Suspiré agotado, bebí un poco de café; creo que ya era el quinto en la noche, no podía terminar más con el arreglo de esa bendita canción y debía terminarlo cuanto antes.
—¡AHHH!—Volví a suspirar, esta vez completamente frustrado, amaba la música; pero había momentos en los cuales me preguntaba por qué había decidido trabajar de esto, ¿quién te mando a convertirte en idol Min Yoongi?, ¿eh?, ya no sabía como hacer para despejarme, sentía un gran peso sobre mis hombros y sí que lo tenía, mi cuerpo no aguantaría mas trasnochadas por más tazas de café que bebiera, estaba totalmente cansado.
Crucé mis brazos y me incliné en la silla alejándome del escritorio que me estresaba con solo verlo, lentamente mis ojos fueron cerrándose y caí en un profundo sueño.
+++
Sentí que alguien movía levemente mi hombro y me ofusqué por completo. . Con la mejor cara de odio abrí mis ojos. Odiaba que me despertaran cuando dormía, más aun cuando sabían que había estado trabajando y no había tenido tiempo de conciliar el sueño.
Fije mi vista en aquel mocoso que me miraba tímido, temiendo que le golpeara, me conocía a la perfección, sabía que lo estaba matando una y mil veces con la mirada.
—Hyung...—Su voz sonaba entrecortada, ¿tanto miedo generaba mi rostro?, reí para mis adentros.
—¿Qué quieres?—escupí de la manera más fría que pude, así era yo después de todo, no sabía como tratar amablemente a las personas o quizás si sabía, pero solo no quería hacerlo.
—Y-y-yo quería decirte q-que quizás es mejor que duermas en el cuarto...este lugar es muy incómodo, luego te dolerá el cuerpo—contestó jugando con sus manos. ¿Estaba nervioso?, ¿por qué?
Lo miré confundido, había algo raro, esta situación era rara; igual no me importaba.
Me levanté y no le dirigí la palabra, solo caminé arrastrando mis pies hasta mi cuarto, crucé por su lado y noté su vista clavada en mí, pero lo ignoré.
Entré al cuarto que compartía con Jin-hyung, él no estaba. ¿Qué hora se suponía que era?, había perdido por completo la noción del tiempo.
Levanté mi muñeca y observé mi reloj.
—¡MIERDA!—grité, logrando que Jimin llegara hasta el cuarto totalmente preocupado.
—Hyung, ¿qué sucede?—Lo miré, fruncí mi ceño y arrugué mi nariz.
—¡¿Por qué me despiertas a estas horas?!, son las 11 am, ¡Jimin!—le grité tan fuerte que él abrió los ojos como platos, no era con él el problema; pero tenerlo cerca me alteraba, tenía que trabajar no dormir. Casi corrí hacia la sala de producción nuevamente, necesitaba terminar en este preciso momento esos malditos arreglos.
No me importaba el haberle gritado a Jimin, luego me disculparía o no. ¿Cómo no me despertó antes?, .
Cuando logré finalizar, después de no se cuantas horas mi ardua tarea y el trabajo se vio finalizado, esbocé una gran sonrisa de placer, envié todos los arreglos al PD-nim y volví a mi cuarto; debía urgente tomar un baño, luego dormiría todo el día. .
Tomé solo unos bóxer color negro, aunque pensándolo bien, tampoco es como si tuviera muchos para escoger: todos eran del mismo color.
Volví a arrastrar mis pies hasta el baño, estaba totalmente agotado, pero necesitaba ducharme para luego dormir pacíficamente.
Cerré la puerta detrás de mí, deposité mi ropa en una mesa pequeña que había en aquel lugar y quité toda prenda de mi cuerpo. Abrí las cortinas para poder ingresar y eso hice, sin ganas de nada giré el grifo y el agua comenzó a caer como lluvia sobre mi espalda, incliné mi cabeza levemente hacia atrás y cerré los ojos; luego de hacer música, el café y dormir, definitivamente el bañarme eran de las cosas que más placer me producían en esta vida.
Terminé de lavar mi cuerpo y mi cabello; y con éste aún húmedo salí del baño, solo una toalla envolvía mi cuerpo, dejando al descubierto todo mi torso, de todos modos no había nadie, se sentía tan bien poder andar de este modo en tu propia casa.
Caminé hasta la puerta de mi cuarto, la toalla no quedaba bien en mi cuerpo, se resbalaba, ya me estaba hartando y la quité, ni siquiera me había puesto el bóxer, odiaba las cosas que no salían como yo quería. Cuando me exasperaba actuaba impulsivo.
Entré en mi cuarto completamente sin ropa, como dios me trajo al mundo.
—¡¡Hyung!!—Una voz chillona y molesta gritó alegre, yo, suspiré molesto, ¿qué hacía el mocoso ese en mi cuarto?
