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Agentes por Juuri Kiryu

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Notas del fanfic:

Bueno... Pues no sé qué decir. Ya tenía ganas de ellos, Lucas es un bombón, y un bombón para Grayson. 

Serán drabbles... O algo así (?)

Notas del capitulo:

No tengo mucho que decir. Subiré cosas conforme se me ocurran o ustedes sugieran (?) 

Siendo sincera, esta pareja tiene muchísimo potencial, y es algo fresco. 

Para quienes no ubiquen a Lucas, pues... Googlen Midnighter, y si pueden léanse Grayson, y Midnighter. Ambos están en internet. 

Aún así, no es muy necesario leerlo para entender esto... Es decir... Esto no tiene ni pies ni cabeza (?

El frío de Moscú era algo que Dick odiaba. Su nariz se congelaba por más que se envolviera en bufandas y suéteres, además de que sus dedos se negaban a obedecerlo como era debido. Pero no sé quejó cuando leyó el mensaje que acaba de llegar a su celular.
El azabache sonrió de lado y se dispuso a meterse a la ducha. Había tenido un viaje agotador, y estaba hecho un desastre. Sí quería llegar a tiempo, tenía que correr. Se duchó en cinco minutos, y cogió unos pantalones gruesos, térmicos. También una camiseta, que se vio sepultada por un suéter y enseguida un abrigo. Bufanda, y guantes, no tardó en salir corriendo, pasó mucho tiempo en el espejo y ya era tarde.

En la calle, el ruido de la ciudad era bastante animado. Las luces le daban un toque especial a la ciudad y su gente yendo de un lado a otro también le daban vida. Se distrajo un poco con eso, de verdad era todo un turista americano, según las palabras de él.
Dick sonrió ante ese recuerdo y continuó corriendo, hasta encontrar el bar que el mayor le había indicado. El hombre alto y de cabello castaño lo vio a lo lejos y sonrió de lado, con una expresión sarcástica en el rostro. Se despegó de la pared y se acercó un poco a la entrada, para esperarlo. Atravesó la calle y entonces Dick le dedicó una mirada apenada, lo había hecho esperar. Y Lucas se rió profundamente, mostrando los dientes. El pajarito era así, él ya lo sabía.

— Ten. Tal vez te ayude — el castaño le entregó su reloj de mano, bastante divertido.
— No te pases... — reclamó el más bajo, entrecerrando sus ojos.

Dick entró tras el mayor, y se sentó en la mesa que el de la gabardina negra eligió. Ambos se sentaron a esperar que el mesero se acercara. Lucas se inclinó hacia adelante. Apoyó su mentón sobre sus manos y observó fijamente al menor. Éste arqueó una ceja interrogante, y se removió un poco en su lugar.

Lucas admitía que el chiquillo era demasiado guapo. Linda cara, bonitos ojos, y bonitos labios. También tenía un cuerpo que le encantaba. Sobre todo ese culito duro, firme. Así que se consideraba afortunado, Dick se relajaba mucho con él. Y le daba ciertos permisos sobre él que dificultaban definir su relación. Especialmente en la intimidad. Pero no se quejaba, nunca quiso presionar al joven. Especialmente cuando lo encontró tan frágil, tan expuesto. Dickie era... Era un animal de compañía con muchos cuidados necesarios.
Por eso no concebía la idea de que alguien que dijese conocerlo bien lo hubiese mandado tan lejos de él, de su hogar y de su familia.

Por otro lado, Dick solo sonrió cuando notó que el mayor se perdió en sus pensamientos. Acercó su silla a la del mayor e instintivamente buscó su calor. No le preocupaba a la gente, Lucas siempre elegía los lugares.

Sin mucha gente, solitarios, donde pudieran pasar desapercibidos. O por el contrario, lugares llenos a reventar de gente, en donde nadie los miraba.

Dick sabía que Lucas lo hacía por él, y lo agradecía. Después de todo, a pesar de lo rudo que aparentaba ser el otro agente no dejaba de ser un romántico. El castaño reaccionó ante la cercanía del menor y pasó un brazo por sus hombros. Él estaba acostumbrado a las inclemencias del tiempo de Moscú, pero sabía perfectamente que en Gotham el frío no era tan cruel. Claro, no cambiaría su amada Moscú por la ciudad del caballero oscuro. O tal vez lo haría solo por ese mocoso. Besó sus labios de forma hambrienta, notando en la calidez de esa boca la inseguridad aún.

Pero se abrieron esos dos carnosos labios, dejándolo entrar y sus lenguas se enredaron de inmediato. La música de fondo era bastante melancólica. Eso lo detuvo. El agente de Spyral lo miró confundido. Solo quería poder descargar todo, deshacerse de esa angustia que sentía al pensar que no obtenía respuesta alguna de Bruce, que no debía contactar a sus hermanos. Que aunque lo hiciera, ellos seguramente no lo querrían ni ver. Bárbara. También ella le dolía. Pero había una seguridad en el más alto que lo ayudaba a calmarse. Claro, su calor corporal, al igual que el placer que obtenía de él también ayudaba.

El mesero llegó y ambos ordenaron un par de whiskys, con eso tendrían suficiente. El brazo sobre sus hombros lo pegó más a él y sonrió cerrando sus ojos un momento, con una risita franca. Ambos tomaron un trago y eso los ayudo a calentarse un poco. Charlaron un poco, sobre sus misiones. El de negro dejó que Dick tomara el mando de la conversación, y se divirtió de lo lindo al escuchar sus quejas sobre su nuevo compañero. No podía decir que apoyará del todo a Dick. Llevaba mucho tiempo en el negocio, y podía entender cuando frustrante podía ser trabajar con un novato. Además, Dick se mantenía firme en sus principios, lo sabía. Eso solo dificultaba el trabajo, era muy difícil el tener que evitar los derramamientos de sangre cuando no tenías tanto apoyo como los héroes.

Pero cuando se lo comento, Dick lo miró un poco sorprendido, y en lugar de enfadarse, se rió un poco. Le respondió con un sincero “Lo sé” y recargó su cabeza en el hombro tibio del otro. Este se tomó el trago del ex vigilante. No quería que se embriagara, o se pondría pesado. Además, era difícil no reírse de Richard cuando el alcohol tenía efecto sobre él.

Entrelazaron sus dedos, y volvieron a ese beso torpe, tierno. La respiración del uno sobre el otro se detuvo en algún momento, y entonces se separaron.

— Te acabaste el whisky — le dijo con cierto reproche
— Deja de lloriquear y vamos a tu cuarto — respondió entre risas el más alto, quería consentir un poco al novato.

Volvieron al cuartito que Dick había pagado. No era mucho, pero tampoco necesitaban tanto. Una vez dentro, Dick se arrojó sobre el hombre, que desprevenido, sufrió del embiste. Ambos terminaron en la cama, y él mayor lo acomodó entre sus brazos. Besó sus mejillas una y otra vez, mientras que Dick se pegaba cada vez más a él.

Se cubrieron con las sábanas y no hizo falta más. Sus cuerpos tenían un límite, estaban al limite. No tardaron en quedarse dormidos profundamente, abrazados el uno con el otro

Notas finales:

¿Quejas? ¿Dudas? Manden un review si les gustó y si no también (?)


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