Después de que Seirin salió campeón en la Winter Cup, Daiki le mandó un mensaje a Tetsuya, quién se sorprendió ante la petición de su amigo y antiguo compañero de Teiko.
De: Aomine-kun.
"¿Por casualidad podrías pasarme el número de Kagami?"
'¿Qué diablos le pasa?', pensó Kuroko extrañado mientras movía sus dedos ágilmente sobre las teclas de su celeste celular. Aomine rápidamente recibió su respuesta, la cual lo impactó.
De: Tetsu.
"Podría. Pero no lo haré hasta que me digas para qué quieres el número de Kagami-kun."
Daiki chasqueó su lengua en son de molestia. Si hubiera sabido que iba a pasar por tantas molestias, entonces ni se hubiera fijado en el joven tigre que llevaba rondando por sus pensamientos desde hacía ya dos semanas.
*Flashback*
Momoi pidió jugo de naranja y una porción de pastel de frutillas mientras que Aomine solo pidió un café doble. Antes de retirarse, la moza hizo una reverencia y luego dejó a los dos jóvenes solos.
-¿Para qué me citaste, Dai-chan?- preguntó Momoi un poco extrañada.
-Creo...- comenzó a decir el joven moreno.- Creo que estoy enamorado.
Momoi no pudo evitar reírse por lo bajo, escondiendo su sonrisa detrás del dorso de su mano. Daiki frunció el ceño demasiado molesto ante la reacción de su amiga de la infancia.
-No te rias, maldita Satsuki.- dijo el peliazul apretando los dientes.
-Lo siento, lo siento.- dijo la joven de cabello rosa entre risas.- Es que jamás creí escuchar eso por parte de Dai-chan.
-¿¡Ehh?! ¿Qué tiene de malo?- exclamó el moreno sintiéndose más molesto que antes. En ese instante la moza llegó con los pedidos de ambos jóvenes quienes pararon su conversación para agradecerle a la empleada.
-Entonces,- dijo Momoi antes de beber un poco de su jugo.- ¿quién es la afortunada?
Aomine no pudo evitar sonrojarse ante la pregunta de su amiga. "EL afortunado", pensó el moreno corrigiendo a Satsuki mentalmente.
-¿Y bien?- insistió la pelirrosa.
-¿Recuerdas a Kagami Taiga?- preguntó apenado el joven.
-¡Claro!- exclamó Momoi emocionada.- Kagami Taiga, el número 10 de Seirin, 1.90m de alto, 86kg, cabello rojo, su fuerte son los saltos, además...
-¡Está bien! ¡Está bien!- la interrumpió Aomine molesto. Odiaba que su amiga fuera un archivero andante.
-¿Qué sucede con él?- indagó la joven nuevamente mientras probaba un poco de pastel.
-Él...- comenzó a decir Daiki apenado.- Él es quién me gusta.
Satsuki no pudo evitar escupir el pastel en la cara del moreno. La sorpresa se apoderó de su rostro y mientras su amigo se quejaba de la asquerosidad que había hecho la pelirrosa, esta comenzó a sonreír hasta que las comisuras de sus labios casi tocaban sus orejas.
-¡Kyaaaaaaaa!- gritó Momoi mientras se levantaba y abrazaba fuertemente al moreno quién intentaba imponer resistencia.
-Sat-Satsuki... no puedo... respirar...- decía Aomine intentando retirar los enormes pechos de su amiga de su cara.- Sat... Satsuki... no...
-Lo siento. Lo siento, Dai-chan.- dijo Momoi al darse cuenta. Daiki respiró lo más profundo que pudo cuando la pelirrosa lo separó de su enorme busto.- Pero, Dai-chan...
-¿Qué sucede?- preguntó Aomine aún con dificultad para respirar.
-Él... te odia.- dijo Satsuki un poco preocupada.
-¿Lo hace?- preguntó el moreno totalmente sorprendido.
-Bueno, no es que te odia.- comenzó a explicar la pelirrosa para calmar a su amigo.- Es solo que para Kagami-kun, tú eres su rival. No creo que él...
-Lo sé.- dijo el peliazul interrumpiendo a su amiga, quién se sorprendió ante tal respuesta.- Por eso te he llamado.
-No entiendo.- contestó la muchacha desconcertada.
-Quiero que me des consejos para conquistarlo.- dijo el joven moreno seriamente.
Momoi volvió a escupirle la comida en el rostro.
-¡¿Qué?!- exclamó la pelirrosa.
-¡Vamos, Satsuki! Tú puedes recopilar una gran cantidad de información y usarla a tu favor.- suplicaba Aomine.- Ayúdame a saber cómo conquistar el corazón de Kagami.
-No puedo.- contestó de manera seria la joven de ojos color rosa.
-¿Qué? ¿Por qué?- exclamó molesto el moreno.
-No puedo ponerme a seguir a Kagami-kun las 24hs del día.- dijo la joven aún seria.- Una cosa es para el club y los partidos, pero esto...
El peliazul no pudo evitar frustrarse y dejar caer su cabeza sobre la mesa del café. Satsuki comenzó a acariciar dulcemente la nuca de su amigo para calmarlo.
-Creo que esto es algo que debes hacer solo, Dai-chan.- dijo la pelirrosa con una sonrisa mientras el moreno suspiraba resignado.
*Fin del flashback*
Y ahi se encontraba, sin nada en mente para poder cautivar el corazón del joven tigre que sin darse cuenta había robado el suyo. Ante el rechazo de su antiguo compañero de Teiko, Aomine perdió toda esperanza de poder avanzar en la vida de Kagami para dejar de ser su rival y, por lo menos, poder ser su amigo.
-¡Ahg!- exclamó el peliazul mientras arrojaba una almohada en forma de balón de básquet contra la pared de su habitación. De repente, esa acción le dio una idea para atraer al pelirrojo a su terreno y así ganarse su confianza.