Cuando me observó de arriba abajo cubrió su rostro y se giró, claro, no traía ropa; no me avergonzaba el que me viera así, más bien ni me importaba, después de todo, ambos eramos hombres ¿Qué podría pasar?
Volví a cubrirme con la toalla y procedí a hablar.
—Jimin, ¿qué es lo que quieres?—Mi voz sonaba molesta y ni yo sabía porque lo estaba tratando mal, pero él, siempre me generaba esa sensación de incertidumbre que me llevaba a hablarle de mal modo.
—Yo...quería preguntarte si te sentías bien, ya que no has comido saludable. Te traje algo para que puedas comer, debes alimentarte.—…l estaba siendo amable, pero yo no podía quitar la molestia que sentía al verlo, él me irritaba, siempre andaba detrás de mí molestándome, los demás seguro lo veían como que él quería cuidarme, pero a mí me generaba enojo: sus sonrisas, sus actitudes, todo.
—Ya, vete—dije seco y él agachó su cabeza rendido, estaba triste, ¿por qué lo tratas así, Min Yoongi?, ¡él, no te hizo nada!, mi subconsciente me hablaba—.Maldita sea—murmuré y él levantó la vista, ambos nos observábamos—.Podemos comer juntos si quieres—solté sin ánimos y su rostro se iluminó por completo. .
Me vestí y luego me dirigí a la cocina, Jimin, estaba poniendo alegre las cosas sobre la mesa.
Estábamos solo los dos en el amplio comedor, los chicos seguían ensayando, ¿por qué Jimin no estaba con ellos?.
—¡Oye!—hablé y él levantó la vista, ambos estábamos enfrentados en la gran mesa que se encontraba como centro en el comedor—.Tú, ¿por qué no fuiste con el resto?—pregunté de mal modo, como siempre; él parecía nervioso, esquivó mi mirada y jugó con los palillos, este niño me exasperaba realmente.
—Yo...quise hacerte compañía, Hyung—respondió volviendo su vista a mí, sentí algo raro, sus ojos y los míos se encontraban de forma extraña, el silencio de la sala nos invadía, pero ninguno de los dos se dignaba a romper el tenso momento que se había formado.
Mi vista fue directo a sus labios, ¿por qué miras sus labios y muerdes los tuyos Yoongi?, ¿qué mierda te está pasando?, ¿por qué te estas retorciendo al ver que aquel mocoso pasa su lengua por sus labios para humedecerlos?
—Yo...me voy a dormir—solté sin hacer notar la tensión que sentía por los extraños pensamientos que estaban cruzando por mi mente.
Entré a mi cuarto y cerré la puerta detrás de mí; me apoyé en esta y solté una larga respiración, estaba aguantándome eso desde que la situación se había vuelto tensa, ¿por qué miré sus labios?, ¿por qué sentía ganas de lamerlos al igual que él lo hacía?
Con mi mano golpee levemente mi sien cerrando mis ojos, sacudí mi cabeza, di otro largo suspiro y caminé hasta mi cama, seguro pensaba cosas raras por la falta de sueño.
Tiré mi cuerpo en la cama y tomé mi celular; vi la hora, 14:30 hs, era pasado el medio día.
¿Cuánto tardarán en regresar los chicos?¿Porque Jimin había dicho eso?, volví a sacudir mi cabeza, ¡ya deja de pensar en ese mocoso Yoongi!
Cerré mis ojos con fuerza y otra vez comencé a caer lentamente en un profundo sueño.
+++
-Riiing!-.
Maldito sonido.
Comencé a tantear alrededor de toda la cama, quería detener ese bendito ruido, no lo aguantaba, aún mantenía mis ojos cerrados, no quería abrirlos; pero el no encontrar ese aparato me obligó a abrirlos.
Levanté mis párpados, había una sombra delante de mí; todo el cuarto estaba oscuro, era de noche, yo había puesto la alarma de noche para poder ir a trabajar a la sala de producción.
—¿Qué haces?—pregunté a la sombra que sostenía mi celular por los aires.
—Hyung.,, —susurró aquel y supe quien era, tú, de nuevo.
—Dame mi celular, Jimin—solté.
…ste se negó a dármelo, ¿qué mierda le pasaba?, por algo no lo aguantaba, ese chiquillo era sumamente molesto.
—Intenta cogerlo—soltó y salió corriendo del cuarto.
¿Quería jugar?, pues no me conocía, se había metido con la persona equivocada.
Me levanté de la cama y fui caminando por los pasillos.
—Jimin, si sales de donde sea que estés y me das mi bendito teléfono, ¡dejaré de golpearte cuando recién despierto!—grité, pero nadie contestó, era obvio que no creería semejante mentira, ¿acaso eres tonto?
Odio los juegos de niños, pero me estaba causando un poco de gracia la situación, al menos ya no tenía esos raros pensamientos de hace rato.
