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Creo que no cambiaste... por Yukine Kazuya

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Notas del fanfic:

Aqui les dejo, uno mas de estos OS para festejar el cumple de Miyuki, estamos llegando al final del mes, y con ello al festejo, aun faltan algunos y espero que este sea de su agrado 

Me quito para que disfruten de su lectura 

Notas del capitulo:

Diamond no Ace y sus personajes no me pertenecen

ADVERTENCIA CONTIENE SPOILERS 

Miyuki dejo escapar un suspiro mientras metía sus últimas cosas en la maleta, tenía que volver a casa. El año pasado había sido igual, no era como si no quisiera a su padre pero desde que estaba en Seido había notado lo silenciosa que era su casa, sin mencionar lo sola. Aun así no había nada que pudiera hacer, tenía que volver.

Camino con el resto hasta la estación del metro donde todos se separaron. Al último quedaron Miyuki y Kuramochi, que despidieron entre carcajadas a un lloroso Sawamura, que como siempre tenía que exagerar las cosas. Había balbuceado promesas de volverse más fuerte en eso días y de pedir mucho en el templo no solo por él, sino por el equipo y por su capitán para que la dichosa lesión ya no le causara más problemas.       Kazuya y Youichi pararon de reír por un instante en esa última parte, pero después lo hicieron con más fuerza al ver que Sawamura lloraba con más intensidad, habían anunciado su tren. Cuando por fin se quedaron solos, dejaron de reír y se pusieron algo serios. Sobre todo Kuramochi

-sobre lo que dijo Sawamura, yo también pediré lo mismo, así que no hagas nada estúpido en estos días. Tienes la obligación de recuperarte por completo, no me agrado ser tu suplente –Miyuki permaneció callado por unos instantes antes de que una sonrisa apareciera en su rostro

-¿así qué no te gusto ser capitán?

-no dije eso, no me gusto ser TU suplente, si tenía que ser capitán me hubiera gustado que fuera porque te arrebate el titulo.

-jo, pues entonces no creo que eso pasa

-serás idiota. Entiende, el equipo se preocupo por ti

-si me di cuenta y por eso no tienes que preocuparte, me ofendes no soy como Sawamura que no conoce cuando tiene que detenerse

-tu tampoco, eso me quedo completamente claro. Así que mejor solo haz lo que te digo

-si, si, lo hare

 

Justo en ese momento llamaron al tren de Kuramochi que se acomodo la mochila y relajo su semblante, le dio una suave patada en la espalda a Miyuki. y con una enorme sonrisa y mano en el aire le deseo

-feliz año nuevo y nos vemos el próximo año

-hahaha tenlo por seguro

 

Miyuki vio como el tren se alejaba, el discurso de Mochi, ya se lo esperaba y era por cosas como esa que no le apetecía tanto regresar a su propia casa. Su tren no tardo en llegar y su trayecto realmente era corto así que no tardo mucho en llegar a su casa. Como siempre su padre estaba sumergido en el trabajo y apenas unos cuantos movimientos de cabeza bastaron para darle la bienvenida a su hijo. La casa estaba igual que la última vez que había estado ahí y de eso ya era un año. Resignado tomo algo de dinero del lugar donde siempre estaba guardado y salió para compra los ingredientes necesarios para preparar una cena decente.

 

 Cuando salió de su casa noto que incluso las casas vecinas no habían cambiado en nada, mientras recorría el camino se quedo pensando que tal vez eso era algo que no le permitía sentirse a gusto, era como si todo se hubiera quedado suspendido en el tiempo y justo en aquel tiempo. Volvió a soltar un suspiro y sacudió la cabeza, no podía dejar que aquellos recuerdos lo invadieran. Eso era lo molesto de esa época, no podía evitar recordar a su mamá. Pero recompuso una sonrisa y volvió a concentrarse en lo importante en ese momento los ingredientes para la cena.

