Miraba a su alrededor, ya todo estaba listo para las festividades, cada familia de la comarca había puesto de su parte para hacer el mejor festival del fuego que se hubiera visto. La música, los banquetes, las luces todo era perfecto, se estremeció al ver aquella figura frente a él vestida con un lujoso vestido dorado con muchos adornos y un escote que le tentaba, su hermoso cabello azul recogido y hecho caireles caía hasta cubrir parte de su espalda que el vestido dejaba presumir; amaba a esa mujer con su alma, ésta le regalo una cálida sonrisa y extendió su mano enguantada hacia él, apenas rozar sus dedos todo se esfumo dejando solamente dolor.
El dulce ambiente de fiesta cambio por fuego y todo estaba derrumbándose, las risas y la música cambiaron por gritos de horror. Les buscaba por todas partes… su corazón estaba a punto de explotar, solo quería encontrarlas…
-¡Papi!- se giro al escuchar esa pequeña voz llena de terror.
-¡Bra!- corrió hacia ambas a pesar de sentir que sus piernas y pulmones no darían más de sí por tanto humo a su alrededor y a solo unos cuantos pasos de la carpa todo se nublo cuando su cuerpo fue lanzado lejos hasta chocar contra el suelo… los gritos… sus gritos… su pequeña fue lo último que escucho antes de quedar inconsciente.
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-¡Maldición!- grito al tiempo que despertaba y se levantaba quedando sentado en el frío de la tierra, sudor frío corría desde su frente hasta su espalda y su respiración era agitada. Salió de la cueva que había hecho de refugio y comenzó a desnudarse mientras caminaba sin pena alguna que alguien en medio del bosque lo mirara hasta sumergirse completamente en la helada laguna sin importarle que pudiera enfermar, se restregó bien y salió del agua volviendo a tomar sus ropas.
Un dragón negro de pecho blanco, de amenazantes ojos esmeralda y múltiples picos despertó y al mirar a su amo escupió fuego a una pequeña fogata, el hombre solo termino de vestirse y se marcho a cazar mientras la bestia se levantaba y lanzaba al libre vuelo.
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Termino de comer dejando apenas los enormes cadáveres de distintos pescados, sonrió ampliamente y se palmeo el estomago, había sido delicioso. Una ventisca provocada por el descenso de un dragón rojo de ojos tan brillantes como el oro además de largos cuernos y espinas negras termino de apagar la fogata.
-¿Listo Aragón?- se levanto y acerco sin miedo al dragón, éste se tiro al suelo permitiendo a su amo montarse para comenzar el vuelo, nuevamente como iba siendo desde hace ya un mes se irían en busca de una especie de dragón en específico que solo se encontraba en esos fríos bosques. Un dragón especial, al contrario de la mayoría éste no lanzaba fuego ya que era de hielo y era difícil distinguirlo en esos bosques ya que su piel se camuflaba al ser de tonos grises como las montañas que reinaban hasta los cielos.
Con mucha suerte encontraría una hembra preñada que domaría para llevarla a la comarca y así en un futuro tener excelentes ventas cuando sus hijos salieran del huevo. Amaba salir de viaje por meses y meses en busca de nuevas especies, salir con su compañero Aragón y cruzar los cielos en su compañía, sentir la fría brisa chocar ligeramente con su rostro y ver lo diminutos que podían ser algunos animales a esa altura.
~Si consigo atrapar uno de esta especie sería perfecto para la confrontación además de una fuerte ventaja~ un descenso inesperado lo saco de sus pensamientos, Aragón se empino y aumento su velocidad mostrando al rubio que por su descuido casi dejaban ir a un ejemplar perfecto del dragón buscado -¡Increíble!- se emociono al ver tal ejemplar, definitivamente era una hembra y era enorme –Es bellísima Aragón, lo conseguiste- se puso de pie en el lomo de su bestia palmeándolo para señalar que era hora de hacer lo que ya había hecho miles de veces, el dragón aumento la velocidad colocándose encima de la hembra, Goku retrocedió un poco y empezó a concentrar su energía en sus brazos juntándolos formando una equis frente a su pecho -¡Ahora!- corrió por toda la extensión del cuello y se lanzo directo al blanquecino cuello de la hembra aun en movimiento.
