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Naugthy boy por -oOYUKI-NII-Oo

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Notas del fanfic:

Tenía muchas ganas de hacer un Fic donde Boruto fuera el eprsonaje principal y sacarme la espinita que tengo sobre esa sensación de mal padre que es Naruto, y la forma en que tiene su relación con Hinata, y sus hijos de forma general.

Al igual que experimentra con este nuevo Sasuke, mas adulto, de mente abierta y con sus fallas también, espero que disfruten de la lectura, y de este experimento que ha nacido de mis inquietudes e imagenes de Sasuke seindo el sensei de Boruto.

∞ Titulo: "Naugthy secrets"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

Ranting R-15

∞ Pareja: SasuBolt InoBolt

∞ N/A Naruto no me pertenece. Todo es de su gran autor, Kishimoto-Sensei

∞ Resumen: Quiere irse con él, dejarse llevar y atravesar esa pared invisible que le separa. Porque es infantil, porque le acelera el corazón, porque es solo Sasuke el que le hace derramarse de amor. Semi AU

 

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Preludio

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Si alguien se hubiera tomado el tiempo de explicarle, de contarle que hace muchos años atrás todo era muy diferente, de que los sueños que hoy tiene eran promesas dichas en voz alta por quien él esperaba siempre, sentadito en la cama a que llegara para darle las buenas noches, si tan solo alguien, quien fuera, tuviera la bondad de relatar que sus sentimientos no deberían de tener lugar bajo ningún contexto, entonces él podría tener un poquito de esperanza que se le murió en algún punto del camino entre ser lo que debería y pretender lo que no quería.

Si tan solo alguien, se hubiese detenido a verle el suficiente tiempo como algo más que el heredero de uno de los ninjas más fuertes de la historia, se habría percatado de ese algo que andaba mal, en la mirada azul apagada y la falta de ilusiones infantiles. Pero nadie lo hizo, es quizás por eso que ahora todo se ha vuelto una serie de sucesos que esconden la raíz de las nulas expectativas y los gritos por llamar la atención de un mundo que lo era todo pero pronto se volvió el escenario en donde desplegar un guion aprendido de memoria, que incluía la presión de una aldea y una vara para medirle.

Boruto tiene 6 años cuando es consciente de las cosas, de los días consecutivos en que papá no está en casa, en las ojeras marcadas en el rostro de mamá y las horas en vela que Himawari se pasa, aferrada a los barrotes de la cuna, llorando a todo pulmón hasta quedar afónica. Las cenas familiares desaparecen a una velocidad apremiante frente a sus ojos. Los juegos en el jardín bajo las nieves de invierno se almacenan junto a los juguetes nuevos que no compensan los tiempos de soledad.

Al mes, Boruto se une al llanto de su hermana, más silencioso, y ahogado por la almohada, papá ahora llega de madrugada y ya no se asoma a través de la puerta para cerciorarse que este dormido, ahora usa un clon que le ve desde la ventana, a él, a su madre y Himawari. Tan impersonal.

En los desayunos ya no hay mas ramen de contrabando y la televisión es la única cosa con voz que anuncia que el Hokage ha viajado a Suna a renovar los tratados comerciales. Boruto mira a su madre, espalda encorvada y luz extinguiéndose, friendo los huevos y hay algo ahí que no encaja, papá no está inclinado sobre ella, pidiendo “por favor que también haga sopa de miso y evitemos los vegetales  ttebayo”

Aprieta la boquita, mamá parece más triste si él pregunta si hoy papá comerá con ellos. Así que lo guarda, se traga la cuestión junto a un bocado de huevos y un trago de té de cebada. Y esa es una nueva técnica a la cual ha recurrido demasiadas veces en los últimos días. Llenarse la boca con fruta, con dulces, con pan, para que su garganta absorba los gritos, el llanto, la incomprensión, para que nadie más que él quiera llorar, en esa casa que ahora le parece demasiado grande solo para ellos tres.

