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volverte a ver por ari chan

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Notas del fanfic:

Adaptación de la novela de lynne Graham.

Notas del capitulo:

I'am back si lo se , lo se no se pudieron deshacer de mi .

Y vengo con una adaptación .

Nada es mio ya lo saben verdad .

Ahora si a leer

Tony estaba de pie en el pasillo desafiándolo con su adolescente metro sesenta de estatura.
— ¿Por qué tengo que ir a casa de tía Maria ?
—Porque es lo que haces los sábados si tengo que ir a trabajar —contestó el ojiverde mientras se ponía una camisa blanca y trataba de atarse los cordones de los zapatos , con un ojo puesto ansiosamente en su hijo y el otro en el reloj de la mesilla—. Y si estás en casa de ella no tengo que preocuparme por ti.
—Claro, entonces no es por mi bien sino por el tuyo —replicó el adolescente clavando sus acusadores ojos en su padre.
—Oye, ¿por qué no hablamos de esto esta noche? —le rogó Loki mientras rebuscaba dentro de su armario , buscando un Traje.
—Tengo trece años y no soy tonto. No se me ocurriría beber ni drogarme...
—Espero que no —murmuró el pelinegro estremeciéndose al pensarlo.
—No soy como eras tú. Soy un donsel muy sensato y maduro para mi edad...
— ¿Por qué tengo a veces la impresión de que no piensas gran cosa de mí?
Papá, estás destinado a preocuparte por todo. Caíste en manos de un desgraciado que te abandonó a los diecisiete años y has estado pagando por ese error desde entonces cargando conmigo —le recordó Tony —. Pero no voy a cometer el mismo error. A no ser que un atractivo multimillonario llame a la puerta mientras estás fuera, no hay peligro. Sólo quiero ir al Mall con Clint y comprarme algo de ropay uno que otro videojuego. Los mejores ya se habrán vendido si espero hasta esta tarde...
— ¡Nunca has sido una carga para mí! —protestó Loki.
—Papá... no tenemos tiempo para hablar de eso. ¿Puedo salir? —suplicó Anthony.



