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Aquí hay gato encerrado por PalomaNegra

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Notas del fanfic:

Título: Aquí hay gato encerrado

Autora: Paloma Negra

Pareja: KuroKen

Serie: Haikyuu!!

Género: Comedia - Romance - Sobrenatural

Clasificación: Apto para mayores de 16 años.

Advertencias: Momentos zukistrukiz 

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Haruichi Furudate.

Notas de la autora: Esta historia parece a simple vista una comedia romántica llena de cliché y fanservice, pero está ideada con mucha paciencia y cariño desde el fondo de mi corazón. Espero que les guste.

Notas del capitulo:

 Hola querido(a) lector(a), bienvenido(a) al primer capítulo de este fanfic KuroKen, mi OTP por excelencia de Haikyuu!!.

Desde ya, les advierto que este fanfic contiene lemon, además de cursilerías y clichés. Y por el solo hecho de que este relato contiene situaciones sexuales explícitas, lo he catalogado para mayores de 16 años. Pero independiente de su edad, favor de leer con cautela.

Espero de todo corazón que esta corta historia sea de su agrado <3

 

AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

Capítulo I: La maldición del gato

 

Una fría tarde de invierno, Tetsurou Kuroo caminaba apegado al hombro de Kenma, la razón no era el clima, sino quera era la única forma que tenía para "demostrar" y sentirse su novio cuando se encontraban en la calle. Tomarlo de la mano era imposible mientras Kenma tuviera su consola o su celular con batería, y cuando lo intentaba agarrar del brazo, siempre era rechazado en público.

 

Ambos habían terminado la práctica y justamente en esos momento regresaban a sus casas, aunque Kuroo tenía la intención pasar la noche con Kenma, ya que sabía que podría molestarlo con algún juguete para gatos al haber luna llena.

 

—Kenma.— dijo Kuroo deteniéndose en la puerta de la casa del armador del equipo Nekoma. — ¿Puedo quedarme esta noche?

 

—No, hoy no.— respondió Kenma acomodando su cabello detrás de la oreja. —No me siento muy bien...

 

— ¿Te duele algo?

 

—No realmente.

 

—Qué lástima, tenía un pie de manzana que quería compartir contigo...— dijo volteando su cabeza hacia un lado y mirando discretamente la reacción que había provocado en el rostro de Kozume.

 

—Puedes quedarte solo hasta las once.— dijo en voz baja abriendo el portón de su casa y esperando que entrara para cerrar con llave. Kuroo sonrió más que satisfecho y caminó detrás de Kenma hasta llegar a la cocina, donde encontraron una nota pegada al refrigerador con un imán.

 

"Hijo, fuimos a ver a tu abuela porque necesitaba hacerse un chequeo médico,

 volveremos pasado mañana.

 Hay un estofado de verduras y pizza en el congelador.

 ¡Cariños!"

 

—Vaya, estaremos completamente solos...— murmuró Kuro apoyando su mentón en la cabeza de su querido novio. Kenma dejó la nota donde la había encontrado y no respondió el sugestivo comentario. Tetsurou aprovechó que estaba en esa posición para abrazarlo por detrás y hundir su nariz en el cabello.

 

Kozume podía sentir la respiración y el cuerpo del mayor en su espalda. No sabía cómo responder ni cómo actuar frente a estos mimos, eso lo desesperaba, e intentó separarse caminando por los alrededores. Sin embargo, no tenía previsto que Kuroo se apegaría más e intentaría seguirle el paso.

 

—Prepararé un poco de té...— dijo Kenma en voz baja pensando que con eso, Kuroo lo dejaría en paz. 

 

Se dirigió a la cocina a gas y encendió unos de los quemadores. Luego llenó la tetera con agua y la colocó encima del fuego. Cada acción que hacía era seguida por Tetsurou, por lo que a esas alturas, ya se había rendido de liberarse de él. Con su novio detrás suyo, caminó por la cocina buscando dos tazas. Abrió un mueble que estaba ubicado sobre su cabeza y apoyó la puntas de sus pies para ver si quedaba alguna taza limpia en esa repisa. Al divisar dos al fondo del mueble, Tetsurou las tomó rápidamente sin que alcanzara a levantar uno de sus brazos.

 

—No estaban tan lejos.— se quejó Kenma molesto y haciendo un puchero.

 

Cuando ya tenían todo listo, ambos fueron a la habitación cargando unos cuantos utensilios y la tetera con el agua recién hervida. Lo pusieron sobre un kotatsu, que la mayoría de las veces estaba ubicado al lado de la cama, y se sentaron a merendar. Testurou había sacado de su mochila, una pequeña cajita con dos porciones de pie de manzana y lo había servido en los platos. A Kenma le habían llegado a brillar los ojos al sentir el aroma de su postre favorito.

 

Aprovechando que Kozume se encontraba distraído, Kuroo sacó un pequeño objeto de su bolsillo de color plateado con un botón en uno de sus extremos. Presionó el interruptor y comenzó a mover su muñeca. Al rato, Kenma que seguía admirando la forma y textura del pie de manzana notó la presencia de una diminuta luz roja. Comenzó a seguir ese punto sin parpadear, su seguimiento era tan obsesivo que hasta comenzó a mover su cabeza al ver cómo ese pequeño punto de luz giraba rápidamente en la pared. Cuando se sintió un poco mareado, volteó hacia un lado para descansar la vista, y al hacerlo, comprendió que Kuroo era el responsable de la aparición de la luz roja. El capitán de Nekoma se encontraba sonriendo maliciosamente mientras seguía moviendo el puntero láser que tenía en una de sus manos.

 

—Esto es un gran descubrimiento, pensé que no funcionaría.— dijo Tetsurou sin dejar de sonreír y viendo que Kenma fruncía el ceño y emitía un sonido dando entender su molestia. Esto último fue una clara señal para que apagara el artefacto.