Cuando el día de entrar a la academia llega, Boruto rompe la formación para el disgusto de Shino-Sensei que se recuerda que la hiperactividad es un rasgo heredado del Uzumaki, y que si sobrevivió al padre podrá hacerlo al hijo. Es por eso que tomando con suavidad los pequeños hombros, le hace cuadrar otra vez, tras Shikadai que da cabezazos hacia adelante y bosteza de forma sonora, ignorante de las palabras de recibimiento que el encargado de la academia dice en ese momento.

Boruto, se sacude las manos de Sensei, y ahora se para de puntillas para tener una mejor visión del frente del escenario, Mizui- Sensei, nuevo director de las instalaciones se ha retirado unos pasos para darle el lugar frente al micrófono al nanadaime, sería una completa mentira decir que él no estuvo esperando por ese momento, en el que su padre también se uniera a la ceremonia de bienvenida, no de la forma usual que los padres de los demás lo habían hecho, sino tomando control del evento y diciendo- no solo para él sino para cada niño que se integraba a esa generación – que ellos serían el fuego nuevo, el futuro que protegería a la aldea, a esa tierra que daba tanto y sus seres queridos que conformaban una parte importante de lo que ellos eran.

La voz ahora más grave, con un brazo vendado y arrugas surcándole el rostro, era la misma voz de un chiquillo que una vez hizo llorar a Zabuza y sucumbir a Nagato. Y era la misma que ahora provocaba aplausos y devoción. Boruto sonrió, a la espera de que tras el acto, Naruto se reuniera junto al él, tal y como lo habían hecho los padres de Inojin y Chōchō.

El Hokage bajo las escaleras y camino hacia la salida de la academia, no vio ninguna vez atrás, Boruto quedo con su brazo suspendido en el aire para llamar su atención y con los ojos confundidos de su hermana que no entendía porque su sonrisa se había evaporado de su rostro.

Tal vez fue ese día que algo termino por romperse, que tomo botes de pintura recluidos en la bodega familiar de los Hyuga y se colgó con arneses y cuerdas. Como un acto de rebelión, como una demostración silenciosa de que no dolía, no lo hacía. El rechazo era algo que no conocía, vacio la pintura de color azul sobre el rostro tallado de su abuelo Minato y continuo con el de la vieja Tsunade.

Boruto dio una pincelada furiosa una y otra vez, no escuchando a Konohamaru ni Iruka, continuando con un nudo en la garganta y el corazón hipeándole dentro del pecho, un poquito moribundo y  tembloroso. Sus manos no soltaron las cuerdas ni el bote de pintura hasta que él apareció, para sostenerlo entre sus brazos, para darle ese discurso, uno más de estos, que sería una declaración de algo que ya sabía, Naruto había dejado de ser su padre en el momento en el que había tomado el puesto de Hokage, no, se dijo, fue mucho antes, fue cuando Kakashi- Sensei pensó en renunciar que todo se fue a la deriva.

-Se que esto debe ser difícil para ti r13;Y sintió como el agarre sobre su cabeza se intensifico, de esa mano que había perdido en una batalla de la que él no era consciente, así que bajo la mirada, no quería verle - Porque tienes que aprender a ser fuerte -, ¿ser fuerte dolía?, se pregunto entonces Boruto, pensando en lo que había estado sintiendo durante todo ese tiempo -. Porque tú también eres un ninja.

Naruto se inclino un poco más ante el rostro serio de su hijo, para tomarlo y estrecharle. Boruto sintió el tirón e su estomago, de estar bajando hasta la plaza, del viento contra su nuca y el olor a pintura mezclándose con el fuerte aroma de su padre, ser ninja parecía significar que todo dolería, que sería difícil y que en definitiva no le gustaría.

Cuando la calidez termino y el regaño de Konohamaru comenzó, Boruto miro la espalda de su padre alejarse, como la de un juez que ha dictado sentencia. Todo había terminado, el apellido Uzumaki entonces comenzó a ser un peso mayor al que sus piernas podían soportar unido al clan Hyuga. Boruto se rompió un poquito más, Naruto no lo noto.

Nadie lo hizo, continuaron viendo al heredero, caminar con las manos en los bolsillos, por las tardes donde no había entrenamiento en la academia, se acostumbraron a las bromas inofensivas, y a verlo correr siendo perseguido por un clon del Hokage.

