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SIMPHONY por riuriku

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Notas del capitulo:

Espero que les guste

1

Era muy tarde en la noche, todos estaban más que cansados, todos tenían los ojos apagados, incluso algunos ya estaban dormidos, el director observó la hora en su celular, eran las 11:45 pm.

-Bien muchachos, queda una hora de ensayo, dacapo*- Todos emitieron sonidos de enojo y cansancio, pues estaban ensayando desde las 5:00 pm en punto sin descanso.

El director Nicholas Phillips, un hombre  alto, de cuerpo perfecto, piel morena, ojos verdes, cabello casi rubio y lacio, de unos 30 años, grandioso fagotista*, un hombre envidiable, excepto en estos casos, donde casi todos en ensayo lo odiaban, si, casi todos, porque una persona pensaba todo lo contrario a los demás, el cual se alegró de que aun faltara para salir, esa persona que se sentaba al final, detrás de los metales, siendo percusionista, y muy bueno.

Spencer Adams, percusionista de esta orquesta, el principal, no tan alto como el director pero aun así era alto, delgado, piel blanca sin imperfecciones, ojos azules, cabello rojizo natural, totalmente liso, bastante largo, un poco más abajo de los hombros, de 22 años, se quedaba mirando al director cada vez que podía, tratando de no babear por él.

- Spencer, vamos, ya llevamos seis compases*, concéntrate, ya viene tu entrada- le susurró una chica al oído, algo bajita, pero sin exagerar, pelo largo, llegándole al coxis, negro y rizado, piel bronceada, ojos miel, verdaderamente bonita.

Spencer dejó de volar en sus pensamientos, se concentró en tocar lo que faltaba, luego de un rato hubo un error en los matices* por parte de las violas*, el director se detuvo y las pasó a ellas solas.

-Qué raro, por culpa de las violas- Dijo sarcásticamente la chica.

-Calma Alice, así podemos descansar un rato, gracias por salvarme el pellejo hace rato- dijo Spencer con una sonrisa.

-Deberías dejar de volar tanto, no puedo creer que no hayas superado ese amor, llevas más de cuatro años enamorado del director, eso te traerá problemas más adelante- Dijo lo suficientemente alto para que solo Spencer la escuchara.

-Ya lo sé, tenme paciencia- Dijo con aire de tristeza.

-Me acabo de acordar, te traje las baquetas de redoblante, fue fácil conseguirlas, aquí tienes- Dijo dándoselas en las manos.

-Gracias Alice, I love you burda- agradeció a su amiga dándole un abrazo.

Alice Collins, otra grandiosa percusionista, 21 años, era la única persona que Spencer consideraba su verdadera amiga, le contaba todo a ella, desde que era homosexual hasta que su amor no correspondido era nada más ni nada menos que el director de la orquesta a la cual conformaban los dos.

-¿Algo tan importante como para hablar en ensayo?- Dijo de repente Nicholas mirando a los dos abrazados.

-No profesor, por favor continúe- dijeron Alice y Spencer al unísono.

-Sepárense, hay mucho espacio, no creo que sea necesario que estén tan apegados- volvió a hablar el director, los dos chicos no esperaron más, se separaron al instante, Spencer se quedó en el mismo lugar ya que el tocaba los timpanis, mientras que Alice tocaba los platillos, por lo que no hubo problema en que ella se moviera.

Siempre hacía eso, siempre los separaba, Spencer estaba seguro de que a Nicholas le gustaba Alice y sentía celos al verlos tan cerca, lo cual le partía el corazón, pero él sabía que ella jamás lo haría sufrir, por lo que no tenía que preocuparse porque ella saliera con él.

El ensayo duró hasta casi la 1:00 am, todos sentían que se desmayarían, maldecían por debajo a Nicholas mientras salían en silencio, pero todas esas horas de ensayo eran necesarias, estaban cerca de un concierto muy importante, pues el maestro Abel Candara iría a ver su trabajo, y para ellos era muy importante quedar bien en frente de él, después de todo, él es EL MAESTRO.

Spencer lamentaba no seguir en ensayo, ya que era el único momento en que podía ver a Nicholas, pues ellos solo tenían una relación profesor-estudiante, no eran amigos, de hecho, Nicholas solo se sabía el apellido de Spencer, pues nunca hablaban ni se conocían, y se sabía el apellido por obligación.

Al salir Spencer se despidió de de Alice, ya que vivían por caminos distintos, justo cuando iba saliendo en camino sintió que lo llamaban por detrás, al voltearse se encontró con alguien muy conocido.

-Lucius, tiempo sin verte, ¿cómo está la orquesta de por allá?- Dijo Spencer. Lucius Sonds, chico solo un poquito más alto que Spencer, Piel ligeramente bronceada, cabello castaño, ojos café claro,  era un clarinetista de una orquesta de otro sector, y raramente se veían.

