡pero que acertada podía ser Oha-sa! ese día quizás había ganado un poco de fe para con ella en Takao.

Comprendía que Midorima era alguien bastante directo de cuando se trata de cuidar su suerte, pero sin duda le duele un poco cuando este prácticamente le manda  a ocultarse bajo una roca cuando Oh asa lo manda. En estos tres años como compañeros ya han sucedido demasiadas veces. Quizás con tantos años encima soportando su trato frío durante aquellos días debería haberse acostumbrado. Pero todo lo contrario, pues aunque de alguna manera era gracioso, poco a poco era algo doloroso después de todo sus sentimientos por Midorima habían crecido. Aun así sabía cómo divertirse torturándole, y viendo como prácticamente salía huyendo despavorido, solo para después recobrar la calma, pasar por todo los accidentes estúpidos que uno se pueda imaginar e ir en busca del lucky item

 Pero claro, eran la luz y sombra de Shutoku; tenían partidos que jugar y entrenamientos que hacer y sin ambos no podían darse. Así que esos días eran de cacería de objetos de la suerte.

Este día era todo lo contrario, era uno de esos días en los que Midorima estaba complacido de tenerlo a su lado, incluso se acercaba demasiado, violando su espacio personal de manera sospechosa. Por tanto eran días en los que Takao obtiene su dulce venganza, por lo cual intenta escapar de él solo para que este le persiga.

 Haría exactamente lo mismo, solo que al finalizar el día le confesaría su sentir.

Y es que desde ya hace unos meses sentía que este sentimiento asfixiante no podía dejarle en paz. Quizás debería dejar para  después del último interhig que jugarían e intentar ser al fin campeones.  

El año pasado quedaron como subcampeones así que no estaban felices con ello. Sobre todo porque los campeones volvieron a ser el rakuzan. Y puede que para Midorima sea fastidioso el perder contra Akashi pero era bastante claro que ya no era una mala rivalidad. Y es que después de ese Sky shoot entre ambos hace dos años se habían hecho más cercanos. Cuando volvió a hacer el sky shoot con Midorima contra Akashi no fue  lo mismo. Akashi le observó con superioridad. Y el público conversaba acerca del perfecto movimiento entre Akashi y Midorima. Finalmente no pudieron vencerle. Pero tanto Akashi como Midorima se dieron la mano y conversaron por un largo tiempo. Incluso la ex manager de la kiseki no sedai hizo que todos se reunieran para la foto. Porque evidentemente los primeros puesto pertenecían a los miembros de la generación de los milagros. Todos ellos irían  a las mejores universidades con club de básquet. Aomine incluso ya estaba convocado para un club de básquet profesional.

Al parecer los malos roces entre los ex miembros de la generación milagrosa habían terminado. Sabía que Shin –chan seguirá con el básquet pero aun este no sabía si seguirlo profesionalmente. Todos los miembros de la kiseki no sedai tenían esa ventana abierta, pero la decisión no estaba plenamente tomado salvo por  Aomine Daiki.

Takao mismo no quería aun decidir, aunque debería hacerlo prontamente. Sin embargo, estaba decidido a ingresar a la universidad con ayuda de una beca deportiva, pues si por sus notas fuera realmente no tenía posibilidades de ingresar a una buena universidad. Por el contrario, Midorima podía postular a cualquier universidad inclusive a la de Tokio. Por ello mismo, sin importar si su compatibilidad quedaba en cero estaba decidido a hoy confesarle que le gustaba. Ya que muy probablemente no terminarían en la misma universidad.

Nunca realmente se había reconocido como homosexual o bisexual, quizás porque esas vidas alternas no te las enseñan con facilidad sino hasta la preparatoria, y ello  solo porque en Estados Unidos es un tema muy abierto y Japón evidentemente tiene que mencionar el tema a sus alumnos. Sabía de amigos que si lo eran abiertamente como Himuto Tatsuya que salía con Murasakibara por increíble que parezca.

Pero él no entendía muy bien todo ello. Particularmente no le parecían agradables o desagradables las mujeres u hombres. Era simplemente que se había centrado en estar al lado de Midorima que desemboco en estos extraños sentimientos.

 Por supuesto, entendía que eso no sería suficiente. A eso solo se le llamaría compañerismo o admiración. La verdad es que a  pesar de sonar vergonzoso y que de al principio hacía una mueca de asco imaginarse besando a Midorima le resultaba más natural que pensar en besar a cualquier otro ser humano. Lo cual le dejó aterrado.

Espera un eminente rechazo del peliverde. Pero aunque no lo quisiera reconocer, una leve llama de esperanza aún permanecía encendida ¿Por qué?

