Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cincuenta Sombras de Wayne por Lure89

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos!!! Estoy aquí con un nuevo fic frente a ustedes. Tuve la idea hace unos días y no pude evitar ponerme manos a la obra para escribirla.

No sé si leyeron mi otro fic (Quiero ser tu apoyo) que también es de esta parejita, pero por si no lo notaron, me gusta bastante escribir lemon, así que digamos que este va a tener mucho! Jeje

Vuelvo a repetir las advertencias por las dudas: BDSM (al que no le gusta abstenerse)

 

Batman y Superman son personajes que le pertenecen a DC comics.

Inspirado en el libro 50 sombras de Grey de E. L. James

Notas del capitulo:

Sin más los invito a surmegirse en las 50 sombras del caballero de la noche!

Capítulo 1: Eres Perfecto.

 

¿Quién es Bruce Wayne?

La verdad que es una pregunta bastante difícil de contestar, todo depende del punto de vista de quien responda. Podríamos tener varias opiniones diferentes y todas podrían ser correctas como no. Estoy seguro que si se hiciera una encuesta en las calles en cualquier lugar del país, el noventa y nueve por ciento de la población respondería que lo conoce. Simplemente saben de él por como se muestra ante los medios de comunicación o cuando socializa en los eventos y fiestas. Pero yo considerándome su mejor amigo, sé que Bruce Wayne es mucho más de lo que aparenta ser.

Conocí a Bruce tiempo atrás en un evento de caridad al cual cubría junto a mi compañera de trabajo, Lois Lane. Siendo reportero del Daily Planet debía estar al tanto de todos los asistentes de la fiesta; pero yo era de ese uno por ciento que desconocía quién era el famoso empresario. Recuerdo que Lois me hizo una breve reseña del hombre mientras nos encaminábamos a su encuentro para entrevistarlo. Si me preguntan cuál fue la primera impresión del filántropo diría que fue por demás espantosa. Yo lo saludé cortésmente pero él me ignoró por completo, su comportamiento fue totalmente grosero y su actitud absolutamente reprochable. Pero al tiempo, cuando supe quién era realmente detrás de la máscara de playboy millonario, comprendí que todo era una fachada para ocultar su verdadera identidad. Aquel hombre que actuaba de manera pomposa, era nada más y nada menos que el vigilante nocturno de Gotham, mejor conocido como Batman.

Nuestro primer encuentro usando nuestras embestiduras de héroes, fue cuando él siguió un caso que lo trajo hasta Metrópolis, la ciudad en donde vivo y a la cual protejo bajo el nombre de Superman. Era la primera vez que nos conocíamos en persona, a pesar de que cada uno por su cuenta sabía de la existencia del otro. Recuerdo que aquella vez empezamos con el pie izquierdo; el concepto de justicia para ambos era, o mejor dicho es, totalmente distinto, pero supimos sortear las diferencias. Actualmente logramos encontrar un equilibrio entre los dos y ahora cada vez que es requerido trabajar en equipo, lo hacemos realmente muy bien.

Con el tiempo nuestra amistad fue haciéndose cada vez más fuerte convirtiéndonos en grandes amigos y aliados, pero poco a poco ese sentimiento de amistad fue transformándose para mí. No sé cuándo ni cómo pasó, pero de un momento a otro descubrí que mi extraña obsesión por cuidar su bienestar en una batalla o mi gran desagrado al verlo socializar con tantas mujeres, no era del todo normal. El día que confirmé que me gustaba Bruce Wayne entendí que ya no era simple amistad lo que sentía, sino atracción. ¡Y como no sentirse atraído y tentado por un hombre como él! Es una persona realmente hermosa y esbelta, con una figura perfecta y unos ojos en los cuales te puedes perder completamente. Además tiene muchas cualidades como ser habilidad y destreza, un enorme intelecto y absoluta pasión por lo que hace. Aunque puedo destacar muchas otras características, lo que más me atrae y admiro, son sus muchas sombras, con las cuales lucha constantemente. Cada día que logro descifrar un poco más de su naturaleza me sorprendo de lo poco que lo conozco y de lo compleja que me resulta ser su personalidad.

Siempre desee confesarle mis sentimientos pero a pesar de que se me considera ser el hombre más fuerte del mundo, puedo asegurarles que en cuanto de relaciones sentimentales se trata, soy realmente muy torpe. Así que paso gran parte del tiempo sufriendo por este sentimiento que me asfixia, me consume por dentro y del cual me es imposible escapar.

Aún conociendo a Batman y parte de su mundo, siempre consideré que había mucho más para saber del caballero de la noche ya que permanentemente actúa de forma hermética y oculta muchas cosas. Y como si el hombre me hubiera echado un embrujo, mi deseo por conocer a Bruce Wayne y su mundo oscuro se acrecentaba con forme iba descubriéndolo. Cada cosa nueva que se me revelaba hacía que me enamorara aún más. Y un día, como si el cielo deseara cumplir mis sueños, se me dio la oportunidad de ver a través de sus sombras.