El de azabaches cabellos atravesó apresuradamente las puertas de cristal de la agencia exactamente cuarenta y cinco minutos más tarde, sin aliento y agobiado pero tratando de no parecerlo. Su jefe, Nick fury , había telefoneado a primera hora para decirle que la epidemia que se estaba extendiendo en la agencia había dejado en cama al favorito del equipo de vendedores, Frandal el cerdo , como lo llamaba Loki en privado. Su presencia era necesaria para atender al último nuevo cliente de Frandal en lo que podría haber sido su esperado día libre.
Loki llevaba trabajando diez años en la agencia y no se hacía ilusiones respecto a su política favoritista . Había escalado puestos con gran dificultad y pese a la desventaja de su aspecto juvenil. Sólo las altas cifras de ventas habían hecho que Nick le tomara en serio, pero seguía asegurándose de que negociara con las propiedades de poca monta.
—Nick ha telefoneado dos veces preguntando por ti —le advirtió jane en recepción—. ¿Te has fijado en la limusina que hay aparcada a la salida?
Loki había entrado demasiado deprisa como para fijarse en nada. Se volvió y vio el impresionante vehículo metalizado.
—Su dueño te está esperando. El hombre más imponente que he visto en mi vida —suspiró la mujer lánguidamente—. Por desgracia, una mujer imponente salió del coche detrás de él.
Una pareja... Ojala que los dos todavía se atrajesen y respetasen mutuamente. Loki había tenido algunas experiencias terribles con parejas que no habían sido capaces de ponerse de acuerdo sobre el hogar de sus sueños y habían dado marcha atrás a la compra en el último momento.
Llamó a la puerta de la suntuosa oficina de Nick y entró directamente.
Fue a la mujer a quien vio primero. Estaba mirando la hora con una pequeña mueca de fastidio y una fabulosa melena dorada escondía parcialmente sus rasgos. Un hombre alto y enorme estaba de pie a espaldas a la puerta. Se giró al oírlo entrar pero Loki no pudo ver su rostro porque la intensa luz del sol que entraba por las ventanas se lo impedía. Nick le miró con exasperación.
—Confiaba en que llegarías pronto —se quejó.
—Lo siento —dijo a todos los presentes—. Espero que no lleven mucho tiempo esperando.
—Señor Laufeyson ... le presento al señor Odinson y a la señorita Amora —dijo Nick con la voz zalamera que utilizaba únicamente con clientes acaudalados.
Loki se quedó helado… Atónito, clavó la mirada en el hombre alto que se había interpuesto entre el y la luz del sol. Todo lo que pudo ver fue una corbata azul sobre una camisa blanca inmaculada, flanqueada por las solapas de una exquisita chaqueta de color gris carbón hecha a medida. Petrificado Loki levantó la cabeza de cabello negro y lo miró. ¡Era Thor ! La conmoción fue tan fuerte que no pudo mover un músculo y perdió el color de su rostro .
Su mirada se estrelló contra unos ojos profundos y azules que se clavaron en el con una intensidad tan fuerte como la suya. Unas exuberantes pestañas negras cayeron lentamente.
Vio cómo contraía los músculos de su rostro dorado por el sol para mantener el control y apartó de él la mirada con un esfuerzo sobrehumano tratando de recuperar la compostura.
—Señor Odinson —murmuró con voz temblorosa tendiéndole la mano como un autómata.
Thor ignoró aquel ademán y giró sobre sus talones para dirigirse a Nick.
— ¿Es esto lo único que disponen ?
Hubo un momento de tenso silencio.
El señor Laufeyson es uno de nuestros vendedores con más experiencia —contestó el hombre de piel oscura con voz desmayada—. Tal vez lo engañe su aspecto juvenil, pero es mucho más maduro de lo que parece.
La hermosa rubia soltó una risita. Loki se ruborizó hasta la raíz del cabello y se fijó en los zapatos del Odinson... Mocasines italianos cosidos a mano. Lo recordó con los pies descalzos. Era la imagen de un joven, no de un hombre hecho y derecho. Conocía al adulto sólo por las imágenes de los periódicos que tanto habían perturbado si paz días después de lo ocurrido. Pero resultaba mucho más chocante verlo cara a cara y sin previo aviso. Se sintió enfermo y no habría sido capaz de abrir la boca ni aunque su vida dependiera de ello. Nick se aclaró la garganta.
—Me temo que no tenemos a nadie más disponible esta mañana. Si no fuese por esto —dijo frunciendo el ceño señalando el parche que tenia en el ojo y del como no podía mostrarse mucho al sol después del accidente y la operación —habría estado encantado de acompañarlos personalmente a la mansión Maximoff . Pero dada...
