Nakamoto Yuta es el primero en suspirar de alivio cuando siente la brisa del lugar revolver su flequillo, sonriendo a continuación porque cree que haberse alejado de la ciudad para darse un tiempo en la playa fue lo mejor que pudo pensar en estos últimos meses.
El ajetreo en los estudios se van volando junto con el viento y Yuta comienza la marcha en la arena cálida hasta donde se halle más gente- su equipaje quedó en el hotel y solo lleva su existencia y las ganas de sentir el agua salada en él.
Es realmente precioso como las olas van y vienen, como se oyen las risas de las personas que están alrededor. El sol está escondiéndose y se apresura en buscar un lugar donde pueda quedarse mirando por la eternidad la majestuosidad del sol. Aún así no se desanima al ver que no le gusta ningún lugar; de hecho, ve por donde hayan rocas y se asegura a sí mismo que ese será el lugar definitivo.
Mientras camina en las orillas del mar, deja sus huellas y balancea juguetón sus zapatos aferradas a sus manos e incluso se fija en la variedad de personas que seguramente vienen del extranjero para pasar unos días aquí. El ambiente es perfecto y quiere quedarse para siempre. Salta en reflejo cuando el agua toca sus pies y termina riendo solo por su reacción.
Con una distancia muy corta a las rocas disminuye el ritmo de sus pasos y mira curioso la luz que se expande hasta iluminarlas- el calor también se siente y le ha entrado la curiosidad. Con infantil andar camina hasta asomarse por el borde de una roca y suelta un jadeo sorprendido cuando ve un grupo minúsculo de personas alrededor de una fogata- algunas se toman selfies y otras hablan en susurros. Yuta se dice que probablemente vienen como pareja aquellas personas y sonríe contento.
De pronto le ha entrado la curiosidad y se pregunta si puede estar ahí, como todos ellos. Sí, Yuta es un joven adulto muy curioso y cauteloso. Estaba debatiendo en eso hasta que nota que un par de miradas se han instalado en él.
—¡Hey! ¡Tú!
Su cuerpo pierde la estabilidad y en dos segundos, su espalda choca contra la arena. Cierra sus ojos esperando que una fuerza misteriosa lo arrastrase y lo sacase de ese apuro pero es demasiado tarde cuando el sonido de la arena se acerca hasta llegar al alrededor y alzarlo para acomodarlo entre las piernas de alguien.
—Chico ¿estás bien?
Teme abrir sus ojos y los aprieta con fuerza después de sentir el pecho contra su espalda mientras golpea suave sus mejillas: nada mejor que hacerse el desmayado. —Ya sabemos que no fue fuerte, abre los ojos niño.
La voz que le habla le suena atrayente y además, suena como el inglés no típico. Abre un ojo y lo primero que ve son ojos grandes y mirada penetrante y divertida. Se levanta con rapidez y traga saliva como si agua del desierto fuese. El chico desconocido le sonríe burlón y solo se anima a hacer reverencias a cada segundo. —¡Perdón! Lo siento mucho, no es que lo estuviese espiando pero-
—Calma...
Solo entonces se da cuenta que otro chico- ¿otro chico? un puñado de ellos y un par de chicas alrededor suyo ríen discretos y con adoración. —De todas formas, perdón por interrumpirlos— dice con nerviosismo Yuta mientras se reverencia una última vez hacia el desconocido.
—¿Por qué no viene con nosotros, Ten? Así le cobramos las disculpas—; el aparentemente llamado Ten y él dirigen la mirada hacia la chica de mejillas apretadas y redondas. Yuta recuerda haberla visto cuando notó que habían parejas y efectivamente, un chico alto y de mirada seria la tiene apretada hacia él con su brazo en los hombros pequeños.
Yuta mira de nuevo a Ten y maldice porque él de verdad lo está considerando. Cuando siente que se está demorando un poquito, Ten le mira detenidamente de pies a cabeza y sonríe. —Me gustan tus ideas, Wendy...
—¡Yah! Youngho es el único que puede llamarme así—; Yuta está agradecido de estar conociendo rápidamente sus nombres, aunque le queda por conocer una docena más y seguramente ellos no le quieran a su lado y bueno, ya sabe a quien llamar cuando esté perdido y vea a estas personas de pasada.
—Sí, sí, dejaremos las cursilerías para ti y Johnny. Ahora, tú— señala Ten a su persona— vendrás con nosotros, no nos hará daño incluirte y hablar un poco ¿verdad?
Quisiera responderle algo ahora pero tiene serios problemas con el inglés y Ten no parece ser alguien japonés o coreano, valga la redundancia. Asiente con sonrisa tímida y piensa que quizá no ha ido tan mal después de todo.
—¿Japonés?
La chica cursi, Wendy como le dice su novio y Seungwan como comienza a decirle en medio de esta conversación, le mira y está contento otra vez de que se estén comunicando en coreano. El fuego está en su punto fuerte y el calor hace un exquisito contraste con el viento helado que a esas horas está corriendo.
