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Mi oscuridad Bronzeshipping por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi.

 

 

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos pertenecen al gran maestro Kazuki Takahashi.

¡Konnichiwa minna! Aquí les traigo mi más reciente fanfic (Acabo de escribirlo y terminarlo ahorita :$), es Bronzeshipping. ♥ *O*

Malik: Ya era hora, habías escrito de todos menos de nosotros -Dice cruzado de brazos frunciendo el ceño.

Yo: Ya, ya no te quejes, por fin tienen su momento -Dice encogiéndose de hombros.

Malik: ¡Gracias a Ra! ¬¬ -Dice mirándola feo.

Marik: No la veas así Malik -Dice el egipcio menor poniéndose a lado del egipcio mayor.

Malik: Hikari, tú lo dices porque tú si apareces en otro fanfic -Dice mirándolo con un puchero.

Marik: Si, pero siempre estoy solo cuando los demás tienen alguien, así que no te quejes -Dice tomándolo suavemente de las mejillas haciendo que lo miré a los ojos y le regala una dulce sonrisa.

Yo: ¡KYAAAAAAA! ¡Son tan bellos! ¡Necesito una cámara! -Dice corriendo de un lugar a otro buscando una cámara.

Bueno, disfruten esta nueva creación de mi loca mente. :3 Espero que sea de su agrado y sin más nos leemos en las notas finales. :3

 

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Marik Ishtar era un chico que se caracterizaba por ser muy tímido y cohibido, no podía expresar lo que sentía o lo que quería, sus compañeros encabezados por un chico de nombre Shinobu lo consideraban alguien muy débil y frágil de mente y corazón, por esta razón lo detestaban, por ser alguien noble que no se metía con nadie cuando todos los demás niños de su edad ya eran seres corrompidos por la maldad, esto llevaba a los compañeros del oji-lavando en especial Shinobu a tratarlo mal.

Las bromas pesadas estaban siempre a la orden del día, cada día el pequeño egipcio llegaba con algún nuevo moretón o raspadura por cuenta de sus compañeros, ante los ojos del mundo era algo normal, era la típica relación en niños de primaria, pero la realidad era que no era así ya que los otros niños realmente disfrutaban haciéndole daño a Marik.

La familia del egipcio provenía de una gran descendencia de guarda tumbas, por esta razón en casa de los Ishtar se encontraban resguardados dos tesoros que llevaban por nombre Artículos del Milenio, el primero era el Collar del Milenio y el segundo era el Cetro del Milenio.

Marik podría ser alguien tímido en la escuela, pero en su casa era otra historia, él y sus hermanos Ishizu y Rishid se la pasaban investigando cosas sobre el antiguo Egipto, tratando de averiguar la razón de ser de los artículos del milenio, el oji-lavanda sentía mucha curiosidad en especial por el Cetro del Milenio sin saber muy bien porque, varias veces había intentado tomarlo, pero no lo hacía por miedo al castigo que le pondría su padre.

Los días escolares de Marik pasaban igual y a pesar de que nunca les decía nada a sus compañeros por agredirlo el cometido de éstos se estaba llevando a cabo, dentro del corazón del pequeño pelicenizo se iba formando una plasta de color oscuro llamado odio hacia los que tan mal lo trataban y volvían sus días un infierno.

Un viernes durante la clase de educación física Shinobu y los compañeros del salón del oji-lavanda planearon hacerle la broma más pesada de todas las que le habían hecho.

Shinobu: Oye Marik, ven con nosotros queremos mostrarte algo –Dijo callando las risitas de sus amigos.

Marik: ¿Qué cosa es? –Preguntó el egipcio desconfiado.

Shinobu: No me mires así, mira sé que te hicimos cosas en el pasado pero queremos disculparnos contigo –Dijo poniendo una mano tras él con los dedos cruzados en símbolo de que era mentira todo lo que le decía.

Marik: ¿En serio chicos? –Dijo dando una bella sonrisa, empezaba a creer en las palabras de sus compañeros.

