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Juegos de Atracción por Chihara-chan

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fanfiction no me pertenecen, son obra de Yana Toboso- sempai.

Sin más preámbulos, espero les agrade ésta versión del mundo de Kuroshitsuji que habita en mi cabeza. Muchas gracias por tomarse el tiempo de venir a leer mi historia. 

 

 

— ¿Qué pasaría si el amor llegara a ti de una manera inesperada y de la manera más extraña?
Así es, todo comenzó por una jugarreta de ambos, y llego a algo aún más serio que un simple juego…
¿Renunciarías a todo por ese amor? ¿O te dejarías caer en la desesperanza de no obtener un Game Over?

Ciel Phantomhive, es un chico solitario , frio y orgulloso por lo que no tiene muchos amigos ,sobre todo es un amante de los videojuegos, pasa mucho tiempo frente a su consola llegando a auto nombrarse “Hardcore” y su mayor ofensa es ser llamado por los demás jugadores “Noob” ya que odia perder, y solo tiene amigos virtuales, Sebástian Michaelis, un joven mayordomo de la casa Phantomhive, hijo de la Ama de Llaves de la nueva esposa de Vincent Phantomhive, Mariela Roach, al morir el padre de Sebástian se va con su madre a vivir a la nueva mansión, en la cual a su edad es nombrado el Mayordomo personal de Ciel Phantomhive que cuenta con 14 años. Luego de que Sebástian le ganara en muchas partidas que jugaba con él, empezó a sentirse atraído por Michaelis que mucho antes ya le había puesto el ojo al pequeño.

 

                                                                                               *

 

Luego de que falleciera su madre Rachel, el pequeño Ciel Phantomhive queda devastado, y Vincent, su padre dura casi 3 años sin contraer matrimonio, pero luego de conocer a la Linda y Carismática hija menor del Conde Roach, Mariela, una mujer muy hermosa, de cabellos Negros piel blanquecina y buen cuerpo, quedo encantado, luego de varios meses de Pareja, Vincent decide pedirle Matrimonio, ella acepta con mucho gusto. Lo que se hizo difícil para Vincent, fue hacérselo saber a su pequeño hijo Ciel, ya que es uno de esos chicos con los que no puedes llevarte muy bien que digamos.


                                                              *

 

 

«Juegos de Atracción» Kuroshitsuji.

Capítulo I. Ese mayordomo, Juega.

Juega: “Acto de jugar a algo”.

 

 

 El chico de cabellos azules grisáceos empezaba despertar, el sonar de la puerta le había desconcentrado de su sueño.  La noche de ayer sí que había sido agotadora. Suspiró cancinamente mientras se levantaba del piso, se restregó los ojos, miró su alrededor y sonrió al ver la pantalla que anunciaba su victoria en el juego anterior.  

— ¿Señor? — se escuchó una voz femenina. — Su padre lo solicita en su estudio.

Frunció el ceño quitándose la ropa que traía puesta ayer, ya que ni tiempo le dio de bañarse ni ponerse su cómodo camisón blanco. Se dirigió al baño y se dio una ducha.

— Qué relajante… —  cerraba sus ojos al sentir el agua caliente en su cuerpo. Duró un buen rato metido en la tina pensando en el porqué de que su padre lo llamaba con tanta urgencia.

«Seguramente trajo de nuevo a esa estúpida mujer»  Pensó con enojo. — ¿Qué le vio? — se preguntaba con sumo enojo. — Bueno… después de todo es una mujer — se levantó, tomo la toalla poniéndola sobre sus hombros, camino hacia su habitación y secaba su cabello mientras su torso estaba desnudo.

Mientras tanto, un hombre de unos veinticinco o veintisiete  años, caminaba por los pasillos de la mansión, abriendo todas, y cada una de las habitaciones que pertenecían a ella.