 

La maldición que afectaba en Kenma consistía en que durante cada noche de luna llena, se transformaba en un semi gato, es decir, tomaba algunas características físicas de este animal y se manifestaban en su cuerpo, siendo las más relevantes y visibles; unos afilados colmillos, una cola que crecía desde su zona lumbar, y grandes orejas de felino sobre su cabeza. Además de eso, sus facultades físicas mejoraban notablemente, notándose en el incremento de su agilidad y flexibilidad. La percepción del espacio y su sensibilidad también eran características que se acentuaban durante la semana que duraba la noche de luna llena. Y otra de las grandes ventajas, era su mejora en la visión nocturna. El origen de la maldición no lo tenía claro, sin embargo, no era un tema de interés para él, puesto que ya se había acostumbrado a sobrellevarlo, a parte se convertía en una excusa perfecta para quedarse en casa durante esa semana sin que su familia lo presionara a salir de viaje.

 

—Me pregunto cómo sería tu reacción con el puntero láser cuando te conviertas en un nekomimi. Ya quiero que sean las doce.

 

—Te dije que solo podías quedarte hasta las once de la noche.— dijo el joven antes de continuar con su merienda.

 

Kuroo lo miró decepcionado y se quejó en voz alta antes de tomar un sorbo de té. Kozume lo ignoró, y una vez que terminó de comer, fue a buscar su mochila y sacó una pequeña caja de cartón de color azul. Al abrirla tomó un blíster y lo jaló hacia el exterior, percatándose de que se encontraba vacío. Sacó los otros tres envases y se sorprendió al ver que ninguno le quedaba una sola píldora. De un segundo a otro, su rostro se volvió pálido y comenzó a sacar todas las cosas que había al interior de su mochila. El capitán solo lo observaba desde el otro lado del kotatsu.

 

— ¿Qué se te perdió?

 

—Unas pastillas para dormir. Se supone que me quedaba una.— dijo Kenma sonando desesperado.

 

— ¿Tienes insomnio o qué?

 

—Algo así...— respondió mirando la hora e intentado tranquilizarse. —Debo ir a la farmacia.

 

—Espera, Kenma.— dijo Kuroo poniéndose de pie y apoyando su mano con autoridad sobre la mesa. —¿Por qué te has puesto tan desesperado por unas simples pastillas para dormir?

 

Kenma se sobresaltó al escuchar el estruendo que hizo su novio, y desvió la vista rápidamente mientras buscaba dinero en su billetera, ignorando por completo la pregunta.

 

—Yo te puedo pasar dinero.— dijo Kuroo haciendo que Kenma tragara un poco de saliva al sentirse un poco más aliviado, ya que los últimos yenes de su mesada los había gastado en unos videojuegos la semana pasada. —Pero debes explicarme la importancia de esas pastillas...— añadió seriamente.

 

Kozume seguía sentado en el kotatsu y no quiso levantar la vista para ver el rostro de Tetsurou.

 

—Me cuesta dormir cuando me transformo...— dijo Kenma en voz baja.

 

—Mmm...Ya veo.— fue la primera reacción de Kuroo al escuchar la respuesta. Luego, flexionó sus rodillas para quedar a la misma altura del rostro de su novio. —Tiene sentido lo que dices, pero por alguna razón no te creo del todo.— añadió observando detenidamente sus pupilas y tomando su mentón para hacer que levantara la vista.

 

—Mírame a los ojos cuando me respondas.— dijo Tetsurou con una voz autoritaria. Estaba decidido a conocer todo lo que pasaba por la cabeza de Kozume.

 

El interior de Kenma era un caos. La situación por la que estaba pasando era molesta y no tenía la intención de contar su mayor secreto a la persona más hostigante que conocía. Además sabía que si decía la verdad, traería inimaginables consecuencias. Sin embargo, no podía negar que Tetsurou siempre había sido muy comprensivo, y rara vez se molestaba con él. Por eso último había decidido hablar con honestidad y levantó su mirada para dar a entender que hablaría.

 

—Tiene que ver con la maldición.— dijo Kenma con la voz temblorosa. Sintió que su corazón latía cada vez más rápido.

 

— ¿Qué pasa con la maldición?

 

—Por culpa de la maldición...— sus labios comenzaron a temblar y su vista se nubló parcialmente.

 

Tetsurou comenzaba a desesperarse, Kenma hacía interminables pausas cada vez que terminaba de decir unas cuantas palabras.

 

"Vamos, Kenma, tú puedes..." pensó el capitán sin despegar su vista de los ojos de su novio.

 

El suspenso provocó que el corazón de Tetsurou también se acelerara. Decenas de preguntas bombardearon su mente y lo único que podía hacer durante ese momento era jurarse a sí mismo que lo apoyaría al cien por ciento.

 

—Por culpa de la maldición...Yo...— continuó Kenma perdiendo el aliento con cada palabra que decía. —Estoy en celo.

 

Kuroo había quedado paralizado.

 

.

 

.

 

.

 

Continuará...  

Notas finales:

¡Ok! Ese fue el primer capítulo. El pie de manzana siempre funciona. (Conmigo podría funcionar un kilo de manzanas o una pizza tamaño familiar) Espero que les haya gustado. Si alguien leyó un one-shot que subí hace poco (¡Kenma es un gato!) se habrán dado cuenta de la similitud de la trama, la diferencia está en que en este fanfic exploraré el lado más suculento del yaoi ( ಠuಠ )

Me he dado cuenta de que la mayoría de mis relatos la comida juega un rol muy importante. Amo la comida. Y amo los kotatsu, algún día tendré uno con calentador incluido. 


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