Usualmente en esta vida todos estamos destinados a estar con alguien. A veces es de tu misma edad, otras veces algunos años más grande oh más chico, pero… es realmente raro cuando es por lo menos 8 años mayor que tú, más raro aun cuando se conocen a una edad muy joven.
Kagami Taiga era una persona demasiado tranquilo. Pasaba su adolescencia como cualquier otra persona lo haría. A sus 18 años, había estado buscando la persona con quien pudiera pasar más tiempo, comenzar una relación. Pero hasta ahora todas habían sido aburridas oh terminaban yéndose con otro tipo porque él no era capaz de tocarlas como ellas quisieran. Ciertamente a su edad aún era virgen. Para el, el sexo no lo era todo. Pero comenzaba a preocuparle, a pesad que era etiquetado como un hombre guapo y sus amigos de escuela aseguraban que podía conseguir a cualquier mujer que él quisiera. No servía de nada, hasta ahora. Él no estaba interesado por nadie.
Su vida se había vuelto algo rutinario, de la escuela a su casa. Lo único divertido eran las actividades extraescolares en su colegio. Jugar básquet era su número uno.
Aunque era algo en verdad raro. Era un muy buen jugador, incluso lo compararon con unos chicos llamados la “Generación de los milagros” y a pesad de que ellos eran verdaderos prodigios y él era capaz de estar a su nivel, sentía como si algo oh alguien hiciera falta.
-Ok, ¡Júntense todos ahora!- Grito Aida Riko, casi terminaba el entrenamiento del día pero habría un anuncio que hacerles
-¿Pasa algo entrenadora?
-El director me comento sobre un evento impartido hacia escuelas primarias, casi todos los clubes deportivos entraran ese evento.
-¿y de que trata el evento?
-Realmente será enseñar por un día a una escuela primaria, ya tenemos a la nuestra y enseñaremos al 4to grado, el evento será mañana a partir de la 1 de la tarde, terminaremos a las 3 de la tarde. ¿Entendido?
-¡¡¡SI!!! –Contestaron todos al unísono
Kagami camino hasta casa, pensaba en como seria siendo un tutor, los niños de cuarto… tendrían alrededor de 9 oh 10 años ¿no?, él ya estaba en los 18, y hace muchos que no lidiaba con niños, a decir verdad, nunca había lidiado con niños. Esperaba hacerlo bien
¿Y si lo llamaban “Kagami-sensei”? una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro, mientras al lado pasaban dos chicas que reían juguetonamente y lo miraban de manera coqueta mientras susurraban “Que chico tan lindo” él pudo oírlas, pero eso realmente no le importo, aun imaginaba como trataría a sus temporales estudiantes y que querría cargarlos para mostrares lo que era anotar una canasta desde lo más arriba, lo emocionante que seria, entonces sintió que golpeo un cuerpo, oh algo así… ¡casi cae!
-Oh, lo siento
Volteo hacia atrás, pero no vio a nadie, quizás fue una piedra lo que lo hizo tropezar, pero no se tomó el tiempo de mirar hacia abajo. Solo siguió su camino, definitivamente “Kagami-sensei” ¡se escuchaba muy bien!
Por alguna extraña razón su dedo meñique dolió un poco, como si hubiesen amarrado algo en él.
Así que por fin dio la tan esperada hora de Kagami. Iba muy delante de los demás, Hyuga comenzó a gritarle
-¡¡OYE KAGAMI, CAMINA AL LADO DE NOSOTROS!!
-Está bien Hyuga, déjalo, esta emocionado
-Kiyoshi tiene razón, ¡creo que todos lo estamos!
Al llegar los demás equipos ya estaban con sus grados asignados, la maestra de 4to grado presento al equipo de seirin.
-Kagami, ve por los balones, mientras nosotros comenzaremos a repartir los equipos
-¡¿Ehhhh?! ¿Y yo por….?
Riko le dio una mirada enojada
-¡Voy por ellas!… desu…
Kagami agarro todos los balones que pudo, fue chistoso ya que eran un poco más pequeños que los normales, al salir comenzó a ver a los de 1r grado jugar básquet pero a cargo de otra escuela, en verdad eran muy lindos. Sin duda alguna quería comenzar a enseñar a esos pequeños niños.