 

Cuando regreso, se dio cuenta que algo si había cambiado, la casa de alado tenía las luces prendidas y según el recordaba esa familia se había mudado hacia algo de tiempo e incluso el año anterior no había estado ocupada

-al parecer si cambiaron un poco las cosas –pero no había terminado de pensar en aquello cuando alcanzo a ver una figura familiar recargada en la barda que dividía ambas casas –o tal vez no –aquella persona deba vueltas a una pelota de beisbol en sus dedos –¿qué haces aquí Sanada? –Sanada dejo de girar la pelota y se enderezo para quedar de frente con el catcher y dedicarle una ancha sonrisa –pensé que te habías mudado

-¿Qué crees que hago?  Pasar las fiestas en casa y si, nos habíamos mudado pero al parecer a la abuela le gusta mucho esta casa y decidimos pasar aquí los días libres y probablemente terminemos mudándonos, con ellos nunca se sabe –Miyuki lo escuchaba con una ceja levantada

-sí, suena a algo que tu abuela haría y ahora la pregunta es ¿Qué haces específicamente aquí afuera? –Sanada titubeo un poco –Está haciendo bastante frio como para querer estar afuera –el pitcher se puso un poco mas tenso

-bueno, yo, la verdad es que supe por Raichi que le conto Sawamura que hoy salían de clases y te estaba esperando –Miyuki no se esperaba eso, frunció el seño

-y ¿para qué me estabas esperando? –Sanada dejo escapar un suspiro y parecía que luchaba por decidir si decirlo o no

-mmm necesitaba hablar contigo, no lo hemos podido hacer realmente en ninguna de las ocasiones en las que nos enfrentamos.

-ahora que lo pienso creo que tienes razón pero no pienso hacerlo en el frio. Recuerda que me recupero de una lesión y este clima no ayuda –fue una fracción de segundo pero cuando menciono la lesión la expresión de Sanada se torno en una de molestia, como si el fuera el lesionado

 

Sin más que decir Sanada siguió a Miyuki hasta su casa. Sanada no recordaba que tuviera esa sensación de vacio pero suponía que después de que Miyuki se fue su padre pasó menos tiempo en ella y más en la fábrica. Miyuki le ofreció un poco de refresco y se llevo una bolsa de papas fritas hasta la sala donde se sentaron en el piso. Kazuya no sabia muy bien de que quería hablar el pitcher de Yakushi pero había sido bueno que escogiera ese día, seguramente su padre se quedaría toda la noche en la fábrica para adelantar el trabajo del día que descansaría por las fiestas, en pocas palabras tenían toda la noche para hablar de cualquier cosa. 

-¿y bien? –Sanada no sabía muy bien por donde comenzar pero tal vez con lo más reciente

-si sabes que fuiste un completo idiota ¿verdad?

-¡auch! y eso ¿por qué fue?

-porque jugaste una final con una lesión y corriste el riesgo de empeorarla. Y por lo que entendí se la ocultaste a todos  -Miyuki lo vio fijamente pero podía notar que eso no le sorprendía, que en realidad se lo esperaba, seguramente ya se lo había escuchado a alguien más.

-ni tú fuiste capaz de darte cuenta ¿o me equivoco? –Sanada no esperaba esa respuesta

-y-yo, sí, lo admito tampoco me di cuenta, de haberlo hecho habría buscado la forma de presionarte y sacarte del campo

-si, ya conozco tus métodos. Así como eres habrías terminado lesionándome aun más

-¡oye! y no quieras volteármela, debiste decirlo

-en realidad quise hacerlo pero Ono no habría podido con ustedes y los ánimos del equipo también se hubieran caído. Por más que lo pensaba no era capaz de decir la verdad, ni siquiera cuando Kuramochi se dio cuenta y me enfrento antes del partido.

-así que no cambiaste

-¿Qué?

-lo que dije, no has cambiado. Siempre solo, sin confiar realmente en los demás. Ahora hasta una excusa te han dado. Eres el capitán y tienen que actuar como uno, no puedes mostrar debilidades. La excusa perfecta para no permitir que nadie se te acerque. –Miyuki permaneció en silencio –pensé que habías cambiado cuando te vi con ese pitcher zurdo. Había algo diferente en ti, no sabía que era pero estaba ahí. Ahora supongo que solo fue mi imaginación

 

El silencio se instaló y se prolongo ligeramente pesado. Miyuki siguió tomando de las papas mientras que Sanada le daba vueltas a su vaso. Mientras lo observaba, Kazuya entendió porque había sentido que se complementaba tan bien con Sawamura, de algún modo el pitcher de primero le recordaba a Sanada, no podía decir exactamente cómo pero había algo similar en ambos.

