Inuyasha x sesshomaru.
Hace mucho tiempo las bestias y demonios que Vivian en Japón solían estar en guerra todo el tiempo y los humanos les tenían mucho temor y no tenían más alternativas que esconderse pues los demonios eran muy imponentes. Pero había una criatura mucho más poderosa lo llamaban “el gran perro”, él fue un guerrero muy poderoso que luchaba por el poder, pero un día se enamoró de otro demonio hermoso y de ella dio a luz a un hijo demonio perfecto. Y más tarde el padre del niño se enamoró nuevamente y no fue nada más que una humana común y corriente y de ella nació un niño hibrido que al crecer todos de reían tanto humanos como demonios.
Un día cuando ambos chicos estaban en la edad adulta se encontraron de nuevo después de varias ocasiones pero ellos ya se habían desarrollaron de una forma hermosa y poderosa.
Inuyasha era un adulto pero los demonios seguían tras él, entonces sesshomaru intervino y mato a los demonios pretendiendo que era mucho más fuerte que inuyasha.
-Eres débil inuyasha, ni siquiera puedes matar a estos inútiles demonios.
-¡Cállate sesshomaru!
-Espero que para la próxima no tenga que intervenir.
-Y yo tampoco espero que te metas en lo que no te importa.
-Tienes razón no me importa en lo más mínimo si llegaras a morir por lo débil que eres, después de todo eres solo un hibrido, me largo de aquí.
Sesshomaru se fue después de tales palabras que dejaron enardecido a inuyasha.
-Ese tonto de sesshomaru, ¿Por qué se mete en donde no le llaman?, idiota sesshomaru.-¿Por qué sigo pensando en él?
Inuyasha siguió su rumbo hacia la aldea de la sacerdotisa kikyo.
-Llegas tarde inuyasha.
-Perdona Kikyo, es solo que me encontré con mi hermano.
-¿El hermano tuyo del que tanto haz estado hablando?
-¿Acaso he estado hablando de ese idiota de sesshomaru?
-Bueno, solo cuando te lo encuentras o te acuerdas de él.
-¿Cómo puedo hablar de el?, Kikyo la próxima vez que hable de mi hermano me das un buen golpe.
-Sería mejor si te atravesara con una de mis flechas sagradas.
-¡Pero eso me mataría!
-Solo bromeaba.
-No esperaba eso de ti Kikyo.
-Vale, vale, dejemos la charla para después.
-No estaría más desacuerdo.
-Bueno, escuche que algunos espíritus vendrían para robar la perla de shicon y como sacerdotisa es mi deber protegerla.
-Yo te ayudare Kikyo.
-Gracias Inuyasha.
A la noche siguiente los que había hablado Kikyo aparecieron. Tenían un arma secreta, pero no sabían que era por eso Inuyasha ataco primero.
-¡Malditos sean espíritus malignos!
-No creas que nos has vencido Inuyasha, somos más fuertes de lo que piensas.
-Tonterías, solo son una bola de mediocres que intentan robar la perla de shicon.
-Que mal que pienses así de nosotros Inuyasha.
-Mal para ustedes, pues ahora los acabare.
Inuyasha fue sobre ellos para atacarlos con sus garras de acero, pero aquellos desaparecieron entre una nube de gas que drogaba a inuyasha cada que inhalaba, al poco tiempo Inuyasah quedo tendido en el suelo. Kikyo lo llevo al templo para atenderlo e inuyasha despertó a la mañana siguiente.
-¿Qué me paso?, me duele la cabeza.
-Hasta que despiertas Inuyasha.
-Ki…Kikyo, ¿qué me paso?
-¿Acaso no lo recuerdas?
-¿Qué es lo que debo recordar?
-Tonto, haa, no hace falta que lo recuerdes, olvídalo.
-Está bien.
Inuyasha se levantó y fue al rio a conseguir pescado para desayunar pero se encontró nuevamente con sesshomaru, solo que esa ve lo veía de distinta manera.
-¿Qué haces aquí sesshomaru?
-Nada en especial, solo vi a unos espíritus que rodeaban por aquí anoche, y me rociaron con un tipo de bomba de gas.
-Eres tan descuidado.
-como te atreves Inuyasha.
Pero más tarde paso un momento de silencio y se miraron mutuamente.
-Sesshomaru, ¿Por qué me miras tan fijamente?
-No estoy seguro, siento que mi corazón se agito rápidamente justo ahora.
-Yo siento lo mismo ¿pero qué demonios nos está pasando?
-Inuyasha…
-Sesshomaru…
Inuyasha y Sesshomaru se sintieron atraídos uno con el otro, pues la droga había hecho efecto.
-Es asqueroso…
-Pero no puedo parar Inuyasha…
Tuvieron relaciones entre hermanos estando inconscientes y sedados. A la mañana siguiente despertaron desnudos a un lado del rio, sin saber que había pasado.
-¡Inuyasha!
-¡Sesshomaru!
-Inuyasha, ¿Qué demonios haces desnudo en mi presencia?
-Quisiera hacerte la misma pregunta Sesshomaru.
Se vistieron y cada uno tomo su propio rumbo y no recordaron nunca lo que sucedió aquel día.