—Thor... si no nos damos prisa llegaré tarde a mi cita —protestó la rubia con petulancia levantándose de la silla para exhibir una altura apenas menor que el metro ochenta y siete de Thor . Loki reconoció tardíamente que era una modelo muy conocida. Había visto aquella perfecta estructura ósea en incontables portadas de revistas. ¿Y cómo había dicho Nick que se llamaba? Como una sonámbula, Loki dio un paso adelante y le tendió la mano.
—Señorita Amora...
Unas uñas de manicura rozaron las suyas de pasada. Aquellos ojos le miraron con desaprobación. Luego, la rubia deslizó su mano en la de Thor como prueba de posesiva intimidad y se giró sobre él para susurrar algo a su oído. Loki se puso rígido y los miró fijamente. Luego apartó la vista con brusquedad, pero todos los nervios de su cuerpo estallaron cuando lo hizo. Durante una fracción de segundo, cuando cerraba con fuerza su propia mano, había estado tentado a separarlos. Aquel impulso insano le hizo estremecerse.
—Como tenemos prisa, los servicios del joven bastarán —declaró Thor.
Loki no se volvió, pero pudo ver la incredulidad de Nick ante aquella afirmación poco civilizada. ¿Bastarán? Un feroz resentimiento seguido de una oleada de humillación que no quería reconocer le recorrieron de pies a cabeza. Trece años antes Thor se había deshecho de el sin ceremonias y Loki no había hecho nada para merecer aquella reacción tan despreciativa delante de su jefe y de su novia. ¿Sería porque estaba avergonzado? Pero Loki no se engañó, ni siquiera con diecinueve años Thor Odinson tenía un ápice de sensibilidad en su cuerpo.
Con la espalda rígida, el ojiverde descendió por la es calera de caracol de hierro forjado que conducía a la planta baja y cruzó la oficina. Sentía que sus piernas podían ceder en cualquier momento. Cuando salió a la calle y tomó la dirección del coche de la agencia, oyó la voz de Thor a su espalda.
—Iremos en la limusina.
—Por supuesto —acertó a decir el menor.
—Háblanos de la casa —sugirió Amora débilmente mientras Loki se sentaba en el asiento frente al suyo.
El pelinegro abrió la boca y la volvió a cerrar. Apenas tenía información sobre la mansión de los Maximoff , ni siquiera si había otras ofertas. Como Nick nunca le había permitido trabajar con lo que denominaba «residencias de lujo» en los libros de la agencia, no había tenido motivos para interesarse por ellas. Pero si hubiera tenido la cabeza sobre los hombros habría mirado los datos antes de salir de la oficina.
Un colorido folleto aterrizó en su regazo. Loki se sobresaltó y sus atónitos ojos de color verde se posaron en el hombre al que estaba tratando de no mirar.
—Hora de estudiar —dijo Thor irónicamente con una expresión tan dura como el acero.
—No eres muy eficiente, ¿verdad? —comentó su compañera. Loki se había ruborizado pero levantó la barbilla orgulloso.
—Lo siento, pero no he trabajado antes con esta casa en particular...
—Es un chalé adosado de estilo georgiano. —expuso Amora suavemente—. Pero no te molestes, también nosotros podemos leer.
Thor simplemente sonrió .
inclinó la cabeza sintiendo el ácido de su burla abrasarle la piel. ¿Por qué le trataban de aquella manera? Thor siempre había sido brusco e insensible, pero nunca descortés. Era imposible que siguiera culpándolo después de tantos años. Aquella relación había quedado olvidada en el confín de los tiempos... Pero su inteligencia intervino. ¿Cómo podía Loki olvidarse de aquel verano cuando tenía a Tony?
El timbre de un teléfono móvil rompió el tenso silencio. Loki no levantó la cabeza. Parecía que el mundo entero se había paralizado en el momento en que había alzado los ojos y visto a Thor en el despacho de Nick. Ya no era el joven alto que recordaba, pero estaba más atractivo que nunca...
Tenía las cejas rubio castaño , barba perfectamente cortada , una nariz aristocrática, brillantes ojos azules y cabello de oro y lustroso que no recordaba tan largo . Sus rasgos marcados eran profundamente varoniles, sus labios gruesos y bien dibujados peligrosamente sensuales. Podía sonreír y robar el corazón con una mirada burlona... pero aquél había sido el adolescente, no el hombre.