 

 

Mansión Wayne. Sala principal.

 

 

¡Que decir sobre la mansión de mi amigo! Como primera característica principal podría indicar que es enorme y majestuosa, ubicada en unos terrenos lejos de Gotham City. De entre la cantidad de habitaciones que tiene el lugar, conozco a la sala principal, el estudio, la biblioteca y el gran comedor. Además de esos cuartos hay muchas otras habitaciones a las cuales desconozco lo que hay en su interior. Si debiera adivinar, supongo que deben ser dormitorios con baños integrados. La mansión es actualmente cuidada por su único y eficiente mayordomo Alfred Pennyworth.

 

Un día sin ningún motivo en particular, Bruce me invitó a su casa por la tarde para conversar. Yo accedí un poco nervioso, era la primera vez que me invitaba de manera extraoficial. Jamás me había presentado en su casa como Clark Kent, siempre que me solicitaba era para encontrarnos en su Batcave como Superman y por algún caso en particular.

Ese día estábamos ubicados en la sala principal tomando un té Earl Grey de excelentísima calidad. Pude sentir el aroma del aceite bergamota a pesar de que la taza estaba apoyada sobre la mesa. Para acompañar al delicioso brebaje, el mayordomo nos había servido en unos pequeños platillos, diferentes bocadillos dulces que jamás en mi vida había probado. Todo estaba cuidado al detalle, desde las tazas de porcelana hasta las servilletas que hacían juego con el mantel.

Por unos minutos estuvimos charlando de trivialidades y la verdad que estaba comenzando a ponerme nervioso. ¿Cuál era el verdadero motivo por el cual me había llamado?, estaba seguro que debía haber algo más.

 

—Bruce, te soy sincero… en verdad me agrada esta plática pero… es la primera vez que me convocas para hablar en tu mansión. Estoy seguro que me citaste aquí por alguna otra razón; y la verdad ya va siendo hora que me cuentes que sucede porque me estás empezando a preocupar —dije un poco asustado.

 

Su rostro permaneció sereno y sus ojos azules mostraban absoluta confianza. La forma en la que estaba sentado denotaba una postura totalmente relajada. Vestía un elegante traje hecho a la medida y sus cabellos prolijamente peinados caían delicadamente sobre su frente. Podía sentir el aroma de su colonia en el ambiente y esta fragancia mezclada con su perfume natural lograba hipnotizarme. Su repentino silencio me era totalmente incómodo y tuve miedo de que pudiera escuchar mi acelerado palpitar. Trataba de mantener la compostura pero no pude evitar sonrojarme y comencé a inhalar pesadamente. Al ver al detalle su rostro me sorprendí en distinguir como sus labios se alzaban levemente dibujando una pequeña sonrisa.

 

—Necesito contarte algo que es privado. Lo que voy a decirte debe permanecer estrictamente confidencial –dijo seriamente y luego se inclinó sobre la mesa de té y tomó la taza que se encontraba encima.

 

—Sabes que puedes confiar en mi Bruce. Yo no diré nada a nadie.

 

Me miró atento unos segundos como si estudiara mis palabras. Tragué saliva incómodo, pedía al cielo que dejara de mirarme de esa manera. Luego desvió su mirada hacia su taza y bebió un sorbo del contenido, sentí como mi cuerpo se aflojaba al verme liberado de su mirada penetrante. Apoyó la taza sobre la mesa y al instante deslizó un sobre que estaba sobre esta hacia mí. Entendí al instante que quería que lo abriera y así lo hice. Al ver el contenido una mezcla de sensaciones me invadieron, enfado e intriga a la vez.

 

—¿Qué significa esto? —pregunté alzando una ceja enojado. No podía creer que realmente me estuviera pidiendo que firmara ese papel.

 

—Puedo entender tu enojo y estás en todo tu derecho en no querer firmar. Pero… lamentablemente, la única forma que te pueda contar la verdadera razón por la cual te hice venir hasta acá es haciéndolo.

 

—¡Creí que era tu mejor amigo Bruce! ¡Jamás pensé que me pedirías que firmara un contrato de confidencialidad! —alcé la voz molesto por la desconfianza. Como se atrevía en sugerir tal cosa.

 

El permaneció en silencio mirándome y de repente, una terrible intriga se había apoderado de mí. ¿Qué era lo que necesitaba contarme que era tan privado que solamente podía decirme si firmaba el contrato?

Así que a pesar de mi molestia tomé la pluma que estaba cerca y firmé con bronca. Una simple firma en un papel no significaba nada si a través de esta podía lograr conocer un poco más al señor de la noche.