Shinobu: Si, lo que oíste, ahora ven con nosotros, encontramos un espécimen ultra raro que parece ser un viejo artefacto del antiguo Egipto y como sabemos que a ti te gustan esas cosas queremos mostrártelo –Dijo ahogando una risitas.

Marik: ¡Claro, vamos! –Dijo feliz comenzando a caminar tras sus compañeros.

Los chicos lo habían llevado con engaños detrás de la bodega escolar, al llegar ahí Marik se dio cuenta que no había ningún artefacto ahí.

Marik: Chicos aquí no hay nada –Dijo inspeccionando el lugar, en ese momento su instinto de peligro se encendió avisándole que algo no estaba bien, pero ya era demasiado tarde.

Shinobu le tapó los ojos con una tela negra mientras los demás le amarraron los pies y las manos con una cinta gruesa y lo metieron entre todos en un recipiente grande de metal que rodaron campo a bajo.

Marik lloraba inconsolablemente sintiendo los golpes en su pequeño y frágil cuerpo, no entendía porque eso debía pasarle a él, porque entre tantos niños en la escuela cosas así tenía que ser vividas por él, los compañeros del pelicenizo soltaron el recipiente y lo dejaron estrellarse contra una de las paredes, este retumbo fuertemente por dentro dejando atolondrado al pequeño egipcio.

El pequeño salió como pudo, tenía raspones y cortadas en sus codos y rodillas, mil veces maldecía ser él el que siempre fuera golpeado y lastimado, eso hizo crecer aún más la oscuridad de su frágil corazón, el odio y las ganas de venganza lo invadían por completo.

Salió corriendo hacia su casa que no estaba muy lejos de la primaria, lo último que quería era ver a sus compañeros y soportar las burlas de las que sería protagonista por haber caído en la trampa de los pequeños bravucones, el pequeño pelicenizo lloraba tanto, solo quería irse a su habitación para que nadie lo viera y así curarse él mismo las heridas como siempre y volver a actuar como si no le pasara nada.

Al pasar por el salón donde se encontraban los Artículos del Milenio se detuvo un momento, observo dentro y no vio a nadie aunque la puerta estaba abierta, era como una invitación a sumergirse centro de lo oculto y el misterio, inspeccionó que tampoco hubiera nadie afuera y entro cerrando suavemente la puerta tras él.

Comenzó a acercarse poco a poco hacia el altar de los artículos, en ese momento se dio cuenta que el Cetro estaba brillando y se movía inestablemente, el pequeño oji-lavanda como por arte de magia dejó de llorar, sentía en su corazón la necesidad de tomarlo, vaciló un poco antes de levantar su pequeña mano para posarla sobre el mango del Cetro, pero antes de que se diera cuenta éste ya estaba en su mano, al hacerlo el artículo brillo haciendo que el pequeño cerrara fuertemente los ojos, en ese momento la sombra de Marik que se dibujaba en el piso debido a la luz se alargó y el ojo de Horus se dibujó en donde se supone que estaba su frente, ese acto había liberado la maldad del corazón del pequeño egipcio y ya nada iba a poder contenerla de nuevo.

El pelicenizo abrió pesada y lentamente sus ojos, no había nada de luz, así que pensó que tal vez lo había imaginado todo debido a su estado anterior, sin embargo sentía la presencia de algo viéndolo desde las sombras, un poco temeroso volvió a dejar el Cetro en su lugar y salió rápidamente de la habitación.

Al otro día en la escuela durante el receso el oji-lavanda iba caminando por el campo para ir a su salón sin contar que sus compañeros se encontraban jugando futbol, al verlo pasar pensaron en hacerle una maldad e intencionalmente Shinobbu pateo el balón con toda la fuerza que tuvo en dirección al pelicenizo sin embargo en el momento el ojo de Horus brilló en su frente y esquivó el balón que fue a dar al vidrio de la dirección.

Esto provocó que la directora saliera y castigara a Shinobu.