Quizás era por las ligeras miradas que a veces Midorima le dedicaba o por las mejillas sonrojadas que a veces había descubierto en él mientras ambos se cambiaban de ropa en el vestuario de los gimnasios.

Quizás… solo un quizás le da valor.

Tampoco podía olvidarse de esas pequeñas aventuras juntos; las sonrisas que le sacaba o como este, aunque a regañadientes, le prestaba sus perfectos y ordenados apuntes para estudiar.

Realmente sentía que aún le quedaba un poco de esperanza, existía una mínima posibilidad que esos detalles que Midorima tenía consigo pudieran representar que había algo más que un fuerte compañerismo venido a amistad.

Su celular timbra, aún es muy temprano, es Midorima como lo supuso. Hoy a apenas abrió los ojos encendió el programa radial de Oha Asa así que como abrió su blog informativo. Cuando supo que hoy sería el día de perfecta compatibilidad entre cáncer y escorpio se puso de pie e ingresó a darse una ducha mucho más temprano de lo usual.

Aun sin responder la llamada baja al primer piso de su casa. Como supuso su madre ya está preparando el desayuno.

— ¿No es demasiado temprano, Kazu-chan?

Este solo ríe divertido.

—Lo que hace el amor en los jóvenes —suspira ella con una sonrisa.

Su madres es una mujer muy preceptiva: cuando le confesó sus dudas acerca de sus sentimientos ella no armo un escandalo sino todo lo contrario, con una sonrisa condescendiente le dijo “La verdad es que ya lo sabía. Solo debo mirar tus ojos cuando hablas de ese tal Shin-chan”  Takao se sorprendió por ello. Quería decir que efectivamente sus sentimientos iban más allá de una mera amistad.

—Hoy la compatibilidad de cáncer y escorpio es la numero uno.

—Ohh cierto desde que sales con ese chico nos hemos vuelto los numero uno en saber el zodiaco y las predicciones de oha –sa —rio divertida.

—Bueno, Kazu-chan, debo alistarme para el trabajo. Tu querida madre—se señaló así misma—También escuchó el programa hoy así que supuso que te levantarías mucho más temprano de lo usual. Tu obento está listo así como  tu desayuno. Apresúrate que seguramente Shin-chan ya está por llegar.

Takao asiente rápidamente. En la mesa está dispuesto todo su tradicional almuerzo. Su madre es una mujer muy luchadora que a la muerte de su padre lo saco sola adelante sin ninguna queja o reparo  y sin descuidar el dedicarle su cariño cuando tenía tiempo. Les gustaba pasar las tardes de los domingos juntos. Y fue por ello mismo que ella comenzó a notar que su hijo pensaba fuertemente en alguien más. Era ese momento en que una madre se dice a sí misma “Oh no… ya llego quién robe a mi hijo”

Takao toma su bento luego de tomar su desayuno y se apresura en salir. Agarra la caretilla y se encamina a la escuela. Hoy no va a pasar por Shin-chan, pues es parte de su venganza y preparativo para decirle lo que siente. Después de todo, Takao tiene sus propias maneras de declararse.

Midorima no tarda en llegar a la casa de Takao incluso parece haber llegado en un taxi. Le urge tener a su lado a Takao después  de todo Oh asa recomendó que si quería elevar su suerte debería permanecer al lado de un escorpio todo el día de ser posible. El pelinegro era su compañero y aunque no lo dijera abiertamente su amigo, uno de los mejores después de Akashi. Y es que había cosas que a Takao no podía contarle pero que por necesidad de compartirlas le había tenido que contar a Akashi.

—Buenos días, señora.

La madre de Takao sonríe suavemente al ver al peliverde con un ligero sonrojo por lo cual se alegra internamente pro su hijo. Sabe que si bien su país se está aperturando, este tipo de relaciones aún es muy difícil y si encima de ello fuera un amor no correspondido su hijo sufría demasiado. Ella adora a su bebe y no quiere verle sufrir. Ver esa mirada en el joven peliverde, ver su porte y firmeza, su seriedad hace que se sienta orgullosa de los gustos de su hijo y de ella misma. Su hijo ama a un joven con futuro, un joven que tiene buenos sentimientos además.

—Lamento informarte, Shintaro-kun que mi hijo ya se marchó a la escuela-dice ella con una sonrisa

Cuando ve la expresión enojada pero cómica del peliverde con una pizca de pánico pro no obedecer el horóscopo tuvo ganas de reír estruendosamente pero se calma

—Gracias por la información. Lamento interrumpirla—Da una ligera reverencia.