Boruto lo hizo bien, fingió como un actor nato, que su interior no estaba lleno de cicatrices y esperanzas rotas, mostro sus sonrisas y se instalo en el flujo, de esa casa en la que se pretendía que eran la perfecta familia. El heredero trato de vivir con ese destino, incapaz de siquiera saber que si el tío Neji estuviera vivo, no hubiera permitido jamás que él fuera dañado, incluso si eso provocaba darle un golpe directo a la mandíbula a Naruto para que fuese capaz de reaccionar, quizás él hubiese sido su figura paterna, incapaz si quiera de abandonarle por su posición de rama secundaria y protector de su madre. Neji hubiese sido el refugio perfecto en donde resguardarse cuando parecía que todo se iba a la mierda.

Pero Neji está muerto, Boruto jamás le conoció, y Hinata, esposa demasiado sumisa y abnegada, se ha adaptado a la forma de funcionar de Naruto, incapacitándola de ver el desastre que todo se está volviendo. No se puede ser la perfecta esposa y madre al mismo tiempo, piensa Boruto, y es en esta casa donde su padre es quien tendrá la prioridad. Padre. Boruto no recuerda cuando fue la última vez que le llamo de esa forma, ahora la palabra le sabe tan extraña, porque viejo es un suspensión del tiempo espacio al que Boruto pretende aun poder volver.

Pero entonces paso, abandono lo último que quedaba ese día; abre la puerta de casa de forma brusca, y sube las escaleras de dos en dos, ignora el llamado de su madre mientras corre por el pasillo sin aire en los pulmones Boruto resbala por la puerta de su habitación, tratando de tranquilizar su optimismo ante la llegada de su padre  junto a una sonriente Sarada a la aldea,  la imagen de ella apretándose contra el Hokage no desaparece, no importa cuántas veces sacuda su cabeza, la chica parecía flotar a cada paso que daba junto a él, los ha visto encontrarse en el parque cerca de la academia. Ella tiene las manos tras la espalda, y se balancea tenuemente sobre sus pies, Naruto se inclina hacia ella y aparta un rebelde mechón de cabello sobre su frente, lo delinea con ternura y lo pone tras su oreja.

Sarada tiene demasiado rubor en las mejillas, y sus ojos brillan más que cualquier otra ocasión que la haya visto. Tal vez sea el reflejo del atardecer sobre los columpios y las resbaladilla el que le da ese efecto, o tal vez sea simplemente que estar cerca del hombre, le despierte sentimientos que no sabía, anidaban en su pecho.

Boruto se pregunta, si la rabia que le revolotea son celos de que ella hubiese obtenido todo de su padre tan solo con darle una mirada, mientras que él, se tiene que conformar con regaños y suspiros de resignación ante cualquier cosa que haga para tener unos segundos del tiempo de su padre.

Unos toquidos en la puerta, y Boruto reconoce el chacra, su padre lo sabe, es lo primero que piensa, su padre sabe que le vio y ha ido tras él, Boruto sonríe con amargura. No responde al llamado, y no hay un segundo intento. Y a él le parece bien, porque no se siente de ánimos de estar frente a ese traidor que se hace llamar familia.

Se incorpora un poco, para ponerse sobre sus rodillas y gatea por la habitación, trepa por el marco de la ventana y recorre las cortinas, el aire frio de la noche da directo contra su cara, una vibración en el bolsillo de su pantalón le hace recobrar el sentido de sus manos sosteniendo fuertemente la madera, clavándole los dedos, las restira lentamente y saca el celular, la lucecita roja le indica que tiene un mensaje y frunce el ceño, porque son tan pocas las personas que tienen su número, como un sistema de seguridad, contra todos esos hombres que quieren una audiencia con su padre y madre, que no dudarían en utilizarle como un medio para llegar a ellos, y porque su círculo de amigos se reduce sus compañeros de clase y el Kazekage.

Pude ver lo mismo que tu. ¿Quieres venir a casa? Solo está papá.

Sus dedos se pasearon a través de las teclas, indeciso. Había un poco de vergüenza ante que alguien más hubiese visto su rostro conteniendo las lágrimas y su carrera por alejarse del parque. Dio un gran suspiro cuando fue consciente del olor a tinta y flores muy cerca de él

-Aun no he dicho que si, ttebassa

Y se giro para ver la gran sonrisa del otro, que tenía el cabello húmedo y balanceaba sus piernas divertido sobre el gran tigre que montaba.

