Era una tarde tranquila, con un hermoso y romántico atardecer que acongojaba a las personas que tenían la fortuna de contemplarlo con detención, los cerezos en flor adornaban de manera casi perfecta aquél parque donde parejas y familias con sus hijos pasaban una pacífica y dulce tarde. Pero de pronto, un alboroto se deshizo de tal ambiente conmovedor
–¡¡Shinya detente, ven aquí!!
Ese fue el grito de Himuro Tatsuya, quien perseguía corriendo a un pequeño de tan solo cinco años, el cual es casi tan incontrolable como un adolescente. Todos los presentes miraban atentos y se divertian con la "cómica" situación, mientras el menor disfrutaba huyendo con velocidad y astucia, pero por supuesto sabe muy bien que aquello es hacer travesuras indebidas
–¡¡SHINYA!! –volvió a gritar Tatsuya, pero esta vez aún más enojado. –¡Si no me haces caso no te dejaré comer los dulces de Atsushi!
Al oír aquella amenaza el pequeño se detuvo de inmediato, su expresión de preocupación y desespero hizo reír a Tatsuya, quien se agachó y revolvió el cabello del menor aliviado, ya que al fin acabó con su huida sin rumbo alguno
–¿No puedo comer...los dulces de Atsushi-nii? –hizo un puchero que enterneció al mayor. Este lo tomó en sus brazos y comenzó a caminar cargando al niño que se aferro a él de inmediato con ternura
–Si me haces estas jugarretas en la calle los dulces serán confiscados ¿entiendes? Dame un respiro Shinya, le das un susto enorme a papá si huyes de ese modo.
–¡Perdón papi! –lo abrazó aún más fuerte.
En efecto, ese pequeño era el hijo de Tatsuya, quien con solo 22 años era padre soltero.
Su antiguo novio, un doncel llamado Kuroko Tetsuya, los abandonó apenas nació el bebé, solo dijo sin culpa alguna “soy demasiado joven para ser padre” y se fué. Desde ese día ambos no supieron más de su paradero.
El pequeño Shinya heredo la belleza de sus padres, de Tatsuya obtuvo un hermoso y brillante cabello negro, un lunar bajo su ojo derecho y una suave y tersa piel pálida como la nieve. De Kuroko, unos grandes y fascinantes ojos celestes como aguas cristalinas.
Pero su personalidad era bastante peculiar, tan explosivo e impulsivo, adicto a hacer desorden y travesuras, no se lleva bien con los demás adultos y es muy caprichoso, solo soporta al mejor amigo de su padre Murasakibara Atsushi, a su tío Kagami Taiga y a su sensei del kinder garden, Takao Kazunari. A pesar de eso, es totalmente dulce y cariñoso con su padre al que ama con todo su ser.
Pasó un largo rato y al fin regresaron a casa, un departamento ubicado en un buen barrio de Tokyo, cerca del trabajo de Tatsuya y del kinder garden de Shinya. Con sus pocos dotes en la cocina, a duras penas el padre del menor logró hacer una cena decente y ambos se sentaron a comer.
–¡Hey! Alto ahí pequeño travieso, ¿que decimos antes de comer Shinya?
–Um..ah...¿eso? –preguntó aún dudando.
–Si cariño, dilo.
–¡Itadakimasu!
Tatsuya sonrió orgulloso y procedieron a comer. Sin duda la vida de padre nunca fue fácil para el joven Tatsuya. Con solo 17 años se enteró que se sería padre en poco tiempo más, pero lo aceptó enseguida, a pesar de las adversidades y su corta edad se haría responsable de sus actos junto a la persona que amaba.
El tiempo avanzó y las cosas parecían ir bien, pero algo inesperado sucedió. Su hijo fue puesto en sus brazos y ambos fueron abandonados con total frialdad. Sin un trabajo, sin saber siquiera como mudar a un niño, enfrentó solo la paternidad, pero eso no le importó, jamás pasó por su mente la vaga idea de dejar a su hijo, ni por un segundo, y con mucho esfuerzo y apoyo de sus seres queridos y amigos, hoy en día era un hombre independiente y un excelente padre, alguien a quien admirar. Se graduó de la preparatoria y luego de hacer unos cursos de fotografía encontró un buen empleo en una productora reconocida. La mayor parte del día la ocupaba en su hijo y en el trabajo, pero eso no quería decir que no apartara algún tiempo para él, mejor dicho, para tener relaciones amorosas.
Después de la decepción que se llevó con Kuroko, Tatsuya era un hombre que de vez en cuando, tenía encuentros casuales con chicos lindos. Nunca más le dedicó un poco de importancia al amor, se conformaba con satisfacer sus deseos cada cierto tiempo, no necesitaba nada más que a Shinya.
