–¡Joven Kim! ¡Joven Kim! ¡Solo unas preguntas más!
La puerta de la limosina se cerró lentamente, por fin los flashes y cámaras, al igual que las insistentes preguntas, una vez más, habían desaparecido. Suspiró levemente y recostó su cabeza en el acolchonado respaldar de su asiento; miró al chofer, este estaba esperando su aprobación para probablemente comenzar a avanzar, hizo un “okey” con las manos y cerró los ojos totalmente vencido.
Cada día que pasaba era una tortura para el joven cantante de tan solo diecinueve años.
Su carrera como solista había dado muy buenos frutos, no los esperados por su agente, ya que había debutado demasiado joven y las personas no ponían mucha atención en sus proyectos. Pero apenas cumplió la mayoría de edad insistieron en que tenía que cambiar de imagen; dejar la de niño tierno y comenzar a explotar esa increíble sensualidad innata que poseía.
Y de verdad debía ser demasiado innata porque el cantante no daba por hecho que la tuviera.
Los meses pasaban volando entre tantas giras, conciertos y entrevistas, estaba algo agobiado con su repentina fama gracias a unos escándalos que su agente se encargó personalmente de borrar, sin embargo, las cosas ya estaban hechas y Taehyung gozó de mucha, DEMACIADA, atención desde ese problema, la gente descubrió que había un cantante escondido y las fotos de la portada de la revista “Marie Claire” con concepto sexy hizo que su carrera, a cuatro años de debut, recién ascendiera.
Debía admitir que era una buena vida, no le faltaba nada según su personal, según todos.
Pero, Taehyung extrañaba su libertad, esa que la fama le arrebató, esa que ya casi olvidaba que tenía; extrañaba muchas cosas en realidad…
El chofer se detuvo ante un semáforo en rojo y el cantante volvió a suspirar, recordó las palabras de su agente.
“Ni se te ocurra venir con cara de zoombi, recuerda que tienes una reunión importante en casa, es por tu reciente premio, sabemos que lo vas a ganar e invité a algunos amigos para que disfruten un poco. Solo un poco, así que pon la mejor cara y no me vengas con ese humor de perros que tienes últimamente.”
Y sí, su agente había sido muy claro al decírselo, apenas eran las nueve de la mañana ¿Es que todo tenía que ser así de estresante? Suspiró una vez más y abrió los ojos, su chofer lo llevaba mirando un rato porque cuando su mirada se posó en el espejo del frente este desvió la suya de inmediato. No le dio importancia, seguro era uno de esos choferes que al final del trayecto terminaría pidiéndole autógrafos.
Estresante.
Estaba a punto de cerrar los ojos de nuevo cuando vio que su chofer sacaba algo y se ponía a leer en pleno auto, como si nada.
–¿No me vas a llevar a casa?
El hombre se sorprendió por la plática, guardó el pedazo de papeles y carraspeó antes de contestar.
–Parece que el semáforo está en malas condiciones señor, tendremos que esperar a que algún policía venga a regular el tránsito.
–No me digas así.
–¿Disculpe?
–Háblame de tú, se siente raro que me trates como si tuviera cuarenta años, incluso pareces más joven que yo.
El chofer se inclinó levemente en respuesta y le dedicó una leve sonrisa.
–Gracias, se…Joven Kim
–Taehyung
Lo corrigió con una sonrisa en los labios y el chofer asintió algo apenado repitiendo su nombre, esta vez sin formalidades. El cantante sonrió satisfecho. Tal vez ese muchacho no era como las demás personas.
Se dispuso a observar la limosina entera ya que ningún policía se dignaba a aparecer y los cláxones ya estaban haciéndose más acelerados e impacientes. Entonces Taehyung pensó que escuchar un poco de música no estaría mal. Giró en su asiento y no encontró su bolso, abrió los ojos y tuvo un mini ataque por unos segundos, hasta que lo vio en el asiento del frente. Caminó semi agachado hasta el y se dispuso a buscar su celular.
Topó algunas cosas raras dentro de aquella bolsa y se dijo muy convencido que tenía que ver que era lo que ponían en ella luego. Encontró sus audífonos algo enrolladlos y suspiró de nuevo, últimamente suspiraba muy seguido, tomó asiento y se puso a tratar de desenredarlos como podía, pero lamentablemente al joven no le quedaba mucho de paciencia.
Un estiramiento de más y sus auriculares estaban rotos.
Si, su vida era un asco.