—No puedo quedarme —dijo la mujer con un gritito de disgusto arrojando el teléfono móvil al interior de su voluminoso bolso—. me necesitan ahora en la editorial. Me dan ganas de gritar, pero, ¿cómo voy a negarme? . Lo mejor es que me baje aquí mismo. A pie llegaré antes al estudio tal y como está el tráfico. Intentaré reunirme contigo en la casa.
—Tranquila… no es importante —murmuró Thor para consolarla.
— ¡Estrangularía a los de la editorial ! —exclamó la rubia con resentimiento y, luego, sus ojos se posaron en Loki—. Si hubieras sido puntual, esto no habría pasado.
Tieso como una estatua, Loki eludió tener que mirar a esa perra mientras la limusina se detenía. La mujer descendió no sin un adiós físico y profundo que hizo sonar el claxon de los otros coches en señal de protesta cuando el semáforo se puso en verde. Eran amantes, era evidente. Los finos rasgos de Loki se contrajeron con furia. La intimidad que había entre ellos era palpable.
La puerta se cerró dejándolo a solas con Thor contra su voluntad y Loki dejó de respirar.
—Ha sido un día de sorpresas desagradables —comentó el rubio gravemente. Por fin Loki reunió el valor para mirarlo otra vez con sus cansados ojos verdes.
— ¿Por eso has tenido que pagarla conmigo?
—No eres uno de mis más felices recuerdos. ¿Qué esperabas? —inquirió observando su rostro pálido sin rastro de emoción.
—No sé... No esperaba volverte a ver.
—Míralo como una coincidencia que sólo ocurre una vez en la vida —replicó Thor con gélido desprecio—. Por lo que respecta a rameras interesadas y putos codiciosos, sigues estando a la cabeza de mi lista.
La mirada horrorizada de Loki quedó atrapada en aquellos rasgos oscuros que reflejaban su fría hostilidad. Thor no hizo ningún esfuerzo por ocultar lo que sentía. ¡Le despreciaba de verdad! Pero, ¿por qué? ¿No lo había dejado libre? ¿No le había devuelto lo que quería? ¿Acaso aquella acción desinteresada no había bastado para apaciguar su resentimiento?
—Pero es un consuelo saber que eres lo bastante pobre como para verte obligado a trabajar —admitió Thor.
—No entiendo qué quieres decir... Siempre he trabajado para ganarme la vida. ¿Y cómo puedes llamarme puto codicioso? No me llevé nada de ti ni de tu familia —contraatacó el menor de repente. El shock parecía haber dejado paso a la furia.
— ¿Llamas nada a 20 millones de euros ?
Loki frunció el ceño.
—Pero rechacé el dinero. Tu padre intentó con todas sus fuerzas que lo aceptara, pero yo lo rechacé.
—Eres un mentiroso —replicó el mayor con una mueca burlona—. Fuiste tú quien lo pediste. Mi padre te pagó sólo porque estaba tratando tontamente de protegerme.
—No pedí nada... ¡Y tampoco acepté el dinero! —protestó Loki acaloradamente.
Thor lo miró con una indiferencia tan absoluta que cortaba como un cuchillo.
—Ni siquiera sé por qué lo he mencionado. Aquella suma fue el final desagradable pero piadosamente insignificante de una sórdida aventura.
Loki se mordió el labio inferior y probó el sabor acre de su propia sangre. Era evidente que el padre de Thor , Odin , había mentido. Pero ¿por qué iba a sorprenderse? El clan de los Odinson lo habían detestado desde el primer momento. Sus padres habían hecho grandes esfuerzos por disimularlo delante de Thor , pero su hermano , Balder , le había mostrado su hostilidad abiertamente. Aquella oleada de recuerdos le hicieron revivir el aroma de la hierba bajo sus cuerpos entrelazados bajo el sol de la Toscana y el peso y la urgencia apasionada del fornido cuerpo de Thor sobre el suyo. Sueños rotos e inocencia perdida. ¿Por qué nadie le había advertido de cuánto podía doler y destruir el amor? ¿Una sórdida aventura? No, para el había significado mucho más.
Aunque si Thor descubría la existencia de Tony... Pero enseguida desterró aquel pensamiento. A los diecinueve años Thor había sido capaz de pensar en muchas cosas que deseaba, pero entre ellas no estaba incluida la de un hijo. Y sabiéndolo, ¿por qué demonios lo había aceptado como marido? Sin embargo, la respuesta era bien simple. Había creído de verdad que lo amaba... incluso después de que dejara de demostrárselo. Era increíble lo que un adolescente enamorado podía ser capaz de creer.
—Llevas medias de distinto par —comentó Thor en tono extrañamente normal. Aquello le devolvió al presente. El menor se miró los abajo. Vio que salían fuera de los zapatos una media azul marino y otra negra. No se molestó. En pleno encuentro de pesadilla, aquello le parecía una trivialidad.
