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No eres lo que esperaba... por Coshito

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Notas del fanfic:

Los derechos de Haikyuu! no me pertenecen si no a su respctivo autor.

Notas del capitulo:

Este es mi primer fanfic así que espero que la disfruten.

Kageyama Tobio era un joven diferente a los demás, era poseedor de un talento para el voleibol, el chico jugaba como armador en el equipo de su escuela secundaria, lo apodaron “el rey de la cancha” debido a su actitud arrogante y prepotente hacia los miembros de su equipo, ya que a él no le importaba relacionarse con nadie pasó la mayor parte de su vida con una actitud negativa hacia los demás hasta que conoció a Hinata Shoyo, un chico apasionado con el voleibol y una voluntad de hierro.

Kageyama pensó a primera vista que era un simple perdedor sin embargo algo en él lo cautivo, el chico aun no era lo suficientemente bueno como para marcar más de un par de puntos pero precisamente esos puntos  lo hicieron sobresalir a sus ojos. Naturalmente el equipo de Hinata perdió por una gran diferencia  sin embargo este juró que algún día lo derrotaría, esa actitud lo molestó y agregó que nunca perdería frente a alguien como Hinata.

Pasó el tiempo hasta que finalmente Kageyama se graduó de la secundaria, tenía la meta de convertirse en el mejor armador de Tokio y nada podía frustrar esa ambición que recorría sus venas, eligió una escuela particular, Karasuno, ya que en ella había un entrenador muy conocido por Kageyama sin embargo la mala suerte le jugó ya que el entrenador cayó enfermo cuando se unió a Karasuno, por un momento espero unirse a otra escuela, Shiratorizawa sin embargo una vez más la mala suerte le jugó en contra.

Resignado decidió unirse al equipo de Karasuno, él estaba completamente seguro que lograría entrar entre los titulares debido a su innato talento para el voleibol, decidido se aproximó a entregar su solicitud al club de voleibol sin embargo para su sorpresa más tarde alguien más se presentaría para entrar al club, Hinata Shoyo. A ambos les costó aprender a soportarse, para Kageyama jugar con alguien como Hinata no era más que un estorbo en su camino hacia la cúspide pero lo sorprendente es que poco a poco empezó a tomarle cariño sin darse cuenta. Los chicos formaban una grandiosa pareja en la cancha con un poderoso ataque rápido, Kageyama empezó a tenerle respeto a su compañero Hinata sin embargo guardaba apropiadamente su distancia de él.

Un día después de practicar arduamente ambos acordaron regresar juntos, Hinata estaba emocionado de jugar contra un equipo rival de Karasuno, el equipo de Nekoma el cual según los rumores poseía un gran y extraño armador, Kageyama lo tomó como un desafío y estaba más que dispuesto a barrer el suelo con ellos. Ambos se dirigieron a la estación autobuses y esperaron que uno llegara.

-¡Ah, no puedo esperar a que juguemos contra Nekoma!- vocifero alegremente Hinata.

-¡No grites idiota!- respondió Kageyama muy irritado por el tono de voz de su compañero.

-¡Tú también estas gritando!- se defendió el pequeño.

-¡Cierra la boca imbécil!-

Por culpa de su “pequeña” discusión perdieron el autobús así que no tuvieron más remedio que regresar  a pie, ambos estaban muy enfadados con el otro así que no se atrevían a mirarse ni dirigirse la parada. <> se dijo Kageyama mientras caminaba a través de las oscuras calles del barrio.

Miró por un momento a Hinata sin que este se diera cuenta, el enano estaba tan enfadado que pisaba con fuerza al caminar además de que su rostro esbozaba un puchero tan infantil que irrito aún más a Kageyama, estar con ese tipo de personas no le agradaba para nada, lo peor era que Hinata no tenía la menor intención de disculparse con él cuando precisamente él fue el culpable de todo a ojos de Kageyama.

El regreso fue muy incómodo para ambos, el silencio no les ayudaba para nada y la presión era tan dura que ambos sentían que se ahogarían, Kageyama no le dirigió la palabra a Hinata, no por falta de ganas, muy en el fondo sentía un poco de culpa también pero su orgullo no le permitía ceder ante nadie.

-Eres un cascarrabias Kageyama- el comentario le molestó y consiguió que sacra un tono de voz nunca antes usado

-¡¿A quién le dices cascarrabias?!-

-A ti, pudiste haber sido más amable, si sigues así te vas a quedar solo-

El comentario le molestó a tal punto que por un momento pensó en golpear a Hinata, a nadie le importaba si esta solo o no, después de todo nunca necesito de la estúpida amistad en todos estos años, nadie tenía el derecho de comentar sobre eso y mucho menos Hinata.

-No necesito que alguien como tú me dé sermones, si es todo lo que tienes que decir me largo-

Hinata miró como Kageyama se separaba de él y se perdía en la oscuridad, en su rostro reflejaba intriga al percatarse de la actitud de Kageyama después de su comentario, probablemente él haya dicho algo que no debió haber dicho pero ya era tarde para remediarlo.