Bruce volvió a sonreír y tomó el papel para luego guardarlo en el sobre. Me miró atento a los ojos y se mordió el labio inferior. Sentí como sus latidos se aceleraban levemente mientras se inclinaba hacia delante para apoyar luego sus codos en sus rodillas y su rostro sobre sus dedos entrelazados.

 

—¿Me deseas… Clark? —preguntó sorpresivamente.

 

Mi cuerpo tembló ante la pregunta y solo atiné a tartamudear. No pude evitar sonrojarme hasta las orejas y sentí como la temperatura de mi cuerpo comenzaba a elevarse. Me sentí estúpido al instante por comportarme torpemente sin saber que contestar. Miré hacia todos lados nervioso y una pequeña gota de sudor comenzó a descender de mi frente. Tomé torpemente una servilleta que estaba sobre la mesa y me dispuse a secar la gota mientras relojeaba la impasible figura del moreno. Sintiendo que posiblemente mi amigo me estaba jugando una broma escapé de la incómoda pregunta con otra.

 

—Bruce… ¿acaso estás bromeando conmigo? —pregunté confundido apenas logré recomponerme de su interrogación.

 

—Jamás. Solo quiero confirmar si sientes lo mismo que yo —dijo mansamente sin quitarme la vista de los ojos.

 

En ese instante creí que perdería la consciencia, Bruce Wayne me estaba dando a entender que él también me deseaba, algo que jamás creí que fuera a suceder. Mi corazón latía fuertemente y sentí como mi boca se secaba. Tuve que tomar mi taza de té y vaciarla para zacear mi sed. Pero aquel hombre estaba esperando una respuesta y yo estaba más que dispuesto a dársela. Si él me hablaba con la verdad, esta era mi oportunidad para confesarle lo que sentía.

 

—Si Bruce… te deseo —dije suavemente mientras sonreí por dentro al sentir el corazón de Batman golpear con fuerza. Al parecer mi respuesta lo había satisfecho.

 

Bruce se levantó de su asiento y se acercó lentamente hacia mí. Yo no supe que hacer y lo miré directamente a los ojos. El bajó hasta ubicarse delante de mi boca y me besó. Creí sentirme en el cielo al sentir sus labios contra los míos y al instante abrí mi boca para luego introducir mi lengua en su cavidad. Luego un deseo imperioso surgió en mi vientre y desee tomar con fuerza sus labios. Me levanté del sillón y tomé su nuca acercando hacia mí su boca para besarlo profundamente. La lengua de Bruce se movía con fiereza dentro de mi inexperta cavidad y degustaba cada rincón de mi interior. Estuvimos un largo rato disfrutando del encuentro con el otro hasta que Bruce necesitó recuperar el aliento. Yo hubiera podido seguir un rato más pero fue él quien se separó para regularizar su respiración.

 

—¿Has estado alguna vez con un hombre Clark? —preguntó agitado mientras descendía su vista hacia mi miembro que se encontraba firme tras ese simple beso.

 

—No, nunca… Lo siento —dije altamente ruborizado.

 

—Bien… no es algo de lo que debas avergonzarte. Por el contrario… me alegra que no. —Miró hacia un costado como dudando de lo que estaba por decir. —Vamos… te llevaré a mi habitación.

 

Mi corazón saltó de los nervios. ¡Realmente estaba insinuando que fuéramos a su cuarto! Tenía ganas de preguntarle si él también había estado con algún hombre ya que solo le conocía saliendo con mujeres pero el comentario de recién me había descolocado por completo. Los dos somos adultos capaces de intimar sin problemas pero a pesar que mi cuerpo me pedía a gritos estar en la cama con él no podía evitar sentir miedo. ¡Qué patético que me sentía! ¡¿Miedo de qué?! Ni que pudiera hacerme daño. Pero muchas preguntas comenzaron a cruzarse por mi cabeza y sin darme cuenta estaba poniendo resistencia a mi caminar. Bruce notó esto enseguida y se paró en seco para luego darse vuelta y hablarme.

 

—Disculpa Clark… quizás esto es muy apresurado para ti. Sí así lo deseas podemos hacer esto en otra oportunidad —comentó en un susurro dulce. Jamás había visto esta actitud tan linda de parte de él.

 

Otra vez me sonrojé de oreja a oreja y sentí como mis cachetes se incendiaban. Tomé mis manos y las coloqué sobre mis mejillas para alivianar el fuego que me quemaba. Bruce sonrió dulcemente y luego se relamió los labios y noté como sus ojos comenzaron a oscurecerse.

 

—Eres perfecto Clark. No sabes lo ansioso que estoy de hacerte mío. Pero por lo visto necesitas tiempo para asimilar la situación —dijo alejándose de mí para comenzar a bajar las escaleras.