El chofer que había estado presenciando la escena rió un poco divertido y Taehyung hizo un puchero mientras bajaba la cabeza totalmente resignado –¿Qué se supone que voy a hacer ahora?
–¿Le gusta leer?
–¿Ah? – alzó la cabeza de golpe mirando algo confundido al hombre que le había hablado.
–Perdón,… ¿Te gusta leer?
–…Si, creo. Hace mucho que no lo hago.
Las manos de su chofer le estiraron un pedazo de papeles, lo mismo que aquel muchacho estaba leyendo hace unos minutos y entonces Taehyung pudo ver de cerca. Eso era un periódico.
Lo aceptó algo avergonzado y se puso a darle lecturas rápidas, ya que no había mucho que leer, el diario en sí estaba repleto de anuncios de vacantes de trabajo. ¿Su chofer estará pensando en buscarse un nuevo trabajo? Bien, no lo culpaba, si el pudiera también renunciaría.
Y casi terminaba de revisar todos los anuncios…cuando uno llamó su atención.
Una sonrisa cuadrada adornó su rostro y giró emocionado hacia el conductor –Disculpa ¿Podemos desviarnos un poco?
–No sé si…
–Solo será un rato, prometo que no te retarán ¿Sí?
No sabía si era por la dulce y emocionada sonrisa del cantante o por el simple hecho de que se lo pidiera con una mirada tan inocente y suplicante, pero el joven conductor solo pudo suspirar y asentir.
–De acuerdo.
~~*~~
–¡Park! ¡Park!
Se cruzó de brazos y bufó con mucho coraje, no estaba dispuesto a hacer tanto esfuerzo físico él solo, se supone que para eso pagaba a un asistente.
–¡Park donde te has meti…
–¡Enserio lo siento! – el joven llegaba muy agitado y con un abrumante calor recorriéndole el cuerpo. Tal vez debido a que tuvo que correr más de cinco cuadras para conseguir el café especial de su jefe – ¿Qué pasó?
El café le fue arrebatado de las manos y ahora su jefe tomaba pequeños sorbos para entrar en calor, mientras el joven Park quería desnudarse ahí mismo, si había algo que no le gustaba era sudar y gracias a los raros gustos de su jefe estaba hecho un mar de sudor, odiaba esa sensación.
–Es la puerta…– Su jefe miraba atentamente la puerta delante de ellos, entonces Jimin lo miró confundido. –Creo…que ya olvidé como abrir una, Park.
¡Por los mil demonios!
¿Enserio tuvo que soportar las constantes llamadas de su jefe insistiéndole que se apresurara, que era de vida o muerte, solo para esto? Okey, el grado de des-inspiración estaba afectando gravemente a Min Yoongi.
Respiró hondo y con su mejor sonrisa caminó hacia la puerta, tomó la perilla y la giró, logrando abrir de una buena vez esa maldita puerta.
–¡Me llegó un mensaje!
Apenas y hubo entrado empujó a Jimin y se sentó frente al ordenador para ver el correo que había recibido, estaba emocionado y sonreía cada dos segundos. Luego dejó de hacerlo y se quedó quieto frente a la pantalla.
–Park…ya olvidé como…
–¡Ash!
Jimin se acercó hacia su jefe, tomó el mouse tratando de no romperlo por la cólera del momento y se apresuró a abrir el dichoso mensaje.
……
–¡Pero Min, es una gran oportunidad!
–¡No!
El pelirrojo se cruzó de brazos. Con todo el abrigo que tenía encima parecía un oso tiernamente enfadado, Jimin rió ante aquella imagen, giró hacia la pantalla, vio el mensaje abierto y suspiró.
Esa era una oportunidad de oro y no dejaría que el cínico y orgulloso de Min Yoongi lo arruinara de nuevo.
–Min…
Se acercó lentamente hacia el enfadado chico y tomó su hombro, Yoongi solo bufó ante este contacto.
Jimin decidió seguir al ver que su jefe no estaba dispuesto a cooperar.
–Min, ya te lo eh dicho, lo hemos hablado muchas veces, necesitas…
–Ser más abierto con las propuestas que me manden, lo sé, no te hagas el maduro conmigo.
Jimin cerró los ojos y enserio trató de no gritarle y abofetearlo para que reaccionara. Apretó el agarre en la silla que estaba sentado Yoongi y habló con algo de dificultad.
–Llevas mucho tiempo sin escribir ¿Verdad?