—Esta mansión sí que es grade – murmuraba el peliazabache,  dirigiendo su mirada carmesí hacia cada rincón. —  ¿Dónde estará el baño? – se preguntaba mientras ponía su dedo índice en su boca en señal de confusión.


Abrió una de las últimas habitaciones, encontrándose con un chico completamente desnudo secándose el cabello con una  toalla. — Creo que…no es aquí …— dijo nervioso , pero para su suerte, el chico no se había percatado de su presencia así que prosiguió a cerrar la puerta lo más cuidadosamente que pudo, el chico se había deshecho de la toalla, dejando en descubierto aquellos cabellos azulinos que hacían juego perfectamente con su nívea y blanquecina piel. 

— ¿Eh, que fue…?—  se preguntó Ciel confundido, estaba seguro que vio a alguien saliendo de su habitación, a lo que alcanzo ver, era un chico pelinegro, muy alto, de un color de piel extremadamente pálido y unos ojos…de un color diabólico.

— ¿Qué fue eso? ¿Fantasma? – dijo sarcásticamente riéndose de sí mismo por pensar cosas absurdas. Rió y prosiguió a vestirse, pero ya que tan solo es un chiquillo de trece años aun sentía algo de intriga.

Mientras tanto, aquel hombre se encontraba entre los pasillos, rezando porque  aquel niño no se hubiese dado cuenta de que estaba ahí.

— Ese chico Seguramente era…—  dirigió su mirada hacia una mesa que estaba adornando el pasillo y noto una fotografía, en ella estaban dos adultos y un niño, un chico sumamente parecido al que hace poco espiaba sin querer, y sin poder controlarla, una sonrisa traviesa se dibujó en sus curvados y perfectos belfos.

El joven peliazul terminó de vestirse y se dirigió hacia la oficina de su padre, tocando dos veces la puerta para hacerle saber que estaba allí  — ¿Padre? Soy yo… puedo pasar?

— ¡Claro pasa hijo mío! –  respondió una voz masculina detrás de la puerta.

El peliazul se adentró en la habitación divisando dos siluetas en ella, una era la de su padre Vincent, la otra de Mariela, su “amable madrastra”. 

 — ¡Arpía! – pensó el ojiazul mirándola con fastidio.  — ¿Para qué me llamabas padre? – pregunto el ojiazul dirigiéndose hacia el  escritorio de brazos cruzados y sin cruzar vista con ninguno de los dos.

 — Pues esto es necesario hablarlo con todos los miembros de la familia ¿no es verdad Mari? – le dirigió una sonrisa a la mujer quien la correspondió inmediatamente. 

 — ¡Así es mi querido Ciel! – dijo alegremente la mujer al costado de Vincent.

—  ¡Tsk! – tasqueo la lengua en señal de fastidio y aun cruzado de brazos cerro sus ojos, al ver como su padre había caído en las garras de esa Arpía. 

— ¡Llega al punto ya padre! – se decidió a mirarlo a los ojos. 

— Bien… Ciel… pues, Mariela y yo nos vamos a casar, así que empezara a vivir aquí con nosotros desde hoy —le dijo muy decidido y tomando a la mujer de la mano y apretándola. 

— ¿Qué? Te… te vas a casar con ella?  el menor levanto la voz y le dirigió una mirada de insatisfacción e ira.

— Así es hijo… ella es la mujer que amo ahora y… pensé que lo entenderías ya que eres un chico mayor de edad y ya posees la capacidad de entender esta situación — le explicaba mientras se levantaba de su cómoda silla.

— ¿Qué quieres que entienda? ¿Qué cambiaste a mamá por esta otra mujer? ¿Eso quieres que entienda? – el chico alzaba la voz enojado.

 — Ciel ya cálmate! Algún día tenía que… —  calló y bajo la mirada.

— Tenía que…—  Le dirigió la mirada al joven delante de él, quien esperaba con demasía una respuesta concreta del mayor.