 

Yo lo seguí rápidamente detrás sin saber que contestar. Me sentí un tonto trasladándome de un lado a otro como un perro faldero siguiendo a su amo fielmente. Estaba tan aturdido que no sabía que decir o que hacer. Luego cuando volvimos a la sala principal reaccioné y caí en la cuenta de que aún no me había dicho porque me había citado.

 

—Bruce… perdóname por ser tan mojigato. Realmente te deseo pero…

 

—Lo sé, después de ese beso no me cabe la menor duda —dijo sonriendo mientras tomaba nuevamente asiento.

 

Yo temblé al recordar el beso y al instante me arrepentí por haberme paralizado. ¡Que idiota! ¡Perdí la enorme oportunidad de pasar la “noche” con Bruce Wayne! El hombre que he amado en secreto durante tanto tiempo. Tomé asiento un poco frustrado por mi estúpido accionar  y comencé a repetir en mi cabeza las palabras que había oído hace un rato. “¡Eres perfecto Clark! ¡No sabes lo ansioso que estoy por hacerte mío!” Otra vez volvía a sonrojarme y tratando de quitar esos pensamientos le miré lo más serio que pude.

 

—Bruce… aún no me has dicho porque me llamaste, o era simplemente para decirme… bueno… esto. —¡Dios que alguien me pegue! ¡No soy más idiota porque no me entreno!

 

Bruce se puso serio al instante y una mueca de disgusto se formó en su boca. No sabía la razón del porqué, pero ya me estaba preocupando. Obviamente no tenía nada que ver con lo que había pasado recién. ¿O sí?

 

—Clark… tenía mis dudas de si eras virgen o no —dijo tranquilamente mientras yo me avergonzaba más­—. Y lo que tengo para proponerte es digamos… como en un nivel mucho más alto. Después de que tengas tu primera vez… te lo contaré. —Sonrió dulcemente y tomó un bocadillo.

 

—Yo… quiero que hagamos el amor Bruce. Solo que me sorprendiste, no esperaba que sintieras lo mismo que yo —dije esto último casi susurrando.

 

—Antes que nada Clark… yo no hago el amor. Yo cojo duro.

 

Mi cuerpo se estremeció por completo y un ardor se instaló en mi pelvis, comencé a respirar pesadamente y sabía que mi cuerpo lo deseaba con desesperación. Pero debía coordinar lo que estaba sintiendo mi cuerpo y mi mente a la vez. Era mucha información recibida y mi cabeza iba a colapsar de un momento a otro.

Decidí entonces marcharme cuanto antes de la mansión para poner en orden mis pensamientos.

 

 

Entrada Principal. Mansión Wayne.

 

 

 

—Bruce… perdona que me vaya pero necesito asimilar todo esto —comenté mientras alejaba mi vista incómodo de su rostro.

 

—Tenemos tiempo Clark… esto recién comienza. —Acercó sus labios dulcemente para darme un beso simple y casto.

 

Yo me puse inquieto al sentirme insatisfecho y al verlo dar media vuelta y alejarse no pude evitar apresurar mis pasos hasta alcanzarlo. Lo tomé del brazo y lo obligue a darse media vuelta para besarlo apasionadamente. Demandé su boca con pretensión saboreando el resto del dulce que aún permanecía en sus labios. El respondió con la misma intensidad mientras agarraba mi nuca y tiraba con fuerza de mis cabellos. Antes de alejarse mordió fuertemente mi labio inferior dejándome una sensación vibrante en la boca.

 

—¿Cuándo nos volveremos a ver? —pregunté impaciente.

 

—Este fin de semana estoy libre. —Me miró con lujuria y yo le devolví la mirada.

 

Luego sin decirnos nada más nos distanciamos y cada uno tomó su rumbo. Él se encaminó para ingresar a su mansión y yo tomé vuelo para regresar a Metrópolis. Me sentía realmente feliz, aún no podía creer que Bruce sintiera lo mismo que yo. Me deseaba y la química entre nosotros era más que evidente. Me maldije internamente al haber estropeado la oportunidad de intimar con él, pero supe que él iba en serio al darme el espacio que obviamente estaba necesitando. Ya me encontraba impaciente, todavía faltaban varios días para que llegara el fin de semana. Antes de eso debía prepararme mentalmente. Y al instante caí en la cuenta nuevamente en las palabras de mi amigo. Él había dicho: “¡Eres perfecto Clark! ¡No sabes lo ansioso que estoy por hacerte mío!”… “¡No sabes lo ansioso que estoy por hacerte mío!”… “¡hacerte mío!”…

Notas finales:

Y? que les pareció?? Ojala me dejen sus reviews contándome su opinión. Saludos y nos seguiremos leyendo por ahí!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).