Esta pregunta tomó por sorpresa al pelirrojo, relajó los gestos y ahora parecía perder la mirada en un mundo paralelo.
–No te obligo a nada Min, pero ¿No crees que si no lo intentas, jamás podrás avanzar?
Yoongi se sobresaltó ante estas palabras y agachó la cabeza, fijó su mirada al suelo y suspiró. Todavía dolía un poco.
De acuerdo, Jimin había bordado un tema delicado y lo sabía a la perfección, pero también sabía que si no aceptaba esta oportunidad se iba a arrepentir por mucho tiempo. Tenía la corazonada de que muchas cosas nuevas los esperaban si lograba convencerlo de aceptar esa propuesta.
Yoongi se levantó del asiento y se empezó a quitar todos los abrigos que tenía. Park tragó en seco, o bien esperaba una afirmación o tendría que correr por su vida hasta alguna estación de policía cercana…o quizá a algún hospital, quien sabe, lo que se tope primero.
Pero muy contrario a lo que ya suponía al ponerse en posición de “Listos” mirando fijamente la puerta, lo que escuchó lo dejó algo sorprendido.
–Ve a verlos.
–¿Qué?
Yoongi no lo miraba, le daba la espalda y Jimin tomó eso como una señal de que enserio le costaba decir aquellas palabras.
–¡Ya me oíste! –Levantó la mirada, caminó hacia su escritorio y tomó asiento en la gran mesa. –¡No me quiero arrepentir, lárgate!
Okey, tal vez ya no le costaba decirlas tanto.
–¿Estás hablando enserio?
–No, estoy bromeando, mira mi cara de burla – Señaló su rostro. Park entendió el sarcasmo y la amenaza en esos ojos, corrió hasta su escritorio y tomó una caja que llevaba al parecer muchos años guardada empezando a arrastrarla como podía.
–¿Qué es eso? – la curiosidad se apoderó del mayor cuando vio aquella caja que Jimin cargaba con tanta facilidad.
–¡Me voy antes que te arrepientas!
Yoongi no pudo evitar reír cuando vio que Park hablaba como un soldado y desapareció tan rápido como había llegado, solo que esta vez cargaba una caja rara y sumándole que corría, pues Min no pudo evitar pensar que se veía idéntico a un gorila. Ese chico le daba un toque de anormalidad a su vida.
Porque si, Park Jimin era muy raro y aún no entendía como terminó contratándolo como su asistente.
Caminó hacia su silla movible y giró un par de veces tratando de despejarse. La luz de su oficina era demasiada debido al gran ventanal que tenía, siempre se quejó de ella, pero de alguna manera, eso hoy lo hacía sentir más relajado.
Quizá Park tenía razón, era hora de avanzar…
~~*~~
–Pero…
–No.
Seokjin suspiró haciendo un puchero y rodando un poco los ojos. Enserio tenía hambre y su representante no le dejaba siquiera acercarse a la mesa de bocaditos. ¡Qué clase de trabajo era si no podía comer dulces! O frutas, o verduras, ¡Lo que sea! ¡Pero tenía hambre!
–No me simpatizas. – el joven se cruzó de brazos e intentó poner su mejor cara de tristeza.
–Ya…–la mujer tocó un aparato en su oído. Quizá estaba hablando con alguien. El castaño rodó los ojos de nuevo – Por favor, compórtate Seokjin.
–¡Kim Seokjin!
La voz del fotógrafo lo distrajo y se apresuró a poner cara de patético seductor una vez que estuvo en el set, mientras dejaba que el fotógrafo hiciera lo suyo el solo se encargó de poner las mejores caras de deseo, pensando claro en la comida. Pero estaba funcionando, ya que los flashes empezaron a destellar con mayor rapidez.
El modelo no se dio cuenta cuando dejó de pensar en la comida y ahora se encontraba observando a su representante, quien con cara de molestia conversaba concentradamente con tal vez algún promotor, Seokjin la vio sujetándose la cintura y girando un poco la cabeza hacia atrás para que los rebeldes mechones no bloquearan su visión. No pudo evitar sonreír ante aquella imagen.
El fotógrafo se había acercado demasiado a su rostro y él ni en cuenta, seguía concentrado en aquella mujer. Los flashes aumentaban, tratando de captar todo lo que le fuera posible. Si había algo que le gustaba a Kim Myungsoo era cuando el modelo cooperaba con la situación y lo hacía tan naturalmente, odiaba obligar a fingir sentimientos, ya que se veían más falsos que los pechos de su primera novia, pero Kim Seokjin siempre lo sorprendía, ya era habitual que él se encargara de fotografiarlo para algún spot o para algunas otras promociones, por obra del destino siempre terminaba trabajando con él modesto modelo.