— ¡Olvídalo! —se giró rápidamente para dirigirse hacia la puerta y salir de ahí, pero una persona tocando se lo impidió y se detuvo.


Nuevamente tocaron la puerta y una mujer de cabellos negros y ojos del mismo color se hizo presente en la habitación. — Señorita, el camión de mudanzas ha traído sus cosas – dijo la mujer.  — Está bien ahora me encargo.

— Por cierto, él es mi hijo, seb…  —  cuando volteó, se dio cuenta de que estaba completamente sola.

—   Creo que no está aquí, disculpe señora, lo presentare en otra ocasión –  se disculpó, estaba completamente apenada.

  — Bueno Layla, tendrás tiempo de presentarlo después, mucho tiempo ya que como mi ama de llaves te quedaras a vivir conmigo.

 — Si Señora, con su permiso.

Ciel se quedó divisando a la mujer, de pies a cabeza, mirándola con rabia. — Ja!  No me digas que esa sirvienta también se quedara a vivir y con su hijo también! En ese caso hagamos de la mansión un Hotel o algo parecido ¡Joder! –. Grito Ciel enojado. 

— Ciel… —  dijo Vincent apenado con ambas mujeres.

— ¡Como sea, yo me largo! —abrió la puerta de la habitación y aun poseído por la rabia, la azoto.

— Lo siento Mari, no pensé que Ciel lo tomaría tan mal — bajo la mirada y la tomo en sus brazos 

— No te preocupes amor, tarde o temprano tendrá que acostumbrarse a mi… después de todo… soy tu futura esposa y su futura madre – sonrió sínicamente apretando al mayor de los Phantomhive en un abrazo que los incitó a darse un cardo beso en los labios.

 

 

                                                                         *

 

 

 

 

—  ¡Maldición! ¿Cómo se atreve a traer a vivir esa tipa aquí? ¿Y con toda su manada? Jajaja ¡Esto debe ser una broma! –iba caminando por los pasillos de la mansión con un semblante enojado e insatisfecho. 

— Adem —  no pudo articular palabra ya que choco con algo… o alguien. — ¡Pero que mierr! – grito al caer al suelo.

Abrió uno de sus azulados orbes y Diviso una silueta acercándose a él, al parecer la silueta de un joven de cabellos negros y ojos Carmesí.

— ¿Está bien? – preguntó con aterciopelada voz el joven que llevaba un Frac negro extendiendo su mano para ayudar al menor que yacía en el suelo.

— ¡No! ¡No lo estoy idiota! ¿Qué no ves por dónde caminas? – grito exaltado y a la vez golpeando la mano del joven, despreciándola para luego levantarse por su cuenta. — ¡No necesito tu ayuda! – se giró obstinadamente para luego detenerse.

— ¿Y tú quién eres? — lo miro con confusión.

— Disculpe la tardanza Joven —Puso su mano en su pecho y le hizo una reverencia. —  Mi nombre es Sebástian, hijo de la Ama de llaves de la señorita Roach

— El hijo de… —  su mirada de confusión no cambio, más se mezcló con una de superioridad.

— Jaaam… tus eres el hijo de esa sirvienta —  lo miraba de pies a cabeza con una mirada de cinismo. 

 — No estás nada mal…al menos estas presentable y por cierto ¡Quiero algo dulce para comer! Tráelo a mi habitación lo más antes posible— le alzo la voz, sin dirigirle una mirada.

— ¡Es una orden! —  le exclamo para luego girarse por completo y dirigirse a su habitación.

— En seguida – respondió el mayor reverenciándolo. Atisbaba la pequeña y enojada silueta alejarse, preguntándose de quien se trataba.

—Ese niño… —  sonrió de medio lado. —Debe ser…

 

¿Continuará?

 

Notas finales:

!Gracias por leer! uvu  espero leer  reviews  pronto >u<)9 

 

Byee Byee Chuu ~~


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