—No debía estar trabajando hoy, Vine a toda prisa.
—Te has cortado el pelo.
Loki levantó una mano vacilante en dirección a su melena de color negro y se preguntó por qué el tiempo parecía haberse ralentizado y por qué estaban manteniendo aquella curiosa conversación cuando apenas hacía un minuto habían estado discutiendo.
—Sí, resulta más cómodo.
Thor estaba recorriendo su figura con aquellos ojos azules entornados y brillantes de una manera que la hacía sentirse acalorado y a disgusto.
—No parece que tengas mucho que decirme...
Loki no estaba dispuesta a decirle que seguía siendo irresistible. Incluso de joven lo había sabido y se había servido desvergonzadamente de aquella combinación de atractivo y sexualidad ardientes para su beneficio. Loki había sido rematadamente ingenuo y se había enamorado locamente de él, indefenso ante su refinado numerito de seducción.
—Sigues siendo un imbécil —le dijo inútilmente, y los ojos de Thor brillaron con desconcierto momentáneo. Loki soltó una carcajada amarga—. Pero, ¿por qué ibas a dejar de serlo?
— ¿Qué quieres decir?
—Lo que quiero decir es que deberías dejar que saliera de este auto antes de que diga algo que los dos lamentemos —admitió el ojiverde con voz tensa sintiendo que todas las emociones enterradas en su interior desde hacía mucho tiempo estaban saliendo a la luz sin previo aviso. Thor le arrojó una mirada propia de un hombre autosuficiente y perspicaz .
—Nunca se olvida el primer amor.
—Ni lo canalla que fue... —afirmó Loki sin poder contenerse. Pero la reacción tensa de Thor le dio una satisfacción inusitada.
— ¿Cómo puedes decirme eso?
—Porque ser tu esposo ha sido la experiencia más horrible y asquerosa de mi vida —le informó el pelinegro levantando la cabeza.
— ¿Perdón?
—Y créeme, no me hizo falta un soborno para salir corriendo por la puerta de atrás. Eras dominante, egoísta y del todo insensible a lo mal que lo estaba pasando —lo condenó Loki.— Me dejaste a la merced de tu monstruosa familia y dejaste que me trataran como si fuera basura. Dejaste de hablarme, pero no dejaste de cogerme cuando querías .
Thor estaba transfigurado de ira , el Loki con el que se había casado nunca lo habría criticado. En aquella época, Loki se había arrastrado de un lado a otro pidiendo disculpas mientras lo adoraba tristemente y en silencio. Thor había aceptado aquella adoración como su derecho. Loki no había tenido agallas para enfrentarse a él entonces, no cuando se había culpado equivocadamente a sí mismo por el hecho de que hubiese tenido que casarse con el.
—De hecho, agarraste un enfado que duró tres meses desde el mismo día de la boda. Y en cuanto tu odiosa familia vio cómo te estabas comportando, te siguieron la corriente y convirtieron mi vida en un infierno —le espetó—. ¡Y no me importa lo que sintieras! Sólo tenía diecisiete años, estaba embarazado y no merecía ese tipo de castigo.
—Te desprecié por lo que hiciste —reconoció Thor—. Y me irrita oír cómo denigras a mi familia.
—No creo que pierda el sueño por eso.
Loki se quedó en silencio. Estaba destrozado por la amargura que había surgido en su interior y la había desbordado. Hasta aquel momento no había sido consciente de lo guardada que la tenía, pero tampoco había tenido la oportunidad de airear antes sus sentimientos. En menos de cuarenta y ocho horas después de su aborto involuntario, Odin le había presentado los papeles del divorcio. Y herido en el corazón por todo lo que había sufrido y la cruel indiferencia de Thor, había firmado sin decir palabra. Trece años después, había dicho todo lo que tenía que decir.
Al descubrir que el aborto no había sido tan aborto, no soñó con molestar a Thor o a su familia con lo que habrían sido malas noticias para ellos. Y amando a Thor como todavía lo amaba, se había hecho cargo del problema. Había mantenido la boca cerrada sin interrumpir los trámites del divorcio y había dado a luz a su hijo en soledad.
La limusina se había detenido, pero Loki no se había percatado. Contempló la elegante mansión de estilo georgiano y supo que no podía soportar ni un solo minuto más en compañía de Thor. Estaba consumido por el dolor y la confusión.
—Voy a volver en taxi a la agencia y decir que cancelaste la cita— le dijo Loki bruscamente—. Si quieres, puedes volver el lunes y ver la casa con otra persona.
—No creo que tu jefe se trague esa historia —dijo Thor mirándole sagazmente con una mueca extraña.