—No, para nada. Shintaro-kun, pero si te das prisa seguro lo alcanzas.

El ligero brillo en la mirada verde le hace suspirar por el amor juvenil.

 Midorima sale apresurado y para otro taxi; por lo cual ella también supone que seguramente el joven es de buena posición económica.

Después de todo, la escuela a la que va su hijo es de un nivel clase media clase alta. Ella ha trabajado muy duro para que su hijo tenga una buena educación.

Aun así que Midorima sea de clase alta le preocupa pues puede ser que sea heredero de alguna familia respetable. Y en ese caso, tendría que obedecer lo que sus padres le impongan como futuro. Se lamenta internamente y se prepara mentalmente por si tiene que consolar a su pequeño halcón.

Midorima observa las calles pasar mientras el taxi se dirige sin parar hacia su escuela. Seguramente Takao ya se encuentra en ella o está por llegar. Sonríe al pensar en él. Nunca le había dicho lo importante que se volvió en estos últimos años, cuanto su voz y sus impertinencias habían contribuido a hacerle feliz. Y cuanto bochorno le daba verle semi desnudo en los vestuarios. Se sintió ridículo la primera vez que su mirada se detuvo demasiado en la piel de la espalda de Takao. Se supone que esos calores eran parte de los seres humanos y que se debían de controlar, pero también se suponía que debía sentirse así por una mujer.

No fue tan sorprendente el hecho de que sea por un hombre pues se había sentido así de confundido en la secundaria por Akashi aunque nunca había llegado a más. Pero ahora y... ¿por qué Takao?

Muy dentro de sí aceptó que su amistad era especial, que por el chico no había quedado en depresión en las derrotas y que las victorias eran más dulces a su lado; además que esa terquedad, poder mantenerse a su lado a pesar de sus particularidades le enternecían. Pero de ahí a desearle... aquello le dio vergüenza y miedo. Lo que sintió por Akashi fue algo tierno e infantil, venido de la amistad y de las aficiones compartidas pero creyó que también se debía a que eran jovencitos. Ahora estaban a punto de decidir sus vidas y no necesitaba este tipo de sentimientos. Tiene suficiente con no tener idea de qué camino tomar, que sus padres le presionen por una carrera médica y que deba ir a citas convenidas con hijas de sus conocidos.

Era ese tipo de cosas que quizás Takao no podría comprender, eran ese tipo de cosas que Akashi escuchaba con paciencia las tardes que se reunían. Pues el pelirrojo pasaba por la misma miseria.

Flashback

—Shintaro

—Dime

El peliverde mantenía su mirada fija en el tablero de ajedrez, intentando que su capacidad se expanda y pueda mirar a través de las jugadas de Akashi. Sin embargo, este parecía inusualmente distraído.

— ¿Eres homosexual verdad?

La frialdad y normalidad con la que le dijo aquella pregunta, que más parecía una afirmación, le hizo atorarse con su propia saliva y empezar a toser como idiota. Sus labios no se abrían, sus mejillas estaban coloreadas. El pelirrojo sonreía bastante entretenido.

—Como... porque...

—No lo niegues.

Midorima no supo si sentirse ofendido, humillado. Akashi no parecía querer ofenderlo

— ¿Cómo lo sabes?— preguntó intentando recomponer su postura, acomendándose los lentes.

—Bien. Quizás no quieras escucharlo.

—Dímelo—exigió. Si era tan obvio quería saberlo pues no quería ser humillado por ello.

—Primero: te aseguro que no tengo ningún problema al respecto. Sigues siendo mi buen amigo.

—Solo dilo

Akashi sonrió más ampliamente. Aquello empezó a asustarle.

—Shintaro, no eres muy disimulado con tus celos o tus miradas a la persona que te gusta. Yo fui quien te gustaba en la secundaria.

Con aquellas palabras el peliverde simplemente quería correr cual cobarde sin importarle algo el honor o su masculinidad puesta en duda. Después de todo para Midorima el temita de ser homosexual aún no se desligaba de ser “menos” hombre ante los otros para esa charla.

—No te preocupes, no me molesta. De hecho me halaga

La forma en la que se enalteció y su naturaleza  en saberse amado, le molestó pero a la vez le relajó. Después de todo era Akashi, el emperador de todos ellos, le parecía que para él, que hombres y mujeres le adoren era algo evidente.

—Lo confirme porque estas interesado en tu compañero.

Midorima se puso de pie y empezó a andar sin saber que responder, sus mejillas ardían y se sentía rabioso por ello. Se encontraban en la residencia de Tokio de Akashi por lo cual se encontraban casi solos así que podía despotricar contra sí mismo toda lo vergonzoso que sucedía en sí mismo.