Seokjin seguía mirando embelesado la bella figura de Yoo y es que simplemente no podía dejar de ver lo hermosa que se ponía cada día, su delicada mano se posó sobre su nuca, masajeando un poco su cuello, el modelo pensó que ha de estar estresada por tanto trabajo debido a las diversas propuestas por la llegada de las fiestas.
Se maldijo mentalmente cuando sus ojos se posaron sobre unos lugares, lugares que no debería estar viéndole a una mujer en pleno set.
¡Diablos! ¡Que no debería verle a una mujer y punto! Se sentía tan ofuscado por lo que estaba empezando a sentir últimamente por aquella mujer, el hecho de que con sus simple presencia sus hormonas salten de un lado a otro gritándole cosas indecentes lo hacían sentir como un estúpido estudiante, cosa que él no era, Seokjin era un joven maduro y no entendía como algo tan bizarro podía estar ocurriéndole.
–¡Listo! ¡A comer!
La voz del camarógrafo resonó en todo el set, pero el único que desvió la mirada fue Seokjin, quien miró a la lente con mucho entusiasmo y sorpresa. Myungsoo se apresuró a hacer varias tomas de esta.
–¿Enserio?
Tomo una foto más cuando el rostro de Seokjin se vio esperanzado. Sonrió y bajó la cámara.
–No, solo bromeaba.
Seokjin volvió a bajar los hombros y a hacer distintos pucheros. Kim no desaprovechó ningún momento y siguió fotografiando. Le encantaba que el rostro de Seokjin fuera tan expresivo, tenía un gran talento con la cámara.
–¡Deja de fotografiarme mientras sufro Hyung!
Kim rió bajito e hizo señas con sus manos, para que todos se tomaran un merecido descanso. Caminó hacia el set que estaba bien ambientado en Detroit, el modelo llevaba un incómodo chaleco de cuero y una ropa de por sí sensual y atrevida. Hizo ademán de quitarle la chaqueta y Seokjin solo estiró los brazos para poder facilitarle el proceso.
Una vez le quitó la chaqueta tomó asiento a su lado y palmeó ligeramente su espalda.
–¿Qué pasa muchacho?
Seokjin lo miró confundido, no le pasaba nada. ¿O tal vez si?
–No sé de qué hablas.
–Hablo de que llevas viendo a la joven Yoo hace media hora.
–¡¿Media hora?!
La cara de terror en su rostro perfecto hizo al fotógrafo enfocarlo y tomarle una última foto, adoraba sus expresiones.
–No, quizá más, no recuerdo bien.
Recibió un codazo de parte de su menor y solo sonrió, adoraba la cercanía que tenían.
–Hyung, estoy bien…solo…solo, tengo hambre – miró a su representante una vez más y decidió que por hoy demasiado la había mirado, era muy obvio con sus expresiones así que se propuso obviar el tema el resto del día. No quería ser descubierto y ya estaba creando sospechas.
–Oh, eso puede arreglarse ¿Quieres ir a almorzar a algún lado?
Seokjin lo miró y luego miró a Yo, alternó su mirada entre estos dos unas cinco veces.
–No te preocupes, yo me encargo de la mandamás – giñó un ojo y caminó directo hacia la joven que parecía concentrada en su conversación.
Seokjin notó como después de haber gritado en su delante se disculpó avergonzada diciéndole que no era el grito para él, rió un poco y escondió la cabeza entre sus piernas mientras estas las sostenía entre sus manos, no quería ir al camerino porque le agobiaban con tanto maquillaje y atenciones, solo escondió su rostro y cerró los ojos por unos minutos.
……..
–Ah, ¿Y por eso estabas tan concentrado viéndola?
Su hyung no podía ser más entrometido. Arrugó el entrecejo y miró bien a su alrededor, cerciorándose que nadie más los observaba, puesto que llevaba una gran polera con la capucha casi comiéndole la cabeza.
Nadie veía ni prestaba atención, así que asintió.
Su mirada cambió a confusión cuando vio que Myungsoo comenzaba a reír bajito, se veía bastante guapo y su sonrisa lo hacía ver adorable, siempre se preguntó porque nunca ha tenido novia, si él fuera chica definitivamente su hyung estaría en la lista de candidatos.
¿Pero qué rayos estaba pensando?
–Seokjin, ya estoy algo mayor para que me estés intentando buscar novia ¿No crees?
–Pero Hyung, usted es guapo y talentoso, y guapo, y rico, y guapo, y amable, y guapo…
Myungsoo inclinó la cabeza y lo vio con algo de duda, tomó un sorbo de su té y continuó.
–Tú también lo eres Seokjin y hasta ahora no eh visto a ninguna linda chica junto a ti – Seokjin abrió la boca dispuesto a refutar esa idea pero fue interrumpido – Y esas huecas que se hacen llamar modelos no cuentan; digo, ¿Alguna vez has estado con alguien que enserio ames?
La pregunta salió espontáneamente y el modelo se preguntó cómo había pasado la situación en contra suya, su hyung era muy hábil con las palabras y se sintió molesto por ello.
–Pues, es complicado que alguien quiera a “El engreído y egocéntrico modelo/actor de M.O entertainment” – hizo una especial pronunciación con estas últimas palabras, imitando comillas en el aire con las manos. Recordó que los diarios y medios de comunicación en general no dejaban de apodarlo de esa manera tan despectiva.
–Debe ser difícil…
–Sí, y mucho…
Myungsoo de verdad no sabía cómo hacer para ayudarlo y recordó que hace unos días había leído algo interesante en una de las revistas en casa de su amigo, así que carraspeó un poco y lo tomó de las manos. Seokjin levantó la mirada y el fotógrafo notó que ni siquiera había tocado su Banana Split cuando hace minutos decía morir de hambre.
No lo dudó más y habló.
…….
–No lo sé Hyung…
–No es nada malo, conozco al encargado y es una buena persona.
Seokjin lo pensó, pero enserio temía que Yoo se molestara con él por andar haciéndose el independiente y no se quiso ni imaginar ya no tener que trabajar junto a ella.
–No te preocupes por la señorita Yoo, tu solo anda que yo me encargo de la mandamás.
Miró curioso a su hyung, enserio ese apodo se le había hecho costumbre al referirse a la muchacha y por alguna extraña razón eso comenzaba a disgustarle.
–Bien…
–¡Genial! Vamos a terminar la sesión para mi jefe y luego si quieres yo mismo te llevo – depositó unos billetes en la mesa y salió delante de él con una gran sonrisa.
–Confío en ti, Hyung.
–Y yo confío en ti, Jin.
No supo cómo interpretar lo último que le dijo su mayor, pero decidió quitarle importancia. Tenía que concentrarse en cómo le haría para no decepcionar a su hyung, necesitaba practicar un poco aún.
~~*~~
–¡Ni de chiste, par de estúpidos!
–Jungkook-shi, tienes que salir ya.
La maestra había hablado con cierta preocupación en su voz y es que Jungkook seguía negándose a salir con un vestido de hada hecho por las propios alumnos ¿Por qué? ¡Porque él era un puto hombre!
No, puto no, ¡pero un hombre sí!
Bien, talvez si el vestido fuera bonito aceptaría con algo de disgusto ¡Pero ese pedazo de tela parecía haber pasado por una trituradora! Demasiados agujeros mostrando piel para su gusto.
Y encima decían que la coreografía en la que sus dos amigos lo manoseaban como dios manda, ahora sería cambiada, dos desconocidos y probablemente enfermos mentales lo iban a estar toqueteando frente a todo el colegio y él no podía permitirlo.
–¡Jungkook! – la maestra Lee era algo joven, pero tenía un carácter de los mil demonios –¡Juro que si no sales te hago repetir el año! – Y aunque supieran que no hablaba enserio, quiso hacer cazo esta vez, solo por seguridad.
Salió al escenario con una máscara de moda vintage plateada, echó su cuerpo hacia atrás y dejó que las manos se posaran sobre su trasero y su espalda para poder levantarlo y llevarlo hacia la punta de la pasarela.
Ya allí, Jungkook bajó delicadamente de los brazos que lo sujetaban y “Like a virgin” de Madonna comenzó a sonar. Cerró los ojos y suspiró tratando de relajarse, empezó a mover su cuerpo muy femeninamente para su gusto y el público entero comenzó a silbarle y ovacionar su baile.
Malditos adolecentes hormonales.
Y entonces Jungkook oficialmente ya no tenía ni una gota de dignidad.
…..
–¡Eso fue increíble Jungkook-ah!