—Sí, pasar unos días aquí no sonaba mal así que dejé todo de lado hasta llegar...— dice antes de comer un malvavisco derretido de forma graciosa. Seungwan ríe con aura maternal y fija la mirada en su pareja que estaba hablando con Ten mientras le miran a ambos desde ahí. Yuta mira de imprevisto también y traga el resto de la goma dulce cuando su mirada choca con la de su "salvador".
—¿Cuanto tiempo con Johnny?— pregunta quieto y alejando la mirada de ambos chicos, cambiando el tema para evitar la incomodidad que podría venir. Wendy no le mira pero sonríe como la chica enamorada que es y eso alegra el corazón de Yuta. —Un año y cuatro meses, los que cualquier pareja pudiese desear— responde la chica con voz suave.
—Se te ve enamorada...
—Espero que puedas encontrar a alguien así, en serio—; Yuta piensa que la playa podría ser un escenario perfecto para mágicamente encontrase al amor de su vida. Pero se conforma con pensar que no está del todo mal tener esos llamados "amor de verano".
—Quizás...
Por otro lado, Youngho mira con curiosidad el rostro serio de Ten y como sus ojos se pegan hacia el chico intruso del frente. Si lo piensa, el calor que proporciona la fogata y las llamas altas dan un toque de fotografía al nuevo. —Chitta, hombre ¿estás bien?
—¿Wendy fue tu amor de verano?
La pregunta le toma por sorpresa. Se está imaginando un montón de razones por las cuales se atrevería a preguntar eso pero no quiere meterse mucho; con Ten nunca se sabe. —Sí ¿ocurre algo? Porque estoy pensando muchas cosas amigo.
Ten mira sin entender que hay de atrayente en un mocoso que come malvaviscos como si fuese bebé en sus primeros meses y quiere profundizar en sus pensamientos pero no llega a nada y niega con un suspiro. —Ideas tontas, nada de que preocuparse.
El sol ha perdido el brillo entre las aguas saladas y la luna ha salido a dar encuentro. Sin saberlo, ambos chicos piensan que la luna está más bonita que muchas de las veces anteriores. Yuta sonríe y Ten le mira tratando de no hacerlo también.
Las risas de Jaehyun, Seulgi, Irene y su nueva amiga Wendy le contagian y pronto se ven los cinco riendo mientras se toman selfies con caras extrañas. Los días van pasando de maravilla y a la semana se veía riendo caminando junto a Ten con su equipaje en mano hasta el lugar donde algunos del grupo de amigos se estaban quedando.
Recuerda lo amable que fue Ten al dejarle libre su cama para que descansase. Aunque cada noche se le hace más difícil, si debe ser honesto.
La distancia de la fogata grupal y el lugar donde la mayoría estaba quedándose era caminar unos veinte minutos a paso rápido. Ten le había confesado que prefería caminar treinta minutos a paso lento mientras fuese con él. Cada noche que el grupo no veía las ganas de ir a hacer fuego, ellos dos tranquilamente iban caminando a paso lento por la arena mientras comparten anécdotas de sus vidas cotidianas y de viajes pasados. Yuta no sabe si es de verdad o no, pero está sintiendo la química.
—¡Chitta! ¡Selfie~!
Ten se gira apenas escucha a Irene gritarle desde la distancia. El mar sube su marea y los otros cinco siguen sacándose fotos con las olas de fondo. Se queda un poco inmóvil mirando las poses que Yuta realizaba en cada pose y, luego, como agita su mano señalando que se acercase. Despierta de su momento cursi y corre riendo hasta ellos. —¡Ponte detrás de Nakamoto!— dice Wendy apresurando al recién llegado.
Se toma su tiempo; Yuta le sonríe y le hace un espacio para que se instale. Pronto ambos sonríen mirando a través de la cámara: las sonrisas de ambos y una linda foto se ha guardado en la memoria del teléfono de Wendy.
—Ow~ Que lindos se ven ustedes, no puedo~
Wendy muestra con orgullo la foto reciente y chilla emocionada al señalar a ambos chiquillos. Yuta ríe sonrojado mientras oculta sus ojos con el flequillo. —Se la enviaré a Johnny, síp.
«¿Suena bien "YU10"¿? :0», la foto cortada alrededor de Yuta y Ten es enviada y Youngho ríe al verlos en la foto mientras espera que pase la persona frente a él para pagar las cosas en caja.
La fogata está con vida y Ten se aleja entre risas después de ver que Yuta se disculpa para ir a mojar sus pies. Se escabulle entre los cuerpos de sus amigos y una vez lejos de la luz ardiente, ve a la distancia al chiquillo que camina con lentitud hacia la orilla. Decide darle su tiempo y seguirle a unos metros de distancia.
Se mantiene cantando la letra en su cabeza cuando escucha que el japonés tararea una canción de moda en estos días y chapotea con el agua en cada paso que da. Se las ingenia para que no le vea cuando a Yuta se le ocurre dar una mirada a la luna cada par de pasos.
Un par de minutos más y Yuta se detiene. Comienza a ver donde puede esconderse pero ya es tarde cuando el otro se da la vuelta y se encuentran cara a cara. —Oh, hola—; Ten sonríe nervioso y agita su mano. El contrario rió y se acercó hasta estar a su lado; —¿Caminamos?— le pregunta con mirada ansiosa.