-así que al final, esta si fue una visita para regañarme. Aun que dedo de admitir que me sorprende que viniera de ti, tu también te has lastimado y sabes lo frustrante que es saber que tienes que detenerte por algo que no planeaste. No era mi intensión preocupar a nadie, pero como lo dijiste soy el capitán y aun sobre eso soy el catcher y tenía que ver qué era lo mejor para el equipo aun si tenía que pasar sobre mi persona –no sabía muy bien por qué pero Sanada estaba molesto pero además de eso celoso, por aquellos que habían estado con Miyuki todo ese tiempo  

-y mira que lo hiciste muy bien ¿Qué crees que tu equipo iba hacer si esto hubiera sido aun peor? Kazuya, las personas a tu alrededor buscan apoyarte ¿Por qué demonios no te das cuenta? Ya te lo había dicho no tienes que cargar con todo tu solo

 

La mirada que Sanada le dedicó, lo dejo helado. No era la primera vez que la veía, pero no dejaba de desconcertarlo. El pitcher estaba preocupado, molesto y celoso. Nunca había terminado de entender bien porque le importaba tanto a Sanada y menos en ese momento, eran rivales. No tenía mucho que les habían arrebatado el pase a Senbatsu y encima lo habían hecho con su cuarto lesionado. Era para que Sanada intentara golpearlo, no hacerlo entender lo importante que era para las personas a su alrededor.

 

Sanada se dio cuenta que se había alterado, algo que siempre terminaba pasando cuando estaba cerca del catcher. Esa persona tendía a sacar lo mejor y lo peor de él mismo. Y si estaba ahí en ese momento era justamente por todo lo que le provocaba y que entendía que era tiempo de poner en orden algunas cosas y solo hasta que pudiera hablar con Miyuki se acomodarían, dejo escapar un suspiro resignado

-en realidad no venía a regañarte, solo que tú y tu encantadora personalidad retorcida hacen que pierda el control

-muchas gracias

-no fue un cumplido, idiota. –ambos se rieron y eso aligero bastante el ambiente que había comenzado a formarse –la verdad es que no sé como decirte esto –Sanada comenzó a tallarse el cuello y un muy ligero sonrojo apareció en sus mejillas.

 

Miyuki llevaba rato observando cada gesto y cada detalle de aquella persona que tenía enfrente. Lo conocía desde hacia tiempo, habían jugado alguna vez juntos pero lo más importante habían pasado las tardes juntos, cuando más lo había necesitado. Ahora que lo pensaba, hasta les habían dado palizas juntos, de las cuales más tarde se habían reído. Y justo en ese momento volvía a parecer. Cuando se había encontraba solo era Sanada Shumpei el que aparecía. Jugar contra el había sido extremadamente divertido y verlo desde la caja de bateo le había hecho entender algunas cosas que hasta el momento no había sido capaz de dar orden. Era extraño como terminaban atrayéndose el uno al otro. Y en ese momento el pitcher intentaba decir algo que tal vez Kazuya ya sabía…

 

Sin pensárselo mucho más tiempo, se estiró desde su lugar y casi subiéndose a la pequeña mesa de centro alcanzo la playera de Sanada y le planto un beso que el otro aun con la sorpresa correspondió,  porque si las palabras no podían llegar a su boca, sus acciones seguro que si lo hacían. Disfrutaron del silencio y de los labios ajenos, ambos eran suaves y el beso no dejaba de ser un juego entre ambos, en un momento Kazuya tenía el control y al siguiente Shumpei lo hacía. Cuando por fin se separaron, Miyuki lo soltó y se sentó en su lugar como si nada. Le dedico su típica sonrisa burlona

-si yo soy el que no entiende, tu te tardas demasiado.     

Notas finales:

Bueno alguien pidio un MiyuSana y yo les di esta pequeña historia. Yo tenia tiempo pensando en esta pareja y medio tenia una vaga idea de lo que queria pero no terminaba de aterrizarla. Esta sin embargo creo que me salio con bastante fulidez, asi que esperen pronto por otro fic donde esta pareja es la protagonista. 

Como siempre comentarios, sugerencias y dudas son bien recibidas y si solo quieren pasar a saludar tambien se vale. 

Aun pueden participar con su sugerencia, ya quedan pocos dias 

Saluditos 


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