Aun en pleno siglo XXI varias familias que gozaban con un poder económico y estatus social alto continuaban con la tradición de los compromisos ya previsto desde el nacimiento de sus hijos; solo que en estos tiempos habian unos pequeños detalles como, que se deberían casar al cumplir los 21. Se podía romper el compromiso si después de un año las parejas no se llevaban bien y por mutuo acuerdo decidían no realizar su casamientos; también agregando el hecho de que podía conocerse con tiempo anticipado para asi entablar un relacion mas duradera y amena.
Podrían conocerse desde niños o cuando ya eran jóvenes, todo dependía de los chicos mismos.
Aquellos jóvenes que ya tenia destinados a su futuro esposo o esposa debían asistir a uno de los institutos que estaban instalados en cada continente en las ciudades mas importantes, donde tendrían una educación superior y rigurosa tanto en materias científicas como en artísticas, sabiendo que la mayoria ya tenia una gran empresa o compañia que administraria en un futuro.
Uno de esos institutos era el, Pledis Institute de Corea del Sur, un lugar adentrado en las montañas, donde se dio inicio a varios relaciones importantes en los últimos 10 años y donde la mayoria de sus estudiantes son un poco extravagantes, por no decir alocados y a veces hasta algo raros.
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Después de todo había cometido de nuevo el mismo error. Que estúpido era, Dios mio, SeungKwan como pudiste de nuevo caer con la misma piedra, si juraste no tropezar de nuevo con ella.
Fije de nuevo mi vista en Yunho y como besaba, no, mejor dicho como le comía la boca a esa chica. Sonreí, aun cuando por dentro sentía como algo me dolía. Sabia desde el principio que no debía llegar a tener una relación con él, pero aun así lo hice.
Camine hasta los dos chicos y tosí muy casualmente para que notaran mi presencia. Yunho inmediatamente se separo de la chica mientras ella escondía su rostro detras de su espalda.
-Solo venía a decirte que esperó, que por lo menos ella sea tu prometida.
-Bebé, no es lo que parece.
-Tres cosas. Primera no soy tu bebé, segunda es exactamente lo que parece y tercera y la mas importante...terminamos.
-¡No! Espera déjame te explico. Ella no significa nada para mi; solo...
-¡Hey tú! .- hable para que la joven de cabello largo me regresara a ver.
-Creo que no eres su prometida porque te negó, así que no cometas el mismo error mio y no te metas con alguien que no vale la pena.
Termine de decir eso y me gire, ya que mis lagrimas amenazaban con salir y no queria eso. No me detuvo aun cuando escuche las suplicas de Yunho detras de mi, esta vez no lo perdonaría y aunque muriera por dentro me separaría definitivamente de él.
Salí del auditorio y sin saber claramente a donde ir empece a caminar con rumbo a la biblioteca del internado. En estos momentos era cuando mas odiaba estar de interno en esta escuela, no podía salir a ninguna lado sin el permiso de mi padres y eso era frustrante.
Seguí mi camino y pase de largo la biblioteca, me había acordado de aquella parte del instituto a donde casi nadie iba por lo solitario y fúnebre que era el lugar, a mi tampoco me gustaba ir allá, pero en estos momentos lo deseaba. Deseaba estar solo y pensar en todo lo que había sucedido hoy, ademas de la infidelidad de mi novio, o bueno ex-novio; tenia otros problemas.
Llegue a una clase de jardín y me senté en una banca de cerámica, trate de no llorar pero no podía mas, tenia tantos sentimientos guardados dentro de mi que ahora buscaban salir. Me di el lujo de por lo menos unos minutos desmoronarme, después volvería a ser el SeungKwan fuerte y confiado que todo el mundo conocía.
Mis lagrimas se deslizaban libremente por mis mejillas mientras yo sollozaba y maldecía en silencio. Digo esta bien que no sea alguien sumamente guapo, pero porque Yunho me engañaba; creo que sus promesas de quedarse a mi lado aun sabiendo que los dos teníamos ya prometidos no fueron ciertas.
Es feo saber que das lo mejor de ti por alguien y al final solo te terminan lastimando. Me sentía estúpido por haber seguido con el aun sabiendo que me engañaba.
-No llores .- debute mis sollozos y mis pensamientos al escuchar aquella voz. Regrese a ver de inmediato para toparme con un chico frente a mi.
-¿Disculpa?
-No llores, los hombres no lloran.
Mi boca se abrió formando una O, al escuchar eso. No sabia si reir o llorar de nuevo, no hice ninguna de las dos y mejor me concentre en la persona que estaba frente a mi. Era un chico de mas o menos mi estatura, tenia los ojos suavemente rasgados, en si no parecía coreano el chico.
-Si lloro o dejo de llorar no es tu problema.
-Si es mi problema.
-¿Que?
-Es mi problema porque tu eres mi prometido.
Sentí como toda la sangre de mi cuerpo desaparecía, abrí mis ojos de sobremanera y casi me atraganto con mi propia saliva. No podía ser, No podía ser. Malditas costumbres familiares, malditas clases sociales, maldita sociedad, maldita suerte.
-No puede ser, tu no puedes ser mi prometido.
-¿Por que no?
-Por que mi prometido es de América e íbamos a esperar que cumpliera los 21 años para que la tradición familiar se cumpliera.
-Bueno, digamos que ya no soportaba mas no estar junto a mi futuro esposo así que decidí venir a la escuela donde el estudiaba
-Sabes que eso es acoso.
-Claro que no, tarde o temprano vas hacer mio.
-Yo no soy un objeto al cual puedas marcar como tuyo.
-Buen punto, pero aun así sigues siendo mio y hablando de eso ¿Porque demonios tenias pareja?
Mierda, mierda, mierda. Era verdad yo no podía tener pareja pero cuando conocí a Yunho las cosas cambiaron, él me conquisto desde la primera vez.
-Sobre eso... ¡Oh mira un ovni! .- aproveche que cayo en esa trampa tan absurda y salí corriendo de ese lugar, necesitaba encontrarme con Jeonghan y pedirle ayuda.
Mientras corría, regrese a ver para toparme con que el chico no me seguía. ¿Como podía ser eso posible, era su prometido. Mierda, en que estas pensando SeungKwan acabas de terminar una relacion y ya piensas en otro, no actúes como todo un facilote.