—Lo noté cuando jugábamos. Lo miras cuando él no se percata. Puede que su ojo de halcón no lo note pero yo sí. Confías tanto en él como solo en alguien cercano y en alguien a quien quieres podrías hacerlo. Te gusta fastidiarle y te vez muy tranquilo a su lado.

—Akashi…—amenazó

—Creo que deberías de decírselo y disfrutarlo.

Realmente lo último no se lo esperaba. “Disfrutarlo” se sonrojó aún más ante aquellas palabras sueltas y sin tapujos.

—Sí, Shintaro, me refiero al plano sexual también.

— ¡Akashi!

—Estoy plenamente seguro que tú le gustas. ¿Por qué no sales con él?  Después de todo solo te queda a lo mucho cinco años más de libertad.

Midorima desvío su mirada con sentimientos encontrados,

Akashi se acercó a él y a pesar de la diferencia de alturas le tomo del rostro.

—Te diría que ambos disfrutemos de nuestra sexualidad ya que somos amigos y sería lo natural como en la antigüedad, pero tú le quieres y yo quiero y deseo a alguien más

Hacía tanto tiempo que no podía vislumbrar los ojos de Akashi tan directamente, sus ojos rojos delataban tanta sinceridad y verdadero aprecio de amigos que le abrumó. No entendía como Akashi podía estar confesándole que era homosexual de aquella manera.

—Porque siento la misma inseguridad que tú. Soy y debo ser perfecto en todo. Y aunque esto sea normal en oros lados y en la clase social de Kazunari. En la nuestra no lo es. Ambos sabemos que deberemos encargarnos del negocio familiar. Y aunque tú no seas un noble como yo, sabes que deberás casarte y darle un heredero a tu familia. Hacer lo correcto.

Aquella tarde terminó con ambos sentados frente a la ventana en silencio, dándose calidez mutua. Hombro con hombro. No muchos de sus amigos entendían su carga social, pero ambos siempre se habían tenido para ello por eso habían congeniado tan pronto. Y ahora una carga más les era compartida. Akashi era el único que sabía con certeza que gustaba de Takao. ¿Debería seguir su consejo e intentar salir con él? ¿Pero no sería injusto para el pelinegro? Pero las parejas nunca duran, quizás no era necesario contarle más de lo necesario. Simplemente salir, ser pareja a escondidas hasta que  llegue el momento de casarse y dejar ello como un buen recuerdo.

Fin del flashback

El taxi llegó a su escuela bastante rápido. Cuando entra en el salón de los casilleros, donde deja sus zapatos de calle nota que Takao aún no ha llegado. Al parecer el taxi tomó un desvío y llego más rápido que este. Mientras piensa en ello, un pelinegro entra corriendo hacia el salón y se planta ante él.

— ¡Es injusto si tomas un taxi, Shin-chan!—manifiesta con su voz chillona.

Quisiera reír tan libremente. Pero la irritación por gustarle su imagen desordenada, aquellos cabellos no tan cortos, cortados a la moda totalmente revueltos, su fleco pegado a su frente, sus mejillas ruborizadas por el ejercicio, no le deja en paz. Cierra con fuerza su propio casillero.

— ¡Bakao! Se supone que hoy debías de recogerme. Ni siquiera me respondiste el teléfono… si nos va mal en las practicas será tu culpa.

Error, se acercó demasiado a Takao. Su dedo en el pecho de este le avergüenza. Desvía su mirada y un silencio crece entre ellos. Se vuelve incómodo. Sin darse cuenta se queda mirando la insignia de Takao de “3” y recuerda que ambos están en tercer año. Muy pronto deberán separarse, aquello le cuesta digerir.

— ¿Shin-han?

—Deberías de llamarme por mi nombre.

— ¿Eh?

—No somos amigos de infancia.

— ¿A qué viene eso?

—Nada—reniega. Escuchar el “Shin-chan” hace que lo que siente sea doloroso.

Se retira y pronto escucha como Takao cambia sus zapatos y cierra su casillero para seguirle el paso. Siempre ligeramente detrás de él o a su lado, pero siempre tan cerca y lejos al mismo tiempo. Takao ha estado a su lado estos últimos años y quisiera sentirle mucho más cerca. ¿Estos sentimientos serán duraderos? ¿Valdría la pena arriesgarse a perderle como amigo? Aunque de todas maneras va a perderle. ¿No sería mejor aprovechar el tiempo?