-Genial, estamos montando cuban overture, yo hago el solo de primer clarinete, pero no quiero seguir hablando de música o te juro que me volveré loco, ¿quieres ir por un trago? Hay un bar muy bueno cerca de la pizzería de la región central, ¿te unes?- Spencer lo pensó por un momento, emborracharse no era buena idea, podría soltar algo que no quisiera decir, accedió, pero dijo que no bebería, y Lucius sabía que en serio no tomaría ni un trago, si por algo era conocido Spencer era por cumplir con lo que decía.

-Me parece que ya se debería ir señor Adams, mañana el ensayo comienza a las 2:00 pm en punto- Dijo una voz desde atrás, Spencer se volteó para mirar a los ojos a Nicholas, bajo la mirada casi inmediatamente, Lucius notó esto.

-Se vendrá conmigo, vamos a relajarnos en un bar- Dijo Lucius rodeando con uno de sus brazos la cadera de Spencer, para ellos dos ya era normal tratarse así, por lo que Spencer solo sonrió, Lucius pudo notar un leve toque de enojo en la mirada de Nicholas.

-Me parece que el señor Adams debería ir a descansar, es lo mejor para él- Dijo con toda la calma del mundo.

- ¿Y tú que sabes que es lo mejor para él? No es nada tuyo, ni siquiera un amigo por el cual preocuparse, apuesto a que ni siquiera te sabes su nombre- Nicholas quedó congelado, no pudo decir nada más, pues era cierto, no se sabía el nombre de Spencer, solo lo conocía como el señor Adams.

-Ahora que recuerdo, debo llegar a casa ahora, debo ocuparme de... de algo- Dijo dándole a entender perfectamente a Lucius y dejando en duda a Nicholas- Bebemos otro día- se despidió con la mano cuando de repente Lucius habló.

-Te llevo, traje mi auto, además no tengo nada mejor que hacer- Spencer agradeció por la ayuda y se subió en el vehículo, desde dentro mientras esperaba a que Lucius entrara notó como Nicholas se subía en su móvil y se marchaba rápidamente.

Después de un rato en una cola inmensa Spencer recordó algo.

-Le trataste de tú al profesor Nicholas- dijo un poco alto y sorprendido.

-Somos amigos, no tan cercanos pero si lo somos, además, no es mi profesor, no tengo porque tratarlo de usted- Dijo sonriendo- Y... Tu tratas de usted a todo el mundo, hasta conmigo a veces lo haces, HASTA CON ALICE!!!!- Dijo enojándose, no le gustaba que lo trataran de usted, lo hacía sentir viejo.

-Ya veo, supongo que tienes razón, debo apurarme, Katherine se va a las 2:00 am- Dijo un poco angustiado.

Al llegar a casa una señora ya bastante mayor salía por la puerta, con la cara y las manos arrugadas, cabello blancuzco recogido en un moño perfecto, Spencer se acercó rápidamente hacia ella.

-Gracias Katherine, nos vemos mañana- Le dijo a la dama dándole una cantidad de dinero.

-No hay problema señor Spencer, que descanse- la mujer se fue en un taxi y Spencer entró a su casa, dejó todas sus cosas en el sofá y fue hacia esa habitación.

Entró con mucho cuidado de no hacer ruido, adentro se encontraba una chica, extremadamente parecida a Spencer, puesto que eran gemelos, se encontraba en una cama, con un montón de cables conectados, a pesar de ser muy similares, eran diferentes en ciertas cosas, ella estaba más demacrada, se notaba lo enferma que estaba.

Kimberley Adams, la hermana gemela de Spencer, tuvo un trágico accidente que la dejó paralítica, esto hizo que sus órganos no trabajaban adecuadamente, por lo que siempre debía estar conectada a una maquina que ayudara a su corazón y pulmones a funcionar.

-Hola Kimberley- No respondió, pues en el accidente perdió el habla.

-Pronto tendré un concierto muy importante, lo grabaré para que puedas verlo- una sonrisa se dibujó en el rostro de Kimberley.

Spencer solo le había dicho a dos personas (los cuales eran Lucius y Alice) que tenía una hermana gemela con discapacidad, no se avergonzaba de ella, pero lo consideraba algo muy intimo como para andar gritándolo a los cuatro vientos, por lo que absolutamente nadie sabía que él tenía la responsabilidad de cuidarla.

Después de hablar un rato con su hermana, se fue a descansar un poco, al día siguiente tendría ensayo y por nada podía faltar, se acostó en su cama y al cabo de unos minutos pudo quedarse dormido.     

Notas finales:

Espero que les gustara... Por favor les ruego que me dejen comentarios sobre que les pareció T.T les seré sincera, me costó mucho publicar esto, espero que no fuera un error.

Nos leemos n.n

 

riuriku.-


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