—Cuando quieras...
Entonces, retoman la caminata ahora, juntos. El silencio es cómodo y ambos se relajan con el sonido de las olas y el agua tocando sus pies. En algún punto de su caminar, sus manos rozan y ninguno hace nada al respecto; eso molesta un poco a Ten. Está ansioso, está descubriendo algo que no se atrevió a responder a Youngho el día que llegó el extranjero.
—¿Tuviste un amor de verano?
La respuesta está demorando pero se relaja cuando ve a Yuta a punto de responder. —Creo que sí y espero que esa persona me tenga a mi en esa categoría.
Suena lógico: el amor de verano llega como el viento y se lo lleva de la misma manera. Puede sentir el temor de que Yuta precisamente no haya olvidado por completo a ese sujeto. —Ya veo...
—No es antiguo, la verdad...
Entonces hay un rayito de esperanza en ese temor. —¿No? Me parece, la verdad.
—Pero dime tú si has tenido un amor de verano— pregunta Yuta apenas haciendo notar su voz en medio del ruido del mar. No debería estar pensando tanto en esto. —Según lo que me ha contado Johnny, no creo haber tenido uno hasta...
Algo le impide continuar la frase; cuanto quiere decirle que hasta ahora él le ha estado enseñando ese concepto sin notarlo. Ambos se detienen y Yuta toma su mano sin fuerza para instalarse a su lado y sonreírle; ambos prefieren mantener nuevamente la serenidad del ambiente y mirar la luna.
—Hasta ahora.
Y ambos asintieron, apretando con fuerza sus manos entrelazadas mientras el agua cubre sus pies y, curiosamente, una alga traviesa navega entre ellos hasta enredarse en ambos pies. El concepto de "amor de verano" está teniendo un nuevo significado.
—Por favor, una foto conmemoración del último día de fogata~
El grupo se une alrededor de la fogata, lo suficiente para no quemarse y poder tomar una foto con el teléfono de Wendy. Las parejas se han unido rápidamente y ya nadie se sorprende cuando, tímidos, Ten y Yuta se sientan al lado del otro. Wendy chilla y la victima de la emoción es Johnny; la cara de Seungwan restregándose en su pecho con violencia es sufrimiento.
—Quiero decir unas palabras— dice Irene con timidez. El grupo asiente y esperan que la chica bajita tome el mando con su discurso. —Estoy muy contenta con el resultado de este año; estoy segura que entre nosotros y sus propias relaciones han ido mejorando la conexión en estos días. El amor está flotando en el aire chicos, no lo nieguen. — bromea Irene causando la risa leve a todos los presentes. —Sé que tendremos que esperar hasta el siguiente verano para poder pasarla bien pero estoy segura que todos nos mantendremos en contacto- ¡ah! También deben hacerlo con Nakamoto, nuestro nuevo cordero y que ojalá podamos reunirnos la próxima contando contigo—; Yuta le sonríe conmovido y asiente con emoción por el tono cariñoso que usa la mayor con él.—Ahora... como es la última foto grupal de este verano, quiero que para ello hagan la pose o algo que quieran hacer para recordar este verano y no sean tímidos; todo vale.
—¡Vayan acomodándose!
Con el mandato de Wendy ya dicho, todos se levantan de donde estaban y se acercan para formar el montón que saldrá en la foto. Yuta y Ten se hacen lugar frente al grupo y se quedan justo al lado de Wendy y Johnny. La mente de ambos chicos estaba en blanco: ¿qué hacer para recordar este día?
—¡Va contando! ¡Cinco!
Todos gritan emocionados y Ten no se inmuta. —¡Cuatro!—; sus manos se aferran a la cintura del japonés y su barbilla se sostiene en el hombro de Yuta. —¡Tres!—; Yuta se gira haciendo contacto con los ojos profundos que alguna vez temió ver. —¡Dos!—; Wendy y Johnny se acercan para rozar sus narices con ternura. —¡Uno!—; el efecto de la cámara disparó y, entre medio de poses y rostros graciosos, Yuta impactaba sin rudeza sus labios contra los del extranjero a ojos cerrados. Wendy y Johnny se besaban a lo esquimal e Irene y Jaehyun hacían caras de impactados mientras reían sinceros y señalaban a los demasiado cariñosos a través de la cámara.
Japón estaba totalmente anexo a la burbuja de tranquilidad que le proporcionaba su sofá y su laptop. Bebe un poco de su jugo de frutilla y sigue bajando a través de la página donde ya tiene a todos sus nuevos amigos agregados y contempla contento cada foto que suben con aquellos recuerdos donde él estuvo presente. Yuta se sorprende unos segundos cuando ve la foto conmemoración publicada; la foto había sido mandada por Wendy días después del regreso a sus ciudades y no se había visto más esa foto.
Ríe como tonto enamorado —como alguna vez pensó de Wendy cuando se conocieron— cuando ve el nombre de Ten como el responsable de la publicación.
«Campfire succeded! Amor de verano, nos vemos este año!»