Mientras iba cayendo separo sus manos logrando formar cadenas destellantes de luz dorada hechas con su energía cayendo con éxito en el cuello de ésta y haciendo que detuviera su vuelo mientras Aragón se posaba sobre ésta obligándola a descender y parar con la resistencia. Sin embargo no tardo en atacar con su aliento de hielo cuando de la espalda de Goku comenzaron a brotar miles de cadenas que aprisionaban sus extremidades.
-¡Tranquila no quiero hacerte daño!- rugía y se retorcía bajo su cuerpo, ya casi la tenían en el suelo cuando un ataque externo de fuego llego directo a un ala de ésta rompiendo las cadenas y provocando que se liberara. Aragón encaro al dragón de piel carbón que había atacado haciendo que el rubio de cabellos alborotados perdiera el control de la hembra, apenas manteniéndose sujeto a su cuello gracias a una nueva cadena que creo alrededor de su cintura y el cuello blanquecino. -¡Maldición! ARAGÓN- grito mientras la bestia comenzaba nuevamente el vuelo alejándose del duelo entre los dragones, -no quería hacer esto- le comento mientras se abrazaba con aun más fuerza a su carne y se concentraba –no quería hacerte daño pequeña-.
Cerró los ojos y comenzó a expulsar de su espalda nuevas cadenas, esta vez eran diferentes, la luz que expedían era roja y al contacto con la piel de la hembra esta gruñía por el daño, logrando hacerla descender hasta el suelo, aprisiono todo su cuerpo incluyendo su hocico impidiéndole atacar hasta que la inmovilizo. Una nueva cadena salió mostrando que terminaba en una afilada cuchilla, ésta salió directo al pecho de la dragona clavándose en su corazón sin causar herida alguna. En respuesta a esto nuevamente intento dar pelea pero rindiéndose al poco tiempo. La luz escarlata de las cadenas comenzó a parpadear hasta que se apagaron dejando ver solo blancas cadenas que se retiraban de vuelta a Goku lentamente.
-¡Yohoo! Al fin te rindes- la bestia se levanto lentamente sacudiéndose y mirándose domada, sintió las caricias que el hombre le hacía y sentía como éste le envolvía de una luz verdosa que curaba las heridas que las cadenas dejaron -¿Ves? No planeaba hacerte daño preciosa… ahora andando, debemos ayudar a Aragón- lanzo una pequeña bola de energía a su lomo y se sujeto de golpe nuevamente al cuello cuando salieron volando a una velocidad impresionante.
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Su ceño se veía fruncido y al igual que su dragón gruñía, gracias a ese otro dragón la hembra de hielo se había escapado además de que éste le daba pelea a su dragón aun cuando era increíblemente fuerte, sin embargo él quien sería ganador ya estaba escrito y con un zarpazo logro derrumbar al escarlata apunto de morder y desgarrar su cuello para terminar con esto la hembra reapareció lanzando un ataque que corto el rostro de la bestia. Vegeta maldijo en lo alto y coloco sus manos sobre el herido dejando fluir su energía sobre éste, lanzando ambas partes su más fuerte ataque con sus alientos contrarios.
De un momento a otro el de color carbón comenzó a retroceder mientras el ataque de hielo se intensificaba. Sintió como su bestia se rendía y de un rápido movimiento el dragón elevaba su parte delantera cual caballo y lo lanzaba lejos. Cayó entre varias rocas lastimándose y golpeándose la cabeza, todo comenzaba a hacerse oscuro mientras alcanzaba a distinguir como su dragón era alcanzado por el poder de hielo y petrificado con éste, escucho en susurro el grito de un hombre pero no pudo entender lo que decía, observo como la hembra se lanzaba hacia la estatua de hielo que ahora era su dragón y la rompía en mil pedazos.
Sus ojos se cerraron pesadamente cuando miro como la figura amenazante se acercaba a él.