Por órdenes de Milk, Gokú iba volando hacia la Capsule Corp., a encontrarse con su amiga Bulma, ¡oh! De verdad su esposa resultaba un poco molesta cuando de las cosas de tecnología para la casa faltaban.
Por fin divisó la gran mansión y aterrizó justo frente a la puerta, presionó el timbre; una y otra vez, al parecer estaba muy solo.
- Quien sea, voy a descuartizarlo por no dejarme dormir – era una voz ronca y muy conocida
-¡Vegeta! - pronunció el de cabello alborotado al verlo abrir la puerta
El príncipe lo vio de arriba abajo, se extrañó al verlo portar una ropa muy casual de los terrícolas-¿Qué demonios quieres?
-¿está Bulma? Milk le pidió el favor que… - de repente fue interrumpido
-no está – bufó el mayor - abrió de nuevo la puerta, se hizo a un lado – ahora ya sabes, lárgate insecto, ¡ahora mismo!
Pero en vez de eso Gokú se dirigió a la cocina a buscar algo en el refrigerador – ¿se demora? – preguntó con la boca llena al príncipe que estaba cruzado de brazos a sus espaldas
-idiota ¿Qué parte de té largues no entendiste? – Lo jaló de la camisa tirándolo fuera de la cocina – ahora sabandija de clase baja te vas
El menor reaccionó tomándolo del brazo y tirándolo a la sala, su camisa se rasgó en el acto, muy molesto pero con algo de picardía se dirigió al más bajo – eres el príncipe; sí, de mi raza; sí, oh pero resulta que sólo somos dos – soltó una burlona risa - y no hay nadie para hacer cumplir tus órdenes
-maldito Kakarotto, eres una sabandija – cruzado de brazos le dedicó una mirada asesina
-Jejeje quien te manda a insultarme – el menor se acercaba más, hasta quedar rozando sus cuerpos, una oportunidad de oro se le mostraba y le enseñaría de una vez por todas a no ser arrogante.
El príncipe vio al otro que ya estaba agarrándolo de sus bíceps -¿Qué pretendes Kakarotto? – Sonrió malicioso - ¿quieres pelear aquí en la casa? Espera a que Bulma llegue y te va a enseñar, asó que no pretendas intimidarme
Gokú se acercó más y en un parpadeo lo tomo del trasero obligándolo a que se sujetara de su cuello, acercó sus labios a los del mayor y le dio un salvaje beso
El príncipe reaccionó y le agarró el labio inferior con sus dientes dándole un mordisco que le sacó sangre – asqueroso, ¿Cómo te atreves? – lo empujó separándose, pero el otro volvió a arremeter arrojándolo al sofá
-hay que darte una lección por grosero - rio el de cabello alborotado poniéndose encima y sujetándole las manos por encima de la cabellera en forma de flama
El mayor forcejaba tratando de no hacer demasiada fuerza y no romper el sofá - ¿estás drogado? Salte de encima y deja de jugar – unos labios tomaron posesión de su cuello, la saliva caliente del menor le causaba un molesto cosquilleo
-tú, eres mi droga, tantos años siendo insultado, me enamoraste y no me pones cuidado, ahora pagarás- dijo el menor entre gemidos de placer, su miembro se había levantado y lo estaba restregando contra una pierna del más bajo, sus besos pasaron de ser dulces a lujuriosos dando pequeñas mordidas
Vegeta se estaba dejando llevar, era una sensación nueva para él, pero de alguna forma placentera - ¿Qué yo te enamoré? Deja la estupidez y quítate que ya me estoy cansando de esto – una mordida leve en el lóbulo de su oreja derecha, una lengua que después recorrió su mejilla, sin querer un gemido ahogado se le escapó – quítate o destruiré esta casa y luego te mataré
-¿quieres enfadar a Bulma, en serio? – El menor sintió como el otro dejo de forcejar y dirigió su boca para buscar la del mayor, lo besó suavemente pero sin ser correspondido- yo creo que te gusta – lo liberó de sus manos para poner una sobre el pene del príncipe – parece que si te gusta o ¿Por qué esto está duro?
Vegeta no pudo evitar sonrojarse – Kakarotto deja de jugar, eso es porque te estabas moviendo - la mano intrusa del menor se coló por debajo de sus pantalones agarrando al desnudo su gran miembro ya lubricado - me rindo – suspiró, tomándolo de la nuca con ambas manos lo besó salvajemente introduciendo su lengua en la cavidad bucal del de clase baja.