Shinobu: Esta me la pagas… Marik Ishtar –Mencionó con mucho enojo en su voz divisando al oji-lavanda sentado debajo de una palmera Datilera.

Al salir de clases Shinobu jaloneo a Marik detrás de los baños, comenzó a patearlo y a lastimarlo, el oji-lavanda solo intentaba cubrirse lo poco que podía de los impactos, comenzó a llorar pero nadie podía escucharlo.

Shinobu: Llora todo lo que quieras que nadie vendrá a salvarte –Mencionaba dándole una patada a Marik en el estómago.

Cerca de ahí en las sombras de su mente se encontraba un chico muy similar a Marik solo que con el cabello más alborotado mirando la escena.

Marik: A…yú…den…me –Alcanzó a decir el pequeño egipcio cerrando sus ojos quedando medio inconsciente, en ese momento el ojo de Horus volvió a brillar en su frente y el pequeño de cabellos alborotados se acercó a él mirándolo con desprecio.

 

~~~~~~Recamara mental de Malik~~~~~~

……: Eres un fastidio –Dijo mirándolo con el ceño fruncido –Mientras yo esté aquí voy a protegerte –Dijo tomando dulcemente la mano del oji-lavanda, éste apenas si podía divisar que es lo que pasaba sin embargo sentía su corazón latirle muy fuerte.

Marik: ¿Qui…én er…es tú? –Preguntó con mucho esfuerzo.

......: Mi nombre es Malik –Dijo sonriendo maliciosamente mientras Marik caía inconsciente.

 

~~~~~~Exterior~~~~~~

Shinobu: Con que aún no te cansas –Dijo dirigiendo uno de sus puñetazos al rostro del menor –Ahora aprenderás –En ese momento Malik tomó control del cuerpo de Marik y se levantó sosteniendo el puño del otro chico con su mano.

Malik: Él que va a aprender es otro –Dijo riendo maliciosamente, esto aterro al chico y trato de huir sin embargo Malik no se lo permitió y terminó mandando el alma del chico al reino de las sombras.

 

~~~~~~Recamara mental de Malik~~~~~~

Marik: ¿Qué… pasó? –Preguntó llevándose una de sus manos a la cabeza, su cuerpo comenzó a dolerle debido a la paliza que le habían dado.

Malik: Ya está todo bien –Dijo poniéndose a su lado –Ya te lo dije mientras yo esté aquí te protegeré –Dijo cruzado de brazos sin mirar al oji-lavanda, este no podía creer lo que veía el chico que vio antes de quedar medio inconsciente si era real y no un producto de su mente.

Marik: ¿Tú de dónde saliste? –Preguntó algo asustado.

Malik: Me sorprende que no me reconozcas, yo soy tú, soy el producto de la oscuridad de tu corazón –Dijo volteando su rostro para mirarlo detenidamente – ¡Alégrate! A partir de hoy ya nunca más estarás solo, hikari –Dijo acercándose peligrosamente a él, el egipcio menor sentía que el corazón iba a salírsele del pecho.

Marik: Tú eres mi yami, eres mi oscuridad –Dijo mirando embelesado los ojos rojos de su par, Malik rio ante eso con superioridad y estampo un brusco beso en los labios del menor.

Al principio el oji-lavanda se sobresaltó, no entendía que era lo que el mayor estaba haciendo, pero después se dejó hacer imitando torpemente los movimientos del mayor, convirtiendo la acción en un beso desesperado sellando con esto el inicio y el que por siempre estarían juntos. 

Notas finales:

¡Konnichiwa minna! Liz Vidal reportándose una vez más, aquí estoy trayéndoles esta nueva pequeña historia, un pequeño One-shot, lo pensé ayer mientras venía caminando y casi me dan unos niños con un balón en la cara e.e pero bueno fue bueno porque sirvió de inspiración *u* bueno espero les haya gustado, si es así dejen sus comentarios, estos me ayudan a seguir haciendo este tipo de cosas. :3 

Nos leemos pronto mis queridos lectores, cuídense mucho.

Ja ne! :*


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