Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bittersweet Lemmon por Radhe

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Declaración: Saint Seiya no me pertenece. Historia sin fines de lucro.

1 – Aprovechar – Camus y Aioria – 145 palabras

No habían planeado aquello, ni falta que hizo. Sólo beber mucho y a solas era suficiente para que aquello terminara pasando. Camus se negaba sistemáticamente a preocuparse por el día siguiente, aquellas manos y aquella boca se sentían bien y eso bastaba. Si hubiera cerrado los ojos habría sido capaz de imaginarse a cualquiera; pero tampoco le era necesario, su compañero era atractivo y recrearse en su cuerpo lo excitaba; no iba a desaprovechar esa imagen.

Aioria por su parte estaba tan ebrio que no se daba cuenta de con quién estaba haciendo el amor. Si alguien le hubiera dicho esa mañana que iba a terminar acostándose con Camus –al que no soportaba– se habría reído por horas. Y sin embargo había aceptado beber a solas con él cuando nadie más llegó a la reunión del trabajo, el destino tenía sus propias formas de manifestarse.
q95;


2 – Mayoría – Shura y Death Mask – 302 palabras

La mayoría de sus encuentros con aquel sujeto eran iguales. Un saludo extraordinariamente frío al entrar al hotel y luego una mezcla de violencia, seducción y placer. Atado a la cabecera de la cama, Shura miró a su compañero encender una vela; aquel era un elemento nuevo, si bien siempre había dolor en sus salvajes acoplamientos, jamás había sido hecho así, deliberadamente.

El italiano por su parte sentía un poderío indescriptible, su compañero era serio, recto, a veces parecía aburrido… durante su primera vez juntos –ahora lejana– había sido intencionalmente rudo para darle una lección, se había llevado una sorpresa al no sentirlo retraerse, sino entregarse. Desde entonces habían repetido muchas veces aquel ataque cuerpo a cuerpo y él dejaba que sus perversiones fueran escalando. No era la primera vez que lo ataba, pero sería la primera vez que utilizaría la cera caliente para hacerlo gritar. Había fantaseado con aquello por días, preguntándose si Shura lo permitiría o si tendría que forzarlo.

Desde su posición sometida, el español se preguntaba lo mismo. A pesar de la ausencia de palabras entre ellos había llegado a conocer bien al otro y sabía que no había forma de detenerlo. Estaba bien atado y no podría soltarse solo, así que o bien buscaba disfrutar de aquello o lo convertía en una violación declarada.

El primer chorro de cera sobre su abdomen le dio la respuesta, pues su grito de dolor fue sofocado y la erección entre sus piernas creció aún más. Se dijo que debió saberlo, que era así, siempre había sido un masoquista sólo que no se había dado cuenta. Contrariado por su nueva identidad no ocultó un jadeo de placer cuando una nueva ración de cera quemó su pecho. La noche era joven, tendría mucho tiempo para acostumbrarse a aquel dolor dentro de sí.



3 – Hielo – Aioria y Mu – 279 palabras

Aquel muchacho le gustaba, le gustaba muchísimo, Aioria no podía creer que por fin hubiera logrado avanzar con él hasta ese punto. Tenían viéndose de manera informal un par de meses, pero aquella era la primera vez que intimaban. A pesar de tener años de experiencia, se sentía sumamente nervioso, le sudaban las manos y estaba actuando demasiado deprisa.

Mu por su parte solamente pensaba en que la cama estaba demasiado fría. Apenas había sentido su cuerpo desnudo contra la cama se había incomodado, el ambiente mismo estaba helando y deseaba cubrirse con una gruesa manta. El calor de Aioria no se le estaba contagiando, estaba demasiado húmedo de sudor como para resultar acogedor. Se forzó a pensar que quizá por eso se sentía tan incómodo y tan poco emocionado, trató de concentrarse.

Sin embargo el griego actuaba con demasiada prisa y cuando lo penetró, Mu tuvo que concentrarse en lo helado de la sábana para no quejarse por el dolor. Sabía que tenía que hablar, pedirle ir más despacio, utilizar lubricante o algo así, pero no se atrevió; se limitó a apretar los dientes y aguardar a que acabara, por suerte para él, Aioria estaba tan fuera de sí que no tardó mucho.

Mu le concedió media hora antes de retirarse, además necesitaba ese tiempo para que las piernas dejaran de temblarle. Se despidió más bien fríamente y se fue decidido a no volver a salir con él. Aioria sufrió durante las semanas de llamadas sin contestar, hasta que por fin se hizo a la idea de que había actuado como un idiota apresurado y que no había vuelta atrás, estuvo bebiendo por días, recordando aquella única noche.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).