Se da la vuelta de forma inesperada tanto para su parte racional como para el pelinegro. No hay nadie aun en este salón. Es muy temprano. Sin embargo, sabe que dentro de poco llegaran los estudiantes en manada, preocupados porque les cierren la puerta del salón en sus narices. Aun así, no importa. Nada lo hace: ni algo tan insignificante como el suave viento que les cala los huesos, ni la mirada confusa del otro, ni que sus padres quieran conseguirle una prometida antes de la universidad. Solo va a seguir el consejo de Akashi pues ¿cuándo el emperador  se ha equivocado Hoy quiere confiar en los conejos de su antiguo capitán, hoy va a darle toda la razón sin cuestionarle, va a obedecerle: Así que, Toma a Takao del mentón, sabe que el otro está a punto de correr o huir o separarse por lo bizarro de la escena. No importa Takao tampoco; solo que quiere sentirle aún más cerca de lo que su compañerismo los mantiene.

Le besa, encaja sus labios de manera torpe pues nunca ha besado a nadie…siempre tan dedicado al estudio, a su admiración por su ex capitán y al básquet, esa siempre fue su compañía y a la vez su soledad.  

Ahí están, ambos mirándose a los ojos, con los labios rozándose. Toma de los brazos a Takao y le acerca hacia sí. Ve como Takao parpadea confundido pero luego entrecierra los ojos. Midorima también lo hace.  Se dejan llevar por la suavidad y calidez de los labios del otro y por la temperatura elevada de sus cuerpos en contraste con el viento frío. Sera por esa diferencia que ambos tiemblan…quizás.

Son jóvenes y sus corazones laten con tanto entusiasmo. La naturaleza les guía y la mano de Midorima suelta sus brazos, se abrazan levemente. Nunca le había hecho y no saben cómo acomodar sus brazos en el cuerpo del otro, pero sus cuerpos presa de ese placer les guía y finalmente las manos de Takao terminan en su pecho y las del peliverde en la cadera del otro. Se siente bien. Ambos sienten que sus cuerpos pueden conectarse como cuando juegan.

Midorima recuerda un poco el beso de una película así que mueve sus labios levemente. Le gusta lo que siente ante el roce. Desliza su lengua entre los labios de Takao y este los abre. Se topa con la lengua de este y la roza con insistencia. La lengua del otro le acaricia, por lo que juegan divertidos y extrañados por esto que es nuevo para sus cuerpos y sus mentes.

Sin embargo, la magia y el silencio se rompen cuando la manada de alumnos se escucha cada vez más cerca. Se separan y sin saber que decir simplemente Takao toma de su brazo y lo jala fuera del salón hacía su aula de estudios. Antes de recibir el regaño del profesor, ambos llegan.

No se dicen nada, pero Takao siente que realmente Oha asa, como siempre, ha sido acertada. Hoy es el mejor día para cáncer y escorpio. Se siente feliz, confundido, anhelante de que llegue el receso.

Midorima observa sus manos, su respiración es acelerada. Siente como si hubiese vuelto a ser un niño rebelde que se escapa de su casa solo para sentir esa adrenalina que su vida monótona no le permite. Ahora recuerda, empezó a jugar básquet por ello. Le fascina el básquet por la emoción que siente. Le gusto Akashi por sentirse comprendido y por qué era su rival  por la emoción de serlo; conforme a todo ello hoy está enamorado de Takao porque todo su ser es un riego, es una tentación y es un acto de rebeldía contra su familia y la sociedad el amarlo.

Sin embargo, ambos no saben que ese pequeño fuego de amor que se ha encendido hoy es joven y puro; que aunque ambos sepan que el frío viento de los problemas intentara apagarlo, no es solo la sociedad, su familia, su posición social o  los deberes como futuros adultos los que intentaran separarlos;  es algo imprevisto, que realmente será una prueba para saber si esa fidelidad de Takao y su amor incondicional es real y pleno. Si ambos cuerpos jóvenes serán capaces de serle fiel al otro más allá del deseo por el otro. A Midorima le queda mucho más que enfrentar que  su familia, sus sueños. Deberá enfrentarse a su propia persona y sus propias incapacidades futuras.

Pero mientras tanto, ambos saborean ese delicioso sabor que aún les queda de regusto en los labios.

 

Notas finales:

Espero les hayab gustado y me digan que les pareció. Los capitulos incian cortos, creceran peor no mucho Su publicación sera semanal y creo no sera más de diez capitulos. Proxima actualización: 17 de noviembre o 18 

Recuerden que para el 9 es la actualización de mi otro fanfic Pasados presentes y futuros que es multishipping. 


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