Caminaba por los pasillos y a medida que lo hacía abría la puerta de todos los cuartos, no había nadie ,ni siquiera rastros de Jimin, ¿dónde rayos se había metido aquel chiquillo?
Solo me quedaba la sala de producción, tonto,pensé, era obvio que estaba allí.
Entré y todo permanecía oscuro, no parecía estar dentro, la duda se impregnó en mi rostro, ingresé hasta la mitad del cuarto y no había nadie.
Escuché un pequeño ruido y mi cuerpo se sobresaltó un poco, habían girado el cerrojo estaba seguro de eso, ¿qué estaba sucediendo?
Me giré y ahí estaba nuevamente la sombra de aquel mocoso.
—¿Qué se supone que haces?—pregunté, estaba comenzando a enojarme.
—Tú, hoy no te me escapas...—susurró.
Mi cuerpo tembló por completo, ¿qué rayos estaba diciendo?
Comenzó a acercarse lentamente hacia mí, pude notarlo por los leves crujidos que hacían sus zapatos con cada paso que él daba.
—¿Qué haces, Jimin?—solté nervioso; la situación, el ambiente, todo era extraño. Por la cercanía repentina de nuestros rostros pude notar un pequeño brillo en sus ojos, este chico me tenía acorralado, el escritorio estaba detrás de mí, no podía retroceder, no había salida, ¿por qué te tiemblan las rodillas, Yoongi?, ¡él es un hombre y tu también lo eres!
Con mis manos intentando disimular todo el nerviosismo que recorría la longitud de mi cuerpo intenté apartarlo de la cercanía que nos mantenía juntos, puse mis manos en su pecho y lo empuje aparentando indiferencia.
…l sonrió de lado, lo pude notar por la leve iluminación que producían los aparatos instalados en aquel cuarto.
—Me gustas Hyung—soltó sin más y me paralicé en el lugar. ¡¿Qué?!, ese chico estaba completamente loco, a mi me gustan las mujeres; pero...¡No!, ya deja de pensar, Yoongi.
Caminé hacia delante sin contestar a su "confesión", él se enojó por mi reacción, era raro verlo enojado y me tomó del brazo volviendo a posicionarme en el lugar en el que estaba.
Tenía más fuerza que yo.
—Vi como me observabas hoy...también te gusto....—dijo y nuestras miradas se encontraron.¿Gustarme? ¿Otro hombre?, yo solo amo dormir y hacer música.
Todo era confuso, otra vez ese extraño sentimiento apareció; cada vez que sentía algo semejante quería huir de donde me encontraba, pero ahora me era sumamente imposible, este chico no me dejaría ir fácil.
—Ya, Jimin, dime: ¿qué es lo que quieres?—solté rendido, quería escapar de ese lugar y que me dejara en paz.
—Quiero hacerte mío—suspiró a centímetros de mi rostro.
—¡¡Vete a la mierda!!—solté y volví a empujarlo, ¿qué mierda estaba soltando de su boca?, ¿quería acostarse conmigo y encima quería ser él quien me lo hiciera?, estaba loco, completamente loco.
…l volvió a sujetarme y esta vez con más fuerza, lo miré con el ceño fruncido "o me sueltas o te mato", decía mi rostro.
…l relamió sus labios y observé detenidamente aquello. Otra vez estaba haciendo lo mismo, no podía despegar la mirada de sus labios.
…l se acercó a mí, casi de manera repentina.
—Que mierd...—Y atrapó mis labios con los suyos.
Me estaba besando, un hombre me estaba besando, no solo eso, era Jimin, ese pequeño mocoso el que lo estaba haciendo.
Me quedé inmóvil, no sabía que hacer; sabor a menta, sus labios tenían ese sabor. Dejé caer mis párpados, luego me arrepentiría de aquello, pero en estos momentos no pensaba en nada.
Una de sus manos estaba en mi mejilla y la otra mantenía uno de mis brazos sujetados, yo no hacía nada, había quedado petrificado.
Separó su rostro del mio y volvió a pasar su lengua por sus labios, sus ojos se abrieron con lentitud al igual que los míos, ¿qué estaba haciendo?, ¿me había vuelto loco?
No podía decir nada, él sonrió, esa sonrisa que detestaba, seguía irritándome, parecía una sonrisa de burla, él había ganado.
—Quiero que estemos juntos, Hyung, quiero hacerte mío aquí y ahora.—Sus palabras llegaban a mis oídos pero yo aún no podía procesarlas, a mi no me gustan los hombres; pero...si no me gustan ¿por qué me dejé llevar con él?
Seguía aún inmóvil, él me miraba, hasta que comenzó a besar mi cuello, yo solo traía una camiseta blanca común y unos vaqueros color negro; él estaba besándome y yo no hacía nada, ni le correspondía ni lo apartaba de mí, no hacía absolutamente nada.
¿Qué te está pasando Min Yoongi?, ¿por qué no te mueves?
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