-Bueno, es que sería un desperdicio que no te lleve a pasear sobre este gatito que hizo papá.

Y fue inevitable, con esa voz que pretendía sonar como la de un conquistador, y las caricias que le eran perdigadas al tigre por parte de Inojin, Boruto soltó una carcajada, sintiendo las líneas de tintas envolverle la cintura para alzarle y depositarlo con suavidad sobre el lomo del felino.

- ¿Tío Sai fue sobornado con alguna clase de nuevo libro de tu parte? r13;quiso saber cuando sintió su espalda amoldarse contra el pecho del más alto.

-Tome prestado algunos de la casa de Shikadai, aunque no prometí regresarlos muy pronto r13;.Boruto solo rodo sus ojos y se abrazo del cuello del tigre r13;. ¿Algo en especial que quieres que diga el mensaje? r13;Inojin, vio la muda negación, mientras se erguía para sacar pergamino y pincel de entre sus ropas.

-Solo haz que aparezca frente a Himawari antes de la cena -susurro.

Inojin dio un largo si, mientras hacía desaparecer el pergamino en una voluta de humo. No sería de todos modos la primera vez que se llevara al Uzumaki de contra bando con ayuda de su padre. El tigre dio un salto, llegando hasta la siguiente azotea, en donde tomo la velocidad suficiente como parecer que volaba entre las oscuras nubes de la noche.

O eso le aprecio a Naruto desde su lugar en el balcón, Boruto volvería a pasar la noche en la casa de Sai, lo que significaba que no estaba dispuesto ni hablar ni a discutir nada con él. Recargo sus brazos sobre una de las columnas y tomo mucho aire, ¿porque era tan difícil tratar con su propio hijo y una conversación ligera parecía tan común entre Sarada y él? Tal vez tenía que ver los genes Uchiha y el carácter Uzumaki que chocaba entre Boruto y él.

-Esto me hace sentir que la pelea contra Kaguya fue mucho más fácil que ahora ser padre.

Hace tiempo que lo ha notado, el rechazo que Boruto tiene para él, como una dotación especial de resentimiento y rencor en generosas grandes rebanadas. Gaara le ha preguntado sobre su familia en general en la última carta, pero él ha sentido el énfasis sutil que hace sobre Boruto. “Me recuerda tanto a ti” le ha dicho casi al final “¿No has pensado en dejarle este verano acompañarte hasta Suna, sería interesante ver las habilidades que ha adquirido”

Naruto puede reconocer ese pedido con tintes de órdenes que su amigo ha dejado por escrito, sabe también, por algún comentario que Temari ha dejado caer, que Shikadai se aburre demasiado cuando están allá, y que sería bueno un poco de compañía infantil para su hijo, Naruto sospecha que tiene que ver más con los deseos de Gaara de tener siempre feliz a su sobrino que por el niño mismo. Tienen 12 años, la edad de ellos cuando se conocieron, son púberes a punto de entrar en la adolescencia, esa edad que se supone es la más difícil de tratar y cuando más se alejan de sus padres. Él se pregunta si todavía es posible que Boruto le deja más de lo que ya lo ha hecho.

Falta poco más de dos semanas para el verano. La próxima reunión de Kages está cerca y la sede será Suna. Naruto piensa que esta podría ser una muy buena oportunidad, tanto para pedirle a Sasuke que regrese a la aldea y que tome un descanso, hace días que el Uchiha parece haber llegado a un punto muerto con la recolección de la información, y Sakura y Sarada le extrañan demasiado.

Naruto abandona el balcón rumbo a su habitación con una decisión, unos kilómetros más allá, Boruto abre sus piernas para dejar que Inojin se acomode sobre su cuerpo y le libere de la sensación de haber sido dejado de lado, con las manos jugando con la cinturilla de su pantalón, y música reproduciéndose como un bucle continuo desde la laptop del escritorio.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Cualquier sugerencia, duda, comentario u opinión será mas que bien recibido, sino abrazada y apapachada. Nos vemos en el próximo capitulo


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