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Sólo estoy actuando por Sigma

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Notas del fanfic:

Yu-Gi-Oh! Duel Monsters © Kazuki Takahashi.

Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

El siguiente párrafo es muy importante, les agradecería que lo lean con atención.

Tal vez notaron que eliminé otros fanfics que tenía publicados por aquí. Lo siento, pero no van a regresar. En verdad me disgustó mucho enterarme de que alguien estaba copiando todos los capítulos de esos fanfics para después publicarlos en otra página y decir que eran suyos. Le pedí amablemente a esa persona que dejara de hacerlo, pero me ignoró y sólo pude ver cómo otros le seguían felicitando por mi trabajo. Después de copiar los capítulos más recientes, se quedó sin material y publicó que se tomaría un descanso porque necesitaba tiempo y supuestamente estaba trabajando en una continuación... Sí, para mis fanfics, mismos a los que yo nunca les planeé una continuación. Eliminé esos fanfics por el simple hecho de no querer que esa persona se siguiera robando mi trabajo. Lo siento. No se imaginan lo mucho que me entristece que haya personas así ni lo mucho que pensé para compartir ahora este fanfic. Sólo puedo desear que no se repita algo como lo que ya mencioné. Si alguien quiere compartir algún fanfic mío, puede hacerlo de manera fácil con sólo compartir el enlace. En serio, no hay necesidad de copiar todos los capítulos, menos para después robarse todo el crédito.

Ya que empiezo a superar lo ocurrido, decidí compartir este fanfic 100% nuevo. Espero que sea de su agrado.

Capítulo 1.

Katsuya Jounouchi, un actor de dieciséis años de edad, deseaba con todas sus fuerzas que se presentara un cambio en su vida. Le gustaba mucho actuar y aparecer en obras de teatro o en series de televisión, tal y como hacía desde pequeño, pero estaba empezando a cansarse del mismo género: comedia.

Tenía talento para hacer reír a los demás, no cabía duda. Sin embargo, él seguía teniendo la intención de intentar cosas diferentes. Quería algo que fuera completamente nuevo para él.

Al hablar acerca de ello con su mánager, el reconocido señor Pegasus J. Crawford, éste le consiguió un lugar como modelo para la sesión fotográfica de una nueva línea de ropa dirigida a los jóvenes. No fue tan difícil debido al buen físico que poseía Katsuya.

—Es un comienzo, ¿no crees? —Le dijo con simpatía, acercando su mano a la cabeza del actor y revolviendo un poco su cabello rubio.

—Gracias, señor Crawford —sus preciosos ojos color miel parecieron brillar durante unos instantes.

Esperó con ansias el día de la sesión fotográfica, pues en verdad creía que la experiencia de algo diferente lo haría sentir más completo. Cuando por fin llegó el tan esperado momento, Katsuya se presentó de lo más servicial y amable ante el director, los fotógrafos, maquillistas, estilistas, asistentes y más. Comenzó a trabajar con el ánimo hasta el cielo, pero sintió que tardó más en prepararse para la sesión que en terminarla en sí.

—Bien… Una más —pidió el director, indicándole al fotógrafo que le diera al modelo suficiente tiempo para un cambio de pose.

Un destello iluminó la habitación cuando se realizó la última toma, capturando así en una fotografía el mensaje deseado para el atuendo que estaba usando el actor en esos momentos. El director sonrió satisfecho al ver el resultado final en la pantalla de la computadora que tenía en frente y se levantó de su silla. Podía ver que Katsuya no los estaba defraudando para nada y se sentía muy contento con la decisión de haber cerrado el trato con Pegasus.

—¡Muy bien! Quedó excelente —anunció—. Tomaremos un descanso de diez minutos y luego empezaremos con la próxima sesión.

El rubio se alejó de la zona en la cual se tomaban las fotografías y se acercó a agarrar una botella con agua fresca de la mesita en el área de descanso. Estaba seguro de que esos diez minutos se le pasarían en un abrir y cerrar de ojos, pero aun así quería disfrutarlos al máximo.

Las puertas del estudio se abrieron de repente, dejando entrar a una simpática jovencita de complexión delgada, corto y lacio cabello castaño y brillantes ojos azules. Se veía muy animada, saludando a todos y avanzando a gran velocidad hacia donde se encontraba Katsuya.

El chico le dedicó una leve sonrisa cuando notó su presencia y le hizo una seña para que tomara asiento junto a él.

—¡Buenas noticias! —Exclamó la castaña, acercándose con mucha emoción al actor y entregándole una hoja de papel.

—¿Qué es esto, Anzu?