Al parecer los Saiyajines eran muy sensibles, ya ambos estaban sincronizados en los besos, dejaban escapar saliva por lo apresurado, y mientras se entretenían con sus bocas las manos empezaron a desgarrar el traje del contrario, la ropa salía a trozos, el primero en quedar desnudo fue el menor, luego el príncipe; debajo suyo quedó parte de su traje, el resto estaba tirado en el piso o donde el menor decidió botarlo-
Sus miembros ahora rozaban compartiendo el líquido preseminal que empapaba sus glandes, un cosquilleo recorría sus cuerpos, escalofríos les ponían sus pieles de gallina, parecían arrancar sus cabellos a cada jalón, sus bocas ya estaban desbordando saliva, sus lenguas jugaban entrelazándose, cada respiración se hacía más agitada.
El príncipe bajó una mano hasta la cadera del menor atrayéndolo para que sus cuerpos rozaran más mientras daba estocadas hacia arriba.
Gokú metió una mano entre sus abdómenes y la pasó rozando los testículos del mayor, se encogió un poco más para alcanzarle una pierna y alzarla, ninguna reacción desfavorable, al parecer no protestaba, y cuando menos lo esperaba esas piernas lo rodearon por su trasero, y entonces retrajo los dedos de sus manos dejando el índice y el medio estirados, acarició suavemente la virginal entrada del mayor e intentó introducirlos
-idiota - gritó el mayor dejando de besarlo – maldición al menos úntalos de saliva
-lo siento – susurró volviendo a retomar esos labios, pero no sacó su mano por completo, la dirigió a donde sus miembros chocaban y con la lubricación los empapó, ahora si los puso frente a la estrechez tanteando su entrada y lentamente lo hizo.
Vegeta se retorció, por primera vez algo entraba ahí, estaba demasiado cachondo para arrepentirse, lo dejo hacerlo, fue incómodo al principio, pero el otro lo hizo suave y al cabo de unos segundos ya estaba experimentando una nueva sensación, algo que era nuevo y muy placentero
Gokú estaba entrando una y otra vez, permitía que sus miembros rozaran moviendo solamente la muñeca, además el mayor ayudaba sosteniéndose con las piernas - ¿te demoras? – se refirió al orgasmo
El príncipe rio suave y pícaramente – somos Saiyajines ¿lo recuerdas?- los dedos en su interior llegaron a un punto que lo debilitó por completo – Ya, hazlo ya Kakarotto
Gokú lo vio cerrando sus ojos, había dejado de besarlo, esperaba algo, las piernas que lo sujetaban lo dejaron, el príncipe las sujetaba ahora con sus manos levantando su trasero y abriendo sus nalgas dejando ver su estrechez, cuan glorioso era, la vista de ese anillo carnoso brillante por la lubricación fue suficiente, tomó su miembro en sus manos y puso la cabeza del miembro contra la entrada, al medida que se recostaba se fue introduciendo.
Vegeta soltó sus piernas y apretando sus dientes para aguantar ese tozo en su interior lo volvió a rodear con ellas, esa carne avanzaba más, iba en mitad y ya le había sacado un par de lágrimas, lo acercó con sus manos puestas en el cabello alborotado para besarlo, el menor tomo su erección con la mano, lo talló de arriba abajo unas cuantas veces y – AHHHHHHHHHHHHHH – se retorció, su orgasmo llegó, su semilla se esparció en cantidad entre los vientres de ambos.
El menor sabía que quedaba sensible, pero al parecer no lo rechazaba de su interior así que se movió dando su primera y suave estocada. Ya jadeaba al sentirse tan abrazado y caliente dentro, sus respiraciones se hacían algo irregulares y apresuradas, disminuyó el ritmo de los besos para hacerlos un roce de labios, uno que les permitía sentir sus alientos mezclarse e ir a sus fosas nasales, ese olor a macho los inundaba, ahora sus embestidas iban un poco más rápidas sin embargo ahí dentro estaba algo difícil moverse sin sacarle uno que otro quejido al mayor. Una de sus manos buscaba la reciente liberación tomando todo en la planta, otra vez se escabulló en medio de sus abdómenes y agarró su propio miembro, por un solo instante lo dejó en su mayoría afuera mientras lo empapaba de semen.