— ¡No me importa! —replicó Loki retándolo con la mirada.
—De modo que sigues tomando decisiones tontas sin pararte a pensar.
— ¡Cállate! —exclamó Loki y, adivinando a dónde quería ir a parar, se puso todo colorado .
—Y todavía te pones rojo como un tomate en mi presencia... a pesar de los años que tienes —bromeó el rubio disfrutando de su rubor—. Y, a pesar de los años que tengo, todavía me pones a mil . ¿No es fascinante?
Loki no podía creer lo que había dicho. Involuntariamente, quedó atrapado en aquellos ojos llameantes de un mar intenso y apasionado que escrutaban su alma hasta lo más hondo.
—Si esto es tu idea de una broma... —empezó a decir con voz indecisa.
Thor lo observó intensamente y una sonrisa lenta y devastadora se dibujó en sus labios.
—No seas tonto. Estás sintiendo lo mismo que yo ahora mismo.
Loki se quedó sin respiración, pero no pudo apartar sus incrédulos ojos de la atracción que la mirada de Thor ejercía sobre el .la sensación que le invadía no era desconocida. Pese al tiempo transcurrido, no había olvidado aquella increíble excitación. El ambiente se había cargado de electricidad. El corazón le palpitaba en los oídos y tenía los nervios de punta.
—Para... —murmuró .
—No puedo. Me gusta vivir peligrosamente de vez en cuando —le reveló Thor con voz ronca.
—Yo no... —se interrumpió el menor. Su cuerpo no era tan inescrupuloso. Se sintió destrozado al sentir cómo su vello se erizaba ,y sus cuerpo se excitaba desvergonzadamente.
— ¿Qué te parece si pasamos una tarde de redescubrimiento inmoral erótico y depravado ? —murmuró el rubiales paseando su ardiente mirada por la piel blanca de Loki —. Te llevaré a un hotel. Durante unas horas robadas dejaremos atrás la ira y la amargura y reviviremos...
Loki se quedó atónito y al mismo tiempo, rememoró aquella fiesta hacía muchos años cuando Thor se había dignado finalmente a hablarle. También entonces le había impresionado su descaro. Se saltó lo que Loki siempre había considerado ingenuamente como un ritual normal de cortejo y le plantó una bebida en la mano pidiéndole que se acostara con él aquella misma noche. Loki lo había golpeado. Thor había sonreído.
— ¿Mañana por la noche? —había preguntado con expresión divertida en sus hermosos ojos. Loki debió saber entonces que hacía falta algo más que un puñetazo para mellar aquel ego.
—Loki ... —murmuró Thor .
Regresó al presente con una sensación de intenso dolor y se sintió terriblemente frío y confuso
—No quiero revivir la pasión —le dijo con voz tensa—. Sí, fuiste increíble en la cama, pero no te dejaría que me utilizaras otra vez. Una vez fue bastante. Estás tratando de degradarme ahora también. Una ventaja de ser adulto es que puedo ver las cosas como son.
Hubo un silencio tenso.
—No puedo creer que esté manteniendo esta conversación contigo —masculló Thor con feroz brusquedad.
—Supongo que es un consuelo saber que no has cambiado. Sigues siendo una rata infiel, lasciva e inmoral —murmuró el ojiverde con voz ahogada luchando con todas sus fuerzas por no llorar.
—No soy nada de eso —contraatacó el hombre.
—Desgraciado —le espetó Loki haciendo ademán de salir del auto —. ¿Crees que soy una puta o algo así? ¿Te crees que no sé que estás tratando de humillarme?
Súbitamente Thor le detuvo agarrándole de una mano.
—Ha sido un impulso desafortunado. No sé qué me ha pasado. Llámalo demencia temporal si quieres —dijo con ferocidad—. ¡Lo siento!
—Suéltame.
Lo hizo. Loki abrió la puerta de golpe y estuvo a punto de caer a la acera. Estaba temblando como una hoja. Dio un paso vacilante para alejarse de la limusina como si acabara de escapar de un traumático forcejeo con la muerte.
—Y es realmente patético que sigas utilizando las mismas técnicas a tu edad —le espetó por añadidura.
—Dios... ¿puedes hablar en voz baja? —rugió Thor.
Loko miró furtivamente a Thor y percibió la expresión de incertidumbre que nublaba su mirada normalmente aguda y lo fortaleció ver que no estaba llevando aquel inesperado encuentro mejor que el.
—Bueno, ¿quieres ver la casa o no? —preguntó rígidamente.
—Si controlas tu lengua venenosa y dejas de insultarme no veo por qué no podemos tratar este asunto en términos comerciales —dijo Thor lentamente con frío control de sí mismo.
Notas finales:

Bien ya casi nos vemos bye y besos .


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