—Oh, ¿quieres que lo lea por ti? —Rió un poco—. Es un anuncio que podría interesarte. La próxima semana se llevarán a cabo unas audiciones para “Tus poemas”, la nueva serie romántica del guionista Atem.

—¿Atem? O sea, ¿tu amigo de la infancia?

—Sí, él —contestó sin borrar su sonrisa.

—Anzu, escucha… —Suspiró—. Ya tengo suficiente trabajo con la obra cómica del próximo mes.

—Sí, pero…

—Pero nada —le devolvió el anuncio—. Tengo que concentrarme.

—Bueno, yo creo que puedes concentrarte en la obra y de todos modos asistir a la audición.

—¿Y por qué querría asistir a esa audición? —No entendía por qué su amiga, que también era su maquillista principal, se mostraba tan insistente.

—¿Cómo que por qué? Katsuya, llevas más de tres meses diciendo que te gustaría intentar cosas nuevas. No sé qué piensas tú, pero yo creo que podrías ver esta audición como una gran oportunidad. ¿Vas a desaprovecharla?

—Pues sí.

—¡Katsuya!

—Ya no insistas más, Anzu.

—¿En serio tu plan es seguir así? —Preguntó, mostrando cierto fastidio en su voz.

—A ver, Anzu… Sí me gustaría intentar cosas nuevas, ¿está bien? Me encantaría… Pero no ahora. El señor Crawford me consiguió esta sesión fotográfica y creo que lo estoy haciendo bien, así que tal vez siga con esto por un tiempo —a pesar de decir eso, él sabía muy bien que seguía queriendo hacer el intento con otras cosas.

—¡Demonios! —Anzu arrugó la hoja entre sus manos—. Tenía la esperanza de que aceptaras, ahora tenemos un problema.

—¿De qué estás hablando? ¿Por qué tendríamos un problema?

—Pues… Ya te inscribí a la audición —le soltó sin más—. Ayer, de hecho.

—¡¿Qué?! —Volteó a verla, incrédulo—. Por favor dime que sólo estás bromeando, Anzu. ¿Te volviste loca?

—No estoy bromeando, lo siento. Y no, por supuesto que no me volví loca. Sólo quería ayudarte.

—¿Quién te crees? ¿Mi mánager?

—Te lo diré sólo para que lo sepas. No hice nada sin antes hablar al respecto con el señor Pegasus y él estuvo totalmente de acuerdo con la idea.

—¡¿Qué?! ¡Pero él no me dijo nada! ¡Por todos los cielos! —Se revolvió un poco el cabello—. Ustedes quieren matarme. ¡Eso es lo que quieren!

—Ya, no seas tan dramático. ¿Por qué no vas a la audición y ya?

—Me he dedicado a la comedia durante la mayor parte de mi carrera como actor, ¿cómo se supone que haga una audición para una serie que se centra en el romance?

—Sólo inténtalo —fue la simple respuesta de la chica—. ¿Quién sabe? Tal vez te lleves una gran sorpresa.

Katsuya decidió seguir ese consejo e hizo de todo para prepararse bien. Leyó algunos guiones románticos, vio cortometrajes que contaban historias de amor, se aprendió de memoria algunos diálogos y frases que rayaban en lo cursi, entre otras cosas. Pero ni siquiera eso bastó para hacerlo sentir seguridad.

Llegó el día de la audición y el pobre estaba muriéndose de nervios. Estaba esperando su turno en una pequeña sala, acompañado de aproximadamente otros veinte actores.

De pronto un joven bastante apuesto, alto, de cabello castaño y ojos azules, se sentó a su lado sin decir nada. Katsuya no pudo evitar mirarlo fijamente, sin detenerse a pensar que quizás eso podía poner incómodo al contrario.

“Es tan… guapo”, pensó. “Me pregunto cómo se llama… Quiero preguntárselo, pero mi lengua no me responde. ¿Por qué no puedo hablarle? Estoy… nervioso”.

—Seto Kaiba —llamaron súbitamente desde el interior de la habitación en la cual los actores audicionaban uno por uno—, adelante.

El castaño se levantó y volteó a ver a Katsuya sólo durante unos instantes. Después avanzó con calma hacia donde lo llamaban.

Continuará.

Notas finales:

Y así comienza a desarrollarse esta idea que apareció de repente en mi cabeza. ¿Qué tal? Siéntanse libres de dejar un comentario, yo lo leeré y responderé con mucho gusto.

No olviden que pueden seguir mi blog para estar siempre al día con las actualizaciones. ¡Conviértanse hoy mismo en una Nubecita (así le digo cariñosamente a mis seguidores)!

¡Hasta luego!

Sigma Min.


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