Vegeta ya estaba impacientándose pero no lo diría, le retiró la mano y se inclinó hasta tomarlo del trasero para que se metiera de nuevo. El menor iba a tomar su miembro para masturbarlo; se negó dándole una palmada débil y llevando esa mano a que lo tomara del cabello como la otra lo hacía.
Gokú aceleró cada estocada, con más fuerza, ya no estaba sobre el sofá, ambos elevaron su ki para mantenerse así en el aire. La sala empezaba a retumbar ante cada choque de sus pieles, sus cuerpos se perlaban por el sudor y sus besos se hacían más ansiosos.
La cavidad del príncipe se dilataba cada vez más recibiéndolo mejor y con más calor, parecía tener una fiebre interna, algo abrasador.
Para Vegeta las cosas eran mucho mejor, su miembro palpitaba en busca de consuelo, pero su entrada lo hacía retorcer de placer, acallaba sus orgullosos gemidos en la boca del de cabello alborotado, cada vez su entrada le enviaba un choque eléctrico que casi lo hacía gritar y desfallecer. Eso sucedía en lo más profundo y deseaba que lo tocara seguido, lo apretó con sus piernas obligándolo a no salir tanto.
El menor no lo deseaba, entre más adentro el calor era demasiado y la lubricación era mejor, pero si era lo que pedía, ya se movía muy rápido tanto que parecía un zumbido. Lo hacía gritar, el corazón del mayor parecía salirse y su respiración no le daba, se separó de su boca – tranquilo, hazlo sino te ahogarás
La casa ahora temblaba de tantos gritos, retumbaban, eran graves; los que venían de la garganta del príncipe. Agudos; los que salían del menor.
Gokú estaba por soltar un ahogador gemido – AHHHHHHHHHHHHHHH YO, TE AMO VEGE-TAAAAAA - y con eso su semilla fue esparcida en el interior del mayor llenándolo, lentamente descendió hasta dejarlo sobre el sofá, cuando sus sensaciones pasaron salió de él, al parecer estaba temblando
El príncipe estaba por llegar cuando el otro paró, su adormecida entrada por el momento no dolía, bruscamente lo tiró al piso, se levantó poniéndose en pie y lo haló del cabello haciéndolo arrodillar para que quedase frente a su masculinidad. Lo notó confuso y se inclinó, acto seguido introdujo dos de sus dedos en la boca del menor abriéndola
Gokú miró confuso el enorme pedazo de carne del mayor, pero lo dedujo y lo tomo entre sus manos, sentía cada vena palpitar su dedos pulgares rozaban el nervio que conecta el falo con el glande, acercó su cabeza hasta que su nariz lo rozó, el olor era muy masculino el semen aun impregnado lo estaba drogando. Abrió su boca más y sin dudar lo metió hasta donde pudo, dio una succión a medida que lo sacaba de su boca, pero no por completo, el glande se quedaba dentro, era lo que más rico sabía y no lo iba a dejar.
Vegeta lo tomó del cabello para ayudarlo en sus movimientos, la saliva caliente lo empapaba y se le escapaba por la comisura de los labios al menor, el príncipe sin reparo alguno la recogía en sus dedos para saborearla, una pequeña mordida, ¿otra? Y ¿otra más?, - KAK- KAKAROTTTO – su miembro se hinchó y su clímax llegó, se corrió en la boca del menor, dejando su blancuzca y viscosa semilla para luego retirar su miembro, pero esperando a que lo escupiese nunca llegó, la garganta del menor lo dejó pasar saboreándose una y otra vez.
Ambos se levantaron nerviosos y se sonrieron muy sonrojados, el mayor lo llevó a su habitación donde le dio algunas prendas que tenía por ahí; unas que Bulma le compró y le habían quedado grandes.
Gokú se dirigía a la salida cuando una voz lo detuvo
-¿Qué necesitaba tu loca mujer?
-pues esto - dijo mostrándole un papel - pero le diré que Bulma no estaba
Vegeta le sonrió y le hizo ademan de que lo siguiera hasta el laboratorio, le entregó unas piezas de repuestos al parecer para una nevera – listo ya
-visítame- dijo el menor despidiéndose y elevándose para tomar vuelo
- lo haré, créeme Kakarotto - sonrió volteándose para entrar a su casa.