–Enserio pensé que eras una chica, tuve que ir al baño dos veces durante tu presentación.
Una botella de agua aterrizó sobre la cabeza de Jackson haciendo sobarse la parte afectada de inmediato.
–¡Maldito pervertido! –Jungkook bufó
–¡Soy hombre Kook, es normal!
Jungkook le dirigió una mirada de odio y comenzó a perseguirlo por todo el camerino aún con ese horrendo vestido y es que aún no anunciaban al ganador, por lo tanto, estaba preso en aquel saco con agujeros hasta que acabe el show.
Mark solo observaba entretenido la escena y es que Jungkook se veía realmente adorable con ese vestido, la peluca y el maquillaje, pero no quiso decirlo, no quería terminar con algún moretón en la cara.
Probablemente Jackson terminaría peor que papilla por su comentario.
–¡Jungkook-shi! Ya es hora…
La profesora Lee entró sin previo aviso y se encontró a Jungkook agarrando del cuello y tirando al piso a un muy desesperado Jackson, intentaba hacerle algún movimiento de lucha con el vestido mostrando más de lo debido, aplastando la cara del joven contra el piso gritándole que se retractara mientras el otro gritaba un ‘oblígame’ y entonces Jungkook volvía a cambiar de posición.
Mark se mantenía al margen devorando los bocadillos que habían dejado para que pasen el rato.
La maestra sacudió la cabeza y les ordenó que pararan, los tres hicieron fila y salieron algo asustados. Jungkook iba cruzando la puerta cuando la mujer lo jaló adentro de nuevo.
–No creas que vas a salir así.
La maestra mostró un paquete de maquillaje y el menor quiso huir y denunciar seriamente a su colegio por travestir a sus estudiantes.
……
–Y la ganadora del concurso anual de señorita belleza es…. ¡Jeong Jungkook!
El local completo estalló en aplausos y Jungkook solo quería desmayarse.
No se sentía emocionado de ganar, claro que no.
Pero no era secreto que aquel muchacho era demasiado competitivo, así que trató de tomar el premio pensando que había ganado algo importante y así no le afectaría tanto la vergüenza que sentía en ese momento.
Le pasaron el micrófono una vez estuvo frente a todos los espectadores, suspiró y puso una sonrisa falsa, enrolló un mechón de su peluca con las manos y dio saltitos de alegría.
–¿Qué puedo decir? ¡Soy hermosa! ¡Gracias a todos por gustar de mi belleza!
El público otra vez ovacionó al muchacho vestido de princesa…quizá no era de princesa o hada, daba igual a Jungkook nunca se le dio bien reconocer ropa femenina.
Se alejó del escenario y antes de desaparecer lanzó un beso volado y todo el público enloqueció.
Enfermos.
¡Él era un chico! Y estaba seguro de que todos allí también lo sabían, después de todo era una tradición celebrar este desfile para complacer a las alocadas hormonas de hombres que no tienen contacto seguido con ningún tipo de fémina.
Todos en su instituto eran unos estúpidos.
La próxima vez se aseguraría hacer trampa como sus amigos y así no quedar seleccionado.
……
–¿Me acompañas?
–Pero no me da la gana.
–¡Por favor! ¡Solo por hoy! ¡El hermano del amigo de mi primo es director! Y dicen que hoy hará audiciones para el elenco de su próximo drama, ¡Ya me dieron la dirección, por favor tienes que acompañarme!
–¿Y por qué yo?
–Porque Jackson dijo que ya conocía a gente importante y no le importaba conocer a un montón de actores y actrices tontas.
–¿Enserio dijo eso?
–Bueno…algo así. ¡PORFAVOOOOOR! – Mark se columpiaba de su brazo e insistía en subirse sobre él, parecía un perrito pidiendo su comida.
Tan molesto y adorable.
–Bien, pero que no sea hasta muy tarde. Mis hermanas se preocuparán si no llego a dormir.
–¡Gracias!
Mark comenzó a correr jalándolo de la manga de su chaqueta escolar.
–¿Ahora?
–Sí, es acá cerca, si corremos llegamos antes de que las audiciones acaben.
Jungkook suspiró rendido, tal vez si se sentía emocionado con el hecho de conocer a gente importante, pero no estaba seguro si los dejarían entrar o no.
Después de todo, no creía que Mark y el amigo del hermano de su primo sean tan cercanos como para invitarlos.
En fin, solo iba de pasada ¿Qué podía perder?