Al llegar con su equipo, todos los niños estaban formados frente a cada uno de sus compañeros, Kagami comenzó a repartir los balones y entonces se acercó a Riko
-Entrenadora, ¿Cuál será mi equipo?
-¡¡AAAAAH!!...No hicimos un equipo para Kagami….
Ah Kagami le cayó como una daga al pecho, después de casi no dormir… su espera había sido en vano.
-Eh…. Esto… aun falto yo, aun no tengo un maestro…
Todos los chicos del equipo de básquet de seirin tenían su grupo de 8 niños, fue raro que exactamente quedaran en ese par.
-¡Ah! No te vimos a ti… ¿Fuiste al baño oh algo así?
-No, eh estado aquí todo el tiempo
-Tetsu-kun, suele perderse la mayoría del tiempo –Comento una niña
-Wow…
Ahí, estaba parado un pequeño niño, demasiado delgado, de cabello y ojos hermosamente azules, lo que lo hacían más lindo, pero… de alguna manera… Tenía una presencia muy baja, a pesad de ser demasiado tierno, era poco notable.
-Entonces Kagami, hazte cargo de el
-¿Solo uno…?
-Solo uno estará bien –Riko se incoó hasta la altura del pequeño –Él es nuestro mejor jugador, estamos seguros de que te dejara como el jugador número 1 de Japón
El pequeño solo asintió con la cabeza. Los demás tomaron a sus equipos y se dividieron por la cancha, mientras el pequeño se acercó a Kagami, este se puso en cuclillas, al niño. Jamás había visto algo así, un ser tan lindo y tan invisible a la vez.
-Pues bien, yo seré tu profesor, mi nombre es Kagami Taiga, ¿Cuál es el tuyo?
-Kuroko Tetsuya –Dijo, mientras escondía un poco su rostro con el balón
-Muy bien Kuroko, ¿Has jugado alguna vez básquet?
-No, pero me gusta el básquet
-Muy bien. Entonces vamos a comenzar. ¡Te enseñare lo mejor que se!
Fue una tarde larga y entretenida, el pequeño Kuroko aún no sabía lanzar así que algunas veces Kagami tenía que acercarse a él y ayudarle tomando su pequeño cuerpo. A la hora de comida fue realmente chistosa, ya que la manera en que Kuroko agarraba los palillos era linda, oh por lo menos eso Kagami pensó. El bento de Kuroko se miraba realmente rico, y además tenía pulpitos… ¡Kagami los amaba!
-¿Tu madre lo preparo?
-así es, aunque me dejo hacer los pulpos
-¿Enserio? ¿Los hiciste tú?
-¿Sensei quiere probar?
Durante todo el entrenamiento, Kuroko no había hablado mucho, solo notaba que lo observaba demaciado, pero no lo había llamado “Sensei” ahora que lo hacía, parecía realmente lindo…
-Está bien, es tu bento
-Pero hay bastante, puedo darte uno
-Bien, pero solo uno
Kagami aparto sus manos para que Kuroko pudiera colocar el pulpo en su caja, pero en su lugar, y con mucho cuidado, lo levanto
-Kagami- sensei, di “Aaaah”
Se quedó un poco sorprendido, sintió que moriría de ternura
-…A…Ahhhh…mmm
Kuroko le dio de comer en la boca, observaba, esperando la reacción de su sensei
-Woooa, ¡esta bueno!
-¿A sensei le gusto?
-¡Cocinas muy rico Tetsuya!
Las mejillas del pequeño inmediatamente se pusieron rojas, pero Kagami seguía encantado por la comida que ni cuenta se dio. Regresaron a jugar y mientras Kagami seguía enseñándole algunas reglas que no debía romper noto que kuroko no solo le ponía atención si no que lo miraba de una forma extraña.
-P-¿pasa algo Tetsuya?
-¿Kagami sensei tiene novia?
-¿A qué viene esa pregunta?
-Sensei no es muy mal parecido.
Kagami acaricio la cabeza del pequeño, suponía que eran preguntas normales que haría cualquier niño, más los de hoy en día.
-No, no la tengo… a todo esto, ¿Cuántos años tienes Tetsuya?
-Tengo 10 años
-wooaa, ¡tan pequeño! Entonces, vamos ¿Quieres anotar desde muy alto?
Kagami tomo a Kuroko entre sus brazos y corriendo lo llevo hasta la canasta aventándolo un poco para que anotara, y al atraparlo entre sus brazos, lo puso sobre sus hombros y corrió con él en toda la cancha, acapararon la atención de todos en el lugar
-¡¡Y KUROKO TETSUYA ANOTAAA!!
Todos lo miraban y los pequeños se fueron corriendo atrás de ellos siguiendo la celebración, mientras los mayores reían. Al darle toda la vuelta a la cancha se detuvo y todos los pequeños los rodearon, de alguna manera se miraba en verdad divertido.
-¡Sensei, cásese conmigo!
-¡No! Sensei se casara conmigo
-¡El sensei grandote se casara conmigo!
Las niñas comenzaban a pelearse por Kagami, el solo sonreía, mientras bajaba a kuroko de sus hombros para cargarlo con sus brazos. Mientras Koganei eh Izuki les decían a las pequeñas que ellos también podían casarse con ellas
-Pero nosotras queremos al sensei de pelo rojo
-¡sensei es lindo!
-Kagami-sensei se casara conmigo…
Kuroko se abrazó a Kagami, en ese momento todo se hizo silencio. Riko se acercó a ellos
-Cariño, los hombres no se pueden casar juntos
-Pero yo seré la esposa de Kagami-sensei…
-Está bien Riko, déjalo –Dijo Kiyoshi –Aun es un niño, después se olvidara de eso
-Cierto entrenadora, todo estará bien –Kagami bajo a kuroko y le acaricio nuevamente la cabeza, Kuroko rápidamente se agarró de la mano del mayor y todos caminaron en grupo hasta donde estaban su maestra, esperándolos ya.
-Entonces, todos agradezcan a sus superiores por una tarde de enseñanza y diversión
-¡¡MUCHAS GRACIAS!! –Todos los pequeños hicieron una reverencia mientras los mayores sonreían satisfechos, los niños comenzaban a regresar en grupos a la escuela.
Kagami sonreía nostálgico mientras miraba al pequeño Kuroko alejarse, aunque el volteaba en pequeños lapsos, mientras se alejaba Kagami pensaba en que podría pasar de vez en cuando a visitarlo. Aunque quizás podrían pensar que era un Pedófilo oh algo así.
-Kagami, debiste haber aprovechado, quizás no volverás a escuchar una oferta así
-¡Koganei-sempai!
-Jajajaja mira, aun veo tu hilo rojo ser jalado… y ¡está entrando ya por esa puerta!-Kuroko justamente estaba entrando, y dio una última mirada a su sensei, después se perdió.
-Es hora de irnos
Kagami no dijo nada más, a pesar de que todo ese palabrerío solo eran bromas y jugueteos se puso a pensar un momento en todo, algo así como un destino… ¡¡Debía estar loco!! Kuroko era un niño, 8 años menor que el… y no solo eso sino que también era un hombre… ¡Tendría que estar enfermo! Solo lo dejaría en un buen recuerdo, algo que haría que en un futuro fuera tema de risa y ternura, y seguiría con su camino.
Pasó el fin de semana y volvió el lunes. Kagami aún seguía pensando en todo el tema, aunque tenía que olvidarlo, obviamente la situación seria enferma en cualquier punto de vista. En algún momento pensó en pedir una señal, solo para que no pasara y pudiera olvidarse de todo. Además, el pequeño Tetsuya crecería y se olvidaría de el…
-Kagami-sensei.
Le pareció escuchar una voz conocida, volteo hacia atrás pero no miro nada
-Estoy aquí.
Miro hacia un lado, y ahí estaba esa silueta pequeña, que lo miraba con esos ojos azules penetrantes.
Si estaba esperando una señal, sin duda alguna. Era esa.