Kageyama siguió caminando hasta llegar a su hogar, una vez en él se dedicó a mirar su cuarto a oscuras repitiendo en su cabeza las palabras de Hinata una y otra vez, estaba completamente seguro de que no era necesario llevar algún tipo de relación con ningún tipo de persona pero entonces porque sentía tanto resentimiento al escucharlo, ¿sería que en el fondo deseaba tener a alguien que pudiera llamar amigo?, se quedó pensando toda la noche hasta que finalmente lo venció el sueño.

A la mañana siguiente se dirigió solo a la escuela como de costumbre, miró a lo lejos a los grupos de amigos que se dirigían al mismo lugar que él, verlos conversar tan alegremente lo puso de malas y llegó a descargar toda esa ira en los entrenamientos, el equipo notó que Kageyama estaba mucho más enojado que de costumbre pero no era nada de extrañarse de él. El entrenamiento fue duró y debido a la actitud de Kageyama este fue reñido de una forma brutal por todos sus compañeros de equipo pero en especial por Tsukishima.

-Me da igual la razón por la que estés así sin embargo en este momento no haces más que errar a cada momento, el equipo no necesita idiotas como tú ya tenemos suficiente con Hinata-

-¡Cállate, tú no eres mejor ello!-

-Eso es irrelevante, si dejas que tus emociones afecten tus jugadas no eres más que un mediocre armador-

-¡Ya basta Tsukishima, Kageyama!-el tono de voz del Capitán de Karasuno hizo temblar el gimnasio, todos sin excepción permanecieron callados, Kageyama no podía contener la frustración que se acumulaba en su pecho a cada segundo. –Muy bien, Tsukishima tú vuelve con el entrenamiento en cuanto a ti Kageyama, te quedarás afuera del Gimnasio hasta que se te bajen los humos entendiste- no pudo hacer nada más que asentir a regañadientes, se retiró sin antes dirigirle una mirada asesina a Tsukishima a quien poco le importo la actitud de Kageyama hacia él.

Kageyama se sentó en el pasto cerca del Gimnasio muy enfadado por el trato que había recibido, golpeo algunas veces el suelo con brusquedad mientras maldecía en silencio sobre lo que había sucedido.

-Maldito Tsukishima, en cuanto tenga la oportunidad voy a darle su merecido-

En vez de calmarse se enojaba aún más de solo recordar la palabra mediocre, nunca antes nadie había osado llamarlo de esa forma, tenía que demostrarle a ese tipo lo equivocado que estaba ya que no podía pasar por alto semejante ofensa. Esos pensamientos lo inundaron a tal grado que cegaron su atención a lo que lo rodeaba, cuando volvió en sí encontró a Hinata frente a él, el chico lo miraba  sin expresar nada, Kageyama se preguntaba qué demonios hacia él hasta que el silencio se rompió.

-Déjame solo idiota-

-Tú eres el único idiota Kageyama-

-¡Si vas a venir a…!- Hinata lo interrumpió casi en seguida.

-¡Yo!…no creo que seas mediocre Kageyama, pero actúas como uno justo ahora-

El comentario de Hinata incomodó a Kageyama, por alguna razón que aún no entendía no parecía haber tomado el comentario como un insulto.

-¿Con que derechos vienes a decirme esto tú?-

-Tal vez no sea el más apropiado pero de todas formas te lo diré, quiero que sepas que no tienes por qué lidiar con todo solo, ahora somos compañeros pero me gustaría que fuéramos amigos-

Las pupilas del pelinegro se dilataron al escuchar la palabra “amigos”, se aseguró que Hinata no logrará ver la ligera sonrisa que esbozaba su rostro más sin embargo tenía miedo de llevar ese tipo de relación con cualquiera, siempre deseo la soledad y aunque una parte de él anhelaba un amigo no se había puesto  a pensar que haría cuando alguien se acercará a él.

-Olvídalo no necesito amigos ni que nadie me ayude, puedo hacerlo solo necesito hacerme más fuerte-

-…Ya veo…- Hinata se veía deprimido después de escuchar la respuesta de Kageyama, él se sintió mal por él así que se esforzó (y mucho) en darle las gracias por sus palabras.

-Pero…g-gracias por p-preocuparte…- de la vergüenza se le ruborizaron las mejillas, su voz sonó como un triste murmullo sin embargo Hinata estaba lo suficientemente cerca como para escucharlo y ante esto se ruborizó también.

-eh…ah…ni lo menciones, t-te espero adentro de acuerdo- Kageyama observó como Hinata se tambaleaba torpemente mientras caminaba hacia el gimnasio a lapso que esbozaba una ligera sonrisa más para sí mismo.

No pasó mucho tiempo para que volviera a practicar con el equipo, todos se sintieron más cómodos al ver que Kageyama se encontraba más tranquilo, Tsukishima por otra parte no dejo de dirigirle indirectas a cada momento que pudiera pero Kageyama por alguna razón no podía quitarle la mirada a Hinata quien ahora se esforzaba al máximo en sus altos para el partido contra Nekoma, una sensación extraña le recorrió el cuerpo y pensó que probablemente una relación con un chico tan inusual como Hinata podría resultar un poco interesante.


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