La hora de dormir llegó y luego de un reparador baño juntos, Tatsuya y Shinya se fueron a la cama, apagaron las luces y se cubrieron con el edredón
–Shinyaaaa...
–No me hables, estoy durmiendo papi.
–Que tramposo, ¿que hace T-rex en la cama eh? Si vamos a dormir, los juguetes duermen también, están cansados, como tu padre.
–¡Pero no tengo sueño!
–Shinya.
–Ok...
Sin duda alguna eran felices, para Tatsuya Shinya era perfecto, su vida era perfecta tal cual estaba, no importaban los dolores del pasado, ni heridas aún abiertas, amaba su vida como era ahora, nadie podría destruir su pequeño y amado mundo, o al menos eso creía.
*Ding~Dong*
Ya era un nuevo día, el timbre sacaba de sus profundos sueños a los Himuro, no era día de escuela ni de trabajo ¿quien molestaba a las 10 de la mañana? Un poco malhumorado Tatsuya se levantó a atender. Descalzo, solo con una camiseta y bóxer, ni siquiera se molesto en verse más presentable, aunque aquella vista era mejor que cualquier cosa.
–¿Que pasa?
–Hola, mucho gusto. Soy el nuevo vecino.
Tatsuya se quedó perplejo, ¿es legal ver tal belleza tan temprano por la mañana? Se cuestionó a sí mismo.
–Oh, ¿y tu nombre es tan lindo como tu rostro? –preguntó Tatsuya de forma astuta. El contrario sorprendido, inevitablemente se sonrojo un poco, la seducción innata de Tatsuya lo tomó desprevenido y solo sonrió natural
–Jaja, con vecinos tan bromistas como tú de seguro congeniare de inmediato. Soy Izuki Shun, lamento molestar tan temprano.
–No hay problema. Ah, por cierto...soy Himuro Tatsuya.
–Himuro-san, ¿tienes un poco de café que puedas regalarme?
–Oh, claro. Espera aquí.
Tatsuya se dirigió hasta la cocina, seguido por la mirada de Shun, quien observó hasta la mínima singularidad de él, no pudo quitarle la vista de encima aunque quisiera, estaba perdido en él. De pronto Shinya muy veloz se salió del departamento corriendo tan veloz como de costumbre, gritando "libertad". Shun lo miró perplejo y luego de pestañar unos segundos asombrado, corrió tras el menor sin dudarlo dos veces
–Aquí está Izuki-kun... ¿oh?
Vio la puerta abierta y ningún rastro de aquel atractivo nuevo vecino, le pareció raro, entonces una extraña sensación recorrio su espalda dándole un escalofrío y un pésimo presentimiento
–¡¿Shinya?!
No obtuvo respuesta así que comprendió lo que sucedia de inmediato, su relajada expresión se transformó en una tensa e inquieta
–¡Ack! ¡SHINYA! –salió del departamento veloz como un rayo. Mientras tanto, Shun acababa de atrapar al chico, woah, aquel niño en serio lo hizo correr, era raudo y muy ágil, se asusto al verlo escapar así del departamento
–¡Waah un secuestrador! ¡papi, papi!
–¡¿Q-que?! ¡no pequeño! Soy...¡soy amigo de tu padre!
Shinya lo miró desconfiado, con cara de desagrado, sabia muy bien quienes eran los amigos de su padre y ese, sin duda no era uno de ellos
–¡Mentiroso! –reclamó implacable el menor. Shinya nunca fue un chico fácil de llevar y ganar su confianza era tal vez, una de las cosas mas difíciles de realizar, su tío Taiga y el amigo de su padre, Atsushi, son los únicos adultos que acepta y quiere mucho, ya que los conoce desde que tiene memoria. Y también su sensei, quien a punta de esfuerzo, sudor y lágrimas se ganó su aprecio.
–Bueno, me descubriste, ¡eres astuto! –le guiño le ojo –No somos amigos pero muy buenos vecinos, incluso dijo que mi cara es linda, aunque no sea cierto. ¿Cómo te llamas?
–Oh, ahí viene mi papá. –Shun se volteo ingenuamente a mirar y cuando se percato el menor ya estaba corriendo otra vez.
–¡Hey, dame un respiro! –lo siguió otra vez y entonces dio un potente grito haciendo que Shinya se detuviera a mirarlo. Se arrodilló y comenzó a fingir haber sido atacado por una flecha. –Ahh, ohh~ estoy muriendo, nos atacan, ahora tu debes proteger el castillo pequeño, ugh.
–¡Señor! –se acercó –¿Nos atacan? ¿que tienes ahí?–Shun sonrió sutil al anotar que capto la atención del menor.
–U-una flecha, me queda poco de vida, si prometes ser mi fiel amigo te diré donde está mi... tesoro.
–¡¿Un tesoro?! ¡woooaaah! –exclamó emocionado el pequeño, era un niño dificil, pero después de todo era eso, un niño como los demás en algunos sentidos.
–Si, bien...dime tu nombre y jura solemnemente que seremos amigos.
En ese instante Tatsuya desesperado aparecía en una esquina y divisaba a su pequeño, cuando estaba a punto de hablarle algo lo detuvo
–¡Yo, Himuro Shinya, juro solemnemente que seremos amigos! –señalo al moribundo Shun. Este sonrió conmovido ante el chico, ya que en el fondo era un adorable niño. Se sentó y le acaricio el cabello.
–¡Entonces Shinya! Si prometes no huir de papá te diré donde está mi graaaaaan tesoro~
–¡Shinya!
Shun y Shinya se sobresaltaron y vieron al pelinegro emitiendo un aura de furia incontrolable, el pequeño ojiceleste solo corrió hasta su padre y se aferro a las piernas de este. Tatsuya no lo miró y se hizo el duro
–Ohh, estoy tan triste. Mi hijo me da sustos de muerte, ¿que podre hacer? –Shun se levanto del suelo al fin.
–¡Papi! ¡estoy aquí! ¡oí un gatito y vine tras de él! ¡pero ese señor me atrapo! ¡papi, papi! –se aferro aún más a Tatsuya implorando que lo sostuviera entre sus brazos, este se agachó y lo miró serio.
–Estás castigado Shinya, sin dulces ni T-rex por una semana. –lo cargo y lo abrazo con alivio, amaba tanto a ese pequeño, tanto que era un infierno castigarlo o regañarlo, pero a veces era realmente necesario.
–¡Lo siento mucho papi! –ambos se abrazaron con dulzura. Shun contemplo a Tatsuya junto a su hijo, fue cautivado de inmediato, aquella escena era enternecedora, derretia a cualquiera, el pequeño se veía dulce y enamorado de su padre completamente, al igual que Tatsuya
–Tienes un hermoso hijo.
–Oh, gracias. Solo que es "un poco" desordenado –sonrió. –Izuki-kun, gracias por ir tras él, Shinya es niño al que no hay que quitarle los ojos de encima. Fue impresionante como lograste retenerlo, en verdad él detesta a los desconocidos.
–No fue nada –dijo con modestia –Solo tuve que hacerme el moribundo unos minutos, ¡ahora somos grandes amigos! ¿verdad, Shinya?
–¡Claro que no! ¡papi ese hombre feo no estaba muriendo de verdad! ¡mentiroso!
–Ohh, eso fue cruel Shinya-chan. Seré feo pero tengo sentido del humor, ¿sabes? –Tatsuya y Shun rieron.
De vuelta en el piso correspondiente, Tatsuya ya había dejado a Shinya dentro del departamento viendo una de sus películas favoritas, los adultos conversaban afuera a solas.
–En serio, te agradezco mucho Izuki-kun.
–Ya lo dije, no fue nada. Me gustan los niños, me llevo bien con ellos. –Tatsuya fijo sus penetrantes ojos sobre Izuki Shun, quien era de su total gusto. Aquel chico relajado y simpático, algo extraño provocó en el mayor de los Himuro, desde hace mucho tiempo alguien no cautivaba todos sus sentidos como lo hizo ese muchacho. Shun se veía un poco más joven que él, tan atractivo, con facciones delicadas y finas pero sin llegar al limite de lo afeminado, un cuerpo esbelto y bien formado, se notaba con tan solo verle con detención.
–Espero tu esposa no se moleste con toda esta situación Himuro-kun.
–Descuida, soy padre soltero
–Oh... –se sintió incomodo, tal vez era un tema delicado para él y no quería hablarlo con un completo extraño. Shun solo bajo la mirada sintiendose culpable por su infortunado comentario, Tatsuya sonrió al notar la incomodidad del contrario y se acercó a este
–Hey, no pongas semejante cara, no me molesta hablar del tema, estoy bien.
–Lo lamento.
–Hm, ¿como podría molestarme con alguien tan lindo como tú? –dijo sin rodeos. Nuevamente las mejillas de Shun se encendieron, Tatsuya dio un paso hacia él y este retrocedido encontrandose con la pared que no le dejaba escapatoria alguna, por alguna razón su corazón se disparó hasta los cielos, ambos se miraron profundamente, como si intentaran leerse el uno al otro, perdidos en quien tenían al frente
–Shun, cariño, ¿me estabas esperando?
Un tercer personaje los interrumpió rompiendo aquella increíble atmósfera
–¡Oh! ¿Reo? –cuestionó Shun sorprendido.
Tatsuya se alejó del chico un poco molesto, observó al recién llegado de pies a cabeza disgustado por la interrupción de este, todo apuntaba a que Izuki Shun